98. El amor como invención compartida

#AmoresTóxicos
“Dream is destiny”
(El sueño es el destino)
 
“Walking life” de Richard Linklater 

 

En el post de la semana pasada, había escrito sobre las posiciones subjetivas relativas al amor. Pensé en la espera, en la búsqueda y en el encuentro. Hubo trampa, lo reconozco. Mientras el título bregaba por “los que no encuentran el amor” el resto del articulo merodeaba la espera o la búsqueda. Debí haberlo explicado mejor: la espera remite a la soberbia pasividad y al merecimiento, la búsqueda a la insatisfecha actividad y al impulso que late en la esperanza y el encuentro a una mezcla de azar e intención afortunada. Aunque no siempre lo que crees haber encontrado es justo lo que necesitás. No es lo mismo pisar un sorete que encontrarse cien pesito.

Entre tanto espiral reflexivo irrumpió un concepto que nos dejó a todos con ganas de más: el amor como invención.

La invención es un hallazgo, algo que no tenía antecedentes y que de pronto emergió como un delfín en un parque acuático. Es la creación de una nueva respuesta a una situación repetitiva y familiar, una huida de la repetición, un cambio de zapatillas. El amor como invención implica el proceso por el cual aparece un nueva herramienta que se suma a las herramientas anteriores que venís usando y te funcionan. Es la unión de dos cajas de herramientas que una pareja fue acumulando a lo largo del camino y que en un determinado momento conocen perfectamente la utilidad de cada cual.

La invención del amor implica un común acuerdo de singularidades que deciden tomarse de las manos y caminar las mismas piedras de ladrillo. Un invento es una ocurrencia que huye de toda víspera… llega cuando tiene que llegar.

En la prehistoria, el hombre inventó herramientas rústicas, realizadas con elementos que encontraba en su ámbito natural y fue la experiencia, la que fue sofisticando dicha creación, entendiendo que en los terrenos amorosos, menos es más.

No es lo mismo inventar que descubrir:  la invención es algo que, hasta el momento, no existía y que surge del ingenio humano, mientras que un descubrimiento, es el hallazgo de algo que existía pero que permanecía escondido a la mirada del hombre.

walkin life“La invención del amor” es una novela de José Ovejero y cuenta la historia que se gesta a partir de un llamado que recibe Samuel anunciándole que Clara ha muerto y, a pesar de no conocer a ninguna Clara, decide ir a su funeral inventándose, ante su hermana Carina, una historia amorosa con Clara. Samuel se enfrenta, entonces ante la angustiosa libertad de crear una historia de amor, sabiendo de antemano el final pero con un principio incierto que pide a gritos una invención.

El amor como invención es la invitación a un juego de rupturas, por lo tanto de creatividades. Romper para construir; construir para inventar; inventar para romper.

El amor como invención compartida quiere decir que el proceso es de a dos y bien explícito. Inventar es dejar de repetir, valerse de la experiencia y del recuerdo fútil. Es probar otro camino para respirar otro aire y regalarle al cuerpo una nueva sorpresa huyendo del “más de lo mismo”. A diferencia del inventor ensimismado que solo se conecta con el mundo exterior a través de sus inventos y que muchas veces son un delirio, la invención compartida implica un trabajo de miradas. Amarse es trabajar en equipo. La idea cítrica del ideal de la media naranja, a través de los años, fue arruinando muchos vínculos amorosos. Una pareja es un cajón de naranjas. Polifonías, pluralidades y ensalada subjetiva juegan al servicio de la multiperspectiva del amor. Un problema amoroso se piensa desde muchos ángulos, creer que pasa lo que pasa porque ella es de determinada manera o él nunca se fija en eso que a ella le importa mucho es construir un callejón sin salida como oportunidad de escape.

Invención compartida es latir al mismo ritmo, aprender a tolerar las diferencias y pensar que el amor es parte de la vida y no la vida un condimento del amor.

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