118. Las primeras etapas de una separacion

1. Sorpresa

Muchos sostienen que con el tiempo la pasión decae. Y, en nombre de eso, se bancan lo peores ninguneos. Pero a veces, decae el vínculo, y cuando eso sucede, la relación explota en cuestión de días. Uno de los dos comienza a comportarse cada vez más raro, se abraza al silencio como quien quiere huir del conflicto, como quien esconde la mano después del piedrazo.

Entonces preguntás qué pasa y ahí ocurre la primera detonación. Creés que es un mal sueño, quedás en estado de shock. No podes creer que esa persona tan cercana, ahora parezca tan lejana. Continuar leyendo

117. Perdida: un amor caprichoso

Se viene la entrega de los premios Oscar y nos invade una lista de títulos como si te dijeran “tenés que mirarlos todos antes del 22 de febrero para saber de qué se trata y no sentirte un tonto”. Más de un lector (en su mayoría hombre), me escribió pidiéndome una reflexión sobre la película Perdida, como requiriendo complicidad, auxilio o hasta solicitando un aventón. Es un thriller, una historia de amor tóxico, una infidelidad con mal destino, un policial bien americano o de cómo nunca hay que confiar con quien dormís. O de cómo caretear las emociones, o de cómo el amor es una media que se da vuelta de un momento a otro. Continuar leyendo

116. El arrastrado

Querida Nacha:

                                  Disculpame que te escriba, pero ya no sé cómo acercarme a vos. El tiempo se detuvo hace muchos días y ando como un tonto. Me cuesta estar despierto, y a la mañana lo único que espero es que se haga de noche para tomarme una pasti y dormirme con la esperanza de soñarte. Continuar leyendo

115. Los amores fugaces

El instante

Hacer un viaje es una caja de sorpresas. Como en una bolsa de supermercado ponés ahí un abanico de expectativas: descansar el cuerpo pero activar la cabeza para el año que comienza, anestesiar los pensamientos pero dormir tres horas por día, hacer vida social para conocer gente real, conectarte con la naturaleza, conocer al amor de tu vida o simplemente sacarte de encima a quien considerabas el amor de tu vida, aceptando el error garrafal de concepto. También, tomarse unos días de descanso, es una oportunidad para el instante. Continuar leyendo

114. Un amor anarquista

Les presento a la señorita América Scarfó, una incipiente anarquista que sabe usar la pluma. Fue la compañera de Severino di Giovanni, el anarquista fusilado por el dictador Uriburu el 1º de febrero de 1931. Un día después era también fusilado el hermano más querido de América: Paulino Scarfó. En 48 horas le habían arrancado, a la adolescente de 17 años, sus dos más grandes cariños. Quedó sola, en un mundo absolutamente enemigo. Continuar leyendo

113. La paciencia en el amor

El cine y el amor

La mayoría de las películas terminan donde deberían empezar. Te muestran el enredo, los obstáculos y los malos entendidos, pero cuando llega la parte más jugosa, más difícil, más desconocida, se termina la película. Salvo en la saga de “Antes del amanecer” de Linklater que arranca en 1995 y termina en el 2013, la mayoría de las películas se terminan en lo mejor. La secuela de una historia de amor que empieza en la pantalla, termina siendo una invención de tu propia neurosis. Continuar leyendo

112. Las parejas competitivas

“A veces nos volvemos locos porque olvidamos que somos diferentes,
porque el amor no es una competencia para que cada uno supere la fuerza del otro,
sino una cooperación que necesita de esas diferencias.”
Richard Bach

 

Ella: Mañana tengo una entrevista de trabajo.

El: ¿Y por qué no me contaste?

Ella: Te lo estoy contando ahora.

El: ¿Desde cuándo lo sabés?

Ella: No sé, hace un par de días.

El: Siempre te cortás sola.

Ella: En lugar de alegrarte porque tengo una entrevista de trabajo, me tirás mala onda. Pareciera que querés que me vaya mal.

El: Seguro que si no quedás va a ser culpa mía porque, según vos, yo soy el distribuidor de la mala onda por toda la casa.

Ella: Yo lo que digo es que nunca te bancás que me vaya bien. Vos tenés un trabajo monótono y aburrido y yo no te digo nada.

El: Pero me lo estás diciendo. ¿Qué problema tenés con mi trabajo?

Ella: Nada, que yo por lo menos busco otra cosa para superarme como persona, en cambio vos siempre vas a lo seguro.

El: ¿Me estás diciendo cobarde?

Ella: No, cagón que no es lo mismo. Nunca te animás a dar un paso más.

El: Ah claro, habló la señorita audacia. Con la extensión de la tarjeta de papi somos todos osados. Vos no tenés idea lo que es que te apoyen en el 68 a las ocho de la mañana.

Ella: Habló el albañil de andamio. Callate, si tu mamá hasta los jeans te planchaba. Que tu vieja te planche un jean es de mamero.

El: Por lo menos me gusta ser prolijo.

Ella: Obsesivo.

El: No como vos, que va a ir a la entrevista con esos pelos de resortes.

Ella: Cada vez que querés agredirme te la agarrás con mi aspecto.

El: Y vos con mi forma de pensar las cosas. Para vos todo lo que pienso está mal. Si hablo porque hablo, si me callo por que no digo nada. A veces pienso que aunque fuera tu mascota tampoco serías feliz.

Ella: Pará de inventarme siempre como una harpía. Odio que te victimices. En eso sos igual a tu viejo.

El: Pero por lo menos mi viejo nunca cagó a mi vieja. En cambio…

Ella: Bueno basta, mañana cuando no quede en la entrevista me voy a acordar de esta discusión.

El: Mientras no te quedes dormida y llegues a tiempo. Continuar leyendo

111. La gente descalificadora

“¿Eso te pusiste? Por qué no te mirás un poquito al espejo. Se dice hubiera, no habría. No sé para qué estudiás si siempre dejás todo por la mitad. ¿Eso compraste? A ver cuando bajás esa panza. Vos no te das cuenta de nada. Para venir con esa cara te hubieras quedado en tu casa. Te dije que no vayas. Por qué no fuiste. Haceme caso, vos tenés que pensar por vos mismo. Para qué vas a festejar tu cumpleaños si no va a ir nadie. ¿Podés cambiar esa cara? Vos vas a morir en esa oficina de explotadores. Ya no da que uses ese escote. Peinate como un hombre… ¿qué te querés, hacer el pendejo? Yo no sé cómo puede gustarte San Bernardo. Al final para qué me llamaste.” Continuar leyendo

110. El amor después de los hijos

De pronto descubrís el silencio. Ya no hay mocos pegados en el guardapolvo ni hebillas perdidas en una mochila. Ya no se escuchan las peleas en el fondo, ni la situación te impone que improvises un juez de paz ecuánime y más o menos justo. Ya no hace falta pensar, antes de dormir, si estarán bien tapados. El olor a almidón se fue con los primeros barritos y el frasco de chocolatada empezó a durar cada vez más tiempo. Y volvés a pensar en el silencio, un silencio que hasta hace poco, estaba lleno de ruidos. Sabés que es la ley de la vida, que es parte del crecimiento, que ese día llega inexorablemente… pero te duele. Sentís que con ellos se va una parte de tu vida, un pedacito de tu corazón. Los ayudás, los acompañás, pero te duele. Lees en Google lo del nido vacío pero cuando te toca a vos es diferente. Continuar leyendo

109. 26 indicios sobre los celos

  1. Los celos son el termómetro de la desconfianza.
  2. No se es celoso, se está celoso.
  3. Muchos celosos buscan donde no hay y escuchan lo que no se dijo.
  4. El celoso es un cineasta.
  5. Lo que temés que te pase, ya te pasó.
  6. Ser celoso habla mal de vos y tus elecciones.
  7. Al posesivo se le nota la carencia. Continuar leyendo