Claudio Larrea / Amando a Buenos Aires

#ArteYa

Además de ser fotógrafo, Larrea estudió periodismo, Historia del Arte y Técnicas Audiovisuales. Desde mediados de la década del 80 trabaja como director de arte. Tras unos años de experiencia de vida en España, volvió a Buenos Aires, a principios del 2010, y comenzó un relevamiento fotográfico de la ciudad. Lo llamó El Amante de Buenos Aires. Actualmente expone una parte de este proyecto, denominado Lobbies de Buenos Aires, en la galería Arte x Arte. Son fotografías y una particular instalación.

¿Claudio, cómo surge el proyecto?

Me volví a enamorar de Buenos Aires después de vivir 10 años en el extranjero. A mi regreso vi una ciudad inhóspita y deteriorada, pero decidí revalorizar lo que tiene aún bonito. Así empecé a recorrerla en bicicleta y a reconocer edificios y arquitectura muy bella por los barrios. Me cautivó el trabajo de artesanos, por los años 20, 30 y 50, que ya no se hace más. Aquel proyecto de ciudad no existe más. O sea, surge como un registro y una necesidad personal de preservar aquello que me gusta y que no sé si va a seguir en pie.

¿Qué te llamó la atención de estos espacios?

Los lobbies tenían otras funcionalidades, era un lugar de encuentro. Ahora son cada vez más anónimos, ya sea por el miedo a la exhibición o por la velocidad con la cual se vive, pero la gente, los vecinos, se relacionan más por internet que cara a cara, y estando a una puerta de distancia.

¿Porque están vacíos los lobbies en tus fotografías?

Fue algo fortuito. En mis recorridas, lo que yo encontraba lo sacaba. Mis fotos en general son poco producidas, aunque no parezcan, son fotografías espontáneas tomadas sin trípode y detrás del vidrio de la puerta de calle. Lo que encontré en el momento es lo que saqué. En ese sentido me siento un cazador furtivo de la ciudad, que trata de encontrarla y retratarla así como esta.

¿La foto Sr. Hugo es la excepción a la regla?  

Representa a aquellos que cuidan, con su empeño y su afán, esos mármoles, bronces y cobres, que no estarían relucientes si no fuera por ellos. Todos los días limpian esos espacios para que estén impecables. Hugo representa al gran cuidador. Encontré, sin querer, su puesta en escena, que es su presencia, y quise retratarla.

¿En qué crees que se vincula éste trabajo con otros anteriores?

Repito la simetría, que es la única manera que logró tranquilidad, y encontrar silencio. También vuelvo a mi rol de cazador: voy por la calle, en el colectivo, en cualquier lugar cazando imágenes, es un poco el concepto antiguo de la fotografía. Tengo la suerte de estar en un momento con una cámara y poder captar algo. Igual creo que la posibilidad real me la da el músculo y el ojo, no la cámara.

¿Cuánto te interesa la espontaneidad en tus fotografías?

Muchos años trabaje produciendo imágenes para otros fotógrafos, y eso no me gusta. Para mí la fotografía es el instante, no es el armado. Obviamente hay fotos muy bellas armadas, pero me interesa bastante la espontaneidad de la toma.

¿Para qué o quién sirve el trabajo de una artista?

Creo que el artista más sincero consigo mismo hace su trabajo de manera catártica y si eso le llega a la gente, y le provoca algún tipo de placer, bienvenido. Es una especie de comunicación de un mundo interior que debería estar al margen de la aprobación o reprobación. Lo importante es despojarse del ego y hacer algo por uno mismo, sin esperar el aplauso.

         

Lobbies de Buenos Aires se puede visitar en Arte x Arte, Lavalleja 1062, hasta el 18 de junio. Y en www.claudiolarrea.com se puede conocer gran parte de su obra. En cuanto al master-plan, que es El Amante de Buenos Aires, se expondrá en el Centro Cultural Recoleta, en noviembre de 2014. Serán unas 30 fotos que responderán a todo el amor que siente Larrea por Buenos Aires.