No más “pienso de que*”

#AsíSeEscribe

Queísmo y dequeísmo son dos errores muy comunes en los que todos incurrimos alguna vez. En la oralidad no siempre prestamos tanta atención a las formas correctas, pero cuando escribimos deberíamos tratar de no cometer estos errores. Aunque la sintaxis es la base para entender las reglas que vamos a ver (y la sintaxis no suele ser fácil), sin necesidad de aprenderlas de memoria, podemos recurrir a dos procedimientos para saber cuándo usar la preposición de y cuándo no.

Un procedimiento que puede servir en muchos de estos casos para determinar si debe emplearse la secuencia de “preposición + que”, o simplemente que, es el de transformar el enunciado dudoso en interrogativo. Si la pregunta debe ir encabezada por la preposición, esta deberá mantenerse en la modalidad enunciativa. Si la pregunta no lleva preposición, tampoco deberá usarse esta en la modalidad enunciativa: ¿De qué está seguro? (Está seguro de que…); ¿Qué opina? (Opina que…). Otra forma de detectar el error es reemplazar el enunciado dudoso por esto, eso, aquello: Dijo que vendría (Dijo esto y no Dijo de esto); Dudó de que su hermano lo perdonara (Dudó de esto y no Dudó esto).

Ahora sí, acá van las reglas para fundamentar lo que decimos.

Dequeísmo. Es el uso indebido de la preposición de delante de la conjunción que cuando la preposición no viene exigida por ninguna palabra del enunciado.

1. Se incurre en dequeísmo en los siguientes casos:

  • Cuando se antepone la preposición de a una oración subordinada sustantiva de sujeto. El sujeto de una oración nunca va precedido de preposición y, por tanto, es incorrecto decir Le preocupa de que aún no hayas llegado (correcto: Le preocupa que aún no hayas llegado). Nota: Algunos verbos, cuando se usan en forma pronominal (alegrarse, preocuparse, etc.), sí exigen un complemento precedido de la preposición de. En ese caso, el uso conjunto de la preposición y la conjunción es obligatorio: Me preocupo de que no les falte nada, y no Me preocupo que no les falte nada.
  • Cuando se antepone la preposición de a una oración subordinada sustantiva de objeto directo. Esto ocurre, sobre todo, con verbos de “pensamiento” (pensar, opinar, creer, considerar, etc.), de “habla” (decir, comunicar, exponer, etc.), de “temor” (temer, etc.) y de “percepción” (ver, oír, etc.). El objeto directo nunca va precedido de la preposición de y, por tanto, es incorrecto Pienso de que conseguiremos ganar el campeonato (correcto: Pienso que conseguiremos ganar el campeonato); Me dijeron de que se iban a cambiar de casa (correcto: Me dijeron que se iban a cambiar de casa).
  • Cuando se antepone la preposición de a una oración subordinada que ejerce funciones de predicativo en oraciones con el verbo ser. Este complemento, por lo general, no va precedido de preposición y, por tanto, es incorrecto decir Mi intención es de que participemos todos (correcto: Mi intención es que participemos todos).
  • Cuando se inserta la preposición de en locuciones conjuntivas que no la llevan: a no ser de que (correcto: a no ser que); a medida de que (correcto: a medida que).
  • Cuando se usa la preposición de en lugar de la que realmente exige el verbo: Insistieron de que fuéramos con ellos (correcto: Insistieron en que fuéramos con ellos).

2. Los verbos advertir, avisar, cuidar, dudar e informar, en sus acepciones más comunes, pueden construirse de dos formas, por ejemplo: advertir [algo] a alguien y advertir de algo [a alguien]. Por tanto, con estos verbos, la presencia de la preposición de delante de la conjunción que no es obligatoria.

3. antes (de) que, después (de) que, con tal (de) que: ambas construcciones son válidas.

Queísmo. Es la supresión indebida de una preposición (generalmente de) delante de la conjunción que, cuando la preposición viene exigida por alguna palabra del enunciado.

1. No debe suprimirse la preposición en los casos siguientes:

  • Con verbos pronominales que se construyen con un complemento de régimen: acordarse de algo, alegrarse de algo, arrepentirse de algo, fijarse en algo, olvidarse de algo, preocuparse de o por algo, etc.: No me acordé de que era tu cumpleaños (no No me acordé que era tu cumpleaños).
  • Con verbos no pronominales que se construyen con un complemento de régimen: convencer de algo, insistir en algo, tratar de algo (en el sentido de ‘procurarlo, intentarlo’), etc.: Lo convencí de que escribiera el artículo (no Lo convencí que escribiera el artículo).
  • Con sustantivos o adjetivos que llevan complementos preposicionales: Tengo ganas de que llueva (no Tengo ganas que llueva). Estamos seguros de que acertaremos (no Estamos seguros que acertaremos).
  • En locuciones como a pesar de que (no a pesar que), a fin de que (no a fin que), a condición de que (no a condición que), en caso de que (no en caso que), etc. O en la construcción hasta el punto de que (no hasta el punto que).
  • En las locuciones verbales caber, o haber, duda de algo, caer en la cuenta de algo, darse cuenta de algo: No cabe duda de que es un gran escritor (no No cabe duda que es un gran escritor).