Preposiciones II

#AsíSeEscribe

Ya caracterizamos la preposición, y analizamos algunos usos incorrectos como el queísmo y el dequeísmo. Sintácticamente, relaciona palabras o grupos de palabras, de ahí que funcione como nexo subordinante. Algunas consideraciones más nos permitirán equivocarnos lo menos posible, a pesar de la dificultad que suelen presentar sus reglas en todas las lenguas.

En principio, a la hora de elegir una preposición, deberíamos dejar de lado ciertos usos intuitivos que los hablantes tenemos incorporados y que suelen ser incorrectos. Por esta razón, saber algo más de esta clase de palabras nos orienta acerca de lo normativamente aceptable.

Algunas tienen significado propio en ciertos sintagmas: El libro trata de literatura (tema), Vino con su primo (compañía), etcétera.

Otras son regidas por verbos, sustantivos, adjetivos o adverbios (régimen): acceder al pedido, advertir del peligro/sobre el peligro, competir con un rival, limitarse a contestar, entre otras.

Más allá de lo anterior, en esta entrada nos ocuparemos, en especial, de aquellos casos en los que dos proposiciones pueden usarse indistintamente en forma correcta:

Se copió a/ante la vista del profesor.
A/bajo la luz de la luna.
Asociarse a/con alguien.
Tiene olor a/de eucalipto.
Entró al cine/en el cine.
Se dirigió a/hacia la ciudad.
La mala noticia llegó a/hasta sus oídos.
Voy a/para Buenos Aires.
Al/por fin nos vemos.
Un vaso con/de leche.
Tropezó con/en la rama.
¿Con/por qué motivo?
Se golpeó contra/en el codo.
Llegó de/desde Córdoba.
Fue lo más emotivo de/en la fiesta.
¿De/para qué te sirvió?
Lo tomó de/por las solapas del saco.
Hablemos de/sobre ese tema.
Está en/sobre el escritorio.
Se tiró hacia/para atrás.
Llegará hacia/sobre las cinco.
Hizo lo posible para/por.
Está todo por/sin ordenar.

 

Fuente: Laura Andrea Pérgola “Acerca de la preposición” en María Martha García Negroni (coord.) El arte de escribir bien en español, 2001.

Como hablantes o como redactores a veces nos equivocamos, pero también tenemos tendencia a corregir lo que no es necesario y caemos en otro error que es el de la ultracorrección censurando usos que están permitidos. Tengamos en cuenta que nuestra lengua es bastante más flexible de lo que solemos creer y que es importante que asumamos esa flexibilidad, porque ahí radica una de las riquezas del español.