Maasé Merkabá

#Cabala

La primera forma organizada de una práctica de meditación judía la encontramos en una colección de manuales del siglo VI de la era común: Maasé Merkabá, obra de la Carroza del Trono. Encontraron en las imágenes de las profecías de las visiones de Isaías, y espe- cíficamente en la descripción de Ezequiel, la arquitectura de los palacios celestiales, heijalot, que conducen al trono de D-s, a modo de antiguos mandalas. Rabi Akiva, tal como es citado en el Talmud, ingresó junto a tres colegas en el pardés, el jardín de la interpreta- ción. En esas vías de meditación, ninguno obtuvo el mismo resultado que otro: uno murió en el esfuerzo, otro enloqueció, un tercero fue apóstata de la fe judía. Sólo Rabi Akiba supo ir y volver. Éste es uno de los principios fundacionales de la cábala: no separar la vida de lo divino de nuestra vida en la tierra. Lo cotidiano y lo espiritual son uno.

Junto con esta selección de textos, encontramos los compilados bajo la nomenclatura de Maasé Bereshit “obra o relatos del Principio o de la Creación”, que darán origen a otros textos de tradición teosófica y cosmogónica.