El Lobo Aullador

#DockeryPlantation

…“Mucha gente pregunta ¿Qué es el Blues? Escucho a muchos diciendo “el blues, el blues…” Pues yo voy a contarles lo que es el Blues. Cuando no tienes dinero, ahí tienes Blues, cuando no te alcanza para pagar tu casa, sigues teniendo el Blues. Mucha gente comenta, “no me gusta el blues”, pero cuando no tienes dinero, no puedes pagar tu casa y no te alcanza para comer, tu estás condenado al Blues. Cuando no tienes dinero tienes el Blues porque estas jodido”…

Hay veces en las cuales a uno se le hace difícil de creer como ciertas personas con una vida turbulenta y una infancia aun peor, pueden llegar a ser tan sensibles a la hora de transmitir el amor. Chester Arthur Burnett fue uno de ellos.

Nacido en Mississippi (como no podía ser de otra manera) en 1910 a muy poca distancia de la maravillosa Plantación Dockery, un niño robusto que durante años acobijó los apodos de Bull Cow (algo así como Toro) y Big Foot (pie grande), se escapaba a la Plantación Dockery para juntarse nada más ni nada menos con el gran Charlie Patton, del cual pudo aprender algunas técnicas para ejecutar su guitarra. Con los años Chester se haría mas conocido bajo el sobrenombre de Howlin’ Wolf, que según dicen obtuvo de las historias que su abuelo le contaba cuando niño, las cual decían que si él se portaba mal una jauría de lobos aullando vendrían a buscarlo.

La crianza musical de Wolf se agrandó plenamente cuando en la década del treinta solía tocar junto a Robert Johnson y Sonny Boy Williamson II, este último con los años se convertiría en el marido de su hermana. Es asombrosamente envidiable y me enoja muchísimo no poder haber sido parte de alguno de esos conciertos en los campos del fantástico Delta de los Estados Unidos de América.

Howlin' Wolf

Howlin’ Wolf

A muy temprana edad su madre lo echó de su casa porque él no quería trabajar en los campos de algodón, entonces fue a vivir con su tío, el cual lo maltrataba de sobremanera. Intentó hallar la felicidad cuando escapó de la casa de su tío caminando casi 140 kilómetros para poder reencontrarse con su padre, el cual le dio la infancia que merecía. Pero unos años más tarde el gobierno de los Estados Unidos lo llamó para alistarse en el ejército y ahí su vida volvía a ser un tormento (como para casi todos los jóvenes de color de aquella época). Yo creo firmemente que todo el odio y repudio que vivió Wolf en sus primeros años han sido responsables de esa tan furiosa voz capaz de rajar los macizos y fértiles suelos de todo el Delta. El legendario Sam Phillips, quien plasmó las primeras canciones de Wolf en un disco, dijo: “Este muchacho, para mi, encarna lo mejor del alma humana. Sus ojos se iluminaban y podías ver las venas de su cuello y, amigo, no había nada en su cabeza mas que la canción. El hijo de puta cantaba con su maldita alma”

Era un hombre muy solitario y de pocas pulgas. Imponía respeto con su carácter y su enorme cuerpo, y a veces era algo antipático. Por suerte estas “cualidades” desembocaron en su eterna rivalidad con Muddy Waters, cosa que yo agradezco tantísimo, porque gracias a esta guerra de egos ellos sacaron lo mejor y lo peor desde el oscuro fondo su alma, formando y enriqueciendo el Blues de Chicago, siendo así dos pilares fundamentales en la creación de esta bellísima expresión conocida como Amor pero que algunos decidieron llamar Blues.

Howlin' Wolf

Howlin’ Wolf

Wolf ha influenciado a un número incalculable de músicos que luego serian los arquitectos del Rock And Roll. Su legado es de lo mas extenso y maravilloso de nuestra era: Jimi Hendrix, Rolling Stones, Cream, The Animals, The Kinks, Creedence Clearwater Revival, Canned Heat, Grateful Dead y la lista continua. En todos estos artistas escuchamos algo de Wolf. Su manera rudimentaria de tocar la guitarra, la violencia al ejecutar su armónica te da la sensación de que se van a caer los techos, y su aullido tenebroso lleno de dolor e injusticia que lograría hacer temblar a Goliat y todos sus parientes.

Pero una vez mas el maldito cáncer se ha llevado a otro gran profeta del amor, y el diez de enero de 1976 en el hospital para veteranos de Hines, Illinois, el alma de Wolf se fue al cielo con su tenebrosa y ronca voz a reclamar lo que nunca le dieron en vida. Hoy, algunos lo llaman truenos.

Howlin’ Wolf
Smokestack Lightning
http://youtu.be/-wS0-5UMhiM