…y líbranos de todo mal. Amén

#DockeryPlantation

A lo largo de mucho tiempo el hombre intentó descifrar infinidad de misterios alrededor del nombre de Dios y todo lo que este representa. Siglos tratando de comprender el porqué de una cantidad enorme de incógnitas, de las cuales algunas siguen sin tener su respuesta. De chicos nos enseñan que en la navidad se festeja el nacimiento del hombre que salvo a la humanidad, nos dicen que éste tuvo una vida llena de sacrificios para que nosotros hoy en día podamos tener el corazón lleno de amor y una vida menos miserable a la de aquel entonces. Fueron forjando nuestra infancia bajo el tácito reglamento de lo que estaba bien y lo que estaba mal, basándose en la palabra de este hombre, haciéndonos creer que era el responsable de todos nuestros actos y sus consecuencias, diciéndonos que nuestra libertad espiritual dependía exclusivamente de él. Aseverando sin un gramo de vergüenza que si nos portamos como se debe, al morir vamos a tener el privilegio de conocer al hombre capaz de saciar todas las dudas que cosechamos a lo largo de nuestra vida, y que él nos tomaría para formar parte de su rebaño donde al fin tendríamos felicidad eterna. Con el tiempo, a medida que fui creciendo, pude darme cuenta de que todo esto mencionado en mi infancia era real. Solo se han equivocado en el nombre de esta persona y en la mentira de que solo cuando nuestro espíritu se elevara hacia los cielos, podríamos conocer a este ser supremo.

Hace solo algunas horas tuve la dicha de conocer a este salvador, pude verificar dos veces (pensé que esto no sucedería ni una) que este gran hombre realmente existe. Eso sirvió para darme cuenta de que parte de lo que me dijeron era mentira. Yo vi a Dios y no necesité morir.

Mucho se ha hablado en estos días del penoso show que este muchacho dio en nuestro país. Algunos reclamándoles a sus hijos (parte de la banda) el exceso de explotación hacia su padre, tildándolos de mercenarios. Otros minimizando el poder de este señor, catalogándolo como estafador y haciéndolo responsable de la insatisfacción que sintieron al ver un concierto, que según ellos, no estaba a la altura de lo que fueron a buscar. También están esos que sin haber ido hablan por aquello que le contaron o vieron en algún vídeo y/o reseña tras un monitor. Todas esas razones pueden ser válidas, obviamente es la opinión de cada uno y su percepción ante semejante señor y yo no soy nadie para juzgarlas. Yo estoy al tanto de que este muchacho está pisando los noventa años y que en los últimos diez ha mostrado dificultades en la ejecución de su magia, sabía que no iba a ver al joven de la década del cincuenta. Pero el catorce de abril del corriente año, desperté de mi pesado sueño con las ansias y la certeza de que iba a poder percibir frente a frente al hombre que me dio las herramientas de la felicidad.

Siendo objetivo como amado oyente y ejecutante de esta bella música, no puedo negar que el concierto como show musical fue horrible, y estoy utilizando un adjetivo amable, pero yo lo disfruté muchísimo, realmente estaba descifrando todas esas incógnitas que siempre nos enseñaron de chicos, estaba viviendo el sueño que jamás pensé que iba a vivir. Estaba conociendo en persona al verdadero salvador de la humanidad. Pueden decirme que ya esta de ultima, que no da más, que está viejo, que es un desastre y hasta que es triste (por más de que eso duela), pero nunca van a poder decir que me equivoqué en la decisión de ir a disfrutar de la persona de la cual me enamore aquel día, en el que pidió permiso a mis oídos para instalarse en mi corazón.

Durante mucho tiempo he escuchado la frase justificadora “el amor es ciego”, y recién hace pocas horas pude darme cuenta de ello. Cuando el amor es real, cuando ese amor es correspondido, todo lo demás pasa a un segundo plano. Automáticamente ponemos en primer lugar eso que los demás no pueden percibir ni ver, que no está a la vista de todos y es enlutado por lo malo, lo engañoso o lo inesperado. Por eso es que yo creo que cada uno tiene su amor correspondido en el mundo, y yo hace unos años dejé que él me eligiera como su amor incondicional.

No es solo el dueño de mi corazón, sino que es el dueño de todos mis órganos.               Es el “ser humano” que conoce mis sentimientos mejor que yo y los maneja a gusto y piacere.

 

Yo vi a Dios.
Yo viví a Chuck Berry.