Nombre: Bárbara Duhau
Edad: 24
Libro: Forasteras (La Parte Maldita, 2013)
Temas: Enfermedad. Cuerpo. Mundos femeninos.
Por qué hay que leerlo: Como sistema de codificación de la experiencia, la novela encontraría límites insospechados -y por insospechados uno quiere decir límites con la capacidad de deshacer el género- en libros ambiguos, polivalentes, incluso dudosos, como la historia clínica del crítico de arte Aby Warburg (La curación infinita) o las Memorias de un enfermo de nervios del alemán Daniel Schreber. A la inevitable pregunta hamletiana acerca de si eso es o no es literatura puede anteponerse otra: ¿hasta dónde puede leerse cualquier texto y cuál es entonces, desde la lectura antes que desde la escritura, la laxitud de la categoría literaria en sí misma? Vinculada al naturalismo, la literatura -y en particular la novela naturalista- volvería sobre las cuestiones del cuerpo como urbi et orbi de los humores que laceran ya no a los individuos que los padecen sino como síntomas (signos) de un organismo supramaterial, simbólico y estatal que los contiene y que determina, para bien o para mal, su sentido último. El giro autobiográfico volvería sobre la misma cuestión en un camino completamente inverso. Forasteras, de Bárbara Duhau, por su lado, explora lo autobiográfico desde la explícita ficción de una primera persona que pronto se vuelve dos primeras personas, narrándose a sí mismas en simultáneo y entrecruzándose como dos pacientes que se miran de reojo a través del cortinado de una misma habitación. Dos mujeres cuyos humores se ven patológicamente afectados por situaciones que plantean un zigzag entre el interior -cuerpos que enferman, se tumorizan y padecen- y el exterior -un mundo donde lo laboral, afectivo y familiar enferma, se tumoriza y padece- y desde esa condición exigen un doble tratamiento: el físico y el psíquico.
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