“Bailando con los osos”

#BorgesDelFuturo

Autor #19

Nombre: Fernando Krapp.
Edad: 29
Libro: Bailando con los osos (17grises, 2012)
Temas: Los lazos sociales.
Por qué hay que leerlo: La atmósfera general de los cuentos de Bailando con los osos se resuelve en ese mismo título. De lo que se trata no es de apropiarse de las preocupaciones preciosistas de Gustave Flaubert y le mot juste, sino de abrir la cita a la prestancia de nuevas resonancias. Una construcción social atravesada por una subjetividad ordenadora que asume a priori la posibilidad de un cruce con su opuesto inevitable, la naturaleza. Pero no cualquier naturaleza, sino con una naturaleza animal. Es sobre los instantes en el que se resuelve el desenlace de ese cruce improbable -el momento en que el baile artificial deviene acecho natural y el momento en que el animal domesticado deviene peligro salvaje- donde Fernando Krapp encuentra los intersticios de sentido que mejor potencian sus cuentos.

La pregunta acerca de la naturalidad presunta de los lazos sociales que dan forma a lo humano se repite una y otra vez bajo ese efecto. ¿Qué son la amistad, la paternidad y el amor cuando son deportados forzosamente al territorio de lo siniestro? ¿Cuál es el sabor de la violencia natural de una cacería cuando se resuelve al modo de una matanza entre humanos? La pregunta, en última instancia, es también profundamente literaria. ¿Cómo representa el lenguaje la ambigüedad de la experiencia cuando sus verdades se vuelven peligrosamente extranjeras? Fernando Krapp hace de Bailando con los osos un viaje correcto y ordenado alrededor de algunas de estas inquietudes.

¿Por qué leer Bailando con los osos en el futuro?
No tengo el DeLorean, y calculo que especular si el libro tiene un valor literario para el futuro no es mi tarea. Pero bueno, supongamos que un erudito en literatura del 2113 se pone a buscar patrones de escritura sobre cien años atrás; quizás encuentre entonces una cierta “revalorización” de algunos géneros (terror, fantástico, extraño), algo que se estuvo dando en otros autores a los largo de la primera década de este siglo. En ese caso, mi libro encajaría bien por esa línea. Y con esa distancia temporal ya no importa que el libro sea bueno o malo, sino que sea una novedad vieja en donde ubicar otras cosas para sacar conjeturas.

¿Papel o bytes?
Hace poco me compré un Kindle y la verdad que está muy bueno. Todo lo que no quiero comprar pero quiero leer, lo busco en Internet y si me agrada trato de conseguirlo en papel para engrosar mi biblioteca. Así que lo tengo para testear. Como tengo dos horas de viaje a mi trabajo también me viene bien; no ocupa espacio, etc. Pienso lo mucho que me hubiera facilitado las cosas tener ese aparatito en mis épocas de estudiante; no hubiera comprado todas esas fotocopias asquerosas con olor a gato rancio, hubiera ahorrado mucha plata y árboles para el mundo.