MEDITACION DE VIERNES SANTO

#BrujitoMaya

El Mandamiento más importante
“Dios es Amor”

Mucho se ha especulado sobre “los años perdidos de Jesús” desde los 12 (última vez que se lo menciona en su infancia, en la Biblia) hasta los 30 años. El misterio se reavivó con la aparición de los Manuscritos del Mar Muerto o Rollos de Qumrán, que asocian al personaje histórico de Jesús con los Esenios, encontrados en 1947 por Jum’a y su primo Mohammed ed-Dhib, dos pastores beduinos de la tribu Ta ´amireh en una cueva de Qumrán. Estas nuevas revelaciones dieron lugar a múltiples especulaciones respecto al origen de las enseñanzas de Jesús. Lo cierto es que la palabra de Cristo aún sigue viva entre la humanidad, y sus enseñanzas guardan una secreta sabiduría.
En tiempos de cuaresma, preparándonos para el domingo de ramos, las enseñanzas de Jesús nos dan la oportunidad de profundizar en su mensaje. Otros Maestros y Profetas vinieron antes que El a plantar su semilla de Luz en el mundo, pero el hombre no terminó de comprender sus enseñanzas y convirtieron sus palabras en religiones, Jesús lo explicó con el ejemplo de los trabajadores: “El dueño de una tierra la alquiló a unos trabajadores para cultivarla, cuando vino el tiempo de la cosecha envió a uno de sus hombres de confinza a cobrar su parte, pero los trabajadores lo echaron a golpes y lo maltrataron sin pagarle un denario, entonces mando a otro hombre y luego a otro, y los dos sufrieron la misma suerte, fueron insultados y apaleados. Cansado, el dueño de la tierra envió a su propio Hijo para hablar con los hombres (Lucas 20-9). Así hizo la humanidad con cada uno de sus Maestros y Profetas, adorados por unos pocos, ignorados y maltratados por la gran mayoría desechando su mensaje de amor y transformación. Jesús siempre hablaba con metáforas y ejemplos como este, muchas de sus enseñanzas eran crípticas y ocultaban un mensaje que muy pocos comprendían. Algunas escuelas de metafísica guardaban celosamente sus enseñanzas revelando solo a unos pocos el gran legado que es herencia de toda la humanidad. Pero la humanidad aún no estaba preparada para comprenderla. En estos tiempos extraordinarios para todo el mundo sus palabras son abiertas al mundo, para que todos puedan comprenderlas. El primer mandamiento

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Si uno quisiera resumir todas sus enseñanzas en una sola y practicarla, quizás la más importante sea “Ama a tu prójimo como a tí mismo”. Si no hicieramos nada más que eso, pero pudiéramos abrir nuestro corazón al amor, todo lo demás estaría hecho ¡Pero que difícil nos resulta esto! Le preguntaron a Jesús cuál era el mandamiento más importante de la Ley de Moises y el contestó: “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Y el segundo es parecido: ama a tu prójimo como a tí mismo” (12.28-31). La enseñanza de Jesús fue esa: ama, ama, ama con todas tus fuerzas. Los hindúes creen que Dios mora en el corazón de cada uno de los hombres. Por eso Jesús unió los dos mandamientos en uno: aprende a amar a cada persona como a Dios. Si logras amar a todo el mundo habrás realizado a Dios en tí mismo. No hay otro camino para llegar a Dios, solo el amor. Incluso las personas que se creen muy espirituales, meditan, hacen oración, todo eso es un camino para llagar a… pero la meta definitiva es el amor, si no hay amor en sus corazones no sirve de nada que se pasen horas y horas meditando, son como una higuera seca que no da frutos.

Puedes ahorrarte trabajo y tiempo y poner toda tu energía en aprender a amar. Pablo, en su carta a Corintios (13.1-7) escribió: “Si yo hablo lenguas de hombres y de ángeles, pero no tengo amor no soy más que un tambor que resuena o un platillo que hace ruido. Si comunico mensajes recibidos de Dios, y conozco todas las cosas secretas, y tengo toda clase de conocimientos y tengo toda la fe necesaria para sacar los cerros de lugar, pero no tengo amor, no soy nada. Si reparto todo lo que tengo y hasta entrego mi propio cuerpo para ser quemado, pero no tengo amor, de nada sirve. El que tiene amor tiene paciencia, es bondadoso y no envidioso, no es presumido ni orgulloso. No es grosero ni egoísta, no se enoja ni es rencoroso. No se alegra del pecado de los otros, si no de la verdad. Todo lo soporta con confianza, esperanza y paciencia.” La historia de Pablo es muy interesante. El era un soldado que perseguía y daba muerte a los que predicaban la palabra de Jesús. Un día, yendo por el camino a Damasco, persiguiendo cristianos, una Luz enceguecedora lo encandiló. Era tanto el amor que lo embargaba que casi no pudo respirar, y quedó ciego por tres días. Así se transformó Pablo cuando fue lleno del Amor del Espíritu Santo y ya no pudo ser el mismo, su vida cambió. No importa lo que seamos en el presente, aún una persona tan mala como él, que asesinaba por sus creencias personales, cambió por completo cuando la copa del Amor llenó su corazón, y ahí no tuvo vuelta atrás, ya no pudo ser el mismo, porque cuando el amor te toca te transforma, el amor cambia tu visión de todas las cosas, el amor te muestra siempre el camino correcto.

Una buena pregunta para saber si estamos actuando bien a cada momento es preguntarnos ¿esto está de acuerdo con la Ley del Amor? Si no lo está, muy dentro tuyo sabes que no está bien. La energía del amor Dios es Amor. Dios es esa inmensa energía que impregna todo, cada átomo del Universo es Amor. Por eso la única manera de llegar a Dios es fundiéndote con la energía del Amor. ¿Y como lo haces? Amando. La única manera de generar amor es amar, así de simple (y a su vez, no se porque, parece tan complicado). El mismo Jesús enseñó: “Ustedes han oído que sus antepasados le dijeron: no mates, pues cualquiera que mata deberá ser juzgado. Pero yo les digo que cualquiera que se enoje con su hermano tendrá que ser juzgado. Así es que si llevas tu ofrenda al altar y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra tí, deja tu ofrenda allí mismo delante del altar y ve primero a ponerte en paz con tu hermano. Entonces puedes volver al altar y presentar tu ofrenda”. (Mt 5.21-24). Preparemos nuestro corazón para recibir todo el Amor de Dios y nuestra vida se transformará como la de Pablo, y estaremos llenos de esa Luz Inmensa, que los grandes iluminados durante siglos nos han tratado de explicar.
Gabriel Rugiero “El Brujito Maya”
(se agradece citar fuente)