Cerca de 19.000 espectadores pudieron apreciar Tabú, la gran película de Miguel Gomes estrenada este año nuestro país. Una cifra nada despreciable para un film portugués. Pero, lamentablemente, se trató de una excepción.
Al igual que otras cinematografías europeas, a la producción lusitana le ha costado hacer pie en la cartelera local. Los motivos pueden ir desde la desidia de las distribuidoras hasta la acumulación de ”tanques” a exhibir. Por suerte, a directores como Gomes o el centenario Manoel de Oliveira al menos se los pudo ver en circuitos alternativos como el BAFICI.
