Tropezar no es malo, encariñarse con la piedra sí

#CoachingPersonal

1000938_10151848508371565_1026522758_nCuando escuché a Félix Salotto en la presentación de su libro “El Jugador dentro del Jugador, la inteligencia emocional en el deporte” lo primero que dijo en presencia de casi 100 personas fue “El éxito de este libro se debe a que todo comenzó con un fracaso”. La personas “cuchicheaban” entre sí, algunos hasta se sonreían con cierto nerviosismo. En ese momento llegué a la conclusión que la mayoría de las personas no están preparadas para perder o fracasar porque cuando pierden o fracasan sienten que ellos son unos perdedores o fracasados…

Desde el Coaching Ontológico sostenemos que “El éxito es más la consecuencia de una actitud que de una capacidad” y que los resultados son diferentes de las personas, es decir, puedo tener un resultado que califico como “malo”, pero ese resultado no significa que “soy malo”, si no simplemente que perdí.

Y aquí creo que está la cuestión! No me imagino al mejor jugador del mundo destruyendo su autoestima por completo porque “le erró” al arco. Las personas con actitud ganadora saben distinguir entre ellos mismos y sus resultados, para ellos no está “mal” no lograr algo, simplemente hay que corregir jugadas para que el resultado sea el deseado.

Distingamos entre ACTITUD GANADORA y ACTITUD PERDEDORA:

ganadorACTITUD GANADORA
- Aportar siempre soluciones.
- Tener siempre un plan.
- Hacerte cargo, decir “yo lo hago”.
- Tener una solucion para cada problema.
- Pensar que es difícil pero realizable.

ACTITUD PERDEDORA
- Poner siempre “problemas”.
- Tener siempre “excusas”.
- Decir “no me meto, no es asunto mío”.
- Tener un problema para cada solución.
- Pensar que es realizable, pero imposible.

No importa tanto los resultados que tengas, pero sí importa qué actitud estás teniendo. El desafío tal vez esté en aprender a tener ACTITUD GANADORA y animarte a usar tus resultados no queridos como incentivo para “patear de nuevo”. Como dijo Thomas Edison cuando le preguntaron cómo se sentía con todos los fracasos que cometió antes de crear la lámpara incandescente “No fueron 1000 intentos fallidos, fue un invento de 1000 pasos”
Asi que… a caminar entonces!

Hasta la próxima!

Agostina Fasanella
Y el equipo de Liderarte Consultora

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