SPARKLINGS en Varanasi – Segunda parte

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Me levante con la decisión de no ir a sarmath como pensaba, quería perderme por Varanasi y es lo que hice. Mientras caminaba me puse a pensar en la atracción, ese momento de luz que sucede simultaneo entre dos personas para que se gusten, que muchas veces implica ni hablar es algo sin entendimiento, como una chispa. Al viajar siempre me sorprende la cantidad de personas que uno conoce, se encuentra, mira, diferentes y a pesar de ver a otro bello eso no implica la sensación de querer estar cerca o querer conocerlo. Pero hay personas que te dejan su huella, como su energía al cruzarse con la tuya produce una reacción química donde el entendimiento no es una variable. Primero fui a desayunar a un buen hotel que me había recomendado la francesa, y que estaba sobre un ghat más al sur de donde estaba. Camine hasta allí mirando un mercado en la vereda, bullicio por doquier y vacas comiendo basura o simplemente cortando el tráfico. Subí a su terraza y me quede contemplando el silencio del lugar. Luego de desayunar, recorrí el hotel, eran habitaciones coloniales. Camine, me perdí por los callejones, encontré un hotel que los españoles me recomendaron para parar y que no confié a pesar de que los papelitos me indicaban que fuera, y al final estaba muy bueno, comí algo en su terraza que daba al Ganges y mostraba las terrazas de distintos niveles de los templos y casas que dan al rio. Me imagine allí por un rato, pero disfrute de mis elecciones. Podría haberme organizado, pero no quise, preferí fluir. Fui a un templo, compre flores para ofrecer, y después fui a la parte donde queman a los cuerpos. En realidad me di cuenta que Varanasi no me asusto porque ya estoy acostumbrada a india, el cuerpo cambia, como que hay cierto soltar natural con él tiempo.  El ser humano se acostumbra a todo.

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Me perdí por sus calles, termine dentro del mercado de flores, una multitud de gente ofreciendo flores en sacos y tiradas en el piso, era una maravilla no solo por su colorido sino por los aromas que se mezclaban, el bullicio hacia que te sintieras aturdida pero era pintoresco. Seguí caminando y como si supiera a donde doblar o donde ir, mi instinto me hacía girar y seguir por interminables callejuelas donde se ofrecía de todo. Así fui perdiéndome. Había muchos policías por precaución de un templo que era amenazado por bombas del terrorismo y sentí cierto temor si pasaba algo que yo no me había enterado. Era normal me corroboraron los dueños de un shop que vendía telas. Pregunte el precio de una que me gustaba, amarilla con diseños en oro, y me dijeron que esa era para envolver a los muertos; mejor no me dije a mi misma, y seguí caminando pese a la insistencia de que viera otras. Finalmente, me encontré del lado del Ganges  donde se realizaba la quema de los cuerpos entre por el costado después de ver un templo hundido por el agua. Se encontraban los sacerdotes y una procesión de hombres llevaban al muerto envuelto en telas sobre sus hombros y cantando. El olor incienso y a humo te atrapaba haciéndote doler los ojos. Varios hombres me miraron y se acercaron para sacarme del lugar y un sacerdote que estaba haciendo su ritual intercedió por mí y me dejo adelantarme para que tuviera mejor visión. Esas cosas que no se dicen pero que se sienten. A veces siento en india que hay sacerdotes que te ven el aura, porque me suceden cosas que me hacen pensar en lo que no se ve, en lo invisible. Este caso era uno, estaba como uno más de los familiares cuando las mujeres no son invitadas ni bienvenidas en los funerales. El llanto en los funerales no está recomendado – en parte porque no es vista como una ocasión triste y en parte porque los fluidos corporales, como las lágrimas, se consideran contaminantes en los ritos religiosos. Por esta razón, las mujeres han sido tradicionalmente excluidas de los rituales funerarios, el razonamiento es que son más propensas a llorar que el hombre.

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Mientras veía la quema de los muertos pensaba en que la vida y la muerte es parte del vivir. Se festeja, se hace el ritual y la vida sigue con la despedida de los que se quedan a continuar. Algo me llevo a estar allí, cerca, viendo, los cuerpos crujir y ser absorbidos por las llamas, llegando a un punto de olvidar que eso era un cuerpo humano. Sentía que estaba absorbida en una película pero todo lo que estaba viviendo era real y estaba basado en una larga tradición.

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Camine para mirar de otro ángulo y de pronto entre cabras y vacas que pude esquivar apareció un chico que empezó a hablarme sin parar de la religión y de porque las mujeres no podían estar mirando esto dado que son más susceptibles y en algún momento han terminado tirándose junto al difunto y desde ese momento no están permitidas. Yo dudaba de sus intenciones, ya que siempre hay un pedido posterior, pero en este caso, solo quería conversar, quería practicar su inglés, quise darle unos billetes pero se negó, “solamente quería contarte lo que estabas viendo, podes confiar en mí”. Me conto sobre como los hombres que queman los cuerpos tienen derecho al oro que los muertos cargan, ya que estos son incinerados con ellos y luego de tirar las cenizas ellos se meten al Ganges a bucear por sus pertenencias.  Mis ojos escuchaban pero mi corazón latía, entendiendo otra cultura, otras historias, otras formas de despedir a sus muertos.

Las cenizas de los muertos volaban por el aire y la verdad sentí que era suficiente. El chico quiso que lo acompañara a subir un edificio donde podía tener la mejor vista de la cremación, pero no quise tentar a mi suerte y le agradecí, mientras veía como tres turistas hombres eran llevados por otros chicos hindús al edificio. Vi unos niños corriendo con cabras, y un grupo de hombres cargando un muerto cantando eufóricos mientras pasaba por corredores llenos de maderas con las cuales se quemaba su peso en ellas. Según el tipo de madera dependía el costo de la cremación. A diferencia de otros extranjeros, nadie me conto una historia de que no tenía dinero para cremar a algún familiar, ni me pidió dinero, entre y salí a mi tiempo y con la experiencia cercana de ver que la muerte es parte de lo cotidiano.

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Luego decidí encontrar el famoso blue lassi, un yogurt con frutas, coco y otros ingredientes que se preparaba en el momento y que había que probar. Varios compañeros del viaje me habían sugerido que no podía irme de Varanasi sin degustarlos. Al llegar elijo el sabor y salgo a sacar una foto de como lo hacían y me choco con un hombre que me mira.  Fue un segundo pero sentí la chispa de atracción instantánea, su cuerpo se dio vuelta a mirarme y a sonreírme y a mí me sucedió algo similar. Me habla en hebreo confundiéndome con un israelita (cosa habitual desde que estoy en india que me confundan con una judía), le digo que soy argentina y me dice en perfecto español nací en chile pero vivo en Israel. El yogurt estaba listo y el indio me decía que no hablara con ellos mientras me lo entregaba. Yo me reía, por esta forma natural que tienen los indios en meterse en tu vida. Tomas me seguía conversando, estaba con un amigo llamado Guili viajando por tres semanas y solo había decidido hacer cuatro ciudades, necesitaban descansar. Con mi yogurt en la mano, les digo que si me esperan a tomar el lassi me unía a ellos (pensando que ya lo habían tomado y sintiendo que era suficiente tiempo estando sola). Me dicen que por supuesto, el lugar era chiquito y muy turístico, todo pintado de azul y lleno de fotos carnet de extranjeros que iban recolectando. Luego del lassi salimos a caminar. Nos perdimos por los callejones y entramos a algunos templos a contemplar sus dioses y arte por doquier. Tomas me presentaba como su esposa y yo me divertía porque de esta forma lograba que los indios hicieran algún comentario. Tenía 47 años pero parecía mucho menos, estaba divorciado 3 veces, tenía 2 hijos, era consultor de una empresa y bastante workaholic, mientras caminábamos no paraba de hablar por teléfono y de resolver negocios. Guili en contraparte, soltero, era muy tranquilo, hablaba poco, era un buen abogado israelí y era más profundo.

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Me miran después de un rato y me dicen “te llevamos a una terraza copada”, y terminamos en el hotel Alkar mirando el atardecer charlando de la vida y comiendo comida típica. Se sumó un alemán al grupo que estaba leyendo un libro allí. Desde la terraza escuchábamos la ceremonia que había vivido el día anterior en el Dasaswamedg ghat. A la distancia se escucha la música y se ve el fuego y el incienso que envuelve al todo, era otra manera de vivirlo. Los barcos transitan el Ganges con gente en ambas direcciones y las velas y ofrendas se observan en el Ganges como puntos de colores y brillantes. Disfrute de la calma de la terraza con el bullicio a lo lejos que podíamos observar y agradecí ya haberlo experimentado. Los tres salimos nuevamente a la noche por las callejuelas hasta salir a la calle principal para poder tomar un tuktuk al hotel. Agradecía estar con ellos, porque de otra forma no podría meterme en los callejones y ver a Varanasi de noche sin tener miedo. Tenía dos guardaespaldas para que el acoso fuera nulo, ellos además sabían negociar a los indios de una manera que yo no podía, siempre terminaba regalando unas rupias demás. Tomas me mira y me dice aunque no lo sepas si empezas a sumar todas esas rupias que andas regalando se termina convirtiendo en dinero, lo justo es justo, y uno les está pagando por el servicio que prestan. Lo miro y le digo independientemente que se haga dinero me gusta ayudar a otros y si puedo hacerlo sentir mejor porque no voy a hacerlo. Por más que no decíamos nada con Tomas había atracción. En la terraza me había pedido mi whatsapp en un momento para que le mande una foto de un mono comiendo dos helados que le había gustado y en el tuktuk me pone la mano en mi pierna como por equivocación y siento electricidad, pero yo estaba como en otra burbuja, disfrutaba de estar acompañada, me sentía protegida.

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De casualidad habían conocido en el avión a mi compañera francesa de Rijikhesh que les había sugerido el hotel al cual fui a desayunar a la mañana para ver de qué se trataba ya que Tali me había hablado de él y pensaba mudarme pero ya me sentía cómoda en el que estaba. Era mucha casualidad, y nos reíamos porque parecía que teníamos que conocernos. Al momento de bajarme en mi hotel, quedamos que al otro día los pasaba a buscar para ir a Sanath juntos a las 8 de la mañana. A 10 kilómetros de Varanasi, se encuentra Sarnath: el lugar donde buda dio su primer sermón en el año 528 a.C tras alcanzar la iluminación en Bodhgaya. Considerada por ello una de las cuatro ciudades santas del budismo, Sarnath es un lugar lleno de templos, monasterios y estupas; la más importante, la de Dhamekh, construida según se dice en el lugar exacto donde Buda pronunció el famoso sermón.  Guili era budista y no podía creer que pudiera convencer a Tomas de ir para allá, estaba feliz con nuestro encuentro.

Así fue como al bajar fue medio raro porque Tomas me quiere acompañar al hotel para que no camine sola unos metros,  pero justamente en mi calle tenían que ir en contramano con el tuktuk por unos pasos y le quedaban unas 15 cuadras para su hotel y ya era tarde. No se preocupen sigan ustedes en el taxi, mañana los paso a buscar; los convencí. Me daba vergüenza un poco la situación. Los despedí. Llego al hotel y pienso en que me hubiera gustado dormir con Tomas, había algo de él que me era familiar, y eso que no me gustan los hombres tan grandes. Me reía de que a la mañana había pensado en la atracción y en porque o como sucede, que a veces te podes encontrar con personas pero no pasa nada, y con otras es como el choque de estrellas, hay brillo en el aire. Ni bien termino de pensar en ello, me llega un mensaje de el “Do you want to come to visit later…..?(¿Quieres venir a visitarme después?)”. Me había olvidado que tenía mi teléfono.  No se le pasaba nada, pensaba, mientras me tomaba mi tiempo para responderle afirmativamente. Viajar es vivir y estar en el hoy porque los caminos se bifurcan y no sabes nunca lo que el otro puede darte, o enseñarte o lo que ese encuentro puede significar en tu vida.

Cuando estoy por irme, le confirmo al dueño del hotel que mañana usaríamos uno de los taxis para ir a Sarnath, que lo vería a la mañana. Cuando estoy por salir del hotel, me dice que no puedo salir a esas horas y que si salía no podía regresar al hotel porque después de las 23hs. está prohibido entrar y menos que venga alguien de afuera del hotel. Empieza a darme un sermón de lo que las mujeres tienen que hacer y yo lo miró extrañada con lo que me estaba diciendo, por lo cual me aseguró de escribirle a Tomas si no había ningún problema para entrar a su hotel. Lo cual me dice, que me estaba esperando y que problema podría haber, le comento lo que me estaba sucediendo y me dice que ya había avisado en la recepción de que iba a ir. El indio me empieza a hacer preguntas personales, a lo cual le tengo que responder que tenía casi 40 años y no tenía que darle explicaciones de lo que hacía a mis padres, menos a él que era un desconocido, además de que le seguía pagando mi habitación. Salí a la calle sin dudarlo, no podía creer la situación que se planteaba.

No había nadie en las calles, corrí una cuadra hasta llegar a la calle principal y no aparecía ningún tuktuk. Podía sentir mi respiración, podía ir corriendo al hotel de Tomás en Assi Ghat, pero sentí que mejor esperar y tomar algo que me llevara. De pronto en la oscuridad, ya que no hay luces en las calles, aparece un hombre tirando el carruaje en bicicleta (no me gusta que otro me lleve en bicicleta pero con los días en india, entendí que es su trabajo, y que ellos se benefician al elegirlos, pero siento que es una sensación vertical que no estoy de acuerdo y trato de no tomarlos) y sin dudarlo lo pare, no hablaba en ingles pero confié en su mirada y con señas logramos cerrar un acuerdo para que me llevara esas 15 cuadras que nos separaban. Me subí al tuk tuk en una ciudad dormida, el silencio cortaba la noche, y claramente era una situación para tener miedo. No había un alma en unas cuadras donde de día están atestadas de gente y bullicio, pero como si se apagara de noche se encontraba. El silencio era inmenso, pero la aventura y el deseo ganaban al miedo. Era una locura, pero esas locuras que hacen que el corazón se mueva como un caballo a punto de ganar una carrera, mis ojos brillaban como luceros, en un instante todo cambiaba. Varanasi no dejaba de sorprenderme y sentía que valía la pena correr el riesgo. Claramente en mi hotel no iba a poder estar tranquila con Tomas y además él se encontraba en el hotel que me había imaginado mudarme al estar a la mañana allí. La mente crea lo que uno desea pensaba. Llegue y le pague el doble al señor de la bicicleta, el miedo que pase lo ameritaba y realmente estaba feliz que quería compartirlo a mí alrededor. Había llegado sana y salva. El indio me sonrió agradeciéndome sin palabras. Me abren las puertas del nuevo hotel y sin dar explicaciones toco la puerta de la habitación de Tomas. Mi corazón latía, era una locura, ¿y si no me gustaba sus besos?, muchos puntos suspensivos que iban a terminarse en segundos.

Al abrir la puerta del cuarto, me mira y me dice “Estas loca como yo, por eso me encantas”. Cierra la puerta, y sin dudarme me alza y me abraza por los aires, mientras me besa apasionadamente, estaba en otra galaxia ya. No había mucho que explicar, ni decir, la atracción era mutua y fue compartida desde el primer instante. Me dice al verte fue puro “Sparklings (destellos de luz o chispas)”. Además fue una casualidad estar allí, porque al llegar al Blue Lassi no confiamos que era seguro comerlo por las condiciones del lugar, por lo tanto por milésimas de segundos no nos hubiéramos encontrado. Creo que estaba predestinado. Nos reímos y nos seguíamos disfrutando, mientras conversábamos de la vida. Nuestras ropas fueron corriéndose mientras me acomodaba en la gran cama para hacer el amor. Tenía experiencia, pero principalmente era un gran seductor y se notaba que lo que quería lo tenía. Ni bien terminamos de disfrutarnos, nos tocan la puerta, pero no atendemos. Al rato, suena el teléfono, era el conserje del hotel que le pedía que fuera a la recepción a Tomas. Me mira extrañado.”Ya vuelvo”. Al rato vuelve pidiéndome mi pasaporte. ¿Qué paso?. Aunque no lo creas, estos indios viven en otra época no quieren que te quedes a pasar la noche, pero no te preocupes, en un rato te explico, necesitan sacarle fotocopias a tu pasaporte. Por esas casualidades de la vida, mi pasaporte estaba conmigo y se lo entrego. Después de un buen rato, vuelve Tomas a contarme la historia, después de una generosa propina y de contarle que habíamos sido novios y nos habíamos encontrado de casualidad (inventaba historias) logro que pudiera quedarme. Me cuenta que tenían miedo los conserjes del hotel porque hay antecedentes de prostitutas rusas que robaron a sus huéspedes y necesitaban asegurarse quien eras y que estuviera seguro. Nos empezamos a reír, ya que ya le había contado el sermón del indio de mi hotel y esto completaba el cuento.

Me levante al amanecer pudiendo ver el sol anaranjado que se asomaba por el Ganges como lo había soñado tanto tiempo, me levante de la cama y me acerque a la ventana y por unos momentos agradecí. Agradecí haberme animado a estar allí sola y que el universo me abrazara con sus brazos y me diera más de lo que me imaginaba. Sentí esa fuerza potente que contiene el sol que se expandía por doquier e iluminaba el comienzo del día, las vacas ya rumiaban y la gente empezaba a caminar por la orilla del Ganges. Vuelvo a la cama y Tomas me abraza. Luego nos despertamos y me dice que era mejor que Guili no se enterara de lo nuestro, porque así compartíamos el día sin que se sintiera excluido, sino iba a inventar algo para no ir con nosotros, y por razones obvias habían acordado que ninguna mujer les cambiara el propósito del viaje. Además de ser amigos, Tomás tenía que cerrar un contrato con gente que Guili trabajaba. Me pareció justo y además tenía que hacer el check out de mi hotel, así que decidí partir. Salgo del hotel por suerte sin ningún comentario de los de la recepción y regreso en un nuevo tuck tuck a mi hotel riéndome por la noche que había tenido. Tome una ducha, medite, y deje mis cosas en la recepción. El taxi ya me estaba esperando y Tomas ya me había mandado varios mensajes que me habían pedido el desayuno. Llegue a buscarlos. Guili estaba emocionado, había leído toda la noche sobre el lugar a donde íbamos, termino siendo como una enciclopedia, lo cual era necesario. Sarnath, fue donde buda dio su primera charla y hablo de los principios del budismo(La primera Verdad nos dice que ‘la vida es sufrimiento’. En la vida hay dolor, enfermedades y al final la muerte. También hay sufrimiento mental como el miedo, la ira, la frustración, la envidia, la decepción, etc. Esto no se debe interpretar como pesimismo, ya que Buda es consciente de que también hay felicidad. En realidad lo que el budismo enseña es que se puede erradicar el sufrimiento y lograr la felicidad. La segunda verdad es que el sufrimiento es resultado de los deseos y de la ignorancia. Llegar a Nirvana es llegar a un estado ‘sin deseos’, librarse de ese sufrimiento. La condición humana nos demuestra que un deseo cumplido puede resultar en el surgimiento de un nuevo deseo. Somos avariciosos, egoístas, y un deseo cumplido puede resultar en la formación de una nueva atadura. La tercera noble Verdad dice que se puede superar el sufrimiento. Es posible lograr la verdadera felicidad. Tenemos que concentrarnos en conocer las causas de nuestro sufrimiento, neutralizar esa ignorancia y orientar nuestra vida a superarlo. La cuarta noble verdad es que se puede superar el sufrimiento si uno sigue‘el  Noble Camino Óctuple’. Su representación es la rueda del dharma, símbolo más universal del budismo.
De forma resumida, el Noble Camino Óctuple consiste en ser moral en todos los aspectos de la vida, concentrando la mente en ser totalmente consciente de nuestros pensamientos y actos así como desarollar la sabiduría atraves del entendimiento de las Nobles Verdades y mostrar la compasión hacia los demás. Los ocho aspectos principales del Sendero o Camino Óctuple se refieren a la sabiduría (1. Visión o comprensión correcta, 2. Pensamiento o determinación correctos), la conducta ética (3. Hablar correcto, 4. Actuar correcto, 5. Medio de vida correcto) y el entrenamiento de la mente o meditación (6. Esfuerzo correcto, 7. Consciencia del momento correcta, 8. Concentración o meditación correcta)).

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Desayune en el camino, mientras Tomas me abrazaba disimuladamente cuando podía, parecía un niño y me hacía reía la situación. Llegamos a destino y meditamos un buen rato en el árbol donde Buda dio su primer sermón. Tomas estaba en otra, su espiritualidad estaba basada en sus negocios, y de hecho varias veces salía del grupo para hablar de negocios por teléfono. Guili era diferente, estaba en el presente, y le importaba más el viaje que su carrera porque le iba muy bien sin tener que hacer mucho me aclaraba, cuando uno trabaja en uno lo vienen a buscar. Claramente era sensible y estaba agradecido por estar allí. Yo estaba extasiada, todo me resultaba maravilloso. Dimos vueltas, nos mimetizamos entre monjes budistas vestidos de naranja, vimos un buda gigante, fuimos a distintos templos y decidimos volver a Varanasi a almorzar como a las 14hs. porque no había ningún lugar “seguro” para comer, según Tomas. Volvimos a la terraza del hotel del día anterior y luego de almorzar sorpresivamente Tomas dice que tiene que volver a trabajar al hotel, que surgió un imprevisto. Volvamos en barco dice, así fue como consigue a un dueño de un bote a motor que nos llevara de regreso, nuevamente en el Ganges pero esta vez de día y con mucho movimiento alrededor. El paisaje aunque era el mismo era diferente. Me gustaba volver a estar en el agua, mirando de nuevo desde otro ángulo la ciudad. Llegamos al hotel y no sé cómo logra que Guili se vaya a dormir a su cuarto y me lleva al suyo. Quería estar con vos, me dice ni bien entramos a la habitación. Me resultaba tan gracioso todo.

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Luego de estar juntos, me quede dormida y él se puso a trabajar. Al rato me despierto y me estaba mirando, y me empieza a hablar. Me preguntaba que quería de la vida, que me faltaba cumplir. Yo le confieso que quería casarme y formar mi familia, era mi deseo y me resultaba raro poder manifestarlo para afuera. En un templo en Pushkar por primera vez un sacerdote en una ceremonia al lado del lago, me presiono a que le dijera lo que deseaba, y sin saber cómo manifesté que quería casarme (deseo que antes nunca había sentido, India me refresco una idea ancestral de ser la compañera de un hombre), el sacerdote celebro mi deseo y me lleno de bendiciones, y por segunda vez lo decía en un mes. Había cierta intimidad entre los dos, porque era un encuentro de almas, no importaba el futuro, podía ser sincera sin que él se asustara, podía verme en Tomas y viceversa. Sin dudarlo me dice, “Te ganaste tu libertad, eso no tiene precio. Tu vida es perfecta, y llega lo que tiene que llegar en cada momento, disfrútalo. Al año de casarte queres tirar a tu esposa por un precipicio. La convivencia mata al casamiento y a la felicidad. Se termina la complicidad.”, me dice Tomas y eso que me case tres veces, tengo dos magníficos hijos pero casarse hace que todo lo bueno se convierta en rutina. Me tenes que prometer que por lo menos 2 años tenes que convivir para luego casarte. Lo miro y le digo riéndome, no puedo prometerte nada, porque cada cosa que digo que no voy a hacer me termina sucediendo. Yo creo que voy a ser como una tía mía, en 15 días decidió casarse y todavía están juntos. El amor es una lotería, nunca se sabe el resultado pero hay que jugarle y apostarle convencido a que vas a ganar y llevarte el premio. Tomas se ríe, no creo poder convencerte. Suena el teléfono, era su hijo, ni bien corta me dice “ellos te piden, por un tiempo te convertís en eso, un dador. Terminas trabajando más para darle lo mejor”. Nos quedamos toda la tarde en la habitación del hotel, charlando de la vida, varias veces tocaron la puerta y sonó el teléfono pero Tomas no atendió y yo decidí que era el hombre y que sabía lo que hacía. A las siete de la noche salimos a cenar con Guili, frente al Ganges de despedida. Podía quedarme otros días con ellos, pero sentía que era todo perfecto había saboreado a Varanasi y sabía que iba a volver. Había tenido magia y sobretodo había descansado en los brazos de otro, había recibido, en todo momento Tomas había tomado el timón y yo me sentía cómoda sin necesidad de tomar más. Me sentía satisfecha. Guili brindo por mí, gracias a vos por 48 horas no hablamos de trabajo, esto sí que es vacaciones, y nos reímos los tres. Me consiguieron un taxi y me fui a mi hotel a buscar mis bolsos e ir a la estación, estaba renovada.

Cada uno tiene su experiencia en cada lugar no podes generalizar y uno se tiene que permitir ir para vivirla con sus propios ojos. Todo lo que me habían contado de Varanasi no encajaba con lo que yo había vivido y tampoco con lo que me había imaginado. Yo en Varanasi me enamore, si cierro los ojos puedo ver atardeceres y amaneceres rojos, terrazas de hoteles antiguos que aún siguen vigentes y la sensación de volar por el aire y ver el caos desde arriba pero sin que me tocara. Me sentí protegida y bienvenida en la ciudad de la muerte yo recibí amor.

 

Varanasi resulto maravillosa, la compañía siempre hace la diferencia. Llego a tomar mi tren a la medianoche de primera clase que ya me olía raro, porque desde un principio había tenido que pagar el doble, más comisión, pero como no había otro, no tenía mucha opción y había cambiado varias veces de planes. Me pongo a esperar en un andén rodeados de indios y de cucarachas. Varias veces mencionaron que habían cancelado un tren pero no era el mismo y entre idas y vueltas conocí a Abel un español que también tenía primera clase y que ya quería huir de india, hacia 20dias que estaba viajando y estaba agotado de la miseria. Su mirada lo decía todo, durante dos días no salí del hotel, me molestaba todo, solo quería salir de India y no volver nunca más. Yo por suerte ya me había acostumbrado y sabía que iba a volver, trataba de ver otras cosas; pero claro que las estaciones de tren no son de mi agrado. Llega nuestro tren pero no había ni sleeper ni segunda ni primera, eran solo vagones con gente apilada como ratas. La gente se abalanzaba a las entradas y ventanas para entrar, en los portaequipajes había gente, era un caos. Siete horas así de noche no era opción. Abel va a hablar con un guardia y yo pensaba que no me importaba perder la plata pero si entraba allí mañana despertaba desnuda. Por suerte Abel me dice que tampoco se metía. La opción era meternos o quejarnos para que nos devolvieran la plata pero como los sacamos a través de indios los pasajes no tenía sentido. Pero empezamos a hacernos preguntas: ¿hay otro tren? ¿Qué hacemos? ¿Tengo que experimentar esto como parte de mi viaje? Como hay una fiesta estos días en india esta todo lleno y los buses ya salieron por la hora. Le digo si volvemos al hotel perdemos todo el día mañana y no sabemos si a la noche tendremos lugar. Yo podía volver con Tomas, pero sentía que mi viaje tenía que continuar ya me había atrasado bastante de mi plan original. Además, Tomas ya me había dado el mensaje que tenía que escuchar. Averigüemos en taxi, sale 6000 aproximadamente me dice Abel, entonces pagaremos la mitad le contesto. Para esto vemos a un coreano que no hablaba inglés casi con el mismo problema, le dijimos que se uniera pero no decía nada y lo dejamos. De pronto vemos a otro extranjero en la ventana de reclamos, Cesar también español ni bien dijimos de compartir un taxi, “estoy abordo” contesto. Era un caos, gente por doquier protestando y sin saber bien que hacer, mientras otros trataban de preguntar sobre sus destinos.

Los tres salimos de la estación esquivando gente durmiendo en el piso y empezamos a lidiar con los taxis, intransigentes de noche pero logramos bajar el viaje a 3600 rupias. Parecía una reunión de consorcio, 12 indios y nosotros 3 llegando a un acuerdo. Cuando subimos al auto, le digo a Cesar porque no buscas al coreano decile que paga 600 y que lo llevamos. Tuvimos que lidiar de nuevo con los indios porque el acuerdo era 3600 si éramos tres, logramos que solo pagara 200 más de lo planteado el coreano. Estábamos cansados y claramente la situación había que resolverla. Perder “dinero” es parte de la India, pero se ganan otras cosas al soltarlo, y en definitiva el tiempo es lo valioso. Salimos los cuatro por la carretera, esquivando los restos de la fiesta “ramali”, vimos varios accidentes de tuktuk y de camiones. Además el paisaje iba cambiando, desde maizales en el camino, zonas inundadas, pobreza, ríos, pueblos dormidos y otros no tanto. Yo trataba de dormir pero el taxista o la ruta no lo hacían posible, paro varias veces a tomar chai y el camino no era bueno. Siete horas para llegar a donde nos llevaba el tren. El coreano se bajó y desapareció entre la multitud -mucho mas no podíamos hacer por él y yo tampoco entendía que no se uniera al grupo. Todavía faltaba. Nosotros tres sin dudar empezamos a preguntar cómo llegar a destino, yo quería convencer al conductor que nos llevara, pero Abel me dijo que estaba cansado y que no era seguro seguir en el taxi, que varias veces había cabeceado y perdido el rumbo, que no había podido dormir en toda la noche. Yo tenía hambre pero a pesar de estar rodeado de comida de la calle no había nada “seguro” que pudiera comer, decidí usar esos minutos para ir al baño y que mi estómago esperara. Subimos al bus que nos llevó a la frontera y caminando cruzamos la frontera para llegar a Nepal. Cesar también se había agotado de india en sus 20 días yo a pesar de sus cositas la he disfrutado mucho y un nuevo capítulo de mi viaje comenzaba.

Un ying yang continuo, días intensos que no te dan respiro, decisiones continuas que te hacen sentir el poder de tu ser. Podía haberme quedado más días en Varanasi o viajar más pausado, pero mi alma estaba deseosa a experimentar y si podía resolverlo porque no iba a hacerlo. Asimismo entendía que la vida era eso, contrastes, momentos de éxtasis unidos con momentos de no saber qué hacer. Nunca había visto tan clara la realidad, India te mostraba los contrastes y vos tenías la posibilidad de verlo como quisieras. Lo importante es seguir jugando. Tal vez lo importante sea mantener esa chispa momentánea lo más posible para sentir que la felicidad en definitiva no es cuantificable.

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Cuento en Varanasi, SPARKLINGS – Chispa

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Una historia de mi viaje a India que se convirtió en cuento y tiene dos partes, esta es la primera, para que la disfruten y aprendan de VARANASI o BENARES y tengan su propia perspectiva. En India entendí que no se puede generalizar, cada uno tiene su propia experiencia, aun haciendo lo mismo que otros. Esta semana pensé que podía escribir un libro “Manual sobre todo lo que no hay que hacer pero que hago y me funciona”, aceptarse y abrazarse es muy bueno. No hay una forma, ni una manera, disfruta de seguir tu corazón a donde te lleve….

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SPARKLINGS – Chispa
“No quiero ir sola a Varanasi, no quiero ir sola a India”, pero a veces eso que no queremos es exactamente lo que tiene que pasarnos para aprender y ver nuestra verdadera naturaleza. A veces a eso que nos resistimos, es lo que tenemos que experimentar para crecer. A veces las cosas no se dan como queremos, pero se dan de formas maravillosas.
Cada lugar tiene su propia experiencia. Al pensar en India antes de encontrarme en ella, me imaginaba el Ganges y la postal de Varanasi en mi imaginación, quería estar allí, contemplar un amanecer en las interminables escaleras para sentir la espiritualidad en potencia. Creía que era un lugar mágico, pero al empezar a informarme la cristalización de mi imaginario contrastaba con otra realidad, la ciudad de la vida y de la muerte, donde los hindúes elijen morir creen que aquellos que se bañan o rocían con agua del Ganges al momento de su muerte serán liberados del ciclo de reencarnación y muerte y vivirán en el paraíso por siempre. Desde que llegue a india todo el mundo me hablaba de Varanasi o Benarés, como un lugar de miedo, lleno de caca, mugre, caos, de gente con enfermedades, de lo fuerte que era y la verdad era el único lugar que esperaba no llegar sola; pero aconteció. Por más que conocía un montón de gente en el camino me era difícil coordinar agendas con otros para viajar juntos.

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En rishikesh conocí a una francesa llamada Tali que me había conectado con una americana que trabajaba en un hostel y que me esperaba para hospedarme allí, pero algo que no sabría como explicar me decía que no. Tenía el hotel que me habían recomendado unos españoles que había conocido, e igual trate de buscar en la pagina online alguno que me llamara la atención por alguna razón. Cuestión que llegue a Varanasi sin tomar ninguna decisión de donde me alojaría, esperaba que tal vez en el tren conociera alguien que me hiciera fluir en su camino como me había sucedido en Udaipur, pero nada de esto sucedió. Viaje sola con mi libro de Shantaram de compañero, recordando como termine nadando en el Ganges cuando ni quería tocar con mi pie el agua por sentir que estaba contaminada y termine de rafting en el río. En el momento que dijo el guía ¿quien salta al agua? Yo ni lo dude, me encontré allí flotando de felicidad entre los otros indios del bote sintiendo la bendición de estar en contacto con el agua sagrada. En este viaje aprendí a no pensar más en lo que creo que no voy a hacer nunca; porque termino haciéndolo. Vivo el hoy y me dejo llevar por lo que siento en el momento.

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Llegue a una estación llena de gente y movimiento, eran las cinco de la tarde, el tren tardó más de lo programado porque freno en el medio de la nada durante más de tres horas sin nunca saber cual fue la razón pero logre que un ingeniero indio que hablaba perfecto ingles con el que compartía el camarote de segunda clase con aire acondicionado me consiguiera un chai y una somosa recién echa. El pueblo mas cercano al ver que el tren había parado lo tomo como una oportunidad, y se habían acercado corriendo con ollas de chai y comida para vender. Después de dos meses en india ni me preocupe por su procedencia y tome el elixir y saboree la comida. ¿Qué paso? pregunte al indio, “es india, siempre sucede algo”. Era pintoresco ver como el infortunio de unos es la suerte de otros. Cuando divise que estaba por llegar a la ciudad, escribí los tres nombres de los hoteles con los que contaba y lo deje a la suerte, salió un tercero no recomendado por nadie pero que tenía buenas recomendaciones en la página de hoteles online y decidí seguir ese instinto. Cualquier cosa iría al hostel con la americana, pero no tenia ganas de compartir cuarto y principalmente quería estar cerca del Ganges, quería verlo desde mi ventana. El que elegí contaba con esa opción.
Salí de la estación esquivando los rickshaw (tuktuk) choferes que querían ofrecerme sus servicios, y me dirigí a la terminal de ellos, encontrándome con que salía 400 rupias ir a mi destino, primero dije si y después pensé no puede ser, así fue como seguí caminando y un tuktuk que dejaba un pasajero al mencionarle mi hotel me dice te llevo por 80 rupias, sin dudarlo me subí. Nos adentramos a Varanasi, caos de rickjacks y de personas, me dice que no todos los taxis pueden llegar a los ghats, que el hoy tenía permiso para ir. Así fue como entramos por unas callejuelas y para el vehículo. Tenemos que seguir a pie, con mi mochila a cuestas lo seguí, pequeñas callejuelas mugrientas con niños corriendo, mujeres tras velos y olores conocidos y no agradables te penetraban mientras el sol iba perdiendo su poder. Después de unas tres cuadras que me parecieron interminables, llegamos al hotel. Salió el conserje y me empezó a mostrar las habitaciones, eran horribles, con olor a humedad y no baratas por el precio de lo que te daban. Me llevan a su terraza como si fuera el must y mi cara decía todo, no siento este lugar para estar, me baja a la mitad el precio de la habitación si me quedaba tres días. Lo miro y le digo voy a pensarlo, claramente era un buen negocio, pero había algo del lugar que no me cerraba. No sentía buena energía del dueño.
Salgo y le digo al del tuktuk cambie de opinión cuanto me cobra por llevarme a este hostel (el de la americana) y me dice 150 pero antes de llevarte a ningún lado déjame que te muestre otro hotel a la vuelta de este. Perdido por perdido acepte, fuimos a otro pero que termino siendo de la misma familia del anterior, tenia el mismo nombre y al mostrarme las habitaciones sentía el encierro. La terraza era mucho mas linda y ni bien salí al exterior, el sol que atardecía se reflejo en mi rostro mostrándome la belleza de un Ganges al que quería llegar pero que todavía no podía disfrutar. Contemple unos minutos como el sol se acostaba y disfrute de la vista que contaba el hotel, era maravillosa y me imagine meditando allí. Al bajar el conserje del hotel me rebaja el precio de nuevo, pero había algo que no podía explicar que me decía “No”, le dije de nuevo que lo iba a pensar. Estaba cansada, pero había aprendido a seguir mi instinto y mi cuerpo me decía NO. No me gustaba donde se encontraba, cerca de un ghat pero lejos de la calle principal y sentía que a partir de las 6 de la tarde no iba a poder salir más de allí por una importante razón: miedo.
El taxista me empezó a mostrar otros hoteles que estaban en la redonda, quería que dejara mi mochila en uno para poder ver los otros y yo pensaba me quedo sin mochila y sin hotel si le hago caso. No puedo confiar aunque quisiera hacerlo. Aunque pese la llevo conmigo, me mostro tres hoteles más ninguno me agradaba. Uno directamente, desde la puerta, el indio que era gordo, cosa que no es tan habitual, ni se esforzó en mostrarme las habitaciones y de mal trato me dijo su precio que era alto y pensé necesito estar en algún lado donde las personas puedan ayudarme. Así fue como le dije al tuk tuk que no era lo que estaba buscando, que necesitaba otra cosa, que no nos estábamos entendiendo y que me llevara al hostel. Uno mas me decía, una nueva oportunidad me pedía. Para ese entonces yo ya sabia que los conserjes de los hoteles le daban comisión y claramente yo sabia que me iba a quedar cinco días en Varanasi lo cual era bueno para negociar. Cansada, ya de noche, entre las callejuelas, con el chofer caminando me llevo a la paralela de la calle principal, a una cuadra que estaba aunque sea iluminada y con negocios y me llevo a un hotel que no estaba en ninguna guía, pero que ya me gustaba un poco mas. Me mostraron mi cuarto, espacioso, con vista a la ciudad y con terraza, no era maravilloso pero de lo que había visto ampliamente lo mejoraba y sobretodo el dueño del hotel era muy simpático. En mi interior pensaba porque no fui directo al hostel o me organice con el hotel de antemano pero a veces el destino te depara mejores cosas que ni te imaginabas en ese primer momento. Ya sin dar muchas vueltas le pague dos días al conserje del hotel pudiendo extenderlo cosa que los otros hoteles me obligaban a pagar los cuatro días y no sabia si quería estar allí o no. El chofer del tuktuk se fue feliz con el doble pago y yo pensaba que ganas de negociar que tenia, que perdió dos horas dando vueltas conmigo por las calles de Varanasi cuando hubiera podido estar trabajando con el tuktuk, pero en algún punto allí se están jugando el orgullo de haber convencido a la turista a alojarse en otro lugar y tenía que darle sus créditos, lo había logrado.
Estaba muerta, se largó a llover y ya era de noche. Necesitaba comer y la terraza no tenía luz por un problema que no me podían explicar, lo cual significaba que me iban a cocinar con la luz de las velas, y prefería tomar un poco de aire. Cuando estoy saliendo a la calle, el dueño del hotel me dice que no era seguro que estuviera caminando sola de noche. Salí igual, a los pocos pasos me encuentro en la calle principal de noche rodeada de indios mirándome y sentí que tal vez tenia que escuchar al dueño del hotel. No era seguro. Retorne mis pasos y me encontré con un hotel cuatro estrellas que promocionaba su terraza y que no había visto unas horas antes. Sin dudarlo me merecía un buen banquete después de haber perdido mi primer día en Varanasi sin poder hacer nada. Al volver al hotel me ofrece el dueño que a las cinco y media de la mañana me podían pasar a buscar un barquero para ir a navegar el Ganges a la madrugada, sin dudarlo le dije que si. Medite en la calma de mi cuarto donde podía ver unas lagartijas blancas como mis acompañantes y me quede dormida.

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A las cinco de la mañana me desperté, la gente que trabaja en el hotel se encontraba dormida en la recepción, pedí que me abrieran la puerta dado que me pasarían a buscar para hacer la excursión del barco. Claramente se hicieron las cinco y media y nadie había llegado, los tiempos de los indios son flexibles, nunca hacen lo que dicen ni llegan cuando supones, se intercambian los clientes y terminas haciendo algo con otra compañía porque sí. Pero respire profundo a pesar de mi miedo a perderme el amanecer y cuando estaba por ir a preguntarle de nuevo al chico del hotel que había vuelto a dormirse, aparece un joven indio diciéndome que el me llevaría a tomar el barco y que donde estaba la otra chica ¿que otra chica? Yo estoy viajando sola. Cuando empezamos a caminar, el conserje del hotel sale corriendo, falta una chica, esperen un minuto. Mi cara de desconcierto era grande, teníamos que seguir esperando pero me sentía culpable de que le había asegurado al indio que solo yo estaba. De pronto una chica completamente dormida aparece corriendo, era irlandesa y estaba viajando con otra chica que no se había despertado, porque se sentía mal. Las dos nos internamos en las callejuelas de una ciudad dormida, llegamos al ghat y dos niños de unos seis y ocho años se nos acercaron con ofrendas, flores frutos y velas en una platito de metal. Todavía no había amanecido y estos niños ya se encontraban haciéndose el pan, sin dudarlo le dije que si, yo quiero mi ofrenda y la irlandesa se contagio con mi comentario de que estos niños tenían que estar durmiendo en vez de trabajando. Me mira, y me dice “no me lo había puesto a pensar, estoy cansada de que me acosen vendiéndome cosas y estas ofrendas claramente no valen las 20 rupias que están pidiendo”. La miro y le digo esta bueno desear, y en este caso estas ayudándolos, no es ni cincuenta centavos de dólar, es un gesto y seguramente le cambiaras algo de su día.

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Nos hicieron subir al barquito y nuevamente nos hicieron esperar por otras dos pasajeras que llegaron tarde, pero ya no me importo, estaba en el agua agradecida, me sentía bendecida, finalmente me encontraba allí, tanto había tenido que pasar para llegar a este lugar y tanto lo había esperado. El sol empezaba a asomarse y tintineaban sus destellos en el agua como si jugaran. Los pájaros volaban y la ciudad seguía durmiendo. La calma y el silencio llenaban el espacio. El joven barquero empezó a navegar y nosotras nos metimos cada una en su burbuja, no hablábamos éramos cuatro mujeres que viajábamos solas a india y cada una tenia su historia. El barco estaba lleno de ellas, historias de vida, y yo podía sentirlo. A medida que el barco se adentro al agua, empezamos a cruzarnos con otros barcos, algunos con motor llenos de japoneses que pasaban como bengalas mientras los barcos a remo iban a cámara lenta, disfrutando de acercarse y alejarse de las orillas de los ghats para ver los detalles. Nos cruzamos con barcos pescadores y barcos que vendían estatuillas y souveniers hindúes. Cruzamos el primer ghat para incinerar, el humo y los cadáveres posando sobre las piedras se observaban a lo lejos. Que espectáculo logrado alrededor a algo que duele pero que para ellos es parte de la vida, de sus rituales, de su despedida. La vida sigue en India y la muerte y el renacimiento son conceptos unidos, todo es uno y es continuado.

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Los Ghats de Varanasi son grandes pasarelas de piedra construidas en las orillas del rio sagrado de la India, el Ganges. Durante siglos, la gente ha venido aquí para orar, meditar, bañarse y, como es sabido, incinerar a sus muertos. Los ghats crematorios de Varanasi se derivan de la creencia hindú de que las personas cuyos restos sean sumergidos en el río sagrado Ganges después de la muerte se les garantiza una buena vida eterna. Mientras el barquito a remo encontraba su camino, veíamos a gente lavándose los dientes con el agua sagrada, tomando baños y hasta lavando sus ropas allí. De repente un muerto se nos cruza y tenemos que esquivarlo. Un cuerpo rodeado de telas naranjas y doradas navega tranquilo por el agua, seguramente es un brahmán y ellos no se incineran porque ya llegaron trascender al otro mundo. Los minutos pasaban y eran como horas, había tanto para ver, tantos detalles que no te alcanzaba la mirada. Estuvimos cuatro horas navegando y regresamos con la irlandesa charlando que era la segunda vez que estaba en Varanasi, porque un mes atrás no había podido acercarse a los ghats porque estaba todo inundado y había decidido regresar. El lugar lo ameritaba. Me dice de pasar a buscar a su amiga y compartir un tuktuk por el día que nos llevara a la universidad y a los distintos templos que había que visitar en la ciudad. Sin dudarlo estaba dentro del plan. Agradecía haber elegido ese hotel porque no solo me facilitaba las cosas sino que me daba dos nuevas compañeras de viaje. Su amiga australiana ya nos estaba esperando para la nueva aventura.

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Primero fuimos a la Universidad, donde dimos ofrendas en un templo grandísimo de Vishwanath (dios Shiva) y luego al templo de monos, dedicado a la diosa Durga, donde tuvimos que dejar nuestras pertenencias para poder entrar. Algunos templos son casi agresivos más que pacíficos, dado que hay ofrendas y olores fuertes que hacen que te sientas a la defensiva en vez de sentir la bienvenida. Tal vez por desconocimiento, tal vez por no compartir su religión pero muchas veces te sentís no parte. Mi deseo de conocer y absorber hace que este abierta a recibir lo que veo. Luego fuimos al Templo Bharat Mata, lo peculiar de este templo es que se albergan mapas de la India tallados en mármol, porque es el único templo de Varanasi dedicado a Bharat Mata, la personificación nacional de India como diosa madre que se representa como una mujer vestida con un sari, sosteniendo la bandera nacional. Luego seguimos en el tuktuk que nos esperó mientras un señor nos mostraba el mercado de las sedas, los tejidos y la producción de saris, así fue como entramos a distintos edificios donde nos enseñaron los secretos de los tejidos, mientras cabras y niños nos rodeaban. El pago de entrar a los distintos edificios fue comprar unos pañuelos de suvenires, pero valió la pena lo aprendido. Estábamos cansadas y agotadas del calor y de las vueltas por Varanasi y las cuatro horas del tour se habían terminado. Llegamos al hotel y decidí ir a la ceremonia del Ganges, las chicas ya habían estado y salían en un bus a Nepal dado que ese día no salía el tren. Me invitaron a irme con ellas pero quería disfrutar más días de la ciudad de la vida y la muerte, quedamos conectadas para encontrarnos en Nepal. Ya había pagado por mi pasaje en tren a Nepal y sentía que no tenía que correr.

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Salí nuevamente caminando por la ciudad hacía el Dasaswamedg ghat, cada día del año a las 19,00h, se transforma el ghat en una Ceremonia Ganga Aarti con puja (ofrenda), fuego y danza. Me gustaba la idea de caminar y mirar los distintos barrios que pasaba con sus peculiariedades, de musulmanes, de hindúes, mujeres tapadas completamente, hombres con distintos oficios se desplegaban por la calle. Todo iba pasando mientras caminaba a mi paso, necesitaba parar para tomar bebidas, el calor era intenso y claramente había sido un largo día. En el camino me encontré con cuadras con personas en el piso pidiendo con distintos motivos, como si fuera la meca de los “indios necesitados”. Llegue temprano y conseguí un buen lugar para mirar la ceremonia. Sin dudar agarre mi monedero para comprar una nueva ofrenda, esta tenía un fin, la salud de la mama de una amiga que me había pedido. Al mirar el interior de mi monedero me doy cuenta que me había quedado sin dinero, solo tenía los billetes para la ofrenda, que significaban el tuktuk de regreso al hotel al terminar la ceremonia. Sin dudarlo invertí en la ofrenda, para mí era importante cumplir con mi promesa y de alguna forma resolvería volver al hotel. Me había olvidado de cargar la billetera con dinero y desde la mañana que no había parado de dar y ofrecer. La ceremonia duro un largo rato, entre cantos, rezos, inciensos, velas, y bullicio. No necesitaba entender, solo sentir, había un idioma universal que nos unía en ese momento, el respeto por los otros, el compartir un ritual ancestral y el saber que por unos momentos nos encontrábamos todos unidos creyendo, sin diferencias. Yo me emocione en varios momentos, la piel de me erizaba y sentía paz y felicidad de haberlo logrado. Finalmente estaba en Varanasi, finalmente había llegado. Siempre había querido estar ahí.

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Lance la ofrenda al Ganges con el nombre de la persona en cuestión y pedí por su bienestar. Mire como la ofrenda se confundía con otras en el río que se movía sin cesar, entre barcos con gente que sacaba fotos y niños que ofrecían suvenires y ofrendas. Me puse a charlar con una pareja de franceses al final del ritual, a ver si compartían mi misma dirección pero iban para otro lado. Decidí esperar a que algún grupo de extranjeros saliera en mi misma dirección para no sentirme sola. Tenía un poco de miedo, miedo a lo desconocido, y miedo a que había mucho descontrol, mucha gente que te pedía y te seguía. Pero confié y a los pocos minutos vi a una madre y a un hijo que hablaban en español y les pedí si podía caminar con ellos. Me contaron que estaban en un tour con 30 españoles y cada día tenían que sortear con un imprevisto, alguno se enfermaba, alguno se perdía, algún contratiempo sucedía. Nada es seguro en India. Me miraban sorprendidos que estuviera sola viajando. Ya me había acostumbrado, contestaba sonriendo, siempre había alguien dispuesto a ayudarme y acompañarme como ellos. Caminamos varias cuadras juntos, entre el bullicio de un mercado en ebullición y gente que no paraba de surgir como si fuera un manantial. Gente sin piernas y brazos que pedían, entre carretillas ofreciendo frutas secas y vestidos.
Llegamos a la calle principal y a ellos los estaba esperando un bus en algún lugar cercano, yo decidí volver caminando entre la multitud de gente que había ido a ver la ceremonia me sentía protegida y por suerte lo había hecho de día al camino y mi memoria visual no fallaba. Eran como 30 cuadras pero me sentía más segura que subirme a algún rickshaw que con la cantidad de gente que había no avanzaba. Me tape la cara con mi pañuelo como si fuera uno de ellos, con mi pollera larga y mi vestimenta podían confundirme. Camine sin parar, y con una seguridad de que estaba protegida y de que había estado orando durante horas. Seguía bañándome todos los días con agua fría para que mi aura brillara y meditaba para que mi radiancia atrajera lo que me correspondía. Esos eran mis rituales para sentirme segura. Llegue casi corriendo al hotel y agradecí que estuviera casi en la calle principal porque siempre había movimiento. A las nueve de la noche mi día había sido completo. Me fui a dormir en plenitud de mi ser, finalmente había vivido lo que tanto tiempo había soñado. Por años cada vez que veía una postal, documental o película del Ganges en Varanasi me largaba a llorar, había algo de este lugar que me sensibilizaba y me hacía sentir que tenía que venir, pero por más que quisiera a veces no se puede apurar al destino. Todo tiene un porque y claramente antes no se si hubiera estado preparada para vivir India de la forma que lo estaba haciendo.

varanasi aCONTINUARA

Mientras leen la historia pueden escuchar esta música de Snatam Kaur, para el corazón: https://www.youtube.com/watch?v=ibNKIh75Nx0

Lo que me dejo Katmandu

Nepal viaje

“Creo que te estaba esperando. Recién ahora siento que tengo que mover de Katmandú, iré a india”, me dice determinante. Lo miro y le digo te das cuenta todo lo que pensé e hice para ver si te acercabas y vos simplemente no hiciste nada porque sabias que sucedería, en esto se resume los hombres y las mujeres. “No hubo duda. Te vi y sabía que me gustabas y que íbamos a terminar juntos y sucedió. Ayer no te vi sino te hubiera hablado pero soy tímido por eso no me acerque y pensaba que tal vez no te gustaba, cada uno lidia con su mundo en su cabeza” me dice, y nos reímos de que finalmente nos habíamos encontrado.

Después de una odisea de no poder tomar el tren de Varanasi que me llevaría a Nepal, y un sinfín de taxis, buses y combis que me llevaron a destino, llegue a Katmandú de noche y con dos compañeros de viaje y dos indios que se nos pusieron a charlar en la combi y que terminaron definiendo que compartiéramos el taxi para llegar a la zona de viajeros de la capital nepalí. Por lo tanto mi hotel boutique recomendado por una australiana que había conocido en mi hotel de New Delhi iba a quedar relegado por el famoso Hostel en thamel que había escuchado hablar desde que mencionaba que iba a ir a la capital nepalí, siempre opciones había y claramente nada había sucedido como lo había imaginado. Después de dar varias vueltas en el taxi, la sensación defensiva de mis compañeros por llegar de india fue completamente calmada por la buena onda nepalí, acá pueden confiar nos repetía el chofer. A los pocos minutos nos bajamos del taxi, los dos indios desaparecieron en la noche y el otro español nos abrazó y conto que buscaría a su amigo en el hotel que lo estaba esperando a pocas cuadras y volvería a compartir unas cervezas en el bar del hostel. ¡Que aventura inolvidable vivimos desde que nos encontramos! Grito el español. Yo solo pensaba, Al fin en destino.
Por suerte sin reservación previa teníamos ambos lugar. Luego de una ducha y de acomodar las cosas, me encontré con mi compañero y los otros españoles en la planta baja. El hostel eran como dos torres unidas, con bar, terraza, biblioteca, y un sinfín de lugares de esparcimiento pintados y con extranjeros relajados por doquier. Entre al bar y un par de ojos almendras llamaron completamente mi atención y esos mismos ojos me miraban. El dueño de estos ojos estaba rodeado de un grupo de gente, era el “chico popular” y claramente más chico que yo. Estaba cansada y simplemente me senté a cenar y mientras los españoles tomaban el control de la charla yo miraba a mí alrededor. Decisión acertada, tenía toda la onda el lugar, velas, gente que tocaba la guitarra, mesas con almohadones en el piso, amplios ventanales vidriados donde podías ver las estrellas y realmente había encuentro en el lugar. Una chica apareció con palos de escalar y nos lo regalo, me estoy yendo mañana y ya no los necesito.
A la mañana siguiente salimos con mi compañero Abel a recorrer la capital, nos íbamos a encontrar con los españoles en la plaza principal, pero sin wifi abierto fue imposible el encuentro ya que el lugar era enorme y atestado de locales y turistas sumándoles que era un día de celebración para ellos y todos los templos estaban atestados de locales orando con sahumerios prendidos y flores por doquier, era imposible trata de encontrar a alguien. Lo mire a Abel y le dije sigamos con el plan, tomamos un taxi que nos llevó a la plaza Durbar, un sinfín de templos y edificios decorados con muchísimos detalles que eran un deleite para los ojos. Con Abel estábamos contentos de estar allí, era un buen comienzo de lo que Nepal te ofrecía. Había que pagar por entrar a una plaza que era abierta solo por ser extranjeros, pero con Abel decidimos entrar por otro lado y no nos cobraron nada. No tenía problema en pagar los templos y lugares turísticos, pero me parecía ridículo tener que pagar por caminar por un lugar abierto, una plaza atestada de locales. Dimos vueltas por la plaza y nos sentamos un rato a ver el movimiento de ella y luego Abel se quedó mirando unas artesanías mientras yo me encontré con una ceremonia de ofrenda antigua dentro de un edificio de la plaza. Estaban carneando a un jabalí, y la sangre corría por el piso mientras los locales gritaban y celebraban al dios en cuestión. Me resulto un poco fuerte ver al animal agonizando, los gritos y las máscaras que pululaban por doquier. Salí del lugar en busca de Abel que prefirió ni ver lo que sucedía en ese otro espacio. Así que decidimos salir de la plaza y empezar a caminar, una calma inundaban las cuadras alrededor del bullicio de la plaza. Buscamos un lugar para comer, pero como había festival los negocios cerraban antes así que decidimos tomar un taxi y volver al hostel.
Llego la noche y volvieron a aparecer los ojos, desde la distancia me saludo y me puse nerviosa. ¿Me estaría saludando a mí si no habíamos compartido ni una palabra? Todo indicaba que sí. Su cuerpo y actitud, denotaba que era australiano, tengo un olfato para reconocer aussies a la distancia, aunque cabía la posibilidad que me equivocara. Abel se fue a dormir temprano y yo me quede escribiendo emails esperando que se me acercara, pero nada sucedió. El seguía rodeado de amigos conversando del otro lado del bar y había una fuerza fuera de mí que me retenía a acercarme, si le gusto hará algo. A mis veinte años era una conquistadora profesional, en el afán de vivir y de saber que la vida se esfuma y que el tiempo es importante cuando sentía la atracción no dudaba en acercarme, en su mayoría con acierto y claramente mis viajes estaban llenos de aventuras e historias de amor. Pero cuando uno crece va cambiando el interés o el motor y ya desde hace unos años mi femenino tímido le ha ganado a mi masculino conquistador y este viaje ha tenido mucho aprendizaje en ese sentido. Cuando un hombre quiere hace todo para conquistarte y si no lo hace hay razones, no puede, o simplemente no quiere. Así que sin inmutarme me fui a dormir. Pero cabía la posibilidad de que pensara que estaba acompañada ya que Abel me seguía a todos lados.
El último día en Katmandú antes de ir a Pokhara nuevamente quede sola esperando que mi príncipe de ojos almendrados se acercara. Me miraba y me sonreía pero no se acercaba y lo que en otro momento me hubiera resultado sencillo no podía hacerlo esta vez. No quería yo accionar. El hostel era una fiesta cada noche y nadie se iba a dormir hasta muy tarde, a las 12 decidí irme a dormir. Llegue al cuarto me puse el camisón pero por más que intentaba dormir algo familiar en la mirada de este hombre me hacía no dejar de pensar en él. Me sentía una adolescente, pero decidí volver a darle una oportunidad y me cambie y volví al bar, pase buscando la complicidad en su mirada y nada. Volví a la cama pensando que no tenía que ser y que no lo volvería a ver, tenía que despertarme temprano, de echo me quede dormida y Abel vino a despertarme al cuarto porque perdíamos el bus. Pasaron los tres días en pokhara y volví a Katmandú sola, sin haber escalado la montaña y cambiando el plan por cansancio para terminar mi viaje en una playa en Goa. Por primera vez, imaginaba dos burbujas una en la que me iba de travesía en la montaña por 10 días al menos caminando, tenía compañero y claramente podía hacerlo y la otra burbuja era yo en las playas de goa nadando, descansando y andando en motocicleta entre palmeras y verde vegetación relajada para llegar a cumplir mis 37 años en París como una reina. Sin dudarlo, decidí invertir en un pasaje que me llevara al placer y descanso, muchos meses habían pasado desde que salí de casa y en mi valija no contaba con ningún elemento que me sirviera para escalar por lo tanto podría volver otra vez con ese fin. Abel que solo pasaría unos días mirando templos en Nepal termino tomando mi plan original, escalar el Annapurna, se contagió de mi idea. Me parecía gracioso como algunos encuentros hacen que cambiemos nuestro destino.
Así fue que nuevamente deje el confort de un hotel por la aventura de compartir con otros viajeros en el mismo hostel y no tarde ni unos minutos en llegar al bar que se me pusieron a charlar un español y un chileno y a contarme sus historias. El chileno tenía 40 años y volvía después de 7años a Nepal a cerrar un capítulo de su vida. En su primer viaje a Nepal con su mejor amigo fueron a hacer un trekking al Everest y los agarro una avalancha y literalmente a su amigo lo trago la nieve. Me mira y me dice “nunca me sentí culpable ya que estaba tan feliz de llegar al Everest pero claramente fue algo que me marco y no podía regresar”. La muerte como el amor es una lotería, cuando es el momento te toca; le digo. Causo gracia mi comparación pero el solo imaginar estar subiendo acompañado y que se lo trague la nieve es fuerte. Volvía a hacer el mismo trekking y a llevarle un regalo, una cadenita de su hija. Me quede pensando en la historia del chileno y esos segundos o decisiones que te cambian la vida para siempre. “Estábamos solo a pocos metros de distancia y no pude hacer nada, simplemente sucedió así”, agrega. El chileno salía a las 4am a escalar y el español también se fue a dormir. Vi un grupo de gente reunida al que me podía unir porque conocía a algunos pero estaba en otra sintonía. Cuando me estoy yendo a dormir lo veo, nuevamente con sus pelos locos y sus ojos almendras, seguía allí, tomando cerveza, fumando y charlando con amigos. Me quede media hora más a cierta distancia para que me viera pero no lo hizo estaba compenetrado con su charla. Me fui a dormir pensando que por más que no había hablado una palabra me gustaba, algo de él me atraía, comprobando la teoría de que no hay razones o entendimiento cuando te gusta alguien.
A la mañana siguiente me tocaba cambiar de cuarto, internamente protestaba con el cambio, y cuando abro la puerta de mi cuarto, a quien me encuentro, al mismo hombre que desde llegue a Nepal me atrajo, durmiendo. No podía créelo. El destino y sus misterios. Hice un poco de ruido para ver si se despertaba y me miraba pero nada. Me sentí adolescente y hasta me ruborizaba el poder verlo durmiendo sola en el cuarto. Salí riéndome y me encontré con una inglesa que habíamos quedado para ir juntas al pueblo, nos habíamos encontrado porque estábamos leyendo el mismo libro Shantaram. Le tuve que contar cuasi adolescente que me tocaba en el cuarto el que me gustaba a ver si había hablado, ya que no sabía nada de el pero me encantaba. Pensaba tanto mientras esperaba anoche y cuando lo solté, me lo puso el destino en mi cuarto. Volvimos al hostel a la tarde y nuevamente ojos almendras estaba sentado enfrentado mío del otro lado del bar donde tenía su base permanente y aunque trataba de acercarme siempre me encontraba alguien que me llamaba para unirme del otro lado. Nuevamente me saludo, esta vez sí me vio y claramente era a mí a quien saludaba, pensaba en cuando me viera en su cuarto y me reía sola, ya había esperado tanto que no iba a cambiar mi actitud. Seguí jugando a las cartas con un grupo y contando anécdotas del viaje y me fui a buscar el pasaje para goa en la calle principal de thamel. Tenía que cerrar si volaba en avioncito por el Everest; por un lado quería porque era misión cumplida, chequeo del Everest pero por otro lado me parecía que a una montaña hay que escalarla para decir que la viste y a la vez me tenía que levantar a las 5am y ya quedarme en el aeropuerto. Después de dudarlo decidí no hacerlo. Prefería fluir al otro día, tal vez a la noche finalmente me encontraba con este hombre en el cuarto o tal vez nada que ver. Aposte y agradezco haberlo hecho porque llegue al Everest sin tener que volar sobre él.
Volví a meditar al cuarto y luego al bar, miro a donde se sentaba y no estaba. Lo perdí de nuevo pensé. Me doy vuelta y ahí estaba con una cerveza en la mano. “Hola, me dice, cómo te llamas?, hace días que quiero hablarte. Te unís conmigo y mis amigos”. Sin hacer nada estaba al lado de él, escuchando su caminata al Everest y sus cinco meses de viaje solo por asia (y yo que pensaba que estaba con un grupo de amigos). Había acertado que era australiano y él daba por sentado que nos gustamos. En un momento me mira y me dice “no me animaba a ir a hablarte. Hace dos días hasta pensé seguirte a tu habitación a la noche, pero estaba seguro que tarde o temprano íbamos a encontrarnos. Me gustaste desde que te vi, tenes luz”. Sus palabras hicieron que mi corazón se abriera y le contara que estábamos en el mismo cuarto y que también estaba esperando que hiciera algo. Se ríe, “finalmente lo hice”, me dice, se acerca y me besa, no pudimos dejar de mimarnos. Era natural como si nos conociéramos de toda la vida.
“Yo sabía que esto iba a pasar desde que te vi” me dice. Te podrías haber apurado, me voy mañana. “Tenemos una eternidad todavía, despreocúpate”. Voy a tener que exprimirte, cuando podríamos estar hace más de una semana. “No pienses en lo que no paso sino en lo que está pasando”. No pudimos separarnos más, hacia varios días que estaba en Katmandú y conocía todos los lugares así que me llevo a recorrerla a la noche abrazados. Locales y extranjeros los saludaban, mientras me corroboraba que se sentía en casa. Comimos rico y volvimos a nuestro cuarto. En el camino me mira y me dice “nunca estoy tan cerca de alguien tan rápido. Tenes una forma de abrirte que hace que sea fácil”. Por primera vez sentí que todo era perfecto, no dejaba de responderme y de acercarse. Dormimos toda la noche abrazados como si nuestros cuerpos fueran uno en la pequeña cama. Cada vez que me desperté me estaba abrazando y si se despertaba me besaba. Esa intimidad que se logra luego de varios meses nosotros la teníamos incorporada.
A la mañana nuevamente hicimos el amor y nos fuimos a “su lugar” en Katmandú donde me invito a desayunar. Hablamos de los viajes y de la vida y de construir lo que deseamos. “Nos vamos a volver a ver, te quiero volver a ver, nunca conocí a alguien tan feliz” me dice. Por primera vez en este viaje no soy yo la que dice esa frase, ya no espero nada, entiendo que todo es perfecto y que cuando te tenes que volver a encontrar con otro sucede, no importa de dónde eres o donde estás el universo te lleva a los brazos de nuevo de otro. Llegaron unos amigos de él y se sumaron a nuestra mesa y al rato me mira y me dice tenemos que irnos. Al salir me dice, “con ellos puedo estar cuando quiero, con vos solo nos quedan unas horas”. Volvimos caminando abrazados enamorados que nos olvidamos de ver a ambos lados de la calle y nos chocó una moto, por suerte sin consecuencia. Nos reíamos porque estábamos en las nubes y podríamos haber terminado en el hospital si el hombre no disminuía la velocidad, solo unos moretones violetas aparecieron. Volvimos al hostel y nos encontramos a mi amiga inglesa del libro shantaram y me dice “lo lograste. Gracias por la lección. Lo que es para vos, viene a vos”. Yo estaba feliz y no podía ocultarlo. El taxi que me llevaría al aeropuerto se atraso media hora dándonos mas tiempo para conversar y abrazarnos. En un momento pensaba que podía no tomar el avión, o que si me hubiera hablado los primeros días nunca me hubiera ido de Nepal y me hubiera quedado con él; pero la vida es simplemente como es y un avión a nuevo destino me estaba esperando. Por alguna razón sentía que tenía que ir a Goa. Viajando te das cuenta que vivís tomando decisiones, pero en lo cotidiano no te das cuenta. Esta vez no hice tics pero elegí con el corazón, vi algo mejor que el Everest y sobretodo disfrute del momento. Así que volveré, era solo un hasta pronto, sentía mientras veía como me alejaba de compañero de alma.

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Llegue a Nepal con plan abierto, pero desde que pisas estas tierras hay un solo tema de conversación en el aire: que trekking vas a hacer. Está lleno de extranjeros, muchos más que en india y de lo único que se habla, es del camino, del agua, los papeles, la nieve o la lluvia en la cima. El primer día pensé en quedarme, hasta compañero tenia para hacerlo. Pero a medida que las horas transcurrían mi cuerpo me hablaba, ¿queres pasar mínimo 11dias caminando? No tenes equipo y sobretodo estas cansada, la voluntad de estar aquí te llevara a la montaña. Sentí a mi corazón y me decía que quería tener una semana chillout y no agotada. Mucho tiempo en la carretera y aunque Abel dice: que se notan los kilómetros andados en mi cuerpo, dado que resuelvo las cosas en 5segundos. Mi cuerpo también reclama. Así que a pesar de estar en Nepal y poder quedarme 15dias en la montaña- que amo-, decidí tomarme un vuelo a Goa para terminar en la playa. Todo hubiera indicado que haría lo contrario pero a veces hay que tomar la brújula y recalcular en lo que necesito. No hay decisiones equivocadas solo caminos a experimentar. Y ayer me daba cuenta que viajar te presiona a tomar decisiones todo el tiempo, te entrena para la vida. No sé si es lo correcto pero es lo que siento. Me veía en la montaña y al mismo tiempo en la playa como dos burbujas en el aire y veía mi cara en una y otra y hasta paisajes y situaciones, ya que Nepal es un paraíso de tranquilidad, todo más fácil que volver a sacar las garras para la caótica india, pero esa semana puede contener un todo y prefiero a apostarle a la sensación que dejarlo a la próxima vez que venga a india. Muchas veces postergamos para cuando las condiciones perfectas estén dadas, pero la vida se hace camino al andar y claramente las condiciones son incontrolables. Llegue a las montañas para darme cuenta que necesitaba de la playa y eso que llegar al Everest siempre fue un sueño a cumplir. Pero este viaje no es llegar a metas sino vivenciar el mientras tanto y para eso se necesita flexibilidad. Ser sensible para recalcular y cambiar de rumbo de ser necesario.

Dolores del alma

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Este miércoles presenta su nuevo libro Valeria Schapira​ “Dolores del alma”, y estaré acompañándola con colores pintando en vivo. Ella dice que es un viaje del dolor al buen amor… y comparto sus palabras; “que valga la alegría, no la pena”…

“Dolores del alma” – Un viaje del dolor al buen amor

…”Tapar el dolor equivale a intentar tapar el sol con la mano; podemos lograrlo por fugaces momentos y caer en la ilusión de que “ya pasó”. Cada puñalada nos atraviesa hasta transformarnos en seres menos inocentes, pero a la vez más puros y esenciales. Podemos sentir que morimos de dolor pero la mayoría de las veces no ocurre en el sentido más literal; puede que mueran los viejos “yoes”, las viejas formas de hacer, los viejos esquemas y modos de vincularnos, muchos de los cuales, seguramente, nos condujeron al actual presente doloroso. Puede que el cuerpo quede exhausto de llorar, que sintamos que nada tiene objeto, que las personas no nos entienden, que por qué a mí… El dolor transforma, hace que le busquemos el sentido a la vida y eso no es poco.

Tenemos que darle la bienvenida al dolor, abrazarlo e invitarlo a tomar un té.

Cuando el dolor nos lacera, no sirve de nada que nos preguntemos el porqué de su presencia. Ello sólo hará que se enquiste, como todo aquello a lo que se resiste. Resistirlo es permitirle que se instale sin resolverlo. Albergarlo, integrarlo, es hacerlo parte de nuestra historia, de nuestro ser y transformarnos en el proceso.
Aceptar, atravesar y crecer. ¿Quién dijo que es una tarea fácil? Nos preguntamos hasta cuándo. Cuándo volveremos a ser como alguna vez fuimos, cuando volverá la vida a ser como antes de ese hecho, de ese encuentro, de esa persona. Como si eso fuera posible. Todos hemos querido alguna vez escapar del dolor, por medio del trabajo, de relaciones livianas, de sustancias, de “ruidos” varios. Cuando los velos se corrieron, allí seguía, esperando paciente que nos ocupáramos de él. Y tuvimos que hacernos cargo.

Aunque suene a paradoja, el dolor nos fortalece, nos reafirma, nos sostiene y nos brinda herramientas”…

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Lo único que estoy segura es que el amor siempre vale la pena, sea la historia con las vueltas que tenga y las posibilidades o no de que suceda, pero hay personas que quedan dentro nuestro por siempre y otras que se activan según lo que uno está viviendo en cada momento. Mis historias siempre están relacionadas a algún viaje, porque a veces viajo en búsqueda de tomar distancia para ver con otros ojos lo mismo que no veo en la cercanía, y otras veces viajo sin buscar nada y encuentro más de lo que me imaginaba, o el viaje me da el inicio de algo inesperado y hasta he viajado para escaparme y alli lejos de casa me vuelve a suceder lo mismo, y gracias a estos ensayos y erros aprendi a aceptar mis “historias de amor” o mi manera de amar.

Durante años me la pase buscando el amor de mi vida, buscando algo que no se puede encontrar porque simplemente sucede, y en todo este proceso me abrace y acepte a mí misma. A veces nos encerramos en supuestos o nos tendemos trampas para amar, pero simplemente acontece y muchas veces como ayer hablaba en mi taller, repetimos. Repetimos hasta tratando de no repetir y tratando de actuar distinto pero se vuelve a suceder la misma situación, y uno se pregunta ¿Por qué de nuevo? La verdad no tengo respuestas, lo que si he logrado con el paso del tiempo es que no duela tanto, de entender que a veces el otro no te lo hace a vos, y que a veces vos pensas que actuando de determinada manera le vas a hacer menos daño o tratando de arreglar  termina dado vuelta. El otro día alguien que toco mi corazón e hizo que cambiara el giro de las cosas pero no prospero, me dijo “El problema ¿problema? es que de tanto en tanto quiero vivir todas las vidas posibles”, y en esta frase se resume el dilema de las relaciones. Hasta que punto es mi “yo” y hasta que punto es el “nosotros”. Las combinaciones energéticas son como formulas químicas y mezclando un poquito más de un ingrediente puede suceder una explosión. Nunca dejare de sorprenderme como ante una misma consigna reaccionamos, actuamos, sentimos tan diferente y en ese rompecabezas que formamos vivimos.

Las historias de Valeria me tocan en el punto de que se anima a contar sus historias, yo estoy en ese proceso, a veces más a veces menos, pero cuesta exponer la vida privada de uno, cuesta contar lo que uno transita. Con los años entendí que cuanto más uno comparte más se da cuenta que somos todos partes de la misma “familia” y que al otro también le paso y te puede ayudar desde otro ángulo.

Hay un péndulo interno que se mueve para atraer a dos cuerpos. Es casi mágico el destino de la atracción para que dos personas se encuentren y en la construcción del amor hay que aprender a ceder, negociar y compartir para que crezca; y también a veces sin hacer nada de lo programado como si fuera mágico, un instante puede cambiar el curso de tu historia para siempre y que lindo que es.

MEDITACION PARA SOLTAR EL DOLOR Y REFRESCARTE

Hablando del dolor, les comparto una meditación de mi profesora de Yoga Kundalini, Julieta Caracoche,”7 días de meditación para soltar dolor y refrescarte”.

Es una meditación para eliminar miedos, limpia energía estancada en el inconsciente y alrededor del ombligo, donde se concentran las emociones.Yogi Bhajan enseñó esta clase con el título “Kriya to release stored pain and refresh yourself” e indica que el último ejercicio de esta kriya puede hacerse como meditación individual. “Una grabación puede hacer un milagro, siete días a la semana lo pueden hacer por tu vida” Utiliza el mantra Chatr Chakr Vartee que sirve para eliminar miedos y fobias.

Primero cantas 3 veces Ong Namo Gurudev Namo

Después te acostás boca arriba y te vas a concentrar en la glándula pituitaria a la altura de tu tercer ojo, y en tu respiración. Vas a sostener durante 7,30 minutos la consciencia y la voluntad fijas en la glándula pituitaria y en una respiración muy lenta, profunda y tranquila. Pasados esos 7,30 minutos llevás toda esa consciencia a tu centro umbilical. Ubicalo 3 dedos por debajo del ombligo real. Desde ese punto vas a comenzar a mover el ombligo al ritmo del mantra Chatr Chakr Vartee, últimos 4 versos del poema Jaap Sahib de Guru Gobing Singh.
Literalmente baila con tu ombligo al ritmo del mantra durante 9 minutos. Además repetí mentalmente el mantra mientras muevas el ombligo. Aunque no te sepas la letra de memoria, cántalo mentalmente.

Tomate al menos un par de minutos de relax cuando termines

Cantas 3 veces Sat Nam para terminar

El mantra es https://soundcloud.com/julicaracoche/chatr-chakr-vartee

Video explicativo: https://www.youtube.com/watch?v=jRYw8eFT-PU&feature=youtu.be

Una mujer pura inspiración

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Empiezo mi año con mensajes para compartir, así soy yo, un puente de comunicacion y eso que me costo mucho poder hacerlo pero hay cosas que suceden exactamente cuanto tienen que pasar.

Entrevista:

Maria Baylac, una mujer pura inspiración

Si pudieras dejar un mensaje al mundo de mujeres que nos leen, que les dirías para este nuevo año que comienza.

Yo hago magia porque escucho a mi corazón. Se artista de tu propia vida. Conéctate con la posibilidad de ser creador de tu propia existencia. La vida es como vos quieras, no más excusas, no más peros, ni historias del que “hubiera sido”. Se trata de vivir nuestra propia vida, con nuestras propias reglas. Empezá de nuevo si es necesario, volvé a abrir puertas. La vida es seguir intentando pesé a todo, no hay un sólo tren, sino muchos, pero o sacas el pasaje, o decidís cambiar de camarote, o simplemente decidís esta vez no tomarlo porque si, y no pasa nada. Tenemos que empezar a hacernos cargo de nuestra realidad o situaciones que no se entienden. Utiliza tu tiempo para hacer algo lindo, creativo, que siempre quisiste, o simplemente ayuda a alguien que quieras porque sentís que vale la pena. Hay muchas maneras de vivir y hacerse cargo de lo que uno es, es maravilloso. Comparte y se tienden puentes para que otros crucen, nunca sabes lo que tu mano, tu sonrisa o tus palabras pueden generar en otro, así que lo que hagas o digas hacelo creyéndolo, y si tienes que recalcular hazlo. Porque siempre vale la pena parar y mirar de nuevo. No hay una sola realidad, sino la tuya y la de los otros y a veces contagiarse de como el otro mira la realidad es bueno para darse cuenta que uno la ve distinta, y eso no es ni bueno ni malo, es la Vida. ¿A que querés darle forma? ¿Que querés construir? Preguntas que te tenes que hacer en el 2015. Es un año para hacerte cargo de tu poder. Lo que no construís, destruís. Es un año para poner en marcha proyectos y capitalizar lo que ya está en marcha. El poder es bueno, te da posibilidades para hacer más cosas. Brindemos por la vida, cuando nos damos cuenta que nosotros creamos nuestro destino es fácil. Solo hay que aventurarse y pensar en que más quiero para que empiece a materializarse.

“En india la gente no se queja porque está preocupada buscando solucionar el problema. Quejarse es perder el tiempo mientras hay que encontrar la solución”.

Un ejercicio que pueden hacer es: Imagina tu vida ¿cómo sería? ¿es parecida a la que estás viviendo? ¿qué le falta? ¿Que siempre soñaste y no hiciste aun? Visualízalo. Ponte en acción, tu puedes lograr vivir la vida de tus sueños. Libérate de tus propias barreras y límites. Acepta tu destino como propio.

Maria es una constante de cambios. Empezamos a seguirla hace un tiempo por esas sincronicidades de la vida y fue uno de los regalos mas grandes, para ver que todo en la vida es posible. Se puede vivir de lo que uno ama hacer, se puede viajar por el mundo, se puede ser feliz. Nos encanta tu trabajo, tu pasión al hablar de la vida de la felicidad.. Siempre fuiste así? Contanos un poco de la María de chica, y como llegaste hoy a ser la que sos.

Siempre fui muy soñadora, me imaginaba siempre historias de aventuras en este mundo y en otros y contagiaba desde mi imaginación a los que me rodeaban. Tuve conciencia desde niña de conceptos como morir, ser inmortal, inventar, me interesaba la historia. Quería viajar por el mundo y ser artista. Sentía que los colores te alegraban y quería pintar las casas viejas de mi ciudad con tal fin. Pero era mucho más introvertida y podría decir que tímida. Leía mucho y me gustaba jugar sola, escribía cuentos y soñaba con ser diseñadora en París. Creo que llegue a ser quien soy por ser curiosa y aventurera. Estudie de todo y juego mucho. Me gusta seguir mi instinto y mis sentimientos.

En mi búsqueda del amor de mi vida me encontré a mí misma. Yo soñaba con ser Mary Poppins cuando era chica, con los pinceles y las hojas siento a veces que soy ella, en vez de cambiar el color de la medicina para que la tomen los niños y se sienten mejor, puedo ayudar a otros a cambiar la energía en mis talleres al conectarse con su ser, con lo que deseas y soñas. A mi me gusta cumplir sueños y a eso apunto. Creo en la magia y en la fantasía porque si querés verla en la realidad está siempre, conviven. Solo tienes que confiar y entender que el universo te da lo que necesitas siempre más. La vida es para divertirse.

Todo lo que soñé de chica lo hago posible de grande, venciendo miedos y tomando decisiones. Pienso que la belleza, la inteligencia y la osadía abren las puertas a la magia en tu vida. Crea tu varita mágica con tus dones y empieza a confiar, lo que imaginas creas, lo que quieras sucede, ponte en acción.

¿Siempre supiste que querías hacer de tu vida o tuviste periodos de crisis donde te replanteaste lo que deseabas lograr?

Siempre supe que era artista, pero soy licenciada en relaciones internacionales y trabaje en el Ministerio de Relaciones Exteriores seis años y en ese periodo me imaginaba viviendo de mi arte y no teniendo que trabajar en una oficina, pero no sabía bien como lo haría. Tenía miedos más por el sistema en el que nos encontramos. Viajar me ha ayudado a encontrarme con pares, con otras tribus, con gente que se anima a vivir distinto, coherente con sus tiempos y con su ser, quise ser igual. Al mismo tiempo me imaginaba siendo actriz más que artista plástica, pero los caminos de la vida me llevaron a priorizar la comunicación que siento que llevo a cabo pintando. Tuve muchos periodos de crisis, y muchas búsquedas para encontrarme. Salí muchas veces de viaje por amor y volví abrazando partes mías o soltando cosas que creía seguras. He sido muy flexible en el camino de ser artista y me gusta saber que siempre puede haber sorpresas o imprevistos y puedo sortearlos. Me gusta viajar y no dudo salir a la aventura sin tener muchas de las seguridades que creemos necesarias para vivir. Aprendí a vivir en la incertidumbre, este año cumplo 10 años de vivir como artista en Argentina. La clave confiar en lo que haces y en quien sos, ser leal a tus valores. A veces haces cosas que no tienen sentido en el pasado pero que son perfectas para el futuro que no sabes.Nunca se saben los puntos como se conectan. Decir SI abre puertas. Mi mensaje es que se puede vivir la vida de tus sueños, empieza a imaginarla que es posible. 37 años de vivencias y de aprender, venimos a amar y a compartir. Cada día que vivo me doy cuenta que no hay una sola manera de vivir y que mis errores son parte de mis aciertos y que gracias a muchos detalles y hasta segundos vividos o no tengo otras historias. Se sincero con vos, abrázate, conversa con tus fortalezas y tus debilidades y encontra caminos posibles.Elijas el que decidas será el correcto

¿Qué te conecta con tu felicidad interna? (Además de pintar que lógicamente es tu cable a tierra)

Mi felicidad se basa en compartir, los afectos siempre son prioritarios en mi vida, y hacen que frene o que pare en la rutina. Me encanta compartir tiempo con los que quiero y eso me da felicidad. También aprendí a nutrirme, a darme lo que necesito, a veces son aventuras, salir de viaje o hacer cosas distintas y otras veces estar en mi “cueva”, mi casa, mirar películas, leer un libro, pintar, disfrutar de mirar el techo. Andar en bicicleta me hace muy feliz y medito todos los días para escuchar lo que mi alma quiere decirme. Lo que me da felicidad es simple, estar en el aquí y ahora y poder elegir lo que necesito.

Una pregunta que me gusta hacerles a todas las mujeres que viven haciendo lo que aman, es como manejan la idea de incertidumbre, o su economía sin la “seguridad” (aunque es sabido que no hay nada seguro) de tener un salario a fin de mes.

Al principio fue difícil porque yo ya era independiente cuando salte al vacío de vivir del arte, y me había acostumbrado a tener un sueldo a fin de mes, pero de a poco lo que usas es el ingenio, es increíble todas las cosas que podes hacer cuando te das cuenta que todo es incierto. Me integre con todas mis partes y eso hizo que tuviera más herramientas para enfrentar el día a día. Sume e integre y capitalice cosas que ni sabía que tenía,Me preguntaba ¿Qué puedo hacer? ¿Qué me gustaría hacer? ¿Qué disfruto? Cuando uno ama lo que hace siempre encuentra las salidas. Dije muchos Si, sin saber realmente si podía llevarlos a cabo, pero me lance a investigar y a probar. Me escuche y recalcule, y después de un tiempo te das cuenta que hacer es lo que importa y lo que vale es estar en movimiento. Hay cosas que no salen pero otras que ni te imaginabas aparecen, lo bueno es no bajar los brazos ni desesperarse, seguir abriendo puertas y también aprender a darte un valor.

¿Cuál es tu valor por lo que haces? Es muy subjetivo el valor del arte, por lo tanto la que tiene que saber lo que vales sos vos. En mi caso a mi me gusta hacer las cosas bien, no puedo medir mi excelencia por lo tanto trato de encontrar un precio compartido en el cual las dos partes estemos de acuerdo, eso me da mucha satisfacción. Siempre lo hare de la mejor forma posible, porque eso habla de mi, de quien soy. De hecho me encanta poder trabajar en libertad y con la confianza del otro, trabajo aun mejor.

Tomando una situación que ha sido difícil de afrontar en tu vida y ha sido superada por vos. ¿Cuáles fueron las herramientas que te permitieron enfrentarla y superarla?

He superado muchísimas cosas en mi vida, muchos obstáculos, muchas decepciones, muchos desencuentros, muchas cosas no he entendido en mi vida porque suceden así, pero mi capacidad de confiar, creer, y seguir es lo que me ha dado fuerzas para ver el camino entre la niebla. Siempre le encuentro la vuelta a lo que sucede, y entiendo que la vida es una sumatoria de momentos, no seria quien soy, ni estaría donde estoy sino hubiera sucedido así. Muchas veces no depende de uno, la vida es integrar lo bueno y lo malo, y ser autentico con lo que uno siente y respaldar en lo que cree. Confío en el universo, porque trato de actuar bien con todos los que me rodean y si me suceden cosas malas entiendo que algo estará cargando el otro para actuar así, pero yo confió que hay una justicia del cielo que mide nuestras acciones, y el peor juez de todos somos nosotros mismos. Por lo tanto trato de ser acorde a lo que creo, lo que digo que se una con lo que hago y así me siento en paz. Soy sincera y trato de expresar mis sentimientos, y cuando no entiendo algo me comunico con otro, escucho para entender.

¿Como llegaste a las artes?

Llegue a las arte plásticas porque me enferme de bulimia y anorexia y desde entonces aprendí que necesitaba comunicarme para poder gozar de salud, para poder estar en equilibrio conmigo misma. Muchas veces nos confundimos o nos perdemos en el camino, lo importante es saber frenar, recalcular y volver a replantear a donde queremos continuar. Hay veces que no se pueden cambiar las circunstancias por lo tanto lo que tenemos es que usar nuestra creatividad para convertir eso en otra cosa, para poder sortear los obstáculos y poder crear puentes para atravesar a otro lado. En definitiva, lo que sos es una sumatoria de puntos que se unen. Tu hacer habla por si mismo y te lleva a esos lugares donde sos funcional.

Como amante de los viajes y después de seguir tus peripecias en Rusia, China. India, Nepal este año, ¿qué te dejan cuando volvés a tu ciudad?

Para mi los viajes son puro alimento para mi alma, los necesito, a veces no sé si trabajo para viajar o viajo para trabajar, porque no puedo imaginarme sin ellos. Son imágenes, vivencias, situaciones, encuentros, alegrías, aprendizajes, otras miradas. A veces es mirar lo mismo pero desde otro ángulo. Me hace bien viajar y como hace más de 18 años que viajo ininterrumpidamente, siento que es parte de mi vida, no es un corte, de hecho estos últimos años mientras viajo consigo trabajar (no es algo que busco pero sucede), por lo tanto uno mis dos pasiones y siento que viajar es parte de mi cotidiano. Los viajes no se tratan solo de los lugares que conocemos sino sobre todo de la gente con la que los compartimos. Viajar es ganar experiencias, expandir vida como yo digo y sobretodo mirar tu reflejo. Buenos Aires es como llegar a la meta. Al llegar me doy cuenta de todo lo atravesado en el viaje. Baja la información de lo vivido y disfruto de lo aprendido. Viajar es un mundo paralelo pero también es mi realidad, la que me permito vivir, experimentar, y abrazar. La magia la haces vos todos los días.

¿Tenés rituales que te conecten con vos misma, cuáles son?

Pintar te muestra la radiografía de tu alma, como estas a color internamente y como tu inconsciente sale a la luz. Es un trabajo interior, y realmente un contacto con uno mismo. Pintar es para todos y es necesario para equilibrar el consciente –lo que pensamos- con lo que sentimos. Implica práctica, voluntad, ganas y para mi es mi mejor ritual para estar cerca mío. También trato de ser impecable con mis palabras. Las palabras exactas abren puertas, cuasi “ábrete sésamo”, por eso trato de llenarme de palabras bellas, soy luz, soy amor, soy el acierto de las decisiones que tomo, soy abundancia, soy la conexión con mi corazón y mi mente, soy sincronía con mi destino, entre otras.

Eso nos deja ella, y nos da tantos regalos en sus palabras que no sabíamos cual destacar. Cada palabra es un camino a la experiencia mediante amor, creatividad, inspiración, y rendición. Las invito a leerla y conocer a esta hermosa mujer.

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Espero que les guste la entrevista con muchos mensajes, gracias @womanweconnect y Carolina Varzabetian

Link; http://womanweconnect.com/maria-baylac-una-mujer-pura-inspiracion/

 

Color del día

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“Mujer sabia”

Yo aún muchas noches no puedo dormir pero desde que chiquita esta imposibilidad de dormir la use para crear. Crear cuentos que aún recuerdo adulta y aunque nunca los escribí los tengo como grabados en mi mente porque eran cuentos, sueños despiertos, tejía con los ojos cerrados sin luz regalitos a mis compañeras de colegio o me miraba al espejo tratando de encontrar un otro que me hablara porque no podía dormirme. Conseguí una linterna para poder leer todos los libros posibles y no paraba de hacerme preguntas. Ahora soy más viva cuando no puedo dormir, pinto, escribo u hasta medito, entiendo que tal vez mi corazón o mi cabeza tienen algo a lo cual quiere que le de nacimiento. Las preguntas se han disuelto por la vida misma. Todo va y viene. Lo único que tenemos es nuestro camino y nuestra propia verdad.

Mis noches en vela de niña eran mágicas, encontraba tesoros, viajaba a otras épocas en una máquina del tiempo de mi imaginación y las puertas eran portales a otra dimensión. Agradezco a esas noches en vela porque son mi fuente de mi creatividad aún hoy. De chica hasta podía continuar sueños cuando lograba soñar pensaba fuerte en continuarlos, en que me  había quedado ayer, y lo lograba muchas veces.

La creatividad y la imaginación es un divino tesoro y si tu hijo o hija a veces no puede dormir tal vez es porque tiene cosas que pensar que resolverá de grande…

Mi abuela Hilda era la única que se quedaba contándome historias toda la noche pensando que iba lograr dormirme y nunca lo lograba hasta que se cansaba y se iba a su cuarto, dejándome con historias que ella inventaba. Ella me hablaba de encontrar las llaves, siempre en sus cuentos había que encontrar alguna llave o recuperarla,  sin saber que yo sabía dónde estaban las puertas.  Si hoy vivieras abuela te diría; con el corazón no necesitas llaves sino se abre la puerta, se abre la ventana o te llevan a otro lado. El corazón es la única llave para abrir todos los tesoros en tu vida. Escúchalo… tomate unos minutos para sentirlo que te dice….

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“París, Mon amour”

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Mirando la torre Eiffel pensaba en las coincidencias… hace 15 años atrás un 20 de enero de invierno de 1999 llegue por primera vez a Paris en el avión me enamore de un chico que me hizo sufrir mi primera historia de amor pero al mismo tiempo me enseño lo ilimitado de mi amor, nunca hice tantas locuras por una persona y fui tan incondicional por 10años que entro y salió de mi vida como un tornado que desestabilizaba lo que creía ordenado, “me tiraba la estantería ordenada cada vez”. Con él me di cuenta de muchas cosas mías y recién este año lo acepte como parte de hacerme la mujer que soy, porque gracias a sus interrupciones tenía que recalcular y volver a pensar en lo que quería o en quien era. Simplemente “gracias” si estás leyendo esto. Pero por primera vez en mi vida no tengo expectativa del futuro o tengo a alguien que me está esperando, por primera vez estoy llena. Este viaje fue de estar presente en mi hoy y de hacerlo maravilloso, de transformar cada día para que fuera bello donde fuera y sin importar las circunstancias, fue realidad continua no sueño y cada día fue una sorpresa.

Ayer mi amigo Maxi al que también conocí en estas tierras en 1999 me decía “a mí me preguntan cómo haces para viajar tanto”; jajá lo mire y le digo “ni yo sé, las cosas simples se me complican tal vez pero las complicadas las resuelvo. Este viaje me estaba esperando y solo me aventure a aceptarlo. Viajar es parte de ser quien soy y no me pregunto tanto lo pongo en marcha y voy resolviendo a mi paso”. La primera cosa que hice al llegar a Paris fue ir a la torre Eiffel, me hice amigas de unas francesas y un productor de televisión me invito a salir, paro el auto en medio de la calle como en un película y me dio su tarjeta para que lo llamara después de haber conversado un rato caminando por los champs elisees, pero me dio miedo y no lo llame; estaba sola de mochilera y claro que no me gusto lo suficiente para animarme. No me arrepiento, muchas otras cosas lindas sucedieron en esos 10dias en Paris, pase una hora en el Louvre con mi amor del avión que lo reencontré de casualidad porque en el 1999 no había celulares ni tampoco usaba emails para conectarte así que simplemente sucedió porque estaba en mi destino y así nos conectamos para volver a encontrarnos porque a mis 21años me quería llevar el mundo por delante pero era muy tímida y las palabras no podía expresarlas como quería haciendo difícil la comunicación. Mi papa me regalo el viaje con la condición de que saboreara los lugares, que los conociera, que no corriera sino que los viviera porque iba a volver muchas veces. Con tanto convencimiento me lo dijo que le creí y tuvo razón, gracias a degustar cada lugar me hice muchos amigos locales que aun hoy mantengo los vínculos.

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Abrir la puerta a los recuerdos, hace que una catarata salga sin ni saber que allí está guardada, pero Paris es así para mí. Desde el verano del 2001 no volvía pero en esos tres años fui como 10 veces en invierno (pase un inolvidable año nuevo del 2000 al 2001 festejando en la torre Eiffel), en primavera (lo pase con mi mama paseando en barcos y compartiendo la vie est rose de fondo) y en verano. Hoy al verla a la torre de nuevo me di cuenta que era la primera vez que miraba el senna en otoño y como sentir el cierre de un ciclo aprendido cerraba un capitulo de mi vida. Llegar a Paris de nuevo es mirarme, mi papa me dice que en Paris siempre dejas algo o tenes que dejarlo (parece que Franklin se tiro desnudo al senna y mi papa se dejo y se saco los bigotes al viajar a Paris) … tal vez yo deje mi corazón sin saber y he venido a recuperarlo para ponerlo en su sitio de nuevo.

Hay muchas cosas que cambiaron desde esa primera vez que vine, y muchas cosas agradezco de haber vivido desde esa primera vez. A veces no podes imaginar lo que se mueve dentro hasta llegar a determinado lugar, parís me conecta con mi ser, con mi centro, con mi amor. Me inspira y me rodea con su magia sin tener que hacer nada, solo perderte por sus calles implica absorber belleza en todas sus formas… y mirando hoy la torre Eiffel despido mis 36 años que empezaron en un loco día de taller de arte con gente disfrazada que vino a festejar mi día de forma alegre y fue una sorpresa para mí que duro hasta la madrugada y donde un avión me llevaba a nueva york para empezar mis años cumpliendo un sueño que había prometido a los 18años en el puente de Brooklyn y lo había cumplido y todo este año fue de sorpresas, no pude calcular nada, ni programar nada y agradezco a confiar porque mas tarde o más temprano si sembras amor este vuelve. A lo largo de estos 36años solo he vivido con el corazón a flor de piel abriéndose cada vez para que me guie y hoy sentí que cierro un capitulo con este sombrero de zorro en mi cabeza y empieza uno nuevo con piel de conejo. La vie est belle

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Color del dia

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“Familia”

La luna llena de escorpio de ayer nos conecto con lo que no se ve, con lo profundo, con las emociones que corren y que a veces por no frenar no nos damos cuenta de la verdad. Puso la luz sobre lo que queremos, lo que buscamos, lo que soñamos…

Escorpio nos conecta con la muerte y el renacimiento, con el cierre de etapas e inicio de otras. El silencio y el estar dentro de uno es un buen consejero en estos tiempos donde cada vez parecemos más maquinas en vez de personas, estamos controlados sin darnos cuenta y nos acostumbramos a vivir con rutinas estrictas. Es importante permitirse el cambio, la flexibilidad.

Cambiar de rutina es sanador, nos amplía la vida, las perspectivas. La vida de esta manera nos sorprende, nos suceden otras cosas por salir del día a día.

Tomen unos minutos para pensar y completar YO SOY… es poderoso reconocerse aceptarse mirarse y sobretodo SER permitirse salir de la rutina y conectarse con su naturaleza. Yo soy amor, yo soy poder, yo soy integración, yo soy luz, yo soy…

Ya somos perfectos, permitamos navegar en el aprendisaje que la vida nos pone por delante, o tal vez enfrentar los desafíos que tengamos para ser más completos.

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Contar historias sana, nos activa, nos hace ver otras opciones a lo que creemos, yo desde hace un tiempo cuento mis historias, a veces me da vergüenza, pero entiendo que en esto de abrir ventanas y puertas para que otros nos vean, implica vínculos sanos y profundidades lindas para vivir. Ya no se nada, pero se que me permito bucear en mis profundidades y al mismo tiempo vivir subiendo y bajando las montañas que la vida nos pone por delante. Espero que este año se conecten con su corazón y su lealtad consigo mismos. A veces los NO, son tal vez, o expresar un “te quiero” porque si, vale sin tener que explicar nada…. mas vivencias menos explicaciones.

 

Misterio

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“Encuentro sanador”

Para empezar a contar una historia siempre necesitamos de la historia precedente, aunque a veces las historias se mezclan para que una comience a relatar la siguiente y la nueva surja a partir de que vuelven a reencontrarse las piezas.

Todo lo que alguna vez he pensado nunca ha sucedido con este hombre, por alguna razón especial cada vez que aparece todo lo imaginado se moldea antes sus palabras y el río de las emociones barre con todo lo prescripto para volver a empezar.

Así es como nuevamente A entra en mi vida, dos veces de intentos que quedaron en nada pero en donde yo tome la ola y me hice cargo de lo que me pasaba aún no sabiendo si me interesaba surfear esa ola, pero una certeza de un lugar casi inequívoco me decía que probará. En realidad él entra en mi vida cada vez que pido cambiar, cada vez que decido correrme al costado y no tratar de avanzar o correr al destino. En la calma de mis días, conectada con mi voz interior, vuelve él a surgir de la nada.

Esta vez ya sin saber si valía o no la pena darle una oportunidad, sin saber si nuevamente quedaría a mitad del camino nuestro encuentro, en charlas sin consistencia mas que las de nuestra imaginación, pero como un toro embravecido él entra a la carga, como si le gustara desafiar al destino y tratar de delinear lo que no tiene forma o tacto.

Nuevamente transite la incertidumbre de nuestro encuentro, nuevamente espere a que su vela se dirigiera a mi puerto, nuevamente espere a que sucediera lo que tenia que suceder.

Me dijo que vendría un sábado y me cambio a un martes, y sin darle más importancia al hecho de que después de casi dos años, tres días más no cambiarían la historia si hubiera alguna que contar. Llego el día indicado, un martes, para ello el lunes hubo eclipse y  él ya se encontraba en buenos aires, en algún rapto de mi imaginación imagine un montón de situaciones que no sucedieron y que deje reposar en mi mente como un saquito de te bien usado. Si realmente quiere lo va a hacer posible y tendrá sus razones para no lanzarse a lo desconocido como lo hace con sus palabras. Sus acciones no se encuentran sincronizadas con sus palabras escritas en donde parece que un remolino lleva en su cuerpo que lo hace cabalgar entre truenos y relámpagos y saltar nubes sin cesar, pero a la hora de ver sus acciones en la realidad se desvanecen sin saber porque. Me pregunte muchísimas veces si estaría jugando a las escondidas con mí ser, o si solo es una luz que se enciende para mostrarme que hay esperanza y que siga moviéndome, que siga avanzando.

El martes me levante emocionada, finalmente llegaría el día del encuentro, ¿que sucedería?, ya habíamos imaginado este día muchísimas otras veces y no sabia que me sucedería, ¿que haría?, ¿tal vez simplemente nos habíamos equivocado después de tanto tiempo?, ¿tal vez todo había sido un malentendido?, tres horas en una plaza habían construido dos años de intercambios con pausas continuas, pero las ganas tal vez de ambos es lo que provocaba las chispas de fuego de cada intercambio que hemos producido con palabras escritas.

A las dos de la tarde, el tiempo no avanzaba y las ganas de verlo me podían, fui a comprar cosas para mimarlo con todos los sentidos, y el degustativo es fundamental para completar a un encuentro. El vino estaba guardado y otras sorpresas en caso de que se convirtiera solo en un amigo. Le mande una foto para que supiera en que estado me encontraba cuando recibo un tal vez tendremos que pasar el encuentro para mañana. Mi desilución y mi cara se cayeron al abismo, otra vez pospuesta por un destino que parecía que jugaba con nosotros una broma pesada. La verdad mucho no podía decirle si ni sabia que me pasaría, y la verdad esta vez con A no hice nada, mas que una pulsión inicial de demostrarle mi interés en la plaza, luego él ha ido y venido con aceleradores y frenos continuos sin terminar estacionando en ningún lado, y parece que el auto nuevamente no encuentra lugar y yo no se que hacer.

Sentí que me pinchaba como un globo, no quería sentirme abatida pero las expectativas y las ganas eran grandes y ahora solo quedaba un nuevo esperar y la verdad ya ni ganas tenia. Su mensaje me había dejado en blanco. Pensé que tal vez era una señal por la energía del eclipse o que tenia que asistir a la meditación de luna llena que había cancelado, así que empecé a activar a gente para que fuera. Siempre mirando el vaso medio lleno, es mi lema, es mi virtud. Fui a pagar unas cuentas, y a organizar para dar la clase del taller, que aunque imaginaba dar una clase termine cambiándola dada mi necesidad interna de soltar las emociones estancadas. Y cuando faltaban cinco minutos para empezar las clases un mensaje de A llego, preguntándome si todavía estaban abiertas las puertas de mi casa para recibirlo. Para esto ya lo había soltado, ya había dejado de pensar en el encuentro, ya sentía que no me correspondía esta vez hacer mas nada.  Un calido cosquilleo en todo mi cuerpo activo mi sonrisa para contestarle que claro, y todas las ganas que se habían quedado atascadas, salieron como unas cataratas a pasear por todo mi ser.

Empezó mi clase y por mas que quería concentrarme en lo que estaba haciendo lo pensaba, me desconcentraba sabiendo que llegaría en medio de la clase y que no lo podría atender como quería, pero también entendía que por algo se daban las cosas de esta forma, era natural, como un amigo que venia a visitarme después de un tiempo. A la hora ni noticias de A, y la ansiedad me había raptado, así que decidí escribirle y me contesto que estaba llegando.

Toco el timbre mientras mi clase de arte sucedía, y sin vacilar baje por el ascensor entre mezcla de nervios y ansiedad por mirarlo de nuevo, ¿que me sucedería? ¿Qué pasaría? Pero sin tener tiempo a responder la pregunta, sus ojos se encontraron con los míos y un balanceo natural como de dos hamacas meciéndose por el viento hizo que nuestros labios sellaran el encuentro. Beso largo, interminable, brazos entrelazados, terminar acorralada en la pared, no alcance a decirle hola que nuestros cuerpos hablaron por si mismos. Casi dos años, desde ese encuentro de casualidad en una plaza y un cúmulo de emociones compartidas al vernos frente a frente, su cuerpo era conocido. Su rostro era mas lindo de lo que recordaba, su ser me era familiar.

En el ascensor seguimos besándonos y lo conduje a mi cuarto casi a escondidas, no quería que lo vieran, quería que fuera mi secreto todavía. Le lleve algunas cosas para que se entretuviera pero en realidad quería quedarme con él, entre sus brazos. Sus ojos picaros, su sonrisa tierna, y su ser tirado en mi cama es una postal para mi recuerdo. Volví al taller, volví a conectarme con el final de la clase, y el cambio de alumnado, por suerte este martes fue menos concurrido que lo natural, porque mi energía no estaba a disposición para tener entretenidos a mas personas.

En un  momento volví al cuarto y me había escrito pero no había leído, no quería que empezara a sentirme sin mí, esta vez quería correspondencia y sincronía para mimarnos a la vez, esta vez era real en tiempo real. Unos minutos mas y podríamos pertenecernos. Así fue como a las 22 en punto se fueron los del taller, sin entender nada, porque no iba a la meditación promocionada. Menos explicaciones y mas vivencias. Ni bien las despedí, entre al cuarto en penumbras ya que se encontraba dormitando y me metí en la cama y comenzamos a besarnos y a mimarnos, y a desprendernos de las capas de telas que nos cubrían para sentir nuestra piel. Me mira y me dice “me gusta tu aroma, soy sensible a los olores y tu aroma me es familiar”, y la verdad que su ser lo era para mi. Nos dejamos llevar y nuestros cuerpos hablaban, y lo hicimos por primera vez. Ni bien acabo, se fue al baño y llore, llore porque estaba feliz y satisfecha y porque mi certeza de esperarlo y de actuar bien tenia un porque. No sabia que me traía a mi vida, si había futuro pero me había echo mejor persona, me había podido ver en su reflejo y me había vuelto leal y fiel a mi misma. Me había dado la excusa a mi misma de querer ver y escuchar al otro y no solo saborearlo y en ese estado desechar a muchos mas de los que me hubiera imaginado, y también me había permitido conocer a mi ex de la forma que lo conocí gracias a él porque en algún punto entendí que a veces el encontrarse no tiene que ver con el afuera sino con el adentro, con un motor interior que te hace sentir al otro a pesar de no haberlo sentido nunca dentro ni saborear sus labios, pero que su energía como un imán se pega a la tuya y podes vibrar a la distancia y a través de una maquina por las palabras que se intercambian.

Ni bien volvió del baño, sentí que un tapón salía de mi corazón y de mi boca y empecé a hablar sin parar, como desahogándome sin saber bien porque, le conté una y otra historia sin rumbo y que se mezclaban pero en una suerte de laberinto de personas quería explicarle lo importante que había sido para mi sin ni siquiera conocerlo. Era tan extraño de explicar pero en la cama pegados uno al otro todo tenia sentido. Luego volvimos a enredarnos entre las sabanas, y esta vez lo sentí más en mí, lo disfrute y lo vibre, quería explicarle tantas cosas que no tenían palabras para especificar tantas sensaciones instantáneas. Parecía que nos conocíamos de toda la vida, nuestros cuerpos se conectaban, pero el sentimiento era que nos habíamos visto hace poco y no que recién nos conocíamos. ¿Cómo explicar lo inexplicable de los encuentros?

Luego no podíamos despegarnos, teníamos que bañarnos, comer, y la verdad a mi el tiempo no me pesaba, pero el tenia que manejar a la mañana siguiente y trabajar. Volvimos a la cama y nos dormimos instantáneamente. A la mañana siguiente se despertó y entre dormida le hice unos masajes para que pudiera estar en la ruta mas descansado. El encuentro me quedo chico. Se fue y me quede con ganas de mas, y la verdad no hablamos de futuro, ni de pasado, ni de su situación, pero esta vez yo quería decirle que estaba dispuesta, que quería probar el todo con él, que estaba, y sentí que al mismo tiempo el tenia que haberse dado cuenta y que en sus manos estaban las cartas. ¿Cuantas ganas de apostarme tendría? ¿Cómo seria esta relación a la distancia? ¿Qué realmente le había pasado al verme? ¿Qué había sentido al tocarme?

Puros interrogantes y claro la vida inexplicable como un misterio se posa por delante.

 

El encontrarnos es sanador

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“Toda historia no es otra cosa que una infinita catástrofe de la cual intentamos salir lo mejor posible”. –Italo Calvino

Experimentar no es lo mismo que contar o leer. Al vivirlo vuelve la inocencia y podes empezar de nuevo.

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A veces hay que comprarnos el tiempo para ser felices. Contratarnos a nosotros mismos para tener tiempo de ocio creativo. Es lo que vale

Mantra del día: https://www.youtube.com/watch?v=481Vzv-nPd0

ESTRELLAS: somos estrellas que venimos a brillar en la tierra

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Ph: Marina Gonzalez Winkler (miren sus fotos son mágicas:marina.fotos@facebook.com )

Somos estrellas que venimos a brillar en la tierra

TRANSFORMAR LA REALIDAD ES POSIBLE

“Yo confío en el universo como confío en las personas, es la única manera de vivir en paz”

Estos días han sido extraños. En realidad me hacen pensar en las personas, como actúan, quienes son finalmente. Lo que más me apena, es que en mi caso, no es la primera vez. Ayer Mario, un taxista, me preguntaba, pregúntate porque te sucede otra vez. Pero en realidad esta vez, yo soy diferente. Yo ya me acepte, ya me valoro, se lo en lo que soy buena y en lo que me equivoco y acepto mis errores y hasta pido perdón si puedo hacerlo.  En el camino de ser artista, muchas veces claudicamos en el proceso, o no encontramos salidas, o tenemos miedo, o nos encerramos, o no entendemos como seguir porque nos olvidamos de nuestro mensaje, de nuestro horizonte, de porque somos lo que somos. Ser artista esta en germen en todos nosotros como especie. Nacemos con una potencialidad para sentir que nos hace únicos y especiales, es una capacidad que muchas veces encerramos en nuestro interior simplemente por no sentirnos aptos o lo cual es peor ser diferente a los que nos rodean.

Para llegar a ser “artistas” continuamente sorteamos un montón de pruebas, de piedras en el camino, de fines y comienzos. En el trasfondo, en el que no se ve, ese detrás de escena que solo entre amigos conocemos, y hasta a veces solo a desconocidos se los contamos, están las respuestas de porque esa persona esta ahí frente a las cámaras. Casi como las raíces que esconden un árbol, y también las veces que ese árbol se transformo para ser quien es. Una vez leí en la revista de Susana Gimenez la historia de cómo se compro su primer auto, su fitito, para su hija y ella con su primer paga como artista o modelo, y me emocione. ¿Cómo imaginar a Susana allí?, pero esa felicidad de ese entonces hizo que fuera quien es, que siguiera avanzando. Susana como muchos otros tuvieron una oportunidad o muchas veces la hicieron. No claudicaron, no se quedaron con la historia de su pasado o de su vida, siguieron reinventándose, soñando, queriendo cambiar su realidad.

Yo cuando era chiquita bailaba como un robot, les puedo asegurar que me recuerdo y me veo moviendo los brazos y el cuerpo como si fueran articulaciones duras de metal y me muero de la risa y hasta de vergüenza. Mitad robot y mitad mimo tal vez, pero sin realmente tener un modelo a seguir para mi rutina. Pero lo más maravilloso de esto, es que en el club de golf de mi infancia donde en su mayor parte espontáneamente llevaba a cabo estos bailes ridículos en año nuevo, me ponían en el centro y me miraban haciéndolo como algo maravilloso por los adultos y mis pares. Me dejaban ser, y no les parecía nada raro, y si alguien se reía creo que con la fascinación que me encontraba haciendo mi baile del robot ni me importaba. Yo lo hacia igual, era feliz haciéndolo y era aceptada.

Este detalle me define. Porque no solamente el baile del robot era peculiar, sino que adonde iba a jugar con amiguitas o donde me quedaba a dormir, me dejaban ser, rompía revistas Para Ti de moda de la mama de una amiguita para hacer collages y llenar las hojas de mi diario íntimo y el resultado era tan bueno que no nos decían nada. Creaba desfiles de modelos con capelinas tejidas a mano para todas mis muñecas cuando en Argentina no se usaban sombreros y cuando estaba triste me escapaba a la terraza a pensar, sentía que desde las alturas podía ver lo mismo desde otro ángulo y bajaba olvidándome de porque había subido, el viento, el sol o simplemente poder ver la cuadra de mi casa me llenaba.  Daba vueltas todos los muebles de un comedor diario porque estábamos en otra galaxia y teníamos que tener naves para poder comunicarnos. Y hasta en el colegio una vez fui elegida candidata para ser presidenta de mi curso, la verdad la idea no me gustaba nada, pero había sido elegida por mis pares, era tercer grado y nos tenían que enseñar las elecciones y los discursos y como ganar una. Así que creamos un partido Unión cívica infantil (claramente contagiada por mi padre y mi madre, con los cuales había recorrido todos los pueblos de la provincia de buenos aires en sus múltiples actos para que vuelva la democracia), y yo era la candidata. Para prepararnos jugábamos a la ronda y al elástico, para mi lo mas divertido de estudiar era poder jugar en el camino. Todavía me acuerdo, había dos candidatas anteriores a dar el discurso para luego elegir a la presidenta (en ese entonces iba a colegio de mujeres Maria Auxiliadora), mis compañeras prometían sándwiches gratis en el recreo todos los días a las que la votaran, no ir a clases y un montón de beneficios a su electorado para no aprender nada en el ciclo lectivo. Yo me acuerdo que me presente frente a la clase (en una seudo tedx posterior) sin saber bien que iba a decir pero convencida de que no iba a ganar las elecciones porque en mi caso, disfrutaba de ir al colegio para aprender cosas nuevas y podes jugar con mis amigas, así que empecé a hablar de diálogos, de mejorar la comunicación con los maestros para explorar temas los días viernes de cosas que nos preocuparan o interesaran, de hacer un jardín lleno de flores en el patio del recreo(desde chiquita tengo fascinación con la tierra y con plantar cosas) y un sinfín de ideas que trataban de trabajar en grupo y en conjunto. Ante mi sorpresa gane las elecciones de mi partido y termine siendo la presidente de mi curso diciendo la verdad y promoviendo cosas reales y que podía cumplir con mis escasos años.

Desde chica mi actitud me define, buscando trabajo de actriz termine en cancillería argentina y aunque no era el trabajo de mis sueños, pero si de lo que había estudiado y ser embajadora cultural o trabajar en culturales estaba en mi imaginario, fueron seis años de aprendizajes constantes, de ver modelos, de ver actitudes de personas y sobretodo de definirme como persona. ¿Quien era? ¿Como quería ser? Y muchas veces en mi hoy me acuerdo de cumplir horarios y de lo que pedía al universo de poder ser lo que amaba. ¿Por qué tengo que estar aquí cuando yo quiero crear? Me lo preguntaba todos los días en la oficina. Pero no iba triste y amargada a llevar mis penas de porque estaba ahí, sino daba lo mejor de mí, de ayudar a otro, de la forma que pudiera, me ponía en el lugar del otro y entendía que mis miedos a no tener plata para pagar las cuentas o a la incertidumbre de ser artista me ataban a la oficina.

Mi camino de ser artista fue largo, no nació de la noche a la mañana, no se fundo en un capricho por no saber que hacer en mi vida. Mi vocación de ser artista se ha forjado con los años, he dejado muchas cosas en el camino en este afán de ser yo misma, y al mirar atrás me perdono, porque entiendo que valió la pena el todo para ser quien soy y para poder seguir cumpliendo sueños y sobretodo poder contagiar a otros de que se puede, que se puede cumplir sueños, que se puede ser feliz, que se puede confiar en otros. En el camino muchas veces no entendí nada, pero siempre el universo u otra persona me ha tendido la mano, me ha ayudado a cruzar a ser puente y en ese afán de devolver hago lo mismo.

Cuando era chiquita, soñaba con pintar las casas de colores, creía que si mi camino al colegio estuviera coloreado seria mas feliz de lo que era caminando al colegio. Ese era mi sueño, y sin saber como termine llevándolo a cabo. Los no han plagado mi mundo pero siempre he tratado de convertirlos en SI y en posibilidades y con esta capacidad de crear cosas que nos define como artistas he transformado las cosas para lograrlo. Y muchas veces solamente me he tirado a la cabeza a la pileta sin saber si hay agua, pero no de inconciente sino confiando en las palabras de otro. Un desconocido en un avión hace ya 9 años, me dijo que renunciara a mi trabajo en cancillería, que tenia que elegir de que lado del mostrador quería estar si era artista y tenia que confiar en mí y en mis sueños. En ese momento no podía entenderlo como ahora lo hago, pero gracias a sus palabras, una semilla planto en mi cerebro que podía cultivar o no, yo decidí jugarme y creer, yo decidí probar y no por él sino por mi misma.

Y ahora volviendo al porque escribo todo lo que me antecede, les cuento que cuando cree BANCARTE, poner color en las plazas, que las plazas sean lugares de encuentro entre desconocidos, lugares felices, lo hice partiendo de la premisa que no sabia como llevarlo a cabo, pero era un sueño, era un deseo que me llevaría a cumplir un sueño de niña. En ese entonces estaba llevando a cabo un piloto para un programa sustentable, me habían elegido ser la conductora sin tener ni idea de que significaba la palabra sustentabilidad, así que mi primer programa se baso en preguntar en puro diseño que significaba, de que se trataba, de que la gente que estaba en eso me lo contara, y ahí justamente me di cuenta que era mas sustentable de lo que me imaginaba, andaba en bicicleta, cuidaba el agua, usaba materiales de desechos con los cuales pintar y enseñaba a mis alumnos a reutilizar las cosas, le volvía a dar vida a muebles o a bares o lugares que tirarian las cosas o cambiarían por algo mas moderno pero con unos colores la pieza se convertía en obra de arte, trataba todo el tiempo de que mis acciones no molestaran al de al lado pero a veces por mas que uno intenta no puede lograrlo. Y aprendí de esas personas sustentables apasionadas cosas maravillosas que aún hoy recuerdo. En ese mismo momento fui a una reunión de consorcio en mi edificio y por abrir de mas la boca, termine pintando de blanco el ascensor de mi casa, la verdad no fue tarea fácil, tres días y realmente no lo había dejado impecable, así que a la madrugada me desperté y le pinte unas flores para disimular las imperfecciones y que miraran solo las flores. Así fue como tuve sorpresas de mis vecinos, algunos lo tomaron de súper agrado, algunos indiferentes, y hubo solo uno que estaba completamente en desagrado y empezó a rayarlo, una y otra vez lo rompía, y yo una y otra vez lo sanaba a la madrugada me levantaba para dejarlo perfecto de nuevo. Claramente el dibujo se fue modificando y luego de darse cuenta que no iba a poder pararme, porque lo hacia feliz no por mi sino por todos los del edificio para que pararan de criticar lo que no funcionaba hasta que pudiéramos cambiarlo, rayo las otras caras del ascensor y ese fue mi limite para continuar sanando el ascensor, porque no era su madre, y porque ya lo que hacia no tenia sentido para nadie.

Tal vez era algo particular conmigo y me corrí de lado, simplemente no le gustaba mi arte. Pero gracias a la experiencia del ascensor en mi edificio pensé lo de llevar a cabo el proyecto de las plazas, en una actitud de no quejarme mas de lo que no funcionaba sino en hacer algo desde lo que yo podía hacer para mejorar mi ciudad donde yo habitaba. Desde esa premisa, surgió bancarte, y lo que paso fue mágico, porque yo como los otros que me ayudaron no ganábamos nada mas que ganas de hacer algo, de poner una semillita para plantar un jardín, o tratar de ver un resultado. De esta forma me senté y escribí a muchas personas y compartí mi proyecto desinteresadamente, porque lo que mas me importaba era llevarlo a cabo, iba a cumplir mi sueño de niña, me senté y escribí a conocidos que podían ayudarme, a desconocidos que cruce alguna vez en algún evento o calle y hasta gente que ni conocía pero que tal vez podía darme una mano. Y mágicamente o no, porque tendí mis manos, abrí mi corazón y confíe, sucedió lo inesperado. Una marca quería contratarme para diseñar su pack de pintura y creí que podían ayudarme a llevar a cabo mi proyecto, solo poniendo sus productos y así fue que la pintura ya estaba, luego quedaban los artistas (para que hubiera variedad para todos los gustos y así no sucedía como mi ascensor y todos aprendíamos a cuidar los espacios públicos) pero como iba a convocarlos para hacer algo gratis. Mi visión, era poner sus colores para que otros los vieran, esa era su mayor paga, que por ese banco alguna persona se alegrara, soñara o tan solo quisiera sacarse una foto, pero no podía obligar a otro cada uno parte de su manera. Yo podía ponerme en el lugar de los artistas, porque muchas veces en este camino de ser artista, no me pagaron, me engañaron, me prometieron cosas que nunca cumplieron porque era ingenua y sobretodo porque amaba hacer lo que hago y tal vez porque no podía valorarme a mi misma y por eso trabajaba en una oficina y por eso las cuentas me las pagaba el otro trabajo, entonces sabia el dolor que causa abrir nuestra alma como artistas y dar lo que sale en nuestro interior y  todavía no recibir nada. Pero ahí entendí que yo lo mismo había continuado y que gracias a todas esas decepciones lo había logrado, que gracias a todos esas pruebas y error, y todas esas locuras de pintar lugares sin saber como iba a lograrlo pero no queriendo perder la oportunidad había ganado experiencia y sobretodo podía llevar a cabo cualquier cosa porque ya lo había comprobado.

Era el año 2002, un amigo de una amiga me convoca para pintar su bar en Palermo, me dice que iba a pagarme pero como no sabia que íbamos a hacer que lo hiciéramos al final las cuentas para no perder tiempo en eso. Yo trabajaba en la oficina con traje y me tomaba un colectivo  para ir a pintarle el lugar, todos los días hasta la madrugada. Feliz de poder cambiar la realidad, de poder poner mis colores allí, de poder poner mi arte, en definitiva de probarme. No sabiendo bien si a los demás les gustaba porque claramente mi arte no era lo que estaba de moda en ese entonces. Y luego de un mes de trabajo, donde solo me daban los almuerzos o cenas y a veces terminaba regalándoselos a los niños de la calle que pasaban. A veces se quedaban conversando y a veces me estropeaban el mural porque si, y en vez de enojarme me ponía a charlar que les pasaba para terminar regalándoles mi almuerzo y al otro día me saludaban y ya no lo rayaban. Termine el bar y el amigo de mi amiga nunca me pago nada, me empezó a poner excusas y a decirme cosas como que no habíamos arreglado nada y que recién había comprado el bar, y para esto me había contado varias veces como gastaba mucha plata apostando en el casino y que era promoción para mi trabajo. Pero claro yo había tenido la culpa de no haberme sentado de antemano y de arreglar los números para trabajar, pero yo tenia 22 años y como iba a saber que cotizarle si no sabia que valor poner a lo que hacia, si todavía no sabia lo que valía. Así que no hice nada, para esto mis papas con razón me decían hasta un albañil Maria cobra su trabajo. Tenían razón, pero gracias a ello, me di cuenta que la paga no era mi motor para pintar, ni para trabajar, hasta la cola se me había quemado por estar sentada al sol, y sin importarme las gotas de sudor había dado lo mejor de mi para ese bar por mi misma.

Así que cuando inicie bancarte sabia exactamente lo que estaba pidiendo. Así fue que decidí hacer una lista y convocar a artista afines, ya sea porque habíamos trabajado en alguna oportunidad o porque simplemente me gustaba lo que hacia o porque me aparecía en la mente o en el Facebook y me acordaba. Así compartí mi proyecto entre muchos artistas, entre muchos medios de comunicación, y entre muchos artistas no plásticos y por la red, abierto a todos y por eso elegí a un lugar de Internet para promocionarle. Porque a BANCARTE me lo imagino como una suerte de posibilidad de demostrar tus dotes como artista, pudiendo cantar, bailar, actuar, recitar poesia, tener una posibilidad de mostrar tu trabajo en una plaza que es un lugar para todos y de todos y que otro pueda apreciarlo. Así que mande mensajes a músicos, actores, escritores y fotógrafos. Cuando estudiaba teatro, lo que mas quería era actuar, estar en un teatro, pero lo veía tan lejos que me imagine donde podía hacerlo, entonces pensé en adaptar Antígona para el subte y lo hice, me senté a escribirla. La idea era vestirme con una amiga de teatro e ir a dar nuestra escena en el subte, regalársela a otros, mi amiga me miro extrañada y empezó a mostrarme todos los porque de no hacerlo y claramente nunca lo intente, pero cada vez que veo a un músico que toca desde el corazón o un show pensado para compartir con otros en el subte los mimos con dinero porque me hacen sonreír y pensar en que se animaron. No es fácil estar ahí, expuesto, no es fácil pedir dinero para hacer lo que uno ama pero principalmente para no estar dentro de un sistema que muchas veces la sensibilidad de un artista no puede soportarlo.

Volviendo a bancarte, con la pintura y los artistas convocados, nos dieron los permisos los del gobierno de la ciudad, haciéndonos cargo de todo, y claramente sin dinero pero con ganas logramos llevar a cabo el proyecto. ¿Cómo? Confiando en los otros. Sabiendo que lo que hacíamos se basaba en el amor, en el dar, en el compartir, en sumar voluntades. Una gota mas una gota es un mar.

Así que puse en marcha el proyecto, era de locos, la plaza con la que íbamos a iniciar el todo era enorme y ese día se largo a llover con todo y hubo un accidente que se cayo un balcón y mato una persona así que pasamos el inicio del proyecto a la segunda plaza, era mucho mas chiquita en la 9 de julio, solo 10 artistas había convocado un domingo a las 10 de la mañana (no podía jugar con los artistas y el deseo de llegar a un lugar y no tener banco para pintar, no sabia como hacerlo todavía, no sabia nada, pero mi sueño de chica era lo importante y sabia que era plantar una semilla, era probar una idea loca en la realidad) y para esto la noche anterior la mitad de los artistas convocados me llama que no pueden ir por h o por b, yo pensé no importa, pintare mas yo, no importa algo sucederá. ¿Cómo podes asegurarte que vayan si no les prometes nada más que ganas de dar y de jugar? ¿Cómo armar un proyecto donde no hay paga de dinero y tener la seguridad de otros cuando siempre hay imprevistos? Había ido al barrio chino y había comprado para tirar burbujas porque sentía que necesitaba convocar a la magia y las burbujitas de jabón, como los panaderos, como las mariposas me hacen sonreír me hacen creer en eso que no se ve. Llegue a la plaza con una gran sonrisa y una mujer Nathalie con sus dos hijos estaba esperándonos, se había autoconvocados por el proyecto y desde pilar venia a ayudarnos para lo que fuera necesario, había comprado facturas para todo y tenia mate, me mira y me dice “No se pintar pero quiero ayudar”, y la verdad entendí que yo no había pensado en la comida, ni en nada de las personas que venía a ayudar. En este afán de pintar y de hacer lo que amaba no duermo, no como, no nada. Tenía las burbujas y se las di a sus hijos para que jugaran, creamos magia y ustedes van a ayudarme.

Así empezó, cayo gente hasta de la plata que se sintieron convocados, amigos de la infancia a pintar por si necesitaba algo y gente que ni esperaba que como había sol pensó en pasar por si quedaba algún lugar, la propuesta convocaba a los con corazón grande como lo somos todos los que nos contagiamos del arte y sentimos la posibilidad de soñar un instante. Hasta un indigente que vivía en la plaza nos decía que iba a cuidarla si le regalábamos pintura porque el pintaba, y me lleva a su guarida a mostrarme sus cuadros de la virgen y claramente le regalamos los posillos de la pintura que sobraba. Vimos un robo en el medio y no pudimos ayudarla a la mujer, y entendí que también estaba poniendo en peligro a la gente que venia por ayudarme, ya que ni un policía, ni seguridad teníamos, éramos unos locos lindos soñadores que creemos en un mundo mejor. Esa primera vez fue un éxito porque nada de lo que pensaba sucedió sino que fue aun mas grandioso y al mismo tiempo entendí que tenia que soltar el como, solo importarme en que era bueno ayudar y ayudarse. Los extranjeros se quedaban charlando o sacando fotos, mirando sorprendidos, ¿quien los contrato? Nadie. Lo hacemos por amor – les decía, partió de una idea que tuve de niña y de transformarla en la realidad para adaptarla a que se haga y pensé en las plazas, porque los nuevos bancos que eran hermosos se perdían, no se terminaban apreciando por ser grises entonces que lindo poder darles vida, que se conviertan en piezas de arte para todos. Bancarte fue alegría, fue amor, fue sorpresas, fue magia, cada vez me sorprendió a mi misma la capacidad que tenemos los seres humanos para dar. El que no podía pintar compraba caramelos, facturas, dulces, sacaba fotos, se ponía a barnizar con traje, hasta un borracho dejo el vino para aprender algo nuevo, chicos rateados del colegio terminaron colaborando, vecinos que se auto convocaban porque eran artistas, hacían videos, traían su comida orgánica, nos regalaron helados, vinieron medios a cubrirnos sin ni charlarlo, porque sus oficinas estaban a media cuadra de la plaza donde pintábamos. Bancarte aun hoy es esperanza para mí, es maravilla, es entender y ver al otro más grande.

Y claramente Bancarte fue la semilla, el germen de que nacieran otras cosas y hasta otros lugares se contagiaran, en Chile hicieron un bancarte y hubiera sido feliz que muchos pueblos de nuestro país se hubieran organizado. El proyecto estaba ahí, libre, como yo soy, abierto porque de lo que estoy segura es que bancarte se pudo llevar a cabo porque todos creímos que era posible, porque todos se contagiaron con las ganas de poder cambiar la realidad y de salir de la queja y de lo que no funciona. Lo hice gratis, partió de mi amor para compartir y se paro porque justamente no quería comercializarlo y durante mucho tiempo me rompí la cabeza como podía darle forma. De hecho mucha gente se me acercaba te estaban copiando, y  justamente una de ellas que desde un principio recibió el proyecto de mis manos y se ofreció a ayudarme a conseguir una plaza porque tenía un compañero del colegio que trabajaba en el gobierno me dijo cuando le comente que se acordara como había empezado todo porque me parecía que se estaba olvidando de partes, me dijo “Vos podías ir con una carpeta al gobierno y presentar el proyecto, yo lo hice por dinero, cada cual lo hace como puede”. Al principio, me dolió porque me sentí de nuevo una idiota como el bar que pinte, pero después me di cuenta que yo no lo había echo por dinero ni para ganar nada mas que amor por hacer lo que amo hacer todos los días y que ella nunca había participado de mi proyecto, ni pintado en bancarte para ver que pasaba, que sucedía, estaba mucho más ocupada en armar algo parecido con otros y me pareció bárbaro. Cada cual hace lo que puede y hay mucho para hacer. Yo también quiero viajar, y crear mi familia y vivir mi vida, y tener tiempo para meditar y compartir con mis amigos, y poder nadar o ir al teatro y perder tiempo y trabajar con gente que me hace bien y que me elije desde esto que soy CONFIO AMO SUEÑO Y COMPARTO y no todos pueden quererte. Desde esta premisa continúe mi camino sin mirar atrás y claramente siempre hay alguien que me llama para poner mi magia donde sea, en una pequeña panadería con dulzuras, dentro de una empresa para que sus empleados se sienten felices unas horas en el trajín del día a día, o mirando a un taxista y regalándole la numerología que lo hago porque me sale. Y tal vez a esos oficinistas que les regalo mi enseñanza, solamente los abrazo, yo estuve ahí, yo se lo que es estar haciendo algo que a veces no sabemos para que, yo se lo que es no tener tiempo, yo se lo que es no quererte ni aceptarte cuando no eras flaca, rubia y de ojos celestes, yo se lo que tomar decisiones a pesar de tus creencias, yo se muchas cosas simplemente porque las viví y desde ahí amo más y se siente tan bien.

De hecho bancarte o como quieran nombrarlo, porque me doy cuenta que ideas me sobran y sobretodo ganas para hacer cosas.  Hace un mes me junte con personas y la idea fue que yo los capacitaba, yo les enseñaba a pintar para que el que quisiera venia a colaborar para decorar su propia plaza, y al mismo tiempo se llevaba una herramienta para su hogar, para reciclar la mesa del jardín o la pared de un cuarto o simplemente para jugar con sus niños o con amigos. Al mismo tiempo reciclábamos la energía, les dábamos algo para que lo pudieran devolver, entonces se cumplía con toda la etapa, y me podían pagar por algo que tiene valor porque es para siempre aprender a conectarte con vos mismo que es lo que hago al enseñar a pintar.  El arte es necesario en nuestra vida cotidiana, nos conecta con la creatividad, nos conecta con la posibilidad de transformar la realidad.

Cuando yo me imagine a bancarte, no me lo imagine como una negocio de algunos  me lo imagine como una posibilidad para cambiar la realidad, para trasformarla con acciones que podemos hacer si salimos del lugar de quejarnos. De hecho me base en que las vacas o todo lo que se interviene artísticamente termina subastado dentro de corporaciones o lugares que no son disfrutable por otros, y pensé, necesitamos algo que sea patrimonio permanente para todos, y claro que habría que enseñar a cuidarlo, pero primero actuar, probar, y claramente si ese lugar puede ser un espacio para que otro pueda ser y que puedas recibir el otro se modifica, el otro mejora, el otro se contagia y cuida. Me imagine todas las plazas de mi país pintadas de colores, demostrando que Argentina es maravillosa, me imagine que las plazas volvieran a ser lugares de encuentros, lugares gratis para compartir lo que sabemos hacer, lugares para que el arte tenga un lugar para compartir, para que un actor pueda ensayar su obra porque le pondría un escenario, o un poeta o escritor pueda ir a contar sus cuentos, y que tenga oyentes que le digan su opinión, lugares de criticas, lugares de aprendizajes, de compartir. Bancarte empezaba poniéndole color a las plazas para contagiarse, para que el arte saliera a las calles, para que todos nos beneficiáramos, porque yo cada vez que escucho un violín en un subte o en un tren me siento abrazada, siento esperanza, puedo sonreír y puedo agradecer al cielo que alguien me este regalando su don…

Ayer un taxista que le conté lo que me sucedía, en realidad me quebré, me largue a llorar sin saber porque con este taxista que me dio paz ni bien entre al auto, y le conté mi problema, me mira y me dice: “No importa el pasado, ni el futuro, Milagros, solo el hoy, tu presente y lo que podes hacer… ¿Por qué tres veces te paso con la misma persona? Pregúntatelo. Es tu historia, vos sos la estrella, contala. Transforma a esa chica en un personaje e inventa un cuento cambiándole el nombre, y le dije: “Gracias por resolverme el dilema, solo tenia que conectarme con mi artista, con mi historia y  podía encontrarle la vuelta. Ahora Mario, te toca a vos, recibir un poco de magia, dame tus números, tenes que conectarte con tu 11,  viaja, confía en el universo”. Le di plata para pagarle su tiempo para que pudiera ir a escribir sus 7 deseos del año, sin saber bien porque y cuando baje entendí que mi abuela, mi tía y hasta mi papa hubieran echo lo mismo y han hecho lo mismo miles de veces, porque poder hacer soñar a otro un ratito vale la pena y poder confiar en otro es lo único que vale. No se si lo habrá echo, pero confíe en que a veces necesitamos que alguien nos ayude para tener tiempo, por mas que mis palabras hubieran bastado, hay que accionar en la realidad y si podes ayudar hacelo, porque ese otro puede ser vos algún día y vos le podes cambiar su realidad.

Al mismo tiempo,  recordé a Walter, el taxista de la noche anterior, al cual también le conté mi problema y  me dijo “es que no podes confiar en nadie, no podes contarle a otro. Usa las herramientas que tenes para que se sepa la verdad. Todavía tenes la oportunidad de hacer el proyecto y que sea tuyo”.  Yo lo mire y le dije Walter si no puedo confiar en el otro no puedo trabajar con el otro. Confiar es básico para amar, para sentir, para soñar y para levantarte todos los días con esperanza de que por algo estas viviendo en este momento y espacio.

Con estos dos desconocidos que me ayudaron y claro mis padres y amigos, nació este escrito de hoy. Mario no voy a perder el tiempo escribiendo un historia a un personaje que no es protagonista de mi historia, que simplemente le compartí mi proyecto con amor por si quería volar conmigo y soñar un ratito. Mi historia de NACE UNA ESTRELLA, BANCARTE o como quieran nombrarlo,  es para todos los que si me ayudaron a llevar a cabo mi proyecto, a todos los artistas de corazón que no dudan ni un minuto de dar lo que saben hacer, un instante de magia para otros, para contagiar que se puede. Para ellos es mi proyecto Nace una estrella es para todos, es para que vos taxista, vos murguero,  vos moza, vos sensible, vos loco, aventurero, vos aburrido,  vos abogado recibido que solo hiciste lo que papa o mama querían,  seas feliz y puedas compartir con otro eso que pensaste. Y sin saber bien como, quien les dice que NACE UNA ESTRELLA NUEVA CADA DIA Y en vez de mirar tanto al cielo miramos un poco más la tierra para cuidarla.

Yo no miro para atrás, miro mi hoy y toda la gente hermosa que me rodea, que me mira, que me registra que me da la oportunidad de ser yo misma, y como cuando era chiquita bailaba como robot ahora vuelo como pájaro y a nadie le sorprende, me dejan que vuele y muchos empiezan a hacerlo cuasi como Juan Salvador Gaviota.

HAY QUE ANIMARSE A SOÑAR; hay tantas cosas para hacer en este mundo todavía que no voy a perder tiempo en perder tiempo, solo voy a tratar de cambiar mi realidad si puedo.

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Esto fue un poco de BANCARTE, gracias a todos los que ayudaron y lo hicieron posible:

Soy la que idea BancARTE para poner un poco de buena onda en este añito que cuesta un poco y la idea era poner color  a las plazas para que vuelvan a ser lugares de encuentro.Bancarte se fue desarrollando y formando de forma natural, con mucha libertad y amor y ganas de ayudar. Me di cuenta que siempre se hacen convocatorias para intervenir cosas de arte, vacas, caballos, corazones, pero despues de exponerse un mes se iban y pense ademas en los bancos que muchas veces estan tristes, desgastados y hasta grafiteados y tambien que hay muchos artistas que no pueden o no encuentran lugar para mostrar su arte y de alguna forma se podia unir todo en esta iniciativa. En un mes y medio desde que la idea salio de mi boca a inipop se logro conseguir los permisos de las plazas y tambien la pintura como donacion de Casablanca y los artistas se autoconvocaron por las redes sociales.

Cada plaza tiene un tema y se convoca por las redes sociales a la gente que quiere participar, la idea es que todos pongamos color desde la integracion.
Aca hablo de la iniciativa: http://www.youtube.com/watch?v=E6phvM5fD48&feature=plcpAca vez la propuesta como surgio: http://www.inipop.com/Cultura/6139-bancarte-arte-y-color-en-espacios-pblicosUn video que muestra el trabajo en equipo, el amor, la alegria, y el arte de Bancarte, no se lo pierdan: http://vimeo.com/48782461Aca les paso la nota donde salio BANCARTE en futbol para todos por fox sport: http://www.youtube.com/watch?v=TW8BjJTmMGY&feature=player_embedded


Fotos hay un monton, lo mejor es que vean el albun en mi facebook de bancarte

ESCUCHAR HISTORIAS SANA

Fotitos
Enseñar a pintar, tiene un no se que, que hace que la gente cuente sus historias, claramente yo también cuento las mías, hay un intercambio, suceden cosas mágicas al relatarnos de donde somos, y contarnos que nos pasa. Hoy me toco dar una clase a una mujer embarazada que no se puede mover, casi igual que mi mama cuando estaba yo en la panza (amague creo que casi todos los meses salir al mundo antes de lo que me tocaba, estaría impaciente para ver todas estas cosas que me contaban en el cielo, no se bien como explicarlo) pero lo bueno de esto, que yo estuve dentro de la panza sintiendo a mi mama y puedo sentir lo que esta mama siente en la espera de su hijo/a para no perderlo por accionar mucho en la realidad. Pero a veces también el cuerpo es sabio, y quiero que te conectes con tu corazón, con quien sos, con el placer de las pequeñas cosas de la vida que olvidamos, reconectar con la niña interior, jugar con los colores tiene algo muy placentero que te hace olvidar del resto y empezar a hablar de cosas que ni sabes porque las estas contando. Hoy tuve el placer de escuchar esta historia: “Undécimo mandamiento le dijo la mama a su hijo en el campo de concentración: SOBREVIVIRAS. Y lo logro, tuvo instinto y aún sigue viviendo siendo el único sobreviviente de la lista de Schindler”. Soy licenciada de relaciones internacionales además de artista justamente porque siempre me interesaron los derechos humanos, este instinto que tenemos de autopreservación, espero que nos alineemos todos con nuestro corazón para poder entender que todo es de todos, que la naturaleza es esencial en nuestro cotidiano, que desconectarnos de las maquinas es necesario, para parar, percibir el alrededor, y mirar los instantes que pasan en la vida a veces sin ya ni recordarlo.

CONSEJO:

1- Cambia tu rutina. Se curioso. Apaga el celular por momento en el día. Conéctate con lo que te rodea. Mira de nuevo las cosas con otros ojos

2- hacer lo que te gusta te da energía. NUTRITE

3- He ido para adelanté, he ido de vuelta para atrás, para poder estar en hoy. Toma el timón. Sos capitán de tu propio barco. Elige con el corazón

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Inyección de felicidad

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“Ser uno mismo cura”

Lo mejor que podes hacer con tu vida, es reírte de ella.

Empecemos la semana inyectándoles un poco de alegría y conexión con lo lindo de la vida.  Ayer pensaba que puedo ofrecerle a un otro, FELICIDAD, porque yo me la propicio a diario.

Estos días he estado reflexiva, la imagen del hombre que se cayó del puente y el año del papá argentino que revolucionó al mundo desde su actitud diaria, de mostrarse uno más de los fieles, dando su ejemplo con acciones. Eso me hizo pensar, en los detrás de las historias, el papa Francisco es papa por un sin fin de detalles, el hombre que se cayo por el puente es la segunda vez que se salvaba de morir (la primera joven y eso no le impidió continuar, formar una familia y hasta tratar de salvarla arriesgando su vida, y se salvó de nuevo). Existen los milagros y somos las sumas de pasos, acciones, detalles que muchas veces no se ven. A veces hasta parece que somos superhéroes. Esta cantidad de sinfines de los “tal veces” que hacen una historia y como solo tu hoy sucede por lo que fue, exactamente como fue, ni mejor ni peor, sucedió. Mejora tu hoy para ser feliz. No vuelvas atrás, proyecta nuevos comienzas, abre nuevas puertas. Acepta lo que paso, perdónate y vuelve a empezar.

Al mismo tiempo, mire las fotos de un amigo que quedo cuadripléjico volviendo a nadar en el mar, y entendí lo maravilloso del ser humano. A mi amigo lo conocí en Marruecos en el 2001 y  la vida se encargo de encontrarnos varias veces, y en el 2008 con la crisis de los bancos, lo echaron del suyo en inglaterra y lo indemnizaron muy bien. Pensó que suerte que tengo dado que puedo estar todo un año viajando por el mundo y cuando regrese va a ser muy fácil con mi perfil volver a trabajar.  Su primer destino fue África, una isla en Mozambique, se levanto a la mañana y sin hidratarse bien, salió a correr y se desmayo al regresar con la mala suerte de que cayo golpeándose una cervical y no pudiendo volver a caminar.Su indenmización se la comieron los médicos y tratamientos y sus amigos organizaron un sinfín de acciones para recaudar fondos para su recuperación demostrando la fuerza del amor y de equipo para lograr resultados. Al principio ni podía tomar un vaso de agua, con ahínco, amor y ganas además de poder tomar su propio vaso de agua, juega al golf y ahora hasta nada en el mar. El año pasado tuve la suerte de encontrármelo en Australia, me mira y me dice: “No me puedo preguntar lo que hubiera pasado sino me hubieran despedido, si no me hubiera ido de viaje, si no hubiera salido a correr esa mañana, solo puedo decirte que tengo que vivir con esto, y a diferencia del enojo inicial empece a ver lo bueno de mi situación y lo que sí podía lograr. Ahora tengo una mujer que me ama y es mi compañera y me hace ser mejor cada día, antes del accidente nunca pensé en la posibilidad de formar una familia. La vida es un misterio”.

Al mismo tiempo recordé a un amigo que con 23 años estaba con sus cuatro mejores amigo en Bali en el 2002, en un boliche bailando, y mi amigo les dice que se había olvidado la campera en el hotel, que ya volvía. Así fue como al volver del hotel se encontró que el boliche en el que estaba había explotado por un ataque terrorista, se salvó sin saber porque, sus amigos no tuvieron la misma suerte, la vida no quiso que él se perdiera, y a partir de allí su vida cambio. Tomo las riendas de su vida y se dio cuenta que él podía hacer que valiera la pena estar vivo.

Es tan efímera la vida. Nunca sabes tu final. Por eso usa tu energía para compartir alegría, amor y sobretodo viví. Solo se vive una vez. El miedo es la gran excusa de los cobardes. Apóyate en tus fortalezas y mira para adelante.

Siempre podemos volver a empezar y volver a jugar, la vida es corta y efímera, nunca podes saber lo que viene o lo que va a pasar, pero si te entregas, compartís y amas puros regalos del universo. La vida tiene créditos de un banco que no esta en la tierra, que esta arriba y funciona perfectamente. Cuando estoy bien, yo doy, me entrego, regalo, y cuando no estoy tan bien el universo no para de regalarme y mimarme, me muestra toda la siembra, toda la cosecha, toda la gente maravillosa que me acompaña en este camino que se llama vida y que me permite seguir saltando entre nubes. Disfrutemos. Vivamos,  solo se vive una vez.

Abrí nuevas puertas. Solta el pasado. No se puede reciclar el agua sucia, aprende a cambiarla. ¿Como? Nutrite, aliméntate, crea, pensa que puedo sembrar a mi alrededor y así volverás a volar. El éxito llega solo, cuando aprendes a sortear los obstáculos. La vida esta llena de ellos saberlo te hace crecer. Pasarlos te da nuevos retos.

Este año es para jugar, para conectarse con el niño interno, con lo lúdico, con volver a empezar todas las veces que sean necesarios, con bailar mucho, comer dulces, y probar todas esas cosas que nos gustan. Es para aventurarse y para reconectar con los deseos, para darnos placer y sobretodo ser feliz. Poder ser feliz dentro de tus cuatro paredes internas o externas.

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YO SOY MI PROPIA ELIJE TU PROPIA

Mi charla Tedx, AVENTURA: https://www.youtube.com/watch?v=hVpdN4xBlDM&feature=youtu.be

Frase Mimo: En los abrazos reside la pureza del ser. El beso es la flecha, los abrazos son el arco.

Perlita de mi papa:  ”Vivimos dos vidas. Una en donde aprendemos a vivir y la otra con la que aprendimos a vivir”

AMATERASU diosa del sol de Japón

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Había una vez, en una pequeña aldea de Japón llamada Ise, una niña que se llamaba Amaterasu en honor a la diosa del sol. Amaterasu era una niña muy bella por ser ella misma. Se sentía arraigada a la tierra que la rodeaba y a todos los seres que habitaban en ella. Usaba un kimono de un árbol con ramas firmes y frondosa vegetación que la representaba a la perfección. Ella siempre estaba en el presente, vivía el momento con una intensidad que la hacia olvidar del pasado y ciertamente no le preocupaba el futuro, no tenia capacidad de pensar mas allá de lo que le sucedía en el mismo momento que acontecía. Amaterasu era feliz, porque elegía cada día hacer lo que le daba felicidad, eso no implicaba que no tuviera responsabilidades pero ella sabía que siempre tenia tiempo para mimarse a ella misma y hacer lo que le gustaba. Bailaba cuando lo sentía, lloraba si era necesario y se reía cuanto mas podía.

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Un día Amaterasu se fue a pasear al bosque. Llego cerca de un río y se acerco a mirarse en su reflejo, al hacerlo se resbala y cae en el agua. Intento salir del agua pero cuanto mas intentaba mas se alejaba de la orilla. Quiso nadar pero la corriente le impedía hacer nada. De esta forma la niña decidió dejarse llevar por el agua, no podía imaginarse donde terminaría el recorrido, solo respiro profundo y decidió disfrutar del paseo. Vio unas cuantas mariposas que le revoloteaban alrededor y sonrío Empezó a ver las copas de los árboles como se movían en conjunción con los rayos del sol, olvidándose que el agua estaba fría y le congelaba el cuerpecito, sintió como los peces pasaban a su lado. Finalmente la corriente se calmo y Amaterasu comenzó a nadar hasta llegar a la orilla.

AmatbajadefinicionSe encontraba en un lago escondido entre abetos muy altos. Ni bien se levanto vio que no estaba sola. Un ciervo pequeño contemplaba un arbusto sin darse por enterado de la presencia de la niña. Amaterasu se saco el kimono para que se secara con el sol y lo puso sobre el arbusto, cuando el ciervo se le acerco.

“¡Hola bella niña!, te has perdido que te encuentras sola en el bosque. Si quieres puedo ayudarte a encontrar la salida”
“Muchas gracias ciervo, pero no creo tener problema. Siempre juego en el bosque y más tarde o más temprano podré salir de él. En realidad la corriente del río me ha traído ha este lago que no sabia que existía. Es tan bello este lugar”
“Mi nombre es Kimo y tampoco soy de aquí. Hace un año que me fui de mi casa en busca de aventura, bueno en realidad en busca de mi mismo y aquí me encuentras por curiosidad seguí unos conejos que jugaban una carrera y me trajeron a este paraíso. Hace días que me encuentro contemplando el arbusto, tratando de encontrar algunas respuestas”
“Pero que tiene de especial este arbusto. Mirar un arbusto no te va a dar respuestas. Tenes que ver si hay algo que molesta al arbusto o si hay algún animalito que vive en él para ver si tiene alguna reacción. Ah me olvidaba, yo me llamo Amaterasu”
“¿Que nombre mas raro?” replica Kimo.
“ Me llamo como la diosa del sol. ¿Tu conoces la historia?- contesta la niña.
“No tengo ni idea. Yo solo se, que necesitamos del sol para vivir y crecer, sin el nos moriríamos”
“Si queres te la cuento, es una bella historia. Mis padres me la contaron desde que soy un bebe y la llevo siempre en mi corazón como un bello recuerdo de lo que ellos quieren que sea.”
“Me encantan las historias, cuéntamela”

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Parece que el papa de Amaterasu repartió su reino entre sus tres hijos. Amaterasu, tenía dos hermanos, el dios de la noche llamado Tsukiyomi y el dios del mar llamado Susanowo que no la quería porque le tenía muchos celos por haber heredado el reino de los cielos y el sol. Después de una competencia entre ambos, en la cual Susanowo mostró su brutalidad, ella decepcionada se ocultó en la cueva del cielo y cerró la entrada con una piedra enorme. Esto hizo que el mundo se hundiera en una oscuridad inmensa y en un caos absoluto porque los espíritus diabólicos salieron de los lugares en los que se escondían. Llevados por la desesperación, se llevó a cabo una reunión de los dioses donde se decidió engañar a Amaterasu, haciendo una fiesta, para que saliera de la cueva. Pusieron un espejo grande delante la cueva y las más hermosas joyas en un árbol. Uzume, la diosa de la risa, comenzó una danza acompañada por una ruidosa música. Oyendo la música y la risa, Amaterasu cegada por su curiosidad, echó una mirada fuera de la cueva para comprobar que es lo que pasaba. Ella se quedó tan fascinada por su propio reflejo brillante en el espejo que salió de la cueva. Finalmente, la luz cubrió de nuevo el mundo y podemos disfrutar de su reflejo cotidiano, ya que Amaterasu entendió que había nacido para brillar y mostrar su potencial a los demás”.
¡Que triste historia!- Exclama Kimo
¿Por qué triste si tiene final feliz?- Contesta sorprendida Amaterasu
Si, el final puede ser, pero no me gustan que los hermanos se peleen por celos en vez de ayudarse mutuamente. Yo tengo dos hermanos y nos queremos muchísimo, siempre me alegro de los logros de ellos, me hacen feliz al verlos satisfechos- dice Kimo.
Puede ser, yo nunca lo había visto de esta forma, para mi la historia tiene que ver con encontrarse a si mismo, al ver su reflejo pudo ver que su misión era brillar. Donde están tus hermanos? Dice Amaraterasu
Con mis papas en Nara donde vivimos. Nara fue una ciudad imperial y por eso siempre hay muchas personas de visita. Vivimos como reyes allí, nunca nos falta nada. Nos movemos libremente por toda la ciudad y siempre hay personas que nos dan alimento y muchos lugares para descansar. Hay muchos parques y templos muy hermosos. Siempre hay movimiento allí, porque hay un templo que tiene una estatua gigante del Buda, y dicen que es un “Buda que brilla a lo largo del mundo como el sol”. Lo recordé por tu historia. Le cuenta Kimo
“Parece un lugar fascinante”, dice la niña
“Lo es, pero yo estaba cansado de vivir siempre lo mismo, y aquí me encuentras en busca de lo desconocido”, dice el ciervo.
Bueno aquí te encuentro frente a un arbusto, jajaja. ¿Cual es tu próximo destino? Pregunta Amaterasu
No se, nunca lo se, me dejo llevar por las circunstancias, plantea Kimo.
“De veras, pero entonces no elegís tu destino”, dice ella
¡Claro que si!
¡Claro que no!, contesta la niña. Si no tomas decisiones, nunca podes saber si elegiste el camino adecuado, tal vez estés muy alejado de tu camino por dejarte llevar por conejitos jugando carreras. Para mi lo mas importante es decidir hacer algo, si me equivoco al menos se que fue un error, sino nunca sabes el resultado de nada. No tiene sentido la vida para mí sino elijo que quiero hacer, exclama con determinación la niña.

Bueno pero míralo de esta forma, sino hubiera esta mirando este arbusto hace días, nunca te hubiera encontrado y no estaríamos teniendo esta charla. Cada cosa que necesito aparece en el momento indicado. Aunque es verdad que a veces pierdo el tiempo en lugares innecesarios o con animales que no me enseñan nada. Tal vez tenga que aprender esa lección, lo que pasa es que a veces me da miedo quedarme solito- dice Kimo.
Pero si estas con las personas o en los lugares equivocados siempre te vas a sentir mas solito, porque estas lejos de vos mismo y no haciendo lo que tenes ganas de hacer, le dice Amaterasu.

De pronto, empieza a llover y la intensa conversación que estaban teniendo se termina en busca de un refugio. Amaterasu toma el kimono que se encontraba colgado en el arbusto y sale corriendo con su nuevo amigo hacia una cueva. De pronto se miran y se empiezan a reír estaban completamente empapados. Se estaba haciendo de noche y Amaterasu tenia que volver a su casa. “Si quieres puedes venir conmigo” le dice a su nuevo amigo.

Kimo se tomo unos minutos y le dice: “Lo tengo que pensar”. Amaterasu sintió que no tenia que pensar nada pero no le pronuncio palabra, tenia que tomar el mismo la decisión sino nunca iba a aprender. La niña salio sola de la cueva bajo la lluvia y regreso a su casa corriendo pensando en que tal vez nunca más vería a su nuevo amigo. Kimo se quedo contemplando la lluvia en la cueva hasta que se durmió. Pasaron dos días hasta que se dio cuenta que no pasaba nada interesante en el bosque y que se aburría. Se dio cuenta de su error, porque no la había acompañado a Amaterasu se preguntaba. Así fue como decidió ir a buscarla.

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La aldea era pequeña, así que no fue difícil dar con su paradero. Amaterasu estaba tomando te verde cuando vio aparecer a su amigo, y de los nervios lo derramo sobre su kimono. Kimo empezó a reírse de la torpeza de su amiga, y se dio cuenta que había tomado la decisión correcta. “¡Cada vez que nos encontramos estoy mojada!” le dice riéndose Amaterasu.

Pasaron los días y los dos amigos se volvían cada vez más inseparables. Jugaban en el bosque, contemplaban el atardecer, miraban las mariposas volar, se reían en la cotidianeidad, se habían acostumbrado a tenerse y cuando estaban juntos se olvidaban del mundo que los rodeaba.

Un día, Amaterasu se despierta al amanecer y ve que su amigo no estaba acostado a su lado. Sale de su casa y ve que Kimo se encontraba en el jardín, mirando el sol salir. ¿Que estas haciendo tan temprano? Le pregunta.
Con lagrimas en los ojos Kimo la mira y le dice: “Es hora de partir, tengo que volver a casa, extraño a mi familia y a mi lugar. He aprendido a quererte y me es difícil irme. Me fui de casa en busca de mi mismo y siento que es momento de regresar a poner en práctica lo aprendido. Tengo que empezar a decidir mis acciones, y siento que es el momento de regresar. Tengo planes para llevar a cabo y debo hacerlo solo. Tú me das comodidad y protección, me siento contenido, pero no es lo que necesito en este momento. Te agradezco cada segundo de tu tiempo, cada momento compartido. Solo quiero que seas feliz. Es lo que mas deseo en este mundo, que logres la felicidad.

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Amaterasu, se queda unos minutos en silencio, le acaricia el pelaje y le contesta: Muchas gracias Kimo. Te entiendo, sabia que este momento iba a llegar algún día. No perteneces aquí, y creo que es tiempo para que vuelvas a tu casa, pero me cuesta dejarte ir. Mi mente entiende, mi corazón te pide que te quedes, no quiere entender las razones. Me he acostumbrado a tu compañía, a compartir de cada momento y me vas a hacer mucha falta. Pero todo lo que te di te lo di con ganas y lo llevare dentro de mi corazón para siempre. Es hora, corre regresa a Nara a tus raíces de donde perteneces. Tú sabes que las puertas de mi casa estarán siempre abiertas a recibirte.
Kimo, la mira por ultima vez a Amaterasu a los ojos y se va corriendo hasta desaparecer en el horizonte. Amaterasu mira al sol que ya brillaba con toda su intensidad y se agacha para ver el charquito formado por sus lágrimas que no dejaban de correr por sus mejillas. Al ver su reflejo sonríe. A pesar de que su amigo se había ido, se sentía satisfecha, su corazón estaba completo por todo lo que habían vivido. Una casualidad la había llevado a encontrarlo, como el río que la había conducido a Kimo, tenia que dejarlo ir, contemplando lo que la rodeaba.
Amar también significa dejar partir. Si alguna vez Kimo regresara seria porque lo había decidido mientras tanto tenia que disfrutar de cada día como lo había hecho toda su vida, brillando intensamente.

FIN

María y sus historias de amor

todo encuentro casual es una cita2

(“Todo encuentro casual es una cita”)

Mi nombre es María de los Milagros, soy una mujer apasionada,  multifacética, colorida, viajera del mundo. Creo que desde que tengo uso de razón me he enamorado, hasta llegar a la conclusión que estoy enamorada del amor, en realidad de las historias de amor. Estas, son el motor de mi creatividad, son mi búsqueda y gracias a ella pude encontrarme conmigo misma.

Con los años me di cuenta que uno tiene muchas historias de amor, a veces representadas en un solo hombre y otras en muchos. Pero cada historia te deja un mensaje a tu corazón, te cura o te agrava las heridas que este porta para seguir creciendo y sobretodo conociendose a uno mismo. Uno querría que todas las historias de amor tuvieran final feliz como en los cuentos infantiles. Yo descubrí que cada historia vale por el solo hecho de vivirla, de permitirse conectarse con otro y poder vislumbrar lo que esta persona me puede enseñar, compartir o tan solo vivir.

Este enamoramiento constante ha provocado que experimente, que me deje llevar por encuentros, historias desopilantes, divertidas, de encuentros y desencuentros, de casualidades, de simplicidades y hasta de locuras inimaginadas en el mejor libro publicado hasta hoy sobre este maravilloso sentimiento humano que nos puede llevar a volar por el espacio o estrellarnos en la mas dura piedra que pudiésemos encontrar. Y cuando perdía la esperanza, cuando sentía que no valía la pena jugarse por amor siempre encontraba a alguien dispuesto a contarme su historia para que todo cobrara sentido nuevamente.

Del amor no se puede hablar sino relatar, contar situaciones reales ayuda a dilucidar esta emoción y eso es lo que voy a tratar de hacer en las líneas que siguen a continuación. Esta es mi historia, la historia de un corazón que cree en el amor.

1- UN POCO DE HISTORIA…

AMORES PLATÓNICOS:

“los que te hacen soñar, los que nunca poseerás, lo que no te dejan dormitar pero en la realidad se desvanecen sin ser, y en verdad no quieres encontrar porque te harán develar que solo es tu imaginación la creadora de ese ser del cual tomaste su exterior y le creaste su interior. Amor que no puede ser, porque nunca fue lo que creíste ver en él”

Mis padres me han contado que cuando tenía dos años ya perseguía al ahijado de mi papa por toda la casa reclamándole besos y proclamando mi amor. Se podría decir sin duda que fui una enamorada precoz.

Del primer enamoramiento que recuerdo fue mi compañerito de la mesa de jardín de infantes, Juan, tenia un pelo rizado de color de oro y parecía un príncipe sacado de los cuentos infantiles. Claro que no fui la única enamorada, compartimos el mismo sentimiento entre tres de mis compañeritas de guardapolvos a cuadritos azul y blanco. Ya desde ese momento comprendí que las mujeres siempre estamos compitiendo por el amor de un hombre y este siempre va a preferir salir a explorar la naturaleza, jugar a la guerra con sus pares o simplemente mirar si puede llegar a la luna,  que dejar insatisfecha a alguna de las mujeres que lo desean.

Después de tres años de compartir la salita de jardín de infantes sin lograr ser correspondida a pesar de haber compartido varias representaciones teatrales me cambiaron a un colegio de mujeres. Creí que era el fin del amor. Implicaría que el enamoramiento que se había mantenido constante en mi vida con solo cinco años se frenara, pero tengo que admitir que una mujer siempre encuentra un par de ojos masculinos para admirar. Los fines de semana eran mis momentos de enamoramiento y si estos no me alcanzaban encontraba en las vacaciones, en las clases de tenis, de guitarra y de cualquier actividad en la que pudiera compartir con un compañero del sexo opuesto un “objeto” para mantener mi deseo. Digo “objeto” porque en realidad en esa instancia y durante mucho tiempo no me interesaba ser correspondida sino solamente ponerle una cara a mi “príncipe” de mis fantasías. A mi héroe de mis historias románticas en las cuales yo siempre me convertía en heroína y salía victoriosa de las batallas.

Mis juegos infantiles siempre terminaban convirtiéndose en historias de amor, siempre había algún caballero escondido en un placard que venia a buscarme pero no me encontraba, o nos disfrazábamos con mis amiguitas para recibir a galanes que nos llevarían de paseo y nos darían veladas románticas. Con esos escasos años tenia un repertorio demasiado extenso de situaciones que imaginaba con todos sus detalles, las cuales seguramente se debían a mi gran devoción por la lectura. Leia todo lo que encontraba como si fuera un pac-man, comía sin dudar hojas llenas de palabras que encerraban historias, y claro- ¿cual es el tema del que más se ha escrito durantes generaciones y generaciones?- , simplemente el amor.

Realmente me convencí que el amor era simple pero este no me llegaba. Seguramente porque estaba mucho mas interesada que mi muñeca Barbie se vistiera para el desfile con una capelina bordada a mano y sus vestido de gala para que conquistara a un Kent imaginado- ya que nunca había pedido comprar a un Kent real-; que vislumbrar si podía llevar a la practica este enamoramiento persistente que residía en mi corazón.

Sin querer olvidarme de ninguno de mis depositarios de amor pase por el compañerito del primer día de mi clase de ingles, el hermano de mi amiguita de juegos en el árbol que tenia una campera roja y gris, el chico que venia en el auto cuando me llevaban a tenis, un mellizo de las vacaciones de verano en la playa, el amigo rugbyer del hermano de mi amiguita de colegio. En general eran chicos con los cuales nunca cruce más que cinco palabras contemplando Hola y Chau entre esas cinco. En realidad eran solo la imagen de mi verdad, como si fueran una foto que cobraba vida en mi fantasía y podían danzar conmigo hasta que desaparecieran las zapatillas de cristal, acompañarme en la aventura de llegar al centro de la tierra o simplemente darme una serenata al oído; cobraban vida cuando no se encontraran presentes.

“Navegar juntos”

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Hay historias que comienzan pero que no terminan, o simplemente se esfuman como el aire, como si una ráfaga de viento soplara en demasía pero sin dejar consecuencias.
Este texto me llego mientras viajaba de una persona que cruce por casualidad en una plaza, y de la cual me enamore a primera vista, sin tener continuación. Nos habíamos reunido con mi profesora de yoga a meditar. Ni bien llegue a la ronda, la cual ya había comenzado, mis ojos se posaron en los de un hombre de pelo oscuro. ¿Quien seria? me preguntaba mientras cerraba los ojos y encontraba la posición. La meditación termino y sin dudarlo fui a acercarme al morocho que me había captado y descubro que era arte del destino que estuviera allí ya que solo había ido con su amigo a hacer tiempo a la plaza para volver a su ciudad y mi profesora los invito a la clase. Pero por más conversación y tiempo que transcurrí a su lado, él se mantuvo distante. Lo increíble era que mientras les contaba a mis amigos que me había enamorado, ellos me preguntaban: ¿y a él que le pasó? Y yo no podía saberlo, pero tampoco me importaba en ese momento, porque lo que me parecía maravilloso es el sentimiento que una persona puede despertar en uno. Como alguien puede hacerte creer de nuevo en el amor, sin hacer nada especial. La ilusión es mágica. Y sin pensar en un futuro porque vivía en otra ciudad, por unas horas me hizo volar en una nave espacial a otro paraíso. No hubo ni un beso, solo un abrazo y una tarde compartida sentados en el parque hablando de viajes y de vida. Pero con esa sensación de que la otra persona no es igual que las demás, que tiene algo que lo hace especial y que el cuerpo registra y que los ojos se encantan e iluminan. Le di mi teléfono – aún sintiendo que tenia novia-y nada paso en las primeras semanas, por lo cual fue archivado el recuerdo, aunque yo me sentía feliz de haberlo conocido y de haber pasado ese domingo a su lado

Meses pasaron y mientras me encontraba de viaje recibo este texto escrito por esa persona que pensé que no me había percibido sobre lo que sucedió como si lo hubiera escrito yo, y me parece un regalo lindo para compartirlo. La historia no prospero, y no hubo encuentro pero si hubo historia, porque gracias a él me di cuenta de lo que yo quería y de lo que estaba dispuesta a apostar. Lo bueno es ver que tanto hombres como mujeres podemos escribir poesía en el aire cuando alguien nos conecta.

“Ya hacia unos días que alguien me escribía. Me parecía que podía ser uno más de los que se equivocan de celular y buscan a un tal Martin, o a un Pablo. O simplemente otra chica que cayó en un número inventado después de una noche de mal sexo. Pero venia insistiendo, y no lo hacia con desesperación, sino perseverancia y suavidad. Como sabiendo que tenia que esperar un momento puntual, con la suavidad de que una orca maniobra sus toneladas para tomar con sus dientes un bebe de lobo marino en la costa. Tampoco era desinterés, simplemente la paciencia que tiene el que sabe más que otro. Y a mi ya me intrigaba, no porque esperaba algo, pero venia viajando con mis sentidos muy abiertos, como siempre en los momentos que uno viaja, donde el arroz que se tira en una boda se convierte en miles de pequeñas nubes volando para que en vez de nublar un cielo, colmen un momento. Donde un simple tramite se transforma en una enseñanza y una caricia o contacto humano, se vuelve no solo imprescindible, sino que anecdótico y fugaz. Siempre en estos momentos me gustaba tener un cable a tierra, no para atarme, sino para descargar, y sentía que este número podía ser uno, podía ser algo que me hundiese a un deseo, pero no tenia claro que podía ser.
Seguía con mis días, y no perdía oportunidad para responder, aunque breve, amablemente.
Si ese día me preguntabas, estaba feliz. Había despertado en Auckland, nunca fue mi sueño esa ciudad, pero si un viaje que la incluya. Y ese era un día de felicidad. Donde me levante y me fui al baño, me vi en el espejo y me lave la cara. Mis pensamientos como todas las mañanas volaban, entonces me quise regalar unos minutos mas esa mañana, cuando lo se, soy tan perceptiva. Con gotas en la cara me dije, hoy me quiero mirar, no ver. No por rutinarios, fueron aburridas las siguientes acciones, desayunar, una larga caminata hasta llegar al museo. Creo que eso es lo que me gusta del viaje, pensar que cada minuto es diferente a lo diferente, y casi sin esfuerzo más que el estar alerta, ser yo.
El museo era museo. Yo caminaba sin rumbo mirando en los vidrios como mi pollera se movía. No era un día frío, pero el aire lo sentía subir por mis piernas. Ya me había divertido al ver como los dos hombres de seguridad me miraban mi rumbo incierto, y como disimularon cuando les pregunte por wifi. En días como esos, me gusta pensar que el mundo es un juego, donde gana el más pícaro, y yo iba bien posicionada.
Cuando conecte el teléfono me llego otro mensaje, del que me venia mandando. Con tiempo para responder me pongo a hablar. No fueron muchas las palabras para entender quien era. Para describirlo necesito imágenes, porque palabras no serian suficientes, no por escasas sino por explicitas o por poder ser malinterpretadas. Lo había visto deambulando por buenos aires, sin rumbo, pero con ganas. Era un pequeño deseo incumplido. Era un recuerdo de una excitación instantánea, irreprimible e insatisfecha. Era lo que necesitaba en ese momento, una pequeña descarga de adrenalina a un punto nebuloso. Decidí dedicarme unos minutos a colorear una historia que ya casi carecía de bordes claros, y vi que me sobraba material para hacerlo. Cruzo las piernas, miro el gris del museo adelante mío, y me sumerjo en un mundo de caracteres y demoras, un mundo atemporal que estaba dispuesta a disfrutar. No tardamos mucho en sorprendernos mutuamente, por la memoria de nuestro encuentro, por el deseo de un futuro, y por la casualidad de estar los dos con ganas de lo mismo, vivir.”

Esto es un resumen que me escribió él, después de 3 horas hablando en un museo a 200000 Km. de distancia pero con esa sensación de estar cerca. Fue un gran compañero durante muchos días de mi viaje. A veces tan solo hay que esperar el exacto momento para que dos personas se encuentren. La historia no funciono, pero hoy sentí esta necesidad de compartir ese texto que me parece tan bello. ¿Porque estamos todo el tiempo esperando ver que le pasa al otro?, ¿que hace el otro?, en vez de ser leales con nuestros sentimientos, con lo que nos pasa a nosotros con el otro. Especulamos con nosotros mismos para abrirnos o no en pos de lo que hace o deja de hacer, pero a veces simplemente sin hacer nada el otro despierta en nosotros cierta fascinación que no acontece con todo el resto y que a veces simplemente nos refleja algo nuestro a descubrir, abrazar y entender, sin mas vueltas que eso.Y creamos historias sin saber realmente lo que le pasa al otro porque muchas veces no sabemos lo que sucede, en que situación se encuentra, y necesitamos tiempo para que las cosas comiencen a entenderse. Mi percepción no había sido errónea porque ni bien empezamos a hablar por teléfono me confeso que tenia novia cuando nos conocimos y por eso no había sido correspondida y mi numero lo había guardado hasta tener una oportunidad, pero claramente al estar de viaje ni percibía un teléfono con otra característica así que no le contestaba. Y cuando lo hice, porque me insistía, termine encontrando una historia maravillosa sin ni siquiera saberla. No volvimos a encontrarnos para ver que sucedió pero hoy lo recuerdo y le agradezco su presencia ausencia en mi vida, porque a veces simplemente el otro nos espeja y nos muestra lo que si estamos buscando o queriendo para nosotros mismos y que a pesar de que no hubo ni un beso, sonrió al pensar en ese día del museo en donde la esperanza de navegar juntos apareció como un nuevo amanecer y donde recibí una historia de regalo escrita por él que es poesía para mi alma y como el viento fluye al ser compartida.