Activistas por los derechos de los animales van a reclamar mañana frente a la Legislatura porteña para que no se convierta en ley un polémico paquete de proyecto que, en sus entrelineas parece hacer de todo, menos beneficiar realmente a los animales que viven en la calle. Se habla de “tenencia responsable”, pero quienes entienden mejor de leyes, y de esta en particular, denuncian que de aprobarse este proyecto de ley, volverían las perreras, los sacrificios, los hacinamientos, etc. Vale considerar que al proyecto difundido se le hicieron retoque durante este fin de semana, y que hoy se desconoce esa letra.
¿Cómo podemos ayudar a los animales que hoy viven en la calle? Exigiendo que quienes proponen esta ley den serias y reales explicaciones, pedir que no se implementen medidas en contra de sus vidas, sentirnos responsables de ellos y adoptar a un perro o gato que viva en la calle. Otra opción es ayudar a detener este proyecto, al cita será mañana a las 10 en Perú 102, Ciudad de Buenos Aires.
Abajo pego el mail que envió la activista Alicia Sangineti:
“La política del gobierno PRO en CABA, en cuanto a los animales, no puede estar más lejos de lo que la visión más moderna sobre los mismos los reconoce como sujetos de derecho. Para el gobierno PRO los animales no son más que cosas que pueden ‘aportar a las arcas’ del Estado. Y si esto se logra a través de no cumplir leyes ya aprobadas y apoyadas por los ciudadanos y los defensores de animales, o si se logra por medio de leyes surgidas sin ningún consenso y ocultas entre paquetes de leyes, da lo mismo.
Durante el transcurso de este año, con criterio especista y totalmente antiecológico, se encargaron de hacer desaparecer (matar) a cientos de miles de palomas torcazas con la excusa de enfermedades inexistentes y molestias que habrían sido subsanables por métodos ecológicos y éticos. Hicieron oídos sordos de los reclamos de entidades animalistas y dedicadas al conocimiento de las aves.
Por un lado, la aplaudida ley 4351, que pedía la castración de 100.000 perros y gatos al año (el mínimo necesario para producir un impacto en la población animal), así como la creación de tantos centros de atención veterinaria gratuita como comunas tiene la Ciudad y para la cual se asignaron 22 millones de pesos, nunca fue cumplida. Y menos se conoce el destino de esos fondos.
Ante la presión de los proteccionistas se apuraron en los últimos días a mostrar que ‘algo’ están haciendo:
1- Centro de Atención en Villa Soldati, montado en un container.
2- Una carpa inflable en Puerto Madero, con 15 veterinarios que castraron a 15 animales (cuando un sólo profesional, usando técnicas de campaña y asistido por voluntarios entrenados puede operar a decenas de animales en sólo una mañana – método que se conoce en el país desde hace 20 años). Parece poco y mal hecho para usar 22 millones de pesos pagados por los contribuyentes.
Actualmente, insisten en la Legislatura donde tienen mayoría con nuevos proyectos que afectan la vida de los animales. Uno peor que el otro.
En primer término, la ley Bergman, sobre fauna silvestre en la Ciudad, que es la legalización del tráfico y comercio de la misma en vez de su prohibición, introduciendo, entre otras cosas, la figura de animal de compañía ‘no convencional’, promueve y blanquea el rol del zoológico en este tráfico y abre, de par en par, las puertas a la entrega de animales, silvestres o domésticos comunitarios o abandonados (con la figura de “cimarrón”), a centros de experimentación animal.
El fervor del PRO por favorecer la experimentación con animales entra en contradicción con las políticas llevadas a cabo en países más avanzados que el nuestro, donde se tiende a reducir y prohibir la vivisección en ciertas áreas. Pareciera que en el afán de conseguir dinero para las arcas del Estado, se apuntara a buscar la instalación en el país de laboratorios de experimentación rechazados en otros países. Negocio es negocio.
Esta ley Bergman ha sido aparentemente postergada en su tratamiento, por declaración verbal solamente. Los activistas animalistas están en alerta. Mientras tanto, los legisladores si esperan aprobar, sin discusión previa ni conocimiento público, la ley de “tenencia”, enlazada a otras como la de “protección” y la de “creación de refugio transitorio”. Todo un conjunto que apunta a la creación de perreras, tras figuras como “guarda o refugio transitorio”, oficializando el sistema de capturas, exigiendo identificar y registrar animales de compañía, restringiendo o sancionando a los proteccionistas que asisten animales abandonados y, también, favoreciendo la entrega de animales a instituciones de experimentación.
Todas estas características, además de antiéticas, son ampliamente reconocidas como inútiles y contraproducentes para controlar la superpoblación animal y menos útiles aún para educar al ciudadano en la tenencia responsable.
En particular, la exigencia de hacer registros de animales es un medio que favorece el abandono y por supuesto discrimina a los más humildes que no pueden costear por lo tanto el ‘lujo’ de tener un animal de compañía, menos aún cuando esto implica pagar ‘tasas’. No admitiendo la figura de ‘animal comunitario’ también se sigue discriminando a los más pobres.
Para el gobierno PRO de la Ciudad de Buenos Aires los animales son meros recursos descartables. Y aquí ni es necesario distinguir entre animales no humanos y humanos…”.