La estrella más cercana

Para Lucía, la estrella que inspiró este cuento…
Victoria estiró el brazo hasta la ventana que bordeaba la cama y alargó uno de sus pequeños dedos intentando tocar el vidrio que la separaba del cielo estrellado. Al ver que no llegaba, despegó levemente su cuerpo del colchón y tomando un poco más de impulso logró grabar la yema de su índice derecho sobre el punto más brillante que se sostenía a fuerza de latidos de luz en la superficie del firmamento.

La puerta

Quedan unos cuantos pasos todavía. La seguridad al caminar es importante, por lo menos eso escuché muchas veces, o leí en algún lado, la verdad es que no me acuerdo. Pero sí, definitivamente es crucial mantenerse erguido los metros que restan hacia la puerta. Y hacer fuerza con las manos para que no se muevan demasiado, no sea cosa que alguien note que tiemblo como si fuera un nene. El bullicio probablemente esté distrayendo a aquellos que ponen la mirada sobre mí y si tengo suerte les hará olvidar aunque sea por unos segundos de mi sostenida travesía entre la multitud.

Querida Maru

Querida Maru:
Hoy me levanté y pensé que es un buen día para contarte todo. Podría haber sido cualquier otro día, es verdad, pero es hoy, no sé bien por qué.
Nadie te explica cuál es la jornada indicada para hacer las cosas importantes. Simplemente suceden, uno se despierta y todo lo que acontece lo lleva extrañamente a esa situación en la que se ponen en juego decisiones de valor. Tal vez me esté equivocando y esta elección después sea desacertada.  Continuar leyendo

Aniversario

Toda esta cuestión del tiempo a veces me hace pensar. Es tan raro. Cuando las cosas que viviste y que parecían abandonadas en un pasado remoto, vuelven así como si nada, se aparecen ante vos y de repente sos el mismo de aquella vez, tenés la misma edad, el mismo color de pelo, los mismos sueños, las mismas incertidumbres. Sin embargo, cuando te tomás el atrevimiento de mirarte al espejo para confirmar que realmente ese que fuiste está impreso en el vidrio, como si nunca se hubiera ido, como si toda esa cadena de sucesos que llevaron tu vida hasta el lugar donde ahora estás jamás hubiera existido y el camino borrara tus huellas para que puedas volver a crearlas, justo en ese momento el encantamiento se esfuma y te deja parado en el medio de la habitación, estupefacto, enredado en tu propia telaraña, esa que te suele conducir a las preguntas que menos querés hacerte pero que no se van de tu cabeza de ninguna forma. Continuar leyendo

No importa

No importa que afuera el color del cielo se vuelva ciclotímico, ni que el bullicio que nace entre las mesas se convierta en una marea ensordecedora. No importa que detrás del vidrio las personas caminen con sus vidas a cuestas, enarbolando ilusiones o dejándolas apagarse en el viento para siempre, sin saber más de ellas que la velocidad con la que recorren el cemento congelado, mientras el apuro por escaparle al frío es moneda corriente, y los rostros contraídos se esconden detrás de las bufandas de lana.  Continuar leyendo

Ramírez y el brillo

Después de tanto tiempo, Ramírez empieza a entender.
Se da cuenta que la espera no fue en vano. Y le resulta tan extraño beber el elixir de esa sensación, que se larga a llorar como un nene. Llora como si nunca antes lo hubiera hecho. Y probablemente, nunca antes lo haya hecho. Por lo menos no así.
Intenta ocultar su debilidad pasándose fugazmente la yema de los dedos por la cara y se enjuga las manos con el borbotón de lágrimas que escapan debajo del manto inútil de sus párpados. Continuar leyendo

El mundo de los mortales

Está bien que subas a ese tren.
Aunque tenga que aceptar que cuando lo hagas, a mí se me va a terminar todo.
Es justo que lo diga así. La verdad, es lo que siento. Nunca supe esconder demasiado lo que me nace desde adentro.
Y vérselas cara a cara con la derrota y dejársela tan fácil, es algo a lo que no estoy muy acostumbrado.
Pero bueno, no es culpa tuya ni mía. Seguramente son los planetas conspirando, o la suerte mirando para otro lado, haciéndose la desentendida, como si no pasara nada, y vos ahí tan libre, y yo acá tan preso de tu libertad, y por qué no de la mía también, que te juro que ya no la quiero.  Continuar leyendo

La otra Raquel

Raquel sueña. O cree que sueña. La casa se extiende enorme, imponente frente a sus ojos. Y las sábanas puramente blancas cubren todos los muebles y hay un olor a pino y un añejo sentimiento de soledad.Los pies se deslizan a una velocidad extraña, ni demasiado rápido ni demasiado lento, y hasta pareciera que ni siquiera se mueven, sólo flotan y viajan, sólo recorren con suavidad el piso helado del hogar.

Mano a mano

Estás del otro lado del alambrado y para mí con eso alcanza. Llegaste algunos minutos tarde, pero no importa.
El partido no empezó hasta que te asomaste con tus pasos cortitos, lentos pero seguros, enrollando la bufanda tejida de un hombro a otro, y la boina marrón cubriéndote la cabeza. En realidad voy a ser sincero, el partido arrancó hace rato pero yo no empecé a jugarlo en serio hasta que te vi parado detrás del arco que da a Juan B. Justo.
Sabía que no me ibas a fallar. ¿Cómo me ibas a dejar solo en ésta que era una de las paradas más difíciles? Continuar leyendo

Reencuentro

Por alguna extraña razón pensaste que no nos íbamos a volver a ver. Te digo la verdad, no sé de dónde sacaste semejante idea.Y no es que sea rencoroso eh, te aseguro que no. Pero ¿qué querés que te diga? Yo en el fondo lo sabía.  Continuar leyendo