Deconstrucción 1: Los indomables pensamientos del Señor o

#CuentosInfantiles

Antiguamente los libros, en su página de legales o en su colofón, rezaban la frase «estuvo al cuidado de». Es una práctica que se perdió, pero en algunos casos, por suerte, la regla implícita se sigue cumpliendo.

losindomablestapaLos libros tienen sus tiempos (no es casual que se los equipare con tener un hijo o plantar un árbol), sus procesos deben ser amasados con paciencia, con amor, cuidando cada uno de los detalles sin apuro –aun aquellos que pueden parecer insignificantes–.

Esta vez, quise jugar un poco, colocarme el traje de científica y proceder a diseccionar, con mucha delicadeza, el proceso creativo de un libro que, en lo personal –pero con la convicción de que también lo es en lo general–, me resulta encantador.

Y así lo fue también el intercambio de sus protagonistas entre sí durante el trabajo editorial, como conmigo en esta suerte de ruptura y reconstrucción de ello. Agradezco la generosidad en compartir sus sensaciones, sus motivaciones y sus ganas constantes, una vez más.

Las mujeres protagonistas de este post comparten conmigo, sin saberlo, por supuesto –y se enterarán ahora–, un estética similar (no solo en lo que a gustos se refiere, sino en cuanto a una sensibilidad propia, particular, difícil de explicar, eso se siente, es). Dos ya fueron nombradas o entrevistadas, la tercera, la que literalmente –o de modo más evidente– dará color a esta nota es Vero Gatti, ilustradora alegre (su sonrisa es tarjeta de presentación segura). Seguramente eso fue lo que las hizo ser las primeras en ser elegidas para dar testimonio de su experiencia creativa y cultural.

Cuando tenía la idea, cuando había elegido desde qué punto quería que ellas describieran cómo había sido la historia de Los indomables pensamientos del Señor o, me di cuenta de que no sabía el «cómo»; es decir, qué lugar sería el mío en este. Entonces decidí que procuraría ser lo más invisible posible y solo cumplir con hilvanar las ideas de estas tres mujeres.

 

Esto nos (me) regalaron:

[Amalia Boselli, la mamá de esta historia que cuenta mucho, muchísimo más de lo que las palabras dicen, mimosamente expresó:]

Pensamientos sobre los indomables pensamientos

 Nació de mi cabeza

la idea de un ser

que los pensamientos

se le escapaban 

enseguida todo fue muy visual

y vinieron los problemas

que aquello podría ocasionar

un niño es todo potencial

y cae en una pecera como el ámbito escolar

donde nos suelen empaquetar

y resuelve poniendo todo su caudal

en las ciencias* para dejar de volar

de grande un sombrero suele usar

para los pensamientos rebeldes ocultar

Siempre me resultó entre misterioso y grotesco

un personaje serio con un sombrero gigante

pero existen indomables emociones

que no se pueden calcular

cuando irrumpe la Srta I y todo

se vuelve a descontrolar

al punto de no saber

cómo volver a lo normal

vino la idea de viajar y del mar

las aguas como grandes liberadoras

de tantas fantasías y lecturas

de tanta fuerza,,, tal vez de aquella expresión

«un mar de pensamientos»

y el Océano como lo inabarcable del pensamiento

Las olas como libros abiertos

La frase final: «El Sr O pensó en un gran barco y en su pensamiento salió a navegar»estaba escrita desde el origen de la idea, siempre tuve la frase final… era muy inspiradora, el relato solo debía llevarme con buen ritmo* hasta allí, donde la aventura termina pero recién empieza y deja librado al lector niño o adulto a su propio mar.

 * Pensé que una personita tan maravillosa como O sería un gran científico, por algo que leí alguna vez sobre una mujer que le  preguntó a Einstein qué hacer para que sus hijos fueran más inteligentes, y Einstein le respondió: «Léales cuentos de hadas». La mujer, riéndose, le replicó: «Ya, ¿y qué debo hacer después de haberles leído cuentos de hadas?». Y Einstein le dijo: «Pues léales más cuentos de hadas».

*Todo lo del ritmo fue un ida y vuelta con Clara de Pípala, que siempre le gustó el cuento y que por suerte fue tomando forma junto a ella y posteriormente con los increíbles dibujos de Vero Gatti.

 

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Los indomables pensamientos del un tal Señor O [según Clara Huffmann, la persona que amorosamente cuidó de este cuento a lo largo de toda su gestación y salida a la luz:]

A Amalia la conocí en un taller de literatura infantil bastantes años [antes], pero no fue hasta hace relativamente poco que me mandó lo que sería la vida descontrolada del Señor O.

Desde el comienzo sabía que era un texto con mucha vida interna, que podía crecer y «explotar» los límites. Y a medida que avanzábamos con Amalia, pensé en Vero y en sus explosiones ilustradas.

A Vero la conocía hacía algunos años: ella había hecho la invitación de casamiento de un amigo en común y cuando nos encontramos (estábamos en la misma mesa) pensé «con esta chica algo vamos a hacer».

Era la ilustradora ideal –había que ver si se animaba: si bien en ese momento estaba terminando su primer libro (Regalitos semanales), el concepto era distinto: había que ilustrar una historia, darle vida a un personaje (¡y a sus pensamientos!)–. Pero Vero no lo dudó, y arrancamos las reuniones de a tres, imaginando, boceteando, interviniendo…

Pensándolo bien, fue un fluir de las cosas muy natural. A veces los libros se traban, a veces les cuesta «nacer»: Los indomables pensamientos del Señor o no fue uno de ellos –más bien todo lo contrario–. Muchas buenas ideas, genial predisposición y entusiasmo por el proyecto que se desarrollaba… y, finalmente, para coronar un proceso hermoso, organizamos una presentación en La Nube que fue increíble (con narración, ilustración en vivo y música, a la que asistieron muchos, muchos, niños y adultos).

Y algo de todo esto se tradujo una vez que el libro «nació»: en la presentación, el año pasado, se agotaron los libros que habíamos llevado; en las librerías La Central, de España, fue recomendado por los libreros; en la última Feria del Libro, fue el segundo libro más vendido de Adriana Hidalgo editora… es un libro que no pasa desapercibido.

Como editora, fue una experiencia hermosa… y lo más lindo fue que ese trabajo se convirtió en un gran encuentro con dos mujeres llenas de talento y mucha generosidad.

 

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[Finalmente, Vero Gatti, la suerte de juglaresa, niña en cuerpo de mujer (en el sentido más sublime de la expresión), relató lo siguiente y compartió imágenes hermosas de ese recuerdo:]

Recordé lo que fue el proceso de armado de las ilustraciones. Y recuerdo días de encierro. Ese encierro que bordea la locura, pero que se disfruta, porque es extremadamente creativo.
Recuerdo mi taza de Sara Key con mucho café con leche y mi perra Kiwi (falleció un tiempo después) acompañándome. Escuchando música las dos, un disco tras otro. Un puntito tras otro, una hojita, una línea, un color, puestos en el lugar que le corresponde. Amé el texto desde la primera vez que lo leí, y sentí la necesidad (como el Señor O) de dejarme ser, a mí y a mis obsesiones. Este libro para mí es obsesivamente detallista. Lo veo terminado y me siento feliz. Veo cada puntito, cada colorcito, cada detalle, y sé que es lo que tenía que pasar.

Gentileza de ©  Vero Gatti

Gentileza de © Vero Gatti

 

Gentileza de ©  Vero Gatti

Gentileza de © Vero Gatti

 

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Gentileza de © Vero Gatti

 

Después de leer estas reflexiones, confesiones, sensaciones y sentimientos tan personales (en el más amplio sentido), solo queda recomendarles que adquieran el libro (cuya reseña en fragmentos de un exquisito rompecabezas la hicieron sus protagonistas).

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losindomablescontratapaLos indomables pensamientos del Señor o

Escrito (soñado, imaginado y  pensado amorosamente) por Amalia Boselli, ilustrado (divinamente) por Vero Gatti y cuya edición estuvo al cuidado (y acunado dulcemente) de Clara Huffmann.

Editado por Pípala (Adriana Hidalgo) en 2013.

Tiene 40 (indomables) páginas.

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