La enfermedad de la Presidenta no es una crisis institucional

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El día sábado nos encontramos con la información de que la Presidente de la Nación se encuentra afectada por un hematoma craneal. Tal situación debería poner en marcha automáticamente el funcionamiento de los resortes institucionales para cumplir con la continuidad del Gobierno, sin afectar al mismo.

Teniendo en cuenta los escuetos partes médicos dados a conocer y el diagnóstico de reposo de un mes recomendado por los facultativos, el Vicepresidente de la República debería hacerse cargo del mando, por cuanto este posee legitimidad de origen, y resulta necesaria debido a la licencia por enfermedad del titular del Poder Ejecutivo electo.

En la historia Argentina existen antecedentes de esta situación, a modo de ejemplo podemos tomar el caso del Presidente Marcelino Ortiz quien pidió licencia por graves problemas de salud -padecía una compleja diabetes- llegando a quedar completamente ciego, por lo que dimitió definitiva al cargo de presidente 27 de junio de 1942, para ser reemplazado por su Vice Ramón Castillo, hasta finalizar su mandato.

Otro caso se produjo el 1 de julio de 1974 frente a la muerte del Presidente Perón, cuando asume el cargo María Estela Martínez de Perón, quien con base en las atribuciones constitucionales debería completar el mandato del Jefe de Estado fallecido. Ya en el ejercicio de la Presidencia debió afrontar una grave crisis política y económica, y el 13 de septiembre de 1975, acusando problemas de salud, la Sra. Martínez de Perón pidió licencia del cargo. Durante ese tiempo las funciones fueron ejercidas por el Presidente Provisional del Senado, el Dr. Ítalo Argentino Luder, atribuciones que ejerció hasta el 16 de Octubre del mismo año, fecha en que la Presidente volvió a su cargo.

La Constitución Argentina es muy sabia al respecto ya que la figura del Vicepresidente, muchas veces vapuleada y subestimada, demuestra en momentos de crisis su importancia en el diseño institucional. Los constituyentes, entendieron que era necesaria la creación de la figura del Vicepresidente para lograr cumplir con la continuidad del Poder Ejecutivo y de su acción y reserva para ese cargo dos funciones: una eventual, la de sustituir al Presidente, que es una función esencial, y la otra, que es permanente, la de presidir el Senado de la Nación.

En tal sentido,  conforme el Art. 88 de la Constitución Nacional que establece que en caso de enfermedad del Presidente, el Poder Ejecutivo será ejercido por el Vicepresidente de la Nación. De esta forma el Vice Amado Boudou, en estos treinta días esta en condiciones y correctamente asumió el mando cumpliendo con lo establecido en el texto constitucional.

Aquí reside la importancia de la elección del Vice Presidente en el binomio Presidencial, por cuanto frente a situaciones como la actual adquiere una relevancia mayúscula, y resulta fundamental que este sea una persona proba, que sea respetada por la opinión pública y que merezca el mismo respeto que el Presidente en la conducción del Ejecutivo y en la ejecución de las políticas de gobierno.

Difícil situación atraviesa hoy la Argentina, y acontecimientos como los presentes que nos debe llevar a reflexionar sobre la necesidad de rever algunas instituciones, y entender la importancia y la responsabilidad que se debe tener en el criterio de elección de los funcionarios, que no deben ser producto de un mero capricho circunstancial, sino que debe ser parte del respeto a las instituciones de la república y del futuro de una Nación.