Irreversible

#DerechoPolítico

El sábado pasado se llevó a cabo un acto político donde Máximo Kirchner expresó: “Si Cristina está tan mal o es tan mala, o no sirve, por qué, si están tan interesados en terminar con esta experiencia política, si quieren acabar con el kirchnerismo, peronismo, pónganle el nombre que más le guste a cada uno, por qué no dejan y compiten con Cristina, le ganan a Cristina y sanseacabó?”.

En primer lugar, es saludable aclarar que es “irreversible” la situación constitucional vigente, donde un gobierno debe culminar su mandato el 10 de diciembre de 2015, tal y como manda nuestro texto fundamental.

Una reforma no puede ser el resultado de las necesidades políticas de un sector o grupo de interés que pretende llevar adelante la misma solo para complacer una coyuntura o caprichos de una estudiantina. En este contexto, una reforma es imposible, por cuanto la misma no es sólo una competencia electoral y no se reduce a una democracia plebiscitaria: toda reforma debe ser fruto del debate, la búsqueda de consensos y de lugares comunes.

Los problemas de los argentinos no se solucionan con una reforma constitucional, sino con más democracia: profundizando los controles, con el correcto funcionamiento de cada uno de los poderes y buena utilización de las herramientas que sabiamente provee nuestra Constitución actual. Si existe madurez política, este tema pasará al archivo; caso contrario, se estará hipotecando una vez más el futuro de la Nación.

Vivir en un Estado Constitucional y Convencional de Derecho implica conocer no sólo nuestros derechos sino también nuestros deberes. Es fundamental conocer, asimismo, los límites que establece la Constitución Nacional en cuanto a la organización del poder: el Presidente debe ejercer sus funciones por un término de 4 años y sólo podrá ser reelegido por un único período consecutivo. Por ello, hago votos para que ningún dirigente político se sume a este debate inconsistente, ya que la situación político-institucional actual para este sector político es, a estas alturas, “Irreversible”.