#NiUnaMenos: ¿De qué hablar el día después?

#RazónDeDerecho

ni una menos

La penosa aparición del cuerpo de la joven Chiara Páez, hoy se sabe, embarazada de ocho semanas al momento de su muerte, en la localidad santafecina de Rufino, fue el desencadenante de una consigna tan noble como, a la luz de los hechos, viral. El #NiUnaMenos, que nació cual grito de hartazgo, se convirtió con el correr de los días en una temática excluyente en los medios masivos de comunicación, ocupó la agenda política y se instaló en la cotidianeidad ciudadana de quienes no escapan al espectro informativo y social. ¿De que hablar el día después?

El aval de más de cien mil personas, resulta a todas luces suficiente para tornar exigible la implementación, o mejor dicho –nobleza obliga- la continuidad y efectiva aplicación de políticas en curso. En un país en el que las marchas sobran y son cosas de un día, es fundamental comprender que la consigna movilizadora y la problemática que vio reflejada, es de suma gravedad y complejidad, afectando así a familias enteras, amigos, vecinos, ciudadanos en general, de manera que no hace falta aclarar la importancia de continuar en la lucha por el cumplimiento de las normas que tienden a evitar la violencia contra las mujeres.

Ahora bien, cifras, banderías políticas, exponentes adheridos, testimonios, todo ello se perderá irremediablemente en medio de la vorágine mediática que incluso en algunos casos, tenderá a contrariar aquello que a viva voz se defendió en la Plaza de los Dos Congresos. Por ello, es de vital importancia repasar y tener presentes los cinco puntos clave que marcaron la iniciativa y saber el por qué de su importancia:

1) Implementar con todos los recursos necesarios y monitorear el Plan Nacional de Acción para la Prevención, la Asistencia y la Erradicación de la violencia contra las mujeres, tal como lo establece la ley 26.485.

- La Ley 26.485, es una norma modelo, moderna y receptora de doctrina de avanzada, sin embargo, se encuentra parcialmente reglamentada por el Dec. 1011/2010. Lo dicho, significa que al margen de la intención política formal, llevada a cabo por medio de la sanción de normas, aun esa voluntad no se ha cristalizado en la asignación plena de recursos, y como es de saber, sin presupuesto deviene imposible el cumplimiento de cualquier plan de prevención. Algunas medidas tendientes al cumplimiento propuesto serían la creación de más hogares o refugio para situaciones de emergencia, hogares de día para víctimas, y subsidio habitacional, con asistencia interdisciplinaria desde una perspectiva de género.

2) Garantizar que las víctimas puedan acceder a la Justicia. En cada fiscalía y en cada comisaría debe haber personal capacitado e idóneo para recibir las denuncias. Las causas de los fueros civil y penal deben unificarse; las víctimas deben tener acceso a patrocinio jurídico gratuito durante todo el proceso judicial.

- No hay demasiado que explicar. A la penosa situación de cada mujer maltratada, se suma un impedimento fáctico que a fin de cuentas, termina por provocar en la potencial denunciante su desistimiento antes de hacer la presentación, o bien, una vez realizada la denuncia, no continúa con el proceso pues no la ratifica. El impedimento económico es vital, pues no hace falta aclarar que una mujer que abandona su hogar o pretende hacerlo, no cuenta con los medios ni la contención suficiente para afrontar un proceso judicial.

3) Elaborar el Registro Oficial Único de víctimas de violencia contra las mujeres. Realizar estadísticas oficiales y actualizadas sobre femicidios. Sólo dimensionar lo que sucede permitirá el diseño de políticas públicas efectivas.

- No es concebible que en el marco de políticas públicas a nivel nacional se cuente a modo de muestra con los índices que confecciona voluntariosamente una ONG –Casa del Encuentro- pues mal se puede tener idea de la real dimensión de un fenómeno tan penoso como creciente si se echa mano a los datos que provee una organización que a pesar de su incansable trabajo en el área se encuentra lógicamente limitada en su extensión y recursos en comparación con el Estado.

4) Garantizar y profundizar la Educación Sexual Integral en todos los niveles educativos, para formar en la igualdad y para una vida libre de discriminación y violencia machista. Sensibilizar y capacitar docentes y directivos.

- Así como en la práctica para fortalecer la democracia suele escucharse que es necesario “educar en el disenso”, para erradicar el flagelo que hoy representa la violencia de género es imperioso impulsar la cuestión educativa en todos los niveles (inicial, secundario y universitario). La instrucción respecto de la temática es vital para derribar estereotipos, para socavar poco a poco el machismo y con este el modelo patriarcal que reproduce repetidamente estereotipos que dan como resultado la violencia contra las mujeres. Educando a niños respetuosos y con una perspectiva de género acorde a los tiempos que corren, el aminorar la problemática es cuestión de tiempo.

5) Garantizar la protección de las víctimas de violencia. Implementar el monitoreo electrónico de los victimarios para asegurar que no violen las restricciones de acercamiento que les impone la Justicia.

- Las medidas cautelares, entre ellas la exclusión del hogar del agresor, prohibición de acercamiento o fijación de alimentos provisorios u otra medida urgente que se considere oportuna para la protección de la víctima, han de ser cumplidas de modo efectivo. Transcurrida la movilización, con frecuencia se escuchó a manifestantes hablar del temor permanente que padecen, ello por cuanto no tienen la absoluta certeza de que el maltratador no accionará a modo de represalia por haber radicado la denuncia. La medida cautelar debe trascender lo formal y brindar seguridad a la víctima.

Aunque más no sea a modo de colaboración, es fundamental difundir los sitios en los cuales las víctimas de violencia de género encontrarán respuesta inmediata a su situación.

• ¿DONDE PEDIR AYUDA?

En la Ciudad de Buenos Aires

- OVD, Oficina de Violencia Doméstica: 4370-4600 – internos 4510 al 4514. Son los números de la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema. Se ubica en Lavalle 1250, Capital Federal, y atiende las 24 horas, todos los días.

- Línea 137: Es la línea del Programa Las Víctimas contra las Violencias del Ministerio de Justicia de la Nación. Cuenta con una brigada móvil que actúa a domicilio para brindar asistencia psicológica acompañado por agentes de seguridad y una trabajadora social.

- Dirección de la Mujer (Ciudad de Buenos Aires): 0800-666-8537. Funciona las 24 horas, todos los días del año.

- Ministerio Público Fiscal: listado de direcciones AQUI

- Consejo Nacional de la Mujer (CNM): asiste y orienta a las víctimas de violencia. Se sitúa en Paseo Colón 275, piso 5º. Sus teléfonos son: (011) 4342-9010/9098/9120.

En la provincia de Buenos Aires

- Línea 911: en ocasiones de violencia familiar, el llamado se deriva a un centro especializado en la temática.

- Comisarías de la mujer: listado completo AQUI

- Guardias Judiciales (dedicadas a la atención de violencia familiar): La Plata (0221)15-5921828; Lomas de Zamora 15-67282560; Mar del Plata (0223)15-15500425; Morón 1567282534; La Matanza 15-67282615; Quilmes (011)1567282597; San Isidro 15-67282503; San Martín 15-6728-2549.

Importante: el mero hecho de llamar para solicitar ayuda, no es sinónimo de “denunciar”, aunque con seguridad en la comunicación le informaran el modo de hacer efectiva la denuncia.

• LA DENUNCIA

En otro orden de cosas, pero sin perder de vista la temática que convoca, ha de mencionarse que la falta de patrocinio jurídico que asesore a la víctima de violencia ni bien toma la decisión de denunciar o bien de abandonar el hogar, es como se dijo un problema insalvable, a pesar de lo cual es de máxima importancia aclarar que para hacer la denuncia no hace falta de la asistencia de un abogado. Sin embargo, y a sabiendas de que alguien pudiera beneficiarse de la difusión de información pertinente es fundamental señalar algunos lineamientos útiles en el momento previo a la denuncia, en el mismo momento, y aun después de que la misma se presenta:

-  Antes de hacer la denuncia

Es necesario contar con un “botiquín”. ¿Cómo? No, ni gasas, ni alcohol, ni cinta, etc. De ser posible, reúna sus documentos, los de sus hijos si es que tiene, y algo de dinero en efectivo para poder utilizar ante cualquier eventualidad fuera del hogar. Si sabe de posibles testigos, téngalos presente y pídale sus datos (DNI, teléfono y domicilio) para que puedan declarar durante el eventual proceso judicial.

- Al hacer la denuncia

a) Debe necesariamente relatar los hechos de violencia del modo más preciso posible, sin obviar ningún episodio.
b) Si se retira del domicilio debe aclararlo para así resguardar su integridad y la de sus hijos.
c) ¿Recuerda aquello de los testigos? Es el momento de mencionarlos, así como también la oportunidad de presentar todo aquello que pudiera dar cuenta del maltrato.
d) Es clave que solicite medidas cautelares para asegurar su protección (y la de sus hijos). Puede solicitar la exclusión del hogar del agresor (se le prohíbe el acceso al domicilio común, lugar de trabajo o escuela de los niños), prohibición de acercamiento (es una medida perimetral) o fijación de alimentos provisorios u otra medida urgente oportuna para la protección de la víctima.
e) Lea la denuncia y corrobore que todo lo que dijo fue escrito debidamente. Si el personal policial omitió detalles o hechos, es su derecho exigir que se plasme la información.
f) Aunque no es frecuente, si no ofrecen copia de la denuncia, debe solicitarla.

Es fundamental que en caso de sufrir agresiones físicas concurra al médico en busca de asistencia. En el centro de salud más próximo sabrán orientarla al respecto y se le entregará un certificado médico en el cual constará la lesión para luego presentarlo al momento de denunciar. Si alguna de las medidas cautelares mencionadas se hubiere incumplido, informe de inmediato al juzgado en que tramita la causa para que se dé cumplimiento a la brevedad.

En otra ocasión, se tendrá presente la problemática procesal que acarrea consigo la violencia contra las mujeres, la falta de acción de los mecanismos judiciales y lo dificultoso del proceso para hacer efectiva la prevención y protección de las mujeres y sus hijos. Cada uno desde su lugar, puede –y debe- contribuir según sus posibilidades, para combatir el flagelo que actualmente representa la violencia contra las mujeres por el simple hecho de ser tales.  Que #NiUnaMenos deje de ser un hashtag, símbolo de los tiempos, y se convierta en parte de la conciencia ciudadana es una obligación de todos.

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