Empresas con Stress

#DeEmpresasYFamilias

Estrés en la empresa: como responde la empresa a los estímulos y desafíos del contexto? como reacciona la organización, la dirección, staff gerencial, el personal, a las circunstancias que enfrenta en un contexto dado?

Las empresas no resuelven los problemas que plantea la realidad ni se adaptan del mismo modo a la misma. Algunas empresas logran desarrollar respuestas más eficaces, en contraposición a otras que se estancan.

Según sea la combinación fortalezas-recursos-condiciones de la empresa, estaremos en presencia de un mayor o menor grado de stress, de una mejor o peor calidad de resolución y abordaje de los problemas cotidianos.

Como se suele decir, algunos se ahogan en un vaso de agua, otros encuentran las herramientas internas y externas para crecer en la incertidumbre.

Como se manifiesta el stress en la empresa:

  • Tiempo dedicado a tareas menores, solo operativas, dejando de lado lo clave de cada sector.
  • Dispersión general y desanimo. Falta de motivación, liderazgo y de orientación a la acción.
  • Mensajes contradictorios. Un barco que cambia de rumbo según sople el viento cada día.
  • Búsqueda de una diversificación en productos y servicios equivocada. Abandono de la especialidad e identidad que le dio origen.
  • Confusión en los números, perdida de datos claves. Pérdida de rentabilidad y manejo del flujo de caja.
  • Política de precios errática, arbitraria y confusa. Pérdida de beneficios.
  • Rotación de personal, en particular jerárquico.
  • Rigidez general para adaptarse a situaciones cambiantes. Falta de velocidad de reacción, claves en los mercados de hoy.
  • Estado deliberativo y de conflicto permanente, en particular referido a temas secundarios y de escaso valor para los negocios.
  • Confusión en los roles y en el ejercicio de la autoridad.

Qué hacer?

  1. Definir un objetivo simple, de corto plazo, medible, sencillo de cumplir, y con el cual los máximos responsables se puedan alinear.
  2. el liderazgo: en este proceso de definir y compartir metas simples, es importante asumir un rol de liderazgo, mostrar un camino, una línea de acción, que más allá de las palabras, se exprese en los hechos cotidianos.
  3. Desarrollar símbolos y trabajar la historia para mejorar vínculos y pertenencia.
  4.  Simplificar: recuperar manejo y dominio de la empresa. Volver a fortalecer los productos y servicios de mayor margen y rotación. Frenar o abandonar los de menor margen.
  5.  Precios: aprovechar aquello que nos distingue, hace a nuestra identidad y tiene demanda. Una política de precios nueva, que no sea una simple suma de porcentajes a los costos.
  6.  Generar pequeñas sociedades internas, con personal afín en sus tareas, para encarar y resolver problemas puntuales, y establecer objetivos de mejoras simples y medibles. Tenemos que propiciar un estado de confianza y complementación.
  7. Mantener una línea de comunicación y mensajes internos que priorice la coherencia. Esto significa estar alertas a las decisiones contradictorias entre sí, que generan desorientación y falta de motivación.
  8. Manejo de conflictos: cuidar el trato de las diferencias, evitar la exacerbación de los ánimos en momentos difíciles. Como se dice, “que el árbol no tape el bosque”.
  9. Conocer en detalle los números de la empresa. Es un buen momento para ser claros, los errores se pagan caros.
  10. Recuperar la calle. Siempre contar con información, sobre nosotros y nuestra competencia. Mejorar y profesionalizar al máximo el equipo de ventas, para poder resolver con más éxito las situaciones que se presentan.
  11. Flexibilidad y velocidad. Son valores claves para sobrevivir y crecer. La rigidez y lentitud van a contramano de construirse un lugar en el futuro. El stress se combate con una preparación y defensas internas del sistema, que permitan sobrellevar y atravesar los múltiples desafíos actuales y futuros, que para el mundo empresario, serán cada vez mayores, en cantidad y complejidad.