“Atendido por sus Dueños”

#DeEmpresasYFamilias

“Van a hospedarse en la Hostería Chimehuin?”, exclamó ella con alegría. “Tengo hermosos recuerdos del lugar, estuve hace 20 años, y ni te cuento de los desayunos caseros, inolvidables!”

Una amiga común nos contaba sobre las delicias del lugar, luego de transcurrido tanto tiempo.

La Hostería Chimehuin, ubicada en la localidad de Junín de los Andes, provincia de Neuquén. Calificada con una estrella. De las primeras que se construyeron en la zona. Departamentos, habitaciones, suites, con desayuno. Un parque enorme, a la orilla del rio del mismo nombre.

Un lugar fundado por una familia, que va por su tercera generación.

Fuimos testigos del significado que tiene para ellos recibir y atender al turista. Del sentido de la frase “atendido por sus dueños”.

Termos de agua caliente a toda hora. Guardar en la heladera general productos que necesitan del frio. Llamar a la terminal de ómnibus para averiguar horarios de micros y colectivos. Contactar con mecánicos por desperfectos y problemas. Innumerables fotos y documentos de personas que pescan o ascienden al volcán Lanín u otros. Una limpieza y orden envidiables. Un parque increíble. Ayudar para conseguir comida hecha. Solo una parte de lo que hacen.

Y por supuesto, el desayuno. Porqué alguien lo recuerda 20 años después? Todo casero. Vamos a aclarar esto: la actual dueña, una vez finalizado el desayuno, en la cocina preparando junto a sus ayudantes el del próximo día. Masa casera, dulces, scones, panes, medialunas, todo casero. La observé cortando ciruelas y naranjas y explicando cómo colocarlas en los moldes para mejorar el sabor.

Casero en el gusto, en la actitud, en la tradición. Haciendo real aquello de transmitir de una generación a otra, y así a los clientes, el origen, la identidad, sus fortalezas, los sabores.

Pensemos: lo casero esta en lo que cocinan? Lo que recibimos es un conjunto coherente de señales y actitudes, que trascienden en mucho un sabor concreto.

Su virtud esta en trascender ampliamente las expectativas con las que uno llega. Intentando dar solución a las diferentes situaciones a que nos vemos expuestos luego de un largo viaje.

Su virtud esta en transmitir la marca de lo familiar en la totalidad que nos ofrecen. “Esto fuimos, estos somos, esto queremos seguir siendo”, parecen decirnos en todo instante. Una identidad familiar que trasciende el tiempo, y se conserva, al mismo modo que una receta de un dulce delicioso.

Es una virtud, comprender que su servicio no se reduce a una cama de hotel. Que representa una experiencia global en la estadía. Y toda ella tiene que ser gratificante. No se puede disociar lo que hacemos fuera de la hostería en la que pasamos las vacaciones u otra situación personal, de la experiencia en ella.

Es una virtud, que en un mundo sobrecomunicado y tecnificado, saber de manera simple e intuitiva como destacarse, ser recordados, añorar el lugar y querer volver.

Es una virtud, que ante todo lo descripto, como el precio queda minimizado.

La virtud de lograr que el conjunto de empleados sintonicen con el espíritu general de la hostería.

Es probable que nos estemos preguntando algunas cosas. En qué medida podemos aprender algo de ellos? Nos ocupamos de generar algo de esto en nuestros clientes actuales y potenciales? Como nos diferenciamos? Agregamos valor? Superamos expectativas? Respetamos nuestra identidad o solo copiamos lo que parece moderno?

Son algunas de las muchas preguntas, que al responderlas vamos a mejorar nuestra actividad.

Es mi simple homenaje a una Hostería, que fue partícipe central de la gratificación y satisfacción en nuestras vacaciones.