Delfina Scuticchio, DJ de eventos

Es casi una obviedad decir que, sin música -o con la incorrecta-, un evento tiene un destino de fracaso asegurado. Ya sea en un casamiento, la presentación de un producto o un evento corporativo de fin de año, lo que suene por los parlantes va a guiar los ánimos de los presentes hacia la diversión, la calidez o la empatía o, en sentido contrario, al aburrimiento.

Hace unos años conocí a Delfina Scuticchio (21), quien me contó su historia y cómo vive ella su trabajo. “De chica me enseñó mi papá, ‘Tito’ Scuticchio, a pasar música con vinilos, y yo lo acompañaba a las fiestas. Para mí era un hobby y después, cuando empecé a ir a las fiestas sola, se convirtió en mi trabajo”, cuenta Delfina.

Esta “DJ & Producer“, como ella misma se define, trabaja tanto en eventos sociales como corporativos, así como también en boliches (Pachá, Jet, Asia de Cuba) y fiestas electrónicas en Buenos Aires y fuera del país. En ese sentido, destaca el terreno ganado en la Ciudad por la música electrónica. “Si bien hace varios años que se instaló este género, cada vez va ganando más público y notoriedad en la escena musical porteña”, opina. ¿Y qué temas son tendencia hoy? “¡Muchos! Pero dentro de la electrónica, mis artistas preferidos son Marco Carola, Guti, Dubfire; y creo que hay temas que nunca van a pasar de moda”, opina.

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¿Para quiénes organizamos un evento?

Organizar un evento empresarial implica pensar en infinidad de factores. Pero hay uno excluyente, que muchas veces suele pasarse por alto: las características propias del destinatario del evento.

Es importantísimo tener en claro cuál es nuestro público meta, ya que si no se especifica claramente el sector del mercado al que apuntamos es muy probable que el esfuerzo sea en vano.

Entonces, a la hora de presentar un producto debemos pensar a quiénes podría interesarle, y a quiénes nos gustaría que la propuesta llegue. Con estas dos cuestiones definidas, cursamos las invitaciones. Y de acuerdo a los rasgos de las personas destinatarias de las mismas, montamos el evento.

En ese sentido, hay que reflexionar sobre:

* Grupo/s social/es al/los que pertenecen los invitados;

* Grupo productivo en el que desarrollan su actividad;

* Edad de los participantes;

* Sexo.

Con estos factores bien definidos, puede ofrecerse a los destinatarios, incluso desde el momento de invitarlos, actividades y atractivos de distinto tipo –sociales, políticos, económicos e incluso de entretenimiento- que agreguen valor a la presentación del producto e inciten a la participación en nuestro evento. Por ejemplo, si nuestra compañía se dedica a la venta de productos de perfumería y cosmética, y la mayor parte de los invitados son mujeres, puede anunciarse en la tarjeta la posibilidad de contar con un grupo de profesionales que ofrezcan clases de automaquillaje. Los obsequios y el catering también son elementos que suman.

Foto: Fiesta  Fin de Año Havanatur 2012

Un dato clave: si a nuestro evento asistirán muchas personas mayores, hay que tener en cuenta que pueden no estar muy familiarizados con las nuevas tecnologías, por lo que la entrega única de un CD o pendrive sin el acompañamiento de material informativo en papel podría atentar contra nuestros objetivos.

Pensar en los invitados para los que montamos un evento es esencial si queremos que todo el esfuerzo y dinero destinado en su organización dé sus frutos.

Eventos del corazón: Bodas de Oro

Organizar un evento es una tarea ardua. Cuerpo y mente se vuelcan por entero en el planeamiento, para no dejar detalle librado al azar. Pero no hay que olvidar que, detrás de la estructura perfecta, se encuentran las personas, ustedes, destinatarios finales de tanto esfuerzo y para quienes el evento será una experiencia que recordarán por siempre.

Hoy quiero acercarles la historia de Emilio y Zulema, dos hermosas personas a las que conocí en el Hotel Meliá Buenos Aires. Estaban festejando sus Bodas de Oro cuando me los crucé. Y aceptaron contarme su historia.

Zulema tomó la voz cantante. El inicio de su amor está allá en 1955, en un pic-nic por el Día de la Primavera. Estaban festejando en la quinta “Los Paraísos” cuando sus miradas se cruzaron. Un partido de truco selló su relación para siempre. “En ese preciso momento, me conquistó con el As de espadas”, contó, risueña, la mujer.

Tras siete años de noviazgo, dieron su paso más importante: el altar. Emilio y Zulema reconocen que sus primeros años de casados fueron difíciles, pero siempre trataron de seguir juntos con esperanza, y de a poco fueron alcanzando sus sueños. Hoy tienen tres hijos, a los que dieron la mejor educación y formaron en valores; tres hijos políticos y nueve nietos.

Con la llegada de las Bodas de Oro, pidieron a sus hijos y nietos que les armaran “algo lindo”, donde estuvieran presentes sus familiares y amigos. Y es aquí donde la organización de un evento se vuelve humana: la fiesta se planificó desde el corazón y, como era de esperarse, ¡salió todo perfecto!

La familia de Emilio y Zulema tuvo la suerte de encontrar el lugar adecuado para su evento. Agradecieron a los encargados del Hotel Meliá Buenos Aires la buena predisposición para “escuchar las locas pero lindas ideas” que se les ocurrían. Así, su fiesta fue inolvidable.

La organización de un evento nunca debe pasar por alto a los clientes, los destinatarios del mismo, personas que buscan agasajar a sus familiares, amigos o incluso empleados con calidez y empatía.

Si querés que tu matrimonio sea tan especial como el de Emilio y Zulema, el momento que los consagre marido y mujer debe ser súper especial. Por eso te invito al Primer Seminario de Imagen y Estilo para Novias, el próximo 7 de mayo a las 18:30, en el Hotel Meliá Buenos Aires. ¡Nos vemos ahí!