Volver al corso del barrio

#FiestasDeMiPaís

La Plata, 1959

 

Carnaval 1959

 

“Todos los chicos del barrio esperábamos con ganas el Carnaval. Porque todos nos disfrazábamos, hasta los grandes. En esta foto, estamos (de izquierda a derecha) tu tío Jorge, yo, María -mi amiga- y el primo Quique. Los varones, de El Zorro; María, de mexicana, y yo de patinadora. El traje me lo había hecho tu abuela. Al año siguiente, usó el mismo para hacerme el de bailarina rusa.

Nos solían llevar a los bailes que se hacían en el Club Deportivo, que quedaba en la calle 71 entre 1 y 2, a la vuelta del hospital y de mi casa. Eran fiestas familiares. Si, por alguna razón, no podíamos ir, igual nos disfrazábamos; todo el mundo andaba con trajes esos días. Vestidos así íbamos al restaurante de tu abuelo, que se llamaba El Canguro y que quedaba en calle 1 entre 70 y 71. Y las personas que se acercaban a comer también llevaban trajes o mascaritas. Siempre era así.

Con los años, ya cuando estaba en el colegio secundario y después en la universidad, para el Carnaval nos acercábamos a los corsos de Diagonal 79 y 115, 116, 117. Los últimos tiempos fui con tu padre, un poco para despejarnos de los libros y pasar un buen rato.”

                                                                                                                                                                                                                                                                                     - Gladis, mi mamá.

Ciudad de Buenos Aires, 1985

 

Carnaval 1985

 

Sigue Gladis: “En esta foto tendrías unos 4 años. Queríamos llevarte al corso, y como en aquel entonces en Berazategui no había, o por lo menos no por la zona en la que vivíamos nosotros -te imaginarás que tampoco nos enterábamos si había en otro barrio-, decidimos ir para Capital. Creo que los corsos se hacían en la 9 de Julio… Te disfracé de hawaiana; el traje lo hice yo con cosas que teníamos y papel crepé. Te quedaba hermoso”.

 

Berazategui, 2014

 

Corso Berazategui 2014

 

“Félix, la semana que viene vamos a ir al corso. ¿De qué te querés disfrazar?”, pregunté. “De pirata”, respondió. El sábado pasado, lamentándome no tener ni idea de cómo se usa una máquina de coser, fui hasta un cotillón y le compré a mi niño, de 2 años y medio, algunos accesorios, segura de que no iba a dejar que lo metamorfosee demasiado.

Con el pañuelo negro con calavera, un colgante y una espada de plástico, nos acercamos ayer lunes al corso del barrio San Francisco, en Berazategui. Zona con una muy rica historia carnavalesca y donde se originó el proyecto socio-comunitario “La Fábrica del Carnaval”, todo estaba preparado para recibir a los vecinos. Algunas pocas vallas para evitar que los más chicos se cruzaran con los murgueros fueron suficientes; las sillas y el escenario, frente al Museo Histórico Municipal, cerraron el cuadro. Las murgas que desfilaron domingo y lunes fueron todas representantes de distintos barrios berazateguenses, muchas de ellas nacidas con el objetivo de sacar a los más chicos de las calles.

Música, color y alegría; Félix bailando a los saltos; espuma que flotaba en el aire. Balance positivo del Carnaval 2014.

 

¡Espero tu anécdota de Carnaval!