Canjes ¿cuándo son beneficiosos y cuándo no?

#BuenasFinanzas

Conocidos como un mecanismo de comercio basado en el intercambio, el canje es una herramienta muy útil pero a la vez peligrosa, que utilizan mucho los emprendedores. En épocas de crisis, o a la hora de conseguir los primeros clientes, el canje nos puede salvar, es un recurso a la mano de todos.

¿Cuándo sí y cuándo no?

Si vamos a intercambiar, procuremos estar en igualdad de condiciones. A nadie se le ocurriría canjear un Fiat modelo 1980 por un BMW 0KM. La premisa del que ingresa al mercado con una empresa joven es darse a conocer, y en este caso el canje de productos y servicios puede ser una buena opción para hacer “funcionar la rueda”.

canje

Sin embargo, las reglas y el compromiso de ambas partes deben quedar explícitos y bien en claro desde el comienzo. Para abaratar costos, para acceder a productos y servicios que de otra forma hubieran estado afuera de las posibilidades, o como herramienta de vinculación, el canje sí es un buen recurso. Sin embargo, hay ocasiones en las que suele ser bastante nocivo también. Veamos:

Puede ser desalentador: cuando, pasado un largo período de tiempo, no percibimos un ingreso monetario tangible por nuestro trabajo, el esfuerzo que éste implica comienza a tornarse más arduo que lo habitual. Es así que, debemos poner plazos a este tipo de intercambio, para no perjudicar –sin darnos cuenta- la calidad de nuestros servicios.

Nos hace perder de vista el valor de nuestro producto o servicio: cuando no cobramos lo que hacemos, a la larga perdemos de vista el valor –monetario y emocional- que tiene lo que hacemos. Por eso, el canje suele ser nocivo especialmente para el emprendedor o empresario PYME, que desde el vamos está en un período de prueba y evaluación de su empresa y de su profesión.

Genera emociones negativas: cuando no podemos asignarle un precio a nuestro trabajo generalmente se trabaja sin gratificación y nos sentimos inconformes. El canje nos posiciona en un lugar de “suplente”, cuando en realidad lo que todo emprendedor desea es ocupar un lugar de “titular”.

Debemos, entonces, estar alertas con este tipo de mecanismos y no perder de vista la capacidad de establecer el valor actual de lo que hacemos. Sólo así podremos ocupar el lugar que soñamos, y evitaremos caer en un circuito de trabajo negativo y poco gratificante.

¡A tener cuidado y a trabajar a conciencia!

¡Que tengas muy buenas finanzas!