Anoche fue la Super Bowl XLIX (49, bah) en Glendale, Arizona.
Es ese momento del año donde los indignados de siempre empiezan a golpearse el pecho hablando del nacionalismo y el anti-imperialismo mientras sorben sus Coca-Cola embutidos en sus jeans Levi o Taverniti. Donde los mismos que cantan “you’ll never walk alone” como si hubieran nacido al lado de Sir Paul McCartney o se emocionan con el haka recreando sus raíces maoríes (?) te acusan de cipayo por mirar football. En fin… hecho el descargo, pasamos al partido.
Anoche, me senté con una Coca, cené y me puse a mirar el partido con Twitter a mano. Y se me ocurrió la idea de ir reconstruyendo el partido alrededor de mis tweets de ayer y menciones (Esta es mi cuenta), para ir contando cómo se dieron las cosas. En la previa, esperaba un partido duro, donde el genio de Bill Belichick se iba a tener que emplear a fondo para vencer a la mejor defensa de la liga por un lado, y a parar a la “bestia” Marshawn Lynch por el otro. Polémicas y remontadas improbables aparte, este era un juego para disfrutar, para sacarse los prejuicios de encima y ver porqué es el evento más visto del mundo (y no sólo por Katy Perry)