Puta, la diosa griega ninfómana

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La etimología greco romana de la palabra puta y la diosa menor de la Agricultura

La palabra puta encierra un costado puramente despectivo, utilizado para designar de mala manera a aquellas mujeres que ejercen la prostitución. En ese sentido, si la palabra para distinguir a estas mujeres que ofrecen servicios sexuales es ramera o prostituta, ¿por qué motivo se las llama putas? La explicación más despreocupada sería hallarla en el diminutivo de la segunda, pero vayamos a los inicios etimológicos más recónditos para comprenderla, que no casualmente provienen de la mitología griega.

Mosaico que representa a la diosa Puta y a una de las ménades, seguidoras del dios del vino y la lujuria, Dioniso

Hace exactamente una semana habíamos discernido acerca de la etimología de las palabras Cerveza (del latín Cerevisia: fuerza de Ceres) y Cereal, aprendiendo que ambas provenían de la diosa Ceres, nombre que los romanos acogieron para designar a la griega Démeter, deidad de la Agricultura. En esa historia también aprendimos que Démeter emprendió un viaje hacia el Inframundo para rescatar a su hija Perséfone, secuestrada por su tío Hades. Hete aquí que en el largo trayecto de la diosa hacia los Infiernos, fue acogida por el rey de Eleusis, Céleo, quién le ofreció hospedaje para recobrar fuerzas en su difícil misión. Démeter, para agradecer la hospitalidad, decidió transformar en un dios y enseñarle a uno de los hijos del rey, llamado Triptólemo, las artes de la agricultura para que el mancebo trasladara sus flamantes conocimientos a aquellas regiones de Grecia que carecían de tales saberes. En los momentos de relax, Démeter intimó con el joven príncipe y juntos engendraron a una semidiosa a la que llamaron Puta. La muchacha, condicionada por sus genes, nació con el don para la práctica agrícola de la poda de árboles, actividad que mejoraba la calidad de los frutos procedentes de los arbustos. Con el correr del tiempo, su reputación fue incrementándose por toda Grecia, hasta ser adorada por los agricultores, quienes en su honor decidieron realizar fiestas en cada poda de árboles. Como sucedía en toda festividad, Dioniso (o Baco para los romanos) era el primer invitado, ya que, vale recordar, era el dios del vino y del éxtasis sexual, requisitos que derivaban en sus fiestas bacanales (de Baco) de las que todo anfitrión quería disfrutar.

Dioniso, dios del vino y el éxtasis sexual, acompañado por Démeter (Ceres) y Eros (Cupido), hijo de Afrodita.

Lo cierto es que en estas fiestas en honor a la poda de árboles, el séquito de Dioniso, compuesto por ménades y sátiros (de los cuales hablaremos en próximas publicaciones), incitaba a los invitados a participar de las más brutales orgías sexuales, y no dejaban de cobrar sus honorarios por propiciar semejante goce. La costumbre fue expandiéndose por toda Grecia y posteriormente fue adoptada por los romanos, que hablaban el latín. Hete aquí que la semidiosa Puta comenzó a ser vinculada con las orgías sexuales y el dinero, pero es importante saber que la palabra latina putabis significa podar, actividad que la semidiosa Puta ejercía de forma sobresaliente. Asimismo, dada su juventud, no debe sorprender que la palabra italiana putta también signifique muchacha.

Las orgías en honor a la diosa Puta eran organizadas por Dioniso, quien a través de sus ménades y sátiros cobraba a los invitados una dádiva por los placeres sexuales prestados

Como corolario, ahora sabemos que Puta fue una diosa menor de la Agricultura que se dedicaba a podar (putabis) árboles para una mejor maduración de los frutos y que las fiestas en honor a ella se caracterizaban por las orgías sexuales organizadas por el dios Dioniso, cuyos seguidores se encargaban de recaudar las propinas, en concepto de honorarios, por tan saludables servicios…

Una representación de Tiziano de las orgías organizadas por Dioniso

Más allá de toda esta explicación, nunca llames “puta” a una mujer… mejor decile “diosa”…