Los personajes de la Mitología Griega que sufren en el Infierno de Dante

#GreciaAplicada

Los héroes griegos también se van al Infierno en la Divina Comedia.

Primera parte: El Alto Infierno.  (para acceder al Bajo Infierno, hacé click aquí)

“Por mí se va a la ciudad doliente, por mí se va al eterno dolor, por mí se va con la perdida gente. Dejad toda esperanza los que entráis” (Divina Comedia, canto III)

Descubrir la Divina Comedia de Dante Alighieri se asemeja a que nos lleven con los ojos vendados a un lugar desconocido y, al permitirnos ver, encontrarnos con un manantial de agua cristalina que emerge de una montaña. En primer lugar, porque él puede saciar nuestra sed de conocimientos y, en segundo, porque su omnipotencia nos permite admirar una de las obras maestras más destacadas (sino la más) de la literatura universal. Y pensar que la base de ella, la plataforma argumentativa de casi toda la obra proviene de la Mitología Griega, sobretodo el primer texto que la compone, Infierno, el cual está inspirado en el célebre “Hades” o “Inframundo” que los antiguos griegos supieron temer. Pero más allá de que el Hades haya sido fuente inspiradora de su Inferno, Dante ubica en los distintos círculos del mismo a varios de los personajes griegos, legendarios e históricos, según los pecados que el autor considera que cometieron en su vida terrenal. De esta manera, tanto Aquiles, Héctor, Odiseo y Diomedes (entre otros) como Homero, Sócrates, Platón, Aristóteles y Averroes son castigados en el tenebroso infierno que el poeta florentino imaginó, allá por los inicios del siglo XIV.

Dante Alighieri leyendo su poema. Domenico di Michelino 1465

Dante representado con su obra en mano. Detrás, de izquierda a derecha, el Infierno, el Purgatorio y el Paraíso.

Estructura del Infierno “dantesco”: El Infierno de Dante presenta nueve círculos concéntricos que van “hundiéndose” en las entrañas de la Tierra, en proporción a los pecados cometidos; es decir: cuánto peor es tu pecado, más lejos de Dios estás. Si bien esta distribución infernal no se condice con el Hades griego, sí lo hacen los ríos que se deslizan por él, como el Aqueronte, la Laguna Estigia y el Cocito, entre otros, que aparecen aludidos por los antiguos poetas griegos en sus historias legendarias. Otra de las similitudes es que un ser vivo (Dante), puede bajar a los infiernos, empresa que en las fábulas mitológicas de los griegos realizaron Orfeo, Heracles, Odiseo y Eneas. Justamente, la “Eneida” (obra que describe las travesías del héroe Eneas) es de gran influencia para el poeta florentino, no sólo por la coincidencia de la bajada del héroe al mundo de los muertos, sino porque quien la escribió, Virgilio, es el guía de Dante en su recorrido por el Infierno y el Purgatorio. En ese sentido, el concepto de guía dentro de la obra es literal y metafórico, ya que Alighieri considera a Virgilio su “guía” e “inspirador” en términos de escritura.

Pero los invito a recorrer el Infierno, bajo mi humilde tutela, tal como Virgilio acompañó a Dante.

Luego de atravesar la puerta infernal (en la que está escrita la frase citada al comienzo de este resumen), Dante y Virgilio llegan a un lugar previo al Infierno propiamente dicho, en el cual penan aquellos que se mantuvieron imparciales y no tomaron partido por Dios o por el “mal” (casos del Papa Celestino V y Poncio Pilatos). Por su parte, a un costado, miles de almas esperan cruzar el río Aqueronte con la barca de Caronte, el barquero del infierno, función que también cumplía en el Hades griego. Al cruzar la orilla, comienza el verdadero Infierno.

Caronte, el demonio barquero del Infierno, que traslada las almas por el río Aqueronte

Caronte, el demonio barquero del Infierno, que traslada las almas por el río Aqueronte

Primer Círculo: El Limbo.

El primer lugar de castigo es para aquellos que no han cometido pecados pero, al nacer antes de la llegada de Jesús a la tierra, no lo conocieron y no se convirtieron al evangelio. En efecto, allí moran muchos filósofos griegos antiguos como Sócrates, Platón, Aristóteles, como también el poeta Homero (autor de la Ilíada y la Odisea) y el propio Virgilio. El castigo son las tinieblas y la imposibilidad de conocer alguna vez a Dios. Entre los personajes mitológicos, están Héctor (principal héroe troyano), Eneas (quien logra escapar de la Troya incendiada para fundar luego la “Nueva Troya” –Roma-), Electra y la amazona Pentesilea. Vale aclarar que Dante atribuye a todos estos últimos personajes mitológicos el simple pecado de no conocer a Jesús y esto tal vez se deba a que son, sobre todo Eneas, los antepasados de los habitantes de Roma, su patria.

Segundo Círculo: Los lujuriosos.

“Así descendí del primer círculo al segundo, que encierra menos espacio, pero mucho más dolor y más agudos gritos” (La Divina Comedia, canto V)

Dante, siempre junto a su guía Virgilio, desciende a dicha instancia en la que sufren condena aquellos que privilegiaron sus instintos sexuales por sobre las demás cosas. El “anfitrión” del tenebroso lugar es Minos, el rey de Creta cuya esposa lo engañó con un toro blanco y, de la unión, nació el nefasto Minotauro. Es él quien decide el destino de todas las almas, indicando con su cola de diablo el lugar correspondiente para cada pecador. El castigo es, entre otros, un perenne huracán, no por casualidad, debido a los “actos eróticos intempestivos” de los condenados. En esta parte del infierno hay una gran grieta, producto del terremoto causado por Dios luego de la muerte de Cristo. Lo concreto es que dentro de los personajes de la Mitología Griega, los famosos “lujuriosos” son Paris y Helena. Ambos escaparon del castillo de Menelao, rey de Esparta, de quien Helena era su esposa y Paris su invitado de lujo. Los ardientes amantes privilegiaron su pasión por sobre la paz de sus pueblos y por eso sufren su castigo en el Infierno. Aquiles, por su parte, sufre la misma condena por el amor de muchas mujeres, pero por sobre todo por Briseida, por quien abandonó a sus compañeros en batalla cuando Agamenón se la quitó de sus aposentos.

E. Delacroix, Dante und Vergil in der Hölle

Dante y Virgilio atraviesan el río Aqueronte para llegar al Limbo, el primer círculo del Infierno

 

Tercer Círculo: Los golosos.

En este círculo no hay personajes mitológicos que sufran castigo bajo la visión del autor, aunque quien preside el lugar es el demonio Cerbero, el monstruoso perro de tres fauces, las cuales representan el pecado capital de la “gula”. Asimismo, uno de los castigos de los condenados es ser aturdidos por sus ladridos y devorados por el can, aunque su “carne” (las comillas se deben a que son almas las que habitan el infierno) luego se regenera para ser engullidos nuevamente, de manera eterna.

Cuarto Círculo: Los avaros y codiciosos.

“¡Pape Satán, pape Satán aleppe!, comenzó a gritar Pluto con ronca voz…” (La Divina Comedia, canto VII)

 La frase que se cita es una amenaza de Pluto, el dios griego de la riqueza, que obviamente preside el círculo de los avaros y despilfarradores. La misma, no tiene una traducción literal, ya que forma parte del “dialecto” que se habla en el Infierno. En tal círculo, sólo dicho dios está entre los condenados.

Estructura del Infierno de Dante

Estructura del Infierno de Dante

Quinto Círculo: los irascibles y los negligentes

“¡Al fin llegas, alma pérfida!” (frase de Flegias, La Divina Comedia, canto VIII)

Al contemplar la torre infernal que refleja una luz roja, un nuevo barquero se acerca a Dante y a Virgilio para trasladarlos sobre la laguna Estigia. En efecto, el remero es Flegias, quien representa la ira de los hombres. En la tierra de los vivos, su hija fue raptada por Apolo y, luego del romance, tuvieron un hijo que se llamó Asclepio. Pero Corónide le fue infiel al dios, por lo que éste la mató. Flegias, encolerizado, incendió el templo de Apolo en Delfos.

El quinto Círculo está rodeado por la laguna Estigia y muchos condenados sufren su condena en su  lava hirviente. Asimismo, sobre dicho círculo se erige la llamada “Ciudad de Dite”, cuyo muro posterior divide el “Alto Infierno” del “Bajo Infierno”. Lo cierto es que también habitan el fango caliente de la laguna las tres Erinias (Megera, Aleto y Tisífone), que eran la personificación de la venganza para los griegos. A su vez, éstas amenazan a los poetas con llamar a Medusa para que los convierta en piedra y así vengarse de Teseo, quien raptó de los Infiernos a Perséfone. Vale aclarar que aquí Dante podría haber invocado una venganza de Medusa contra Perseo y no contra Teseo, ya que el primero le cercenó la cabeza, matándola.

Flegias, el otro barquero. Aquí se cruzará a Dante y a Virgilio sobre la laguna de lava hirviente llamada Estigia

Flegias, el otro barquero. Aquí se cruzará a Dante y a Virgilio sobre la laguna de lava hirviente llamada Estigia

No te pierdas la próxima entrega, en la que descenderemos en lo más profundo del Infierno, donde los castigos y los llantos son más atroces y aterradores. El Bajo Infierno nos espera con su principal “anfitrión”: el mismísimo Satán…