Shigeo Nakazato en el programa “El deporte y el hombre”

A un mes de la muerte de nuestro maestro Shigeo Nakazato les hacemos llegar estos dos fragmentos del programa “El deporte y el hombre”, conducido por el querido Pancho Ibañez. En estas entregas se da a conocer televisivamente la historia de la escuela en nuestro país, el propósito de los dojos KEN (“difundir el estilo”), y la posibilidad de escuchar al maestro de primera mano.

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Introducción al Kobudo

El kobudo (古武道) se traduce aproxidamente como manejo de armas tradicionales.

En el año 1400 los campesinos okinawenses comienzan a usar sus herramientas de trabajo como armas, ya que en el puerto de Tumai (ciudad okinawense en donde tiene origen nuestro estilo, Shorinji Kempo No Tumai Ti) ya se habían desarrollado importantes relaciones comerciales con otros países de Asia. Posteriormente, en el año 1600, con la invasión del clan Satsuma a las islas del archipielago de Ryukyu, se prohíben la portación y uso de armas para evitar levantamientos y rebeliones campesinas. El ejército samurai del clan Satsuma oprime al campesino y comete todo tipo de tropelías, sometiendolos a toda clase de humillaciones y vejamenes. El pueblo okinawense perfecciona así, para defenderse de estos abusos, un sistema de manejo de armas que fusionaron las técnicas de manejo de armas chinas con la utilización de dichas herramientas de trabajo. Este es el origen histórico del kobudo. Este sistema sólo fue dado a conocer al mundo a partir del siglo XX en el Japón, y al mundo, luego de la Segunda Guerra Mundial. Nuestro maestro Shigeo Nakazato (recientemente fallecido) ha enseñado sistemas no conocidos de kobudo a lo largo de todo el territorio argentino por casi cincuenta años. Uno de estos sistemas no divulgados por otros maestros es el Chikin Bo, sistema de bo originado en la ciudad okinawense de Chikin. Nuestro estilo comprende el manejo de seis armas: Bo, Tunfa o Tonfa, Eku-Bo, Sai, Shaku-Bo y Kamanti.

El bo-jutsu (棒術) o técnica del palo consiste en el aprovechamiento de las virtudes de ataque y defensa que se obtienen mediante el manejo de un palo (bo). Se utilizaba para transportar agua en cubetas o mercaderías en cada uno de los extremos de la herramienta. El porcentaje de distribución de técnicas de ataque y defensa del bo es equilibrado -50%-50%-, y su técnica correcta precisa de posturas bajas (como se puede apreciar en la imagen de nuestro maestro más abajo) y fortaleza de brazos y muñecas.

La Tunfa o “mango” era un elemento utilizado por los harineros para accionar pequeños y rudimentarios molinos que desmenuzaban cereales. Su diseño permite un firme bloqueo al estar apoyado sobre el antebrazo; su proyección, con cada uno de sus extremos, actúa como prolongación de los nudillos. Su empuñadura circular posibilita los distintos movimientos sin necesidad de aferrarla con demasiada fuerza y rigidez. Precisa de gran fortaleza de manos, muñecas y antebrazos para ejecutar la técnica de manera correcta.

El empleo del Eku-bo o “remo” está relacionado a la pesca, que era una parte fundamental de la vida y economía de Okinawa. No es de extrañar, entonces, que fuesen muchos los que tenían acceso al uso de remos. Tal es así que los pescadores usaban como elemento de ataque y defensa frente a los samurai los mismos remos que empleaban en sus embarcaciones. A diferencia del bo, esta elegante arma tiene un porcentaje de técnicas ofensivas mucho mayor, comprendiendo el 80% de las mismas. El despliegue físico, agilidad, velocidad y contundencia en sus golpes juega un papel fundamental en el combate basado en este arma.

El sai era un arma restrigingida a la clase samurai y los oficiales de policía del bakufu (gobierno militar) en la época feudal. Posteriormente, su uso se generalizó. Se utilizaba para neutralizar ataques de espada de los samurai y los bosa (empleadores del bo) gracias a sus elementos laterales que permitian engachar las armas, además de proteger la empuñadura del arma. Requiere de un gran manejo de la muñeca, y sus técnicas necesitan de una gran fortaleza en las manos, dedos, muñecas y antebrazos para enfrentar a los enemigos.

El shaku-bo es considerado la contraparte femenina del bo. Su nombre se debe a una unidad de medida antigua utilizada por ingenieros y arquitectos (el shaku). Es un arma de defensa, ataque y contra-ataque.  Características importantes para su uso son las capacidades de destreza, agilidad y visión durante el combate.

El kamanti (que significa en dialecto okinawense “hoz de mano”, kama-ti) es una herramienta destinada a la labranza utilizada por los campesinos como arma netamente ofensiva. Su uso requiere de una gran concentración y efectividad, ya que sus técnicas y movimientos pasan cerca de la zona de la cabeza del ejecutante, pudiendo provocar heridas graves en la práctica. El maestro Shigeo Nakazato fue, en su tiempo, el único especialista en nuestro país en el manejo de esta arma.

Para profundizar en estos temas:

1) Shigeo Nakazato, Karate y kobudo okinawense, editorial Kier, 2005, Buenos Aires.

Visite el sitio web de nuestro estilo: www.dojosken.com.ar

 

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Violencia, artes marciales y la enseñanza del karate (II)

En el día del fallecimiento de nuestro maestro (25/07/2014) elegimos rendirle homenaje por este medio, mediante la continua difusión de sus lecciones.

En la entrada anterior habíamos comenzado a hablar de la relación entre la violencia y las artes marciales. En dicho contexto, habíamos mencionado la sentencia karate ni sente nashi y dado una interpretación de su significado. Hoy vamos a introducir la enseñanza que restaba, conocida para los alumnos de nuestro maestro como Combate Zen:

“Como nosotros preferimos la paz y la tranquilidad sobre la victoria, existe un simple y magnífico método: tratar de escapar… Percibe el sistema de la naturaleza y ninguna fuerza humana podrá lastimarte…

Jamás trates de hacer frente a una ola , esquívala…
No es preciso detener una fuerza , es mas fácil modificar su curso…
Aprende la forma de preservar , mejor que destruir…
Esquivar es mejor que contener…
Contener es mejor que lastimar…
Herir… es mejor que matar…
Porque toda vida humana es preciosa y no puede ser reemplazada…”

El combate zen contiene nuevamente una paradoja aparente ¿Cómo es posible que un combate consista en tratar de escapar?¿ En qué sentido deben entenderse estos términos?

A veces no podemos elegir el vernos involucrados en algún tipo de disputa. Un combate es eso, una disputa: Muchas veces, esa disputa trae aparejada inevitablemente violencia. Escapar, en este caso, significaría evitar el daño mayor: la muerte del agresor, lesiones graves, etc. La analogía de la fuerza en la naturaleza estaría apuntando a eso. El sistema de la naturaleza consiste un conjunto de fuerzas; algunas de ellas violentas y capaces de lastimar, como muchas veces sucede con la naturaleza humana. La naturaleza humana es una gran generadora de violencia, cuando no está contenida por la paz (que pueden alcanzar la disciplina y el sacrificio, valores comunes en las artes marciales que se practican rectamente). Entonces, se trata de esquivar dichas fuerzas. Escapar consiste, según la ocasión, esquivar, desviar, preservar, contener, y si es absolutamente necesario, lastimar. A veces las fuerzas son tan amenazantes que solo pueden neutralizarse de este modo. Porque, como hemos dicho, algunas disputas parecen inevitables, por más que no generemos violencia. Pero siempre se busca preservar la vida como algo precioso e irremplazable. El combate zen apunta a preservar la integridad de la vida a partir de las lecciones técnicas del karate y sus enseñanzas filosóficas.

Hoy tenemos el corazón pesado porque nuestro maestro nos dejó físicamente. Pero su espíritu perdurará en cada uno de nosotros -como dijo su hijo Daniel- en cada práctica, cada técnica, cada postura, cada mokuso. Sus alumnos daremos todo para preservar su legado. Muchas gracias por su guía, Maestro Shigeo, aún hoy, y para siempre.

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Violencia, artes marciales y la enseñanza del karate (I)

Suele pensarse que el karate (空手) y el resto de las artes marciales conforman un tipo de práctica violenta, que no tiene mayor utilidad que causar daño, y que sólo los individuos de disposición violenta se entregan a su aprendizaje. Que quienes se dedican al budo (武道) o camino marcial sólo lo hacen para encerrarse en un octógono a intercambiar golpes con otro individuo con sus mismas pretensiones; o que utilizan ese conocimiento para ejercer violencia, como aquellas personas que aparecen de tanto en tanto en los medios de comunicación por liderar una hinchada de fútbol (de las malas), o ser acusados de asesinar a toda una familia llamándolo el “karateca…”, etc.

Las artes marciales – y en particular el karate, que es la disciplina que conocemos mejor- no podrían estar más alejadas de lo que esta visión tan sesgada nos muestra. Para mostrar esto, puede ser útil que una vez más compartamos parte de la filosofía en la cual el karate se basa, y las enseñanzas que nuestro maestro Shigeo Nakazato ha impartido junto con las lecciones de karate y kobudo.

Hay dos enseñanzas muy importantes para comprender en qué consiste realmente la práctica recta del karate. Una es una sentencia de tradición zen, karate ni sente nashi. La trasliteración a nuestro idioma sería “en el karate no existe el primer ataque”. La tradición zen de este lema tradicional de nuestro arte marcial estriba en la aparente paradoja que existe entre el origen y la naturaleza propias de un arte marcial, y esta noción sobre la inexistencia de una iniciativa de ataque en el seno de nuestra disciplina. Esto es muy sencillo: Que no existe el primer ataque significa, básicamente, que el karate no es para ejercer violencia; no es para atacar, matar, ni herir, ni lastimar, sino que es para defensa personal, adquirir disciplina, auto-control (incluso del propio potencial destructivo de nuestros golpes), alcanzar la paz interior, y forjar nuestra personalidad por medio del entrenamiento. No hay ataque porque quien se defiende en primera instancia busca escapar, y, como último recurso, tratar de proteger la integridad propia y la de los seres queridos. El karate históricamente nace por esta razón. De hecho, a pesar de que nuestro estilo se caracterice por ser netamente ofensivo, antepone a todo esta idea de que no existe el primer ataque, y se nos enseña que no debemos buscar nunca ejercer violencia.

Que una disciplina que haya nacido para la guerra no significa que su utilidad y su sentido se agote en ésta. El campesino okinawense desarrolla el karate y el kobudo como un modo de defensa ante el avance de la clase samurai, casta de guerreros al servicio de los señores feudales japoneses que buscaban dominar otros territorios más allá de sus provincias para ganar poder e influencia. Pero todo lo que el karate tiene para enseñarnos nos es de utilidad en incontables ocasiones de la vida diaria que van mucho más allá de la eventual necesidad de recurrir a aquél para defender nuestra integridad, nuestras familias, nuestra vida.

Tenemos mucho para pensar a partir de lo dicho en estas pocas palabras introductorias sobre la cuestión. Todavía falta hacer referencia a la segunda enseñanza, una reflexión sobre la importancia de la vida y el modo de preservarla por medio de la práctica recta del karate que tenemos en nuestra escuela, a la cual denominamos “combate zen”. Pero esta enseñanza es larga y ocuparía demasiado espacio, por lo cual la dejamos para la próxima vez.

Terminamos este intercambio con un dicho okinawense que un pescador de dicho origen le hizo oir a un samurai enfurecido: Ijinu Njira Tihiki, Tinu Njira Iji Hiki. Su significado en nuestro idioma, aproximadamente, sería el siguiente: “Si está en tu ánimo agredir, detiene tus puños; si la agresividad está en tus puños, aplaca tu espíritu”.

 

Para profundizar en estos temas:

1) Shigeo Nakazato, Karate y kobudo okinawense, editorial Kier, 2005, Buenos Aires (Para una introducción a la filosofía y los contenidos prácticos de nuestro estilo).

Visite el sitio de nuestro estilo: www.dojosken.com.ar

Foto: “Kuro-obi” (2007). Créditos a quién corresponda.

 

 

MOKUSO 黙 想

MOKUSO  黙

 

Este término no es ajeno a ningún practicante de Karate, dentro del Dojo, te cruzaras al entrar y al salir con esta palabra, al empezar la práctica, y al final  cuando se ha concluido la misma.

Pero que es el Mokuso, si nos remitimos a la traducción literal:

El término Mokuso (黙 想) está compuesto por los caracteres:

  • 黙 Moku: no decir nada, mantener en silencio
  • 想 So: Pensamiento, idea, imaginación, consideración, concebir, imagen

De más esta aclarar que la simple definición no explica ni una milésima parte de lo que realmente representa este momento dentro del Dojo.

EL Mokuso implica llevar nuestra concentración a su punto más alto, parece un acto simple que solo se realiza a los fines de relajar al practicante, pero cuando empezamos a conocer y a intentar entender lo que el Sensei nos pide realizar en ese acto, descubrimos tristemente que jamás hemos sido preparados para eso, y a medida que acumulamos años de práctica visualizamos que el camino que lleva a realizar el Mokuso correctamente es abrumadoramente largo.

Ese momento implica un acto extremadamente complejo, ese momento de concentración debe dar como resultado una meditación que nos permita dejar todo lo que no es del Dojo fuera del Dojo, y entregarnos limpios de mente a una práctica dedicada íntegramente a tratar de absorber toda la sabiduría que el Sensei trata de infundirnos en cada clase.

Ese instante de mokuso, implica dejar la mente en blanco, algo que para la cultura occidental es casi inentendible. Los desafío a cerrar los ojos y tratar de vaciar su mente, sin que se crucen recuerdos, imágenes, colores o cualquier otra cosa, traten de hacerlo por un momento y empezaran a entender la complejidad que lleva el hecho sobre el cual estoy hablando. Todo esto combinado con una postura adecuada y una ejercicio de respiración correctos, claro está.

El Mokuso nos ayuda a encontrar un equilibrio mental, y prepararnos para infinitas situaciones, además de dejarnos una increíble paz interior, nos ayuda mental y emocionalmente para entrenar y nos ayuda a pensar y a ver mejor nuestro interior y hacer una muy privada autocritica de cuanto espíritu hemos dejado en el Dojo después de cada entrenamiento. Es un momento de extrema sinceridad con nosotros mismos, donde ningún factor externo nos distrae porque estamos dentro del Dojo, y nuestros problemas siempre quedan afuera.

El primer Mokuso, con el que iniciamos el entrenamiento, nos libera de nuestros problemas y nos ayuda a poder disfrutar íntegramente de la clase, el Mokuso del final de la clase, nos deja ver más claramente cuanto fue el sacrificio y la dedicación que dejamos en el Dojo.

Mi Sensei dice que si dimos todo de nosotros dentro del Dojo, si entrenamos con dedicación, poniendo toda la garra y el espíritu, sin especular ni tratar de pasar el rato, después del Mokuso, solo sentiremos paz y alegría con nosotros mismos.

No sé en el caso de ustedes, pero en el mío particular, no importa que tan inmensos e imposibles de solucionar sean los problemas que traigo a cuestas cuando llego al Dojo, cuando salgo de la clase, esos problemas, nunca pero nunca son igual de grandes.

 

 

 

Maestro, llegué…

El discípulo dijo: “… Maestro, llegué…”
El maestro contestó: “…Acércate.. no te escucho…”

Con la mente puesta en un objetivo… aferrándose a la idea de llegar… poniendo de manifiesto día a día su inquebrantable voluntad de lograrlo, así, el karateka se irá forjando como tal… mente, idea, voluntad, podríamos incorporarlos como base para vivir… para llegar… para superarnos… Logramos la unión, la camaradería y el trabajo en conjunto, luego, aún no logramos llegar.

Si el llegar es superarse día a día lo logramos, pero, si llegar implica terminar. NO. Nunca el karateca terminará de forjarse, de templarse… Si no tiene en su mente, la idea de llegar… y la voluntad de seguir.

SHIGEO NAKAZATO SENSEI

Ki

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Ki

Es increíble como una palabra tan corta puede referirse a un concepto tan inmenso. El Ki, (para la cultura Japonesa, Chi para los Chinos, Prana para los Hindúes), si queremos tratar de buscar una traducción literal y corta, sin necesidad de entenderla realmente, podríamos definirla como (y en este punto es donde todo se complica al extremo en virtud de que la traducción literal de esta palabra es muy complicada): ”ENERGIA VITAL o COSMICA.” (bueno, al final no fue tan difícil)

A esta altura aquellos que nunca hayan leído sobre el Ki, o la fuerza interna en el concepto que tienen los orientales, estarán aún más confundidos que antes, y eso es bueno porque todavía queda mucho por explicar para poder tener recién una muy vaga idea…

Debo ser honesto con el lector, este post no contiene una respuesta universal digna de poner en el diccionario Castellano–Japones sobre la definición de “KI” con la cual desde el más lego en el tema hasta el más erudito se sienta satisfecho de haber saciado su necesidad de sabiduría luego de haber leído estas líneas… ni mucho menos…  si llegan al final del texto y se sienten defraudados porque aún no terminan de entender que es el “KI” es normal, tampoco pretenderán que en un post se definan miles de años de cultura oriental y hablando además desde una perspectiva filosófica… no sean tan ingenuos…

Volviendo al tema que nos ocupa, para el Japones, “KI” se puede referir a una fuerza orgánica que es capaz de mutar o tomar miles y miles de formas, para la cultura nipona el KI puede describir el clima, la personalidad de un individuo o hasta las vagas simpatías y sensaciones que sentimos cada tanto. (ahora si les quedó claro, no…)

Me siento tentado a llevar el tema para el lado de las artes marciales, pero el concepto en sí que nos ocupa abarca tantas posibles ramas de las ciencias del hombre que intentaré no hacerlo.

Bien, en las artes marciales (bueno soy humano, me cuesta no ceder ante mis tentaciones) el KI es esa energía que se desarrolla en el centro del cuerpo, ubicada aproximadamente dos dedos por debajo del ombligo, el Budoka (practicante del Budo o camino marcial) mediante la practica intenta dominar esa energía mediante varios métodos, las distintas disciplinas le darán al artista marcial la posibilidad de manejar su energía interna o KI para desarrollarse y superarse día a día, la exteriorización de esta energía podría ejemplificarse en el KIAI o grito, pero esto sería un ejemplo muy minimalista de todo lo que abarca el “KI”.

Y entendamos también que esa energía no se queda solo en su centro de formación, ahí, dos dedos por debajo del ombligo, no, esa energía recorre todo el cuerpo del ser humano, mientras fluya de forma armónica por los Tsubos o meridianos o canales (como prefieran llamarlos), el cuerpo estará sano, cuando algunos de estos canales se interrumpan, el ser humana comenzará a enfermarse.

Aquí es donde aparecen otras ciencias como por ejemplo el Shiatsu (digitopuntura japonesa) o la Acupuntura (si, la de las agujas, esa misma). Estas ciencias estudias los canales de energía del cuerpo y como se distribuye la misma, y como recuperar el flujo normal cuando estos se interrumpen, de ahí la facultad de sanar que tienen estas disciplinas, el concepto es tan simple como extremadamente complicado y extenso, regularizar el flujo normal del ki en el cuerpo, dicho así parece fácil… los desafío a leer un manual de acupuntura y no sentirse totalmente perdidos antes de la pagina 6…

Pasando ya al lado mas filosófico de la definición, tomando conceptos del Budismo, del Zen o del Yoga, “se define el Ki como un principio espiritual del cosmos y de la presencia de la vida. Se considera el trasfondo de todo lo que existe, de modo análogo a las conexiones que mantienen unidas los átomos de las materias, o el misterio que conforma la armonía del ecosistema y el cosmos. Se afirma que mediante la meditación se puede sentir y comprender, por la intuición profunda, ese flujo o nexo universal, por lo tanto aproximarse al sentido de la vida. Se considera por tanto un principio por el cual el practicante puede comenzar una práctica espiritual o mística: se dice del Kì que es el principio vital o latido de todas las cosas, y que meditar sobre él hace que uno se pueda aproximar a una empatía profunda, no sólo hacia los demás seres humanos, sino hacia todas las cosas que participan en los procesos de la naturaleza, desde los seres vivos hasta las materias inertes en transformación”.

Como verán, y como dije al principio, el KI abarca mucho más de lo que se puede explicar con palabras, los invito a que busquen información, lean, estudien y traten de sacar su propio concepto sobre una palabra tan inmensa y con un concepto tan infinito para definir que solo necesita dos letras “KI”

Maestro Shigeo Nakazato, referente del karate y el kobudo en la Argentina

El maestro SHIGEO NAKAZATO (8° Dan de karate y kobudo, que ha cumplido más de 40 años en la enseñanza del estilo Zen Sho Shorinji Kenpo No Tumai Ti) nació en el año 1938 en Haebaru Cho, prefectura de Okinawa (Japón). Desde los 14 años comenzó el aprendizaje de las artes marciales en Okinawa, con el Maestro Bushi Kanegusuku (apodado “Viejo vendedor de Aceite”), quien luego le recomendó a su vez a un gran maestro radicado en Tumai llamado Makabi. Más tarde continuó con el Maestro Ugushiku, de Kobudo – (manejo de armas okinawenses, sistema Kudaka-bo).

Después de terminar la secundaria y continuar su carrera de Matemáticas y Ciencias Económicas en la Universidad de Okinawa, inició sus primeras enseñanzas de Karate y Kobudo en dicha institución. En ese lugar realizó muchas exhibiciones, y finalmente culminando su carrera en esa Universidad. En 1965, a la edad de 27 años, llegó a nuestro país estableciéndose en la ciudad de Concepción (provincia de Tucumán).

Finalizados sus estudios universitarios en Ciencias Económicas, en el año 1965, vino a la Argentina, y se instaló la ciudad de Concepción (provincia de Tucumán), donde enseño Karate y Kobudo a la policía de Tucumán. Luego fundó sus primeros Dojos, en el Club San Martín de Tucumán y Concepción de Tucumán. En esa región se hizo conocido por su karate, después de realizar más de 50 exhibiciones.

A mediados de 1968, realizó una exhibición en Capital Federal (con alumnos de Tucumán), que por primera vez se realizaba en el Centro Okinawense en la Argentina (C.O.A.). Fue tal su repercusión que se radicó definitivamente en el barrio de Caballito, Capital Federal, donde formó su Dojo Central, lugar en el que continuó difundiendo sus enseñanzas. (Su vasta trayectoria incluye: presentaciones en campeonatos mundiales, olimpiadas y torneos, además de exhibiciones y presentaciones en el ámbito cultural japonés).

En el año 1987 fue abanderado de la delegación Argentina en la 42° Olimpiada Nacional de Japon (Kokutai)

Para la misma época, adhirió a las federaciones OKINAWA KOBUDO del Maestro Matayoshi Shimpo y OKINAWA KENPO del Maestro Kenichi Kinjo. En reconocimiento a su trayectoria estos Maestros le otorgaron el 7° DAN en ambas Federaciones

Cabe acotar que el Maestro Shigeo Nakazato fue distinguido como miembro e integrante de la mismísima DAI NIPPON BUTOKUKAI de Tokyo; dicha organización es presidida y avalada por historia, por miembros directos del emperador del Japón, a la cual solo pertenecen los maestros distinguidos por su trayectoria en las artes marciales en Japón.

A principios de 1988 fundamenta los “DOJOS KEN”, organizándolos y reglamentándolos, dando forma al Circulo de Cinturones Negros y a la Asociación.

En Octubre de ese año, durante el 5° Torneo del Estilo, al que fueron invitados los Maestros MataYoshi y Kinjo, estos le otorgaron al Maestro Shigeo Nakazato el 8° DAN y la representación de las federaciones Okinawa Kenpo y Okinawa Kobudo para Sudamérica y Latinoamérica, a partir del fallecimiento de Matayoshi Shimpo, la escuela se desafilió de ambas organizaciones.

En 1997, el Maestro realizó un seminario en México, y se adhirió a las federaciones NBL (National Blackbelt League) y SKI (Sport Karate International), con sede central en Nueva York.

En las últimas cuatro décadas realizo incontables exhibiciones y presentaciones en el ámbito cultural argentino-japonés por directa recomendación de la embajada de Japon en Argentina, y de distintas organizaciones de la cultura Argentino Japonesa.

En el año 2003 recibió el premio anual ARTISTA MARCIAL y en 2005 fue distinguido como miembro honorifico del CONSEJO DE NOTABLES DE LA FUNDACION CULTURAL ARGENTINO JAPONESA.

Actualmente el Maestro Shigeo Nakazato lleva más de 40 impartiendo su sabiduría y conocimientos a todos aquellos que tienen el espíritu para aprender y auto superarse día a día…

 

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