¿La muerte no existe?

#LaLlaveMaestra

Parece una pregunta tonta, sin embargo…

La muerte puede ser natural: muerte. Punto.

O simbólica. Sin entierros. Se trata de muertes por separaciones, por grandes distancias, por traiciones…

Eso lo explico, porque en esta nota nos referiremos a los dos tipos de muerte.

Se llama duelo normal cuando el sufrimiento agudo dura hasta seis meses, y duelo patológico cuando se prolonga más allá de ese período, o cuando en el tránsito de esos meses se descalabra y ocurren intentos de suicidio, brotes, graves descompensaciones etc.

Pero corrámonos de la clasificación psicopatológica. Vamos al punto: la muerte. Y al título: ¿no existe?

Aquí van tres razones de por qué podría no existir…

Razón metafísica:

Que la muerte no exista, puede entenderse fácilmente si adscribimos a la creencia que exista un “más allá”. Según ella, estamos en este mundo sólo de paso viviendo lo que en oriente llaman “una experiencia terrenal”. En ese caso, también se anularía la idea del “nacimiento” ya que según esto, existíamos desde antes.

Pero también, es posible que alguien aún descreyendo de esta premisa, pudieras llegar a pensar que el concepto muerte no existe como tal:

Existe una razón física que se basa en el hecho  que nada desaparece. Por mas que se incinere un cuerpo la ceniza y el humo aunque transformadas de su versión previa siguen ocupando espacio e interactuando con el medio.

Y una razón psicológica. Esta razón no remite a la inexistencia del hecho traumático. Sino que considera que lo que lo antecedió, no era tampoco “algo”.

- ¡¿Como no?! mi abuela murió y su cuerpo ya no está aquí.

Tu abuela, así como cualquier persona u objeto con el que interactuemos, se representan en nuestra mente como un conjunto de palabras, de sensaciones, parcialmente arbitrario.

Conocías el cuerpo de tu abuela mientras vivías no como era, sino a través de tus sentidos, y esas percepciones que obtenías. ya sean visuales, auditivas, táctiles, olfativas, para ser integradas, y no confundirte a tu abuela con otra cosa, debían ineludiblemente procesarse en tu cerebro. No en tu ojo, o mano, ni en el afuera. Sólo en tu cerebro. Este mecanismo significa, dejar de ser lo que eran en el afuera para convertirse en material psíquico, en la interacción de millones de neuronas que ordenen esa información y la reproduzcan dejando una impresión de… eso que no conoces.

Lo que se perdió ya estaba muerto. Lo que queda, siempre estuvo desde el momento en que se recibió.

No es que no tenés más la presencia del difunto, sino que esa presencia estaba hecha de lo mismo de lo que hoy recordas.

No es que no tenés más a tu abuela, sino que te das cuenta que nunca la tuviste.

El regalo de esta mención es que todos están con vos. Volvieron de dónde nunca se fueron. Cuando imposible la adquisición… no perdiste nada.

“Recordó que de todas las criaturas que componen el orbe,

el fuego era la única que sabía que su hijo era un fantasma.”

Jorge Luis Borges – Las Ruinas  Cirulares

LLAVE MAESTRA

Seguí adelante integrado todo,  la manera en que lo pienses juega un rol definitivo en tu bienestar…

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