Receta para tener mejores sueños

#LaLlaveMaestra

image1-2

Tiene que ser un segundo antes de dormirte. Cuando estas en la cama. Abrigado por las sabanas, o abrazando esa almohada distinta, o con una pata afuera. Tiene que ser justo cuando termines de darle forma a esa pose rara que haces para empezar a soñar. En el instante en que una parte tuya se siente contenta por estar en una cama y haber terminado el día -por mas bueno o malo haya sido. Tiene que ser en ese momento exacto.

Y ahí… sabiendo que estas a punto de perder la razón por varias horas, que vas a poner en el guardarropas tus pensamientos. Sabiendo que dejarás por un rato abierta la puerta del departamento de vivencias, que dejarás de ser vos por unas horas, la técnica consiste, en que en ese preciso momento…: SONRÍAS. No busques motivos, no importan. Es probable aparezcan algunos después que sonreíste, incluso puede que al no descubrir ningún motivo sonrías aún más. Seguí avanzando con el gesto sin atribuirle ningún sentido a la acción. Aunque se te ofrezcan interpretaciones… No les des bola, reíte de ellas… Y si te sale una carcajada… no estas loco, es porque te diste cuenta que el mundo no existe. Quizás no lo pienses con esas exactas palabras, pero las cosquillas del absurdo transmiten eso. Entonces estarás entusiasmado de perder la razón, dejando que la droga natural del descanso haga efecto y te traslade a otros mundos. Si en ese momento sonreís. Abrís la caja fuerte. Entras al sueño por la puerta grande.

Advertencia. Es adictivo. A mi me lo recomendó mi hermana cuando ella tenía 9 y yo 8 años. Desde ahí a todas las personas que se lo recomendé no pueden parar de hacerlo. Los efectos son enormes. Inesperados. Variados. Sonrían, sin saber de qué. Ahí en ese momento. Justo ahí. Ahí ahora me encuentro. Tengo la cara seria pero imagino una enorme sonrisa. No, así no funciona. Sonrío de verdad. Ahora sí. Tengo una enorme sonrisa en la cara también y no sé de qué. Pero si lo prueban, mañana me dicen ustedes de qué. ¿Qué es lo que es tan gracioso?. ¿Por qué no me dejan de dar ganas de reír?. Justo ahí.

Y te despedís.

La foto es posta. Duermo con una remera en la cara por que no tengo persianas y entra el sol por los black-outs.

Por Mariano Marquevich

Psicologo y novelista

Si queres saber un poco más del trasfondo de esta nota hace click acá: Frozen, así es tu creatividad.

Infobae no se responsabiliza por el contenido de sus columnistas