Las letras del Flaco – Parte I

#ElFlaco
"A mí me dan con un hacha –Que la letra no se entiende, la poesía no se entiende–...compráte un mono." - Luis Alberto Spinetta.
“Quieres algo que tu alma limpie, una turbiedad te aqueja... Vení acercáte que te enjuago la almeja.” - Luis Almirante Brown.

 

Me pasa a veces que me pongo a resumir las cosas a su mínima expresión. O sea, tomar una frase o un texto o lo que sea y tratar de simplificarlo en un par de palabras. Si es en una sola, mejor. Es una manía incorporada para estudiar bodoques de texto de todo tipo que la educación pública amablemente se ha encargado de suministrarme desde chico.  A veces es útil, pero la realidad es que lo hago por la fiaca que me produce explicar las cosas como corresponde, o sea con “lujo de detalles” –qué frase–.

¿Qué tiene que ver esto con la poética Spinettiana? Nada. Pero había que poner algo inteligente para abordar la vieja y rasposa cordillera donde sólo las águilas se atreven (?): ¿Qué demonios quieren decir las letras del Flaco?

Ahh… el mágico mundo Spinetta. Lleno de misterios y cosas maravillosas. Ese mundo no es otra cosa que el mundo de todos, el ordinario y cotidiano, pero que revela sus secretos para quien los sabe ver. Luis los veía, al tiempo que iba a comprar facturas a la panadería de Daniel, a quien apodaba “Bill Evans” por la magia en sus manos.

Retomando lo del principio, me ha pasado de ponerme a pensar en la poética del Flaco y hacer el truco de la síntesis. Buscar el elemento común a todo: ¿Cuál es el hilo conductor de toda su obra? Sin ánimo de hacer ningún tipo de análisis semiótico de tipos de barba espesa, ni nada por el estilo –cada disco de Luis merecería un libro–, hay 2 elementos que para mí siempre se destacaron. Uno es el alma (palabra clave en el campo semántico del artista) y el otro es la naturaleza. Lo que es en realidad uno sólo; digamos que alma y naturaleza son básicamente lo mismo, si entendemos al hombre como parte de la naturaleza.

Que la música popular no ha tenido mucho lugar para preguntas sobre la existencia propia y que no es tan fácil comprar un mono, son cosas que ya sabemos. Seguro Luis Almirante Brown si la tiene más clara en eso de “llevarle la poesía a las grandes masas” como en la cita que sutilmente adorna el encabezado de este divague.

El punto es que el Flaco señala un camino con su poética. El de la conexión con uno mismo. “Si quiero me toco el alma” es una frase que, según cuenta la leyenda, escribió a los 15 años y resume esto. En el idioma futbolístico, podría ser “Para la pelota pibe. Levantá la cabeza y abrí la cancha”.  O estar en paz con uno mismo: “… la paz si no es en vos, en mí nunca la encontrarás” (La Sed Verdadera). Conocerse desde el interior propio (“El valle interior” me suena), descubrirse a uno mismo y a partir de ahí poder construir todo Ser. Y principalmente, no explicar tanto las cosas, sino sentirlas. A mí me parece que la cosa va por ese lado, no? O mejor me compro un mono y basta de pensar.