Las tapas spinettianas (II) – Almendra

El tipo de la tapa de Almendra es un idiota.

Es “EL idiota” decía Luis. El tonto, como una especie de burla. Como si Spinetta y sus amigos dijeran: “Te ponemos a un tonto en la tapa, tomá, hacete cargo”. Arranca así la cuestión. No es un “rockero” con una guitarra eléctrica lo que aparece en la tapa, es un idiota, un payaso, porque este disco ya tiene la posta adentro y porque no nos interesa la pose “Rock and Roll baby”. Esto es otra cosa. De eso que se encargue Pappo o Javier Martínez. La música de este disco no debería ser catalogada con otro nombre que no sea “Almendra”. Un acto de desfachatez total.

Continuar leyendo

Las tapas spinettianas (I)

“No queríamos dejar las cosas en manos de tipos mediocres de empresa, que hacen tapas de discos como si fueran chorizos”. Luis Alberto Spinetta

Sabido es que hoy los pibes se bajan la música de la interné y la representación gráfica que generalmente se tiene, dejó de ser la imagen conceptual parida por la cabeza de un artista, para ser un video que abunda en gatienzos o, en el mejor de los casos, el símbolo del Winamp o del reproductor de Windows o el que sea. Un simple archivo de formato MP3, o sea, la nada misma. Continuar leyendo

5 Covers del Flaco

Sabido es que la canción reversionada, comúnmente denominada “cover”, es una de las más viejas triquiñuelas que tienen los artistas del mundo del rock (y de otros géneros claro) para prenderse del vértice un buen Roca o de un pedacito de reconocimiento del público.

Continuar leyendo

Las letras del Flaco – Parte I

"A mí me dan con un hacha –Que la letra no se entiende, la poesía no se entiende–...compráte un mono." - Luis Alberto Spinetta.
“Quieres algo que tu alma limpie, una turbiedad te aqueja... Vení acercáte que te enjuago la almeja.” - Luis Almirante Brown.

 

Me pasa a veces que me pongo a resumir las cosas a su mínima expresión. O sea, tomar una frase o un texto o lo que sea y tratar de simplificarlo en un par de palabras. Si es en una sola, mejor. Es una manía incorporada para estudiar bodoques de texto de todo tipo que la educación pública amablemente se ha encargado de suministrarme desde chico.  A veces es útil, pero la realidad es que lo hago por la fiaca que me produce explicar las cosas como corresponde, o sea con “lujo de detalles” –qué frase–. Continuar leyendo

Club Atlético Luis Alberto Spinetta

No tengo ganas de caer en la clásica compilación de vivencias relacionadas con ÉL (me refiero al flaco y no a Néstor). Podría ponerme a escribir sobre los discos que tengo en un mueblecito horrible, pésimamente ubicado y contar de cómo, lo que está inmortalizado ahí, hace las veces de máquina del tiempo: directo al cuarto de cuando tenía 15 años y sonaba el disco “2” de Pescado Rabioso, con un atardecer rojo furioso de domingo, después de que Boca empatara con Colón de Santa Fe y de los, igualmente domingueros, ravioles en lo de mi abuela, etcétera… No, no voy a hacer eso. Está buenísimo, igual quiero aclarar, pero lo dejamos para otra oportunidad.

Continuar leyendo

Luis y el eterno retorno

Voy con mi novia en el auto y pienso “¿Qué más se puede decir del Flaco que no haya sido dicho? ¿Qué sentido tiene?”. Suena el disco doble de “Aznar celebra la música de Spinetta”. Me acuerdo de haber estado en ese recital y ver a Pedro sentado con su guitarra acústica, sólo en un escenario tan largo, eterno –grande como para que entre todo el campo VIP de uno de esos recitales que te cobran hasta la bocanada de aire–.

Lo escucho y lo estoy viendo: Aznar tocando “Cantata de puentes amarillos”, como sólo él, el mejor músico argentino del momento, lo puede tocar, ahí entre la multitud, sonando con una profundidad que te pone la piel de gallina. Y ahí me acuerdo del momento en que le empecé a prestar atención a Spinetta. Y le empiezo a contar a mi novia de como a los 12 o 13 años, en la casa de un amigo, escuchaba ese mismo tema e imaginaba a las muñecas sangrantes de llorar y al cielo que de a ratos llueve o deja de llover cruces, como el de esta tarde.

Continuar leyendo