Las personas independientes son más atractivas

#ManualDeSeducción

¿Sentís que la gente se aprovecha de vos o saca algún beneficio? ¿Tu pareja te controla en las salidas?  ¿O acaso sos vos quien la limita? ¿Siempre culpás a los demás por lo que te ocurre?  ¿Cumplís con las demandas de las mujeres para obtener otros beneficios? ¿Peleas con frecuencia?

Quien responde afirmativamente a varias de estas preguntas, normalmente no está marcando bien sus límites personales. Los límites se relacionan con la responsabilidad que toma uno por su estado emocional y por sus acciones. Límites bien marcados demuestran una identidad fuerte, saludable y no necesitada frente a los demás.

También genera un mayor respeto entre las personas. Las relaciones con mayor éxito son aquellas en las que cada uno asume su responsabilidad emocional y no culpa al otro por todo. Por el contrario, la mayor parte de las peleas se dan por culpar al otro de los problemas emocionales de uno mismo. Si cada uno asume la responsabilidad emocional, se convierte en una relación saludable y equilibrada. Los límites crean salud emocional y una alta autoestima. A su vez, salud emocional y autoestima nos sirven para construir límites personales. Es un círculo virtuoso. Una persona con límites fuertes entiende que puede afectar los sentimientos de otra persona, pero no determinar cómo esa persona se siente.

Hay dos tipos de personas con límites débiles: quienes permiten que los demás afecten demasiado sus emociones y quienes se hacen demasiado responsables de las emociones ajenas. Generalmente estos casos suelen complementarse muy bien ya que, o bien alguien asume la responsabilidad de las emociones o acciones del otro, o bien exige que otro asuma la responsabilidad de sus acciones.

Por ejemplo:

Hacer tareas que no te corresponden en el trabajo / No poder hacer tu trabajo sin la ayuda de otra persona.
Culpar a los demás porque las cosas no te salen bien / Que los demás te culpen por no poder hacer bien las cosas.

Las personas que carecen de límites generalmente cuentan con un alto nivel de necesidad emocional o codependencia, una demanda constante de amor y afecto. Este tipo de personas tienden a sacrificar su identidad y límites por la demanda de amor, lo cual se traduce en una persona poco atractiva. Hay quienes toman la responsabilidad de las emociones ajenas e intentan “solucionar” los problemas de sus parejas para así recibir el amor y afecto. Al mismo tiempo, hay quienes culpan a los demás por cómo se sienten y se “victimizan”; buscan el amor y el afecto en aquel que viene “en su rescate”.

Y aunque estos dos tipos de personas parecieran ser “el uno para el otro”, en la práctica lo único que consiguen es agravar sus problemas y empeorar la falta de límites del otro. Esto se transforma en un círculo vicioso de generar y arreglar problemas que no son reales sino que se forman por una búsqueda de amor propio. Ambas partes actúan de manera egoísta para recibir amor.

La correcta solución sería: por un lado la “víctima”, si realmente quiere al “protector”, debería decirle: “este es un problema que me corresponde y no es bueno que lo soluciones por mi”; si el “protector” quiere a la “víctima”, debería decirle: “creo que estás culpando a los demás por tus problemas y deberías solucionarlo”.

Por ejemplo, si tu novia te exige que borres a tus ex del Facebook, decirle: “Yo no estoy haciendo nada para que tengas celos y eliminar a mis ex no va a solucionar el problema. Vos sos responsable de sentirte celosa”. Si un amigo te culpa por no salir a fiestas, ya que vos no estás saliendo, decirle: “yo no soy responsable de que vos salgas o no. Hay veces que yo no puedo salir pero eso no te impide a vos hacerlo cuando quieras.” Si tu madre te culpa por sentirse sola; decirle: “yo te cuido y voy a estar siempre que lo necesites pero no puedo cambiar el hecho de que te sientas sola.”

Ahora bien, ¿esto determina que no se pueden hacer sacrificios por los demás o por quienes queremos?

No,  pero la diferencia está en si lo hacemos porque realmente queremos complacer al otro o porque tenemos miedo de las consecuencias. El verdadero interés es válido si lo hacemos sin expectativas. Una relación sana no se apoya en controlar las emociones de los otros, sino en compartir con los demás nuestro crecimiento y auto-realización.

tapa_seductor_chica

* Fragmento del libro especialmente adaptado para INFOBAE.COM con autorización de la editorial DIBUKS. Los primeros capítulos del libro pueden descargarse gratis desde la web de la editorial. (click aquí)