Ansiedad a la aproximación

En este post inaguramos una nueva sección del blog: nuestro glosario!

Ansiedad a la aproximación: Se denomina ansiedad a la aproximación a la particular emoción que se produce en el hombre desde el momento en que divisa a una mujer atractiva hasta que comienza a hablarle. En ese lapso, la ansiedad a la aproximación, también conocida bajo sus siglas AA, se incrementa. Si transcurren varios minutos, esto puede impedir que él se vea relajado y natural; su lenguaje corporal, en ese caso, resultará inapropiado para lograr una aproximación efectiva y probablemente le genere rechazos. Una vez lograda la aproximación, la ansiedad disminuye rápidamente, tanto si se acepta o se rechaza el ingreso de ese hombre al set. Pero si él no realiza la aproximación, su ansiedad se transformará en frustración y no le permitirá desarrollar los patrones necesarios para comenzar a desplegar una habilidad Aven. Técnicas como la regla de los tres segundos, forjar cierta insensibilidad frente al rechazo o incluso generar un state previo a la aproximación servirán como paliativos para que no se cree una AA dañina.

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*Fragmento del libro “El Juego de la Seducción. Todo lo que un hombre debe saber sobre las mujeres” de Martín Rieznik y Mike Tabaschek (directores de la academia LevantArt). Publicado con autorización de Dibuks Ediciones.

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El Juego de la Seducción (Dibuks, 2013)

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3 claves para iniciar una conversación

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Por  Dibuks

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Para arrancar este cálido fin de semana, compartimos algunos fragmentos del capítulo 5 de “El Juego de la Seducción”*. Vale recordar que, como sostienen siempre los autores del libro, no existen frases mágicas para conquistar a una mujer sino un conjunto de técnicas y conceptos que nos permitirán desarrollar una personalidad más atractiva. También es importante entender que los circuitos de atracción en las mujeres funcionan de un modo diferente.

 1. La Falsa Limitación Temporal (FLT).

Para que una mujer (o un grupo de mujeres) acepte interactuar con noso­tros y logremos evitar el rechazo inicial, tendremos que desactivar su filtro o escudo de protección. La FLT tiene como función demostrar que nuestro tiempo es valioso y que no nos quedaremos hablándole eternamente si no demuestra interés. En su forma más básica, puede reducirse a una sola frase: “Chicas, tengo un minuto…”. Con el tiempo, aprenderemos a comunicar esto físicamente, pero es bueno que practiquemos primero su forma verbal.

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2. Personalidad

Las mujeres se sienten atraídas principalmente por la personalidad. Al iniciar una interacción, debemos salir del conjunto de los “desesperados por el sexo” y comenzar a revelarnos más bien como uno de esos hombres interesantes que escasean. Para iniciar exitosamente una interacción, buscaremos openers que, unidos a la FLT, constituyan temas de conversación interesantes y que, a la vez, nos permitan mostrarnos tal cual somos y dar a conocer esas particularidades que nos hacen únicos y muestran nuestro valor como hombres.

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 3. Sobre las mentiras

Es una ilusión pensar que mintiendo acerca de quiénes somos o de lo que hacemos podremos sacar ventaja. Es mucho más inteligente dedicar nuestro tiempo a desarrollar realmente aquellas cualidades que queramos tener y concen­trarnos, al mismo tiempo, en resaltar nuestras virtudes al realizar una interacción. Hecha esta aclaración: es normal exagerar un poco en el momento de la seducción pero – como aconseja Martín Rieznik – dado que el límite entre la exageración y la mentira es siempre difuso, lo mejor es no decir ninguna “mentira” que después nos avergüence confesar.

 

Fragmentos del libro  “El juego de la seducción. Todo lo que un hombre debe saber sobre las mujeres”, escrito por Martin Rieznik y  Mike Tabaschek. (  Editorial Dibuks, Bs As, 2013). Rieznik y Tabaschek estarán dictando este fin de semana un seminario intensivo en el Hotel Sheraton de Bogotá. En el siguiente enlace compartimos una entrevista a Mike Tabaschek emitida por NTN 24 de Colombia.

Ver entrevista en YouTube

 

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Evitar la ansiedad al seducir

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Por Martín Rieznik*

El que nunca tuvo miedo, no tiene esperanza
David Cowder

Está en los genes

Es un hecho que todos los hombres sienten ansiedad frente a una mujer que les gusta mucho y pienso que esto tiene un origen biológico muy claro: acercarse a una mujer deseada durante siglos ha constituido cierta clase de peligro. En los animales es muy fácil de ver cómo funciona: lo observo en mi gato cada vez que sale en celo a buscar una gata, siempre vuelve lastimado. Hay competencia allí afuera y los hombres lo sabemos. Casi todos vivimos situaciones incómodas por acercarnos a una mujer o porque alguno se acercó de mala manera a la nuestra.

Las emociones primarias como el miedo y la ansiedad existen justamente para avisarnos que estamos ante una situación de peligro. Sin embargo en la actualidad, la mayoría de las veces no existe un riesgo verdadero en acercarse a una mujer linda, menos aún si lo hacemos con una buena estrategia. Ya no vivimos en la época de las cavernas y la mayoría de las mujeres – al menos en nuestras latitudes – ellas suelen ser libres de elegir con quiénes quieren estar sin que un macho alfa ande cuidándolas celosamente.

Pareja de las cavernas

Entonces, si hoy en día no constituye un peligro acercarse a una mujer que nos gusta ¿qué podemos hacer con esa ansiedad, con ese miedo que nos invade cada vez que pensamos en hablarle? Nada. Con ese miedo y esa ansiedad no podemos hacer nada. Esas emociones primarias son una carga genética que llevamos desde que nacemos. Se trata de algo que, en su momento, constituyó una ventaja evolutiva.  Si no hubiese existido ese miedo en nuestra especie, es posible que no estuviésemos hoy acá. No podemos evitarlo, como tampoco podemos impedir otras emociones primarias como el amor, el miedo, la ira, el deseo, etc. Lo que sí podemos hacer es aprender a convivir con estas emociones, mantenerlas bajo cierto control y no dejar que nos gobiernen.

Actuar para ganar, la regla de los tres segundos

No podemos evitar que el miedo o la ansiedad estén, pero sí podemos evitar que crezca si sabemos reconocerlo a tiempo. Supongamos que vemos a una mujer linda hablando con dos amigas. Pensamos en una frase para acercarnos pero… nos arrepentimos. Creemos que es mejor pensar otra frase, la primera que se nos ocurrió no era adecuada. Ella ya sabe que la vimos, sigue tranquila con sus amigas y nosotros cada vez más ansiosos. Muchos hombres pasan toda la noche así: mirando a la mujer linda o a varias de ellas y pensando en qué le dirían pero no lo hacen. Muchos otros se emborrachan para perder el miedo y lanzarse en estado etílico a la conquista. El resultado casi nunca es bueno.

La verdad es que no existe una frase mágica para levantarse a una mujer, así que pensar en qué decirle no tiene mucho sentido. Parece mucho mejor concentrarse en cómo decimos las cosas. No sirve esperar que el miedo se vaya, pues no se va a ir sino que, por el contrario, seguirá creciendo exponencialmente. La única forma de obtener un resultado, es actuar apenas comienza a aparecer el miedo e impedir, de ese modo, que se desarrolle. Es lo que en la ciencia de la seducción llamamos la “regla de los tres segundos”:

 

tres segundos

Si querés lograr algo y no dejar que la ansiedad te paralice, cuando veas a una mujer linda, comenzá en menos de tres segundos la interacción con ella o con sus amigas. Este primer paso es fundamental. Actuar en menos de tres segundos impide que la ansiedad domine nuestro comportamiento.

 

En definitiva, se trata de no cavarse la tumba uno mismo. Salir a mirar mujeres y esperar que suceda un milagro como que ella nos hable o que desaparezca la ansiedad para hablarle, no sirve de nada. Emborracharse para tomar coraje, no es recomendable. Lo más eficaz es actuar siempre en menos de tres segundos apenas vemos a una mujer que nos interese. Sin embargo, sabemos que ese es solo el principio y es probable es que ahora mismo estés pensando: “Ok, perfecto: en menos de tres segundos tengo que decirle algo, pero… ¿y cómo empiezo la interacción?” Ese será el tema de nuestra próxima columna.

 

*Martin Rieznik es director de LevantArt, escuela de seducción, y autor del libro “El juego de la seducción. Todo lo que un hombre debe saber sobre las mujeres”  Editorial Dibuks, Bs As, 2013.

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