Por: Dra. Sandra Miasnik
Las trombofilias son trastornos en el sistema de coagulación sanguínea. Se manifiestan como una alteración en el equilibrio entre la formación y la destrucción de coágulos, lo que predispone a desarrollar fenómenos trombóticos, como la formación de coágulos arteriales o venosos.
Pueden ser hereditarias o adquiridas. La trombofilia adquirida más frecuente y de mayor impacto en ginecología y obstetricia es el “Síndrome antifosfolipídico o SAF”. Se trata de una enfermedad autoinmune, que se presenta principalmente en mujeres jóvenes.
Quienes padecen este síndrome producen en su sangre proteínas anormales denominadas anticuerpos antifosfolípidos. Esto genera que el flujo de sangre circule de manera inadecuada y pueda provocar la formación de coágulos peligrosos en venas y arterias, lo que genera dificultades en el desarrollo del feto y hasta abortos espontáneos.
Algunos datos a tener en cuenta:
* Los anticuerpos antifosfolípidos están presentes en un 15 a 20% de todos los casos de trombosis venosa profunda (coágulos sanguíneos). Lo cual es igual que decir que en la mayoría de las trombosis venosas profundas, los anticuerpos fosfolípidos no son responsables.
* Es uno de los diagnósticos que deben tenerse en cuenta ante antecedentes de abortos espontáneos recurrentes y algunas complicaciones en embarazos previos como, por ejemplo, nacimientos prematuros, bajo peso al nacer, desprendimiento de placenta, insuficiencia placentaria, etc.
* Una vez diagnosticada la enfermedad, en la mayoría de los casos se puede prevenir la recurrencia de los síntomas con un tratamiento adecuado.
* El daño ocasionado por los coágulos varía según el lugar en el que se forman.
* Según la Sociedad Argentina de hematología, no hay evidencias científicas serias hasta la fecha que justifiquen la utilidad del estudio de trombofilia en pacientes que presentan fallas de implantación embrionaria.
¿Cómo afecta al embarazo?
En las mujeres embarazadas hay una tendencia natural hacia la formación del coágulo. Es un mecanismo propio del organismo como forma de protegerse y prepararse para detener las hemorragias que va a sufrir el cuerpo durante el nacimiento. Pero si no hay un freno a esta situación natural, los coágulos pueden obstruir los vasos sanguíneos y dificultar la adecuada oxigenación y nutrición del bebé, lo que puede ponerlo en riesgo.
Es importante destacar que la trombofilia es una de las causas menos frecuentes de pérdida de embarazo. En los últimos tiempos existe un sobrediagnóstico de esta enfermedad, basado en que muchas veces las pacientes son estudiadas en forma incompleta. Pueden presentar estudios con resultados positivos que, aislados y no refrendados, son insuficientes para el diagnóstico de certeza de esta patología. Además, hay que considerar que existen alrededor de 10 tipos distintos de trombofilia y no todos se relacionan con complicaciones durante el embarazo.
¿Cómo se diagnóstica?
Se trata de una enfermedad silenciosa, que se suele detectar luego de un episodio trombótico. El diagnóstico se efectúa con un análisis de sangre que no debe realizarse cercano a algunas situaciones como embarazo, post parto inmediato, tratamientos hormonales, etc. En estos casos es recomendable que se consulte con un hematólogo de confianza.
Los resultados anormales deberán confirmarse en una nueva muestra de sangre con un intervalo no menor a 12 semanas.
Los principales síntomas
La mayoría de las personas que tienen trombofilia no presentan síntomas. En algunos casos se genera un coágulo de sangre o trombosis donde no debería haberlos. Los más frecuentes son en las piernas y producen hinchazón, enrojecimiento y malestar. A esto se lo denomina “trombosis venosa profunda” y suele diagnosticarse mediante un ultrasonido u otras pruebas de diagnóstico por imágenes.
Es muy importante que las mujeres que tengan dudas consulten con su médico ginecólogo u obstetra según el caso, que es quién realizará la derivación correspondiente.
Dra. Sandra Miasnik