El 2013 en 35 discos

#MondoRock

Siempre es difícil hacer una recopilación de lo mejor o lo que más resalta, todas las listas dejan afuera algunos contenidos obligatorios según el público. Aquí ocurrirá lo mismo, seguramente, pero hay que aclarar: No sólo haré una breve reseña de los mejores álbumes de este año (en mi opinión), sino que también lo más destacado (que no siempre tiene que ser lo que está bueno, ¿verdad?). Aparte entenderán que es casi inabarcable poder alcanzar el espectro de todas las placas que se lanzaron desde enero hasta estas fechas, piensen que una de las revistas más prestigiosas, mundialmente, del género, Metal Hammer, tuvo a una redacción trabajando para hacer un ranking de 50 (creo que estoy abriendo mucho el paraguas, je). Eso sí, no voy a realizar un ranking sin embargo los últimos 5 discos serán los que para mí, se llevan todos los laureles. Además, más allá de la crítica dejaré la canción que más me gustó (o en algunos casos, menos mala me pareció) de cada álbum.

Avenged Sevenfold - Hail to the king:

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Significa un gran cambio de etapa para A7X ya que es el primer álbum en estudio con Arin Ilejay en la batería, convirtiéndose en el reemplazante definitivo del difunto The Rev (considerado a esta altura, una institución en el post-metalcore) luego de haber tenido a sesionistas y al monstruo de Mike Portnoy. Asimismo, el disco ofrece una versatilidad a la que ya estamos acostumbrados, canciones que van desde la euforia escalonada como “Shepherd of fire”, “Coming home” o el que le da nombre a la placa, hasta la obra más elaborada cercana al power, “Requiem”. Se muestra a un M Shadows super consolidado, transformado en amo y señor del grupo (ahora luciendo un insólito look de pelo largo al que varios fans ya le bajaron el pulgar), que curiosamente declaró que “Hail to the king suena más influido por el blues con un sonido similar al de Sabbath o Zeppelin”…Díganme dónde.

Canción: “Doing time”.

 

Tom Keifer - The way life goes:

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Debut solista para el líder de Cinderella, el hombre orquesta del glam ochentoso. La placa suena a la banda que lo hizo famoso, tal vez más cerca del disco Still climbing que de los anteriores (el menos rockero), sin embargo el comienzo con “Solid ground” me hizo acordar mucho a “The more things change”, de Heartbreak station. Todo lo que necesita un álbum de hard rock está acá con ese toque sureño que siempre le impregna, guitarras eléctricas, acústicas. Lindos lentos con “Thick and thin” y ”Fools paradise” hacen de The way life goes una obra para que Keifer demuestre que aun le queda muchísimo talento siendo este el primer álbum con composiciones propias desde 1994.

Canción: “The flower song”.

 

Motörhead - Afterschock:

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Es Motörhead, tomalo o dejalo, es simple. Equipo que gana no se cambia, dicen, Lemmy lo aplica cada vez más y desde hace casi 40 años. No les pidan nada raro, ellos ya están fuera de este mundo, cuando son leyendas de este calibre pueden darse el lujo de sacar un disco como Afterschock, que no propone nada nuevo pero gracias a Dios conserva vivo al viejo rock and roll. Sólo él puede mezclar el rocanrol para mover la patita (“Crying shame”) y el heavy para golpearse la cabeza contra la pared o contra alguien (“Heartbreaker” o “Queen of the damned”). Muchos dirán, “es igual a todo lo anterior, y a su vez el disco tiene todos los temas parecidos”…tal vez, pero me gusta. Bien por Motörhead, sobre todo por Lemmy, en poder recuperarse tras su muy mal estado de salud.

Canción: ”Keep your powder dry”.

 

Crashdïet - The savage playground:

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El último disco de los suecos (segundo con Simon Cruz como cantante) es el más pesado de los 4. De todas maneras, se da algo paradójico, uno ve su estética sleaze, su música con guitarras bien al frente, machaques y riffs poderosos que van esfumándose cuando aparece la voz de Cruz, como en “Cocaine cowboys”, por ejemplo. Uno espera que con ese porte y ese look, demuestre  un poco más y no se quede simplemente en la imagen que al fin y al cabo es el error en el que termina incurriendo toda la banda. “Anarchy” y ”Snakes in paradise” son el fiel reflejo…desde la muerte de Dave Lepard han intentado pararse como la revolución del glam y se quedan a medio camino convertidos más en un estereotipo que en un verdadero grupo. Una vez Nikki Sixx dijo “si te pintás para quedar lindo sos un puto, yo me pinto para aparentar que estoy reventado”, a veces, estos no son ni una cosa ni la otra. The savage playground es un álbum que no le molesta a los fans de Crashdïet y de seguro lo aman, pero que a los que somos de la época de Lepard, ya nos cansa un poco este pseudo neo sleaze.

Canción: Difícil elección.

 

Phil Anselmo and The Illegals - Walk through exits only:

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Anselmo es una leyenda, un pedazo gigante de historia de metal, el único capaz de participar en maravillas modernas como Vulgar Display of Power, Strength beyond strength o Nola pero al mismo tiempo hacer cosas como Walk through exits only, una placa que lo único en que se parece a Pantera es en la voz (y hasta ahí). Podría ser enmarcado tranquilamente como brutal, death, sin embargo la compañía se limitó a catalogarlo como Groove…Mmmm, “Betrayed”, ”Bedroom destroyer” y ”Battalion of zero” no se me hacen para nada groove.

Canción: Perdón, Phil, pero no me gustó ni un poco lo último que hiciste. No creo que te pongas mal…

 

 

Annihilator - Feast:

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Jeff Waters es uno de esos guitarristas que descubrís ni bien los escuchás, de los más personales que tiene el thrash norteamericano por composiciones y musicalidad, uno de esos sujetos que tienen una fábrica de riffs y están preparados en todo momento para lanzártelos a la cara. Gracias al canadiense, Annihilator ya generó su propio sonido que disco tras disco perfecciona. Los dos cortes de difusión, “Deadlock” y ”No way out”, demuestran que la calidad de grabación es impresionante y tremendamente profesional, la balada “Perfect angel eyes”, que no sólo se trata de speed metal. De todas formas, lejos está de Alice in hellNever neverland o Carnival Diablos (su mejor disco, simplemente por el hecho de tener a “Chicken and corn”).

Canción: “Wrapped”.

 

Michael Monroe - Horns and halos:

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Así se hace un disco de rock, ¡carajo! MM lo hizo otra vez, tras el gran Sensory overdrive de 2011, todos pensamos que sus ideas se habían agotado, sobre todo porque no estaba al lado suyo el inmenso Ginger de los Wildhearts. Y aquí lo tenemos nuevamente, con hitazos como “Ballad of the lower east side” o un lindísimo punk rock en la apertura de “TNT Diet” o ”Hands are tied” que es fiesta pura. Este señor es cosa seria, más de 30 años de carrera, puro talento, conserva tan fielmente su estilo y al mismo tiempo está tan lejos de hacer discos repetitivos que llama la atención. Su voz no parece sufrir cambios a lo largo de los años, el rubio de los Hanoi Rocks en este caso no deja rastros de su banda más famosa. Salud, Michael, nunca dejes de gritar.

Canción: “Saturday night special”.

 

Falling In Reverse - Fashionable late:

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Grandísima aparición la del conjunto formado en 2008 por Ronnie Radke tras su salida de Escape The Fate. El segundo álbum del muchacho con la jeta tatuada cuenta con un metalcore bien al frente que se va desfigurando con el correr de las canciones hasta transformarse en una suerte de Blink 182 o Good Charlotte un poco más pesado y con más ganchos. De la furia de “Champion” pasa a la movidita “Bad girls club” que parece haber sido compuesta por Toni Basil en un estado de rabia. Hay mezclas rarísimas entre guturales, doble pedal y estribillos tecno pop como en ”It’s over when it’s over”, ”Rolling stone” y nos podemos llegar a encontrar con algunas rarezas devenidas en power metal como “Self-destruct personality”. Todo termina en un lugar…para musicalizar American Pie. La industria discográfica internacional así lo pide últimamente, parece ser.

Canción: “Fuck the rest”.

 

 

Escape The Fate - Ungrateful:

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Y ya que los nombramos, también podemos destacarlos. Acá no hay un trasfondo tan chistoso ni satírico como en Falling In Reverse, sin embargo nos topamos con muchas de estas cosas post hardcore – metalcore que hibridan los riffs de guitarra con lo electrónico. Muchos dirán que es una suerte de David Guetta heavy pero la verdad es que hoy son sensación dentro de su estilo no sólo en EEUU sino en todo el mundo. A diferencia de los demás conjuntos del género, no descansan sólo en lo emo ni en el metalcore, sino que exploran distintas vertientes como en “Ungrateful”, ”Chemical love” o ”Desire”.distanciándose así de otras estrellitas como Black Veil Brides o Bring Me The Horizon.

Canción: “Picture perfect”.

 

 

Stone Sour - House of gold & bones: Part II:

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Continuación del álbum que se lanzó en 2012, tanto en el concepto como en la música. Claramente es inevitable emparentarlo con Slipknot (Corey Taylor y James Root, voz y guitarra, respectivamente, de los enmascarados), aunque ya hayan forjado su propio sonido alternativo desde hace 10 años. En este caso, abundan las melodías lentas como en “Red city”, “The conflagration” o “Blue smoke” y el sonido se asemeja más al Slipknot de All hope is gone (qué discazo, santo Cristo) que al de los anteriores, de hecho ambos se grabaron en el mismo lugar. La historia que narra la historia de un muchacho que permanece en la disyuntiva de crecer o no crecer, encuentra su final en el tema que le da nombre a la placa. Asimismo, Stone Sour lleva a los oídos de sus fanáticos algunos elementos maravillosos como la fusión de voces y guitarras y las sensaciones de crear paisajes a medida que se escucha el álbum.

Canción: “Stalemate”.

 

 

Rob Zombie - Venomous Rat Regeneration Vendor:

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El multifacético artista vuelve al ruedo luego de 3 años en los que se dedicó a dirigir (su otra gran pasión y talento). Es muy difícil hablar de un tipo tan grosso, en el que cuesta destacar qué hace mejor, si música o cine, pero aquí me limitaré a reseñar brevemente su última placa en la que nos da una dosis de lo que ya conocemos. Metal alternativo, hard y electro-rock y hasta algunas cosillas psicodélicas como en “Dead City Radio and the new Gods of supertown” son algunos de los cimientos en los que se basa. Un álbum que será de la simpatía de sus viejos seguidores gracias a bellas canciones como “Revelation revolution”, ”Teenage Nosferatu pussy” o ”White trash freaks”, con la curiosidad de incluir el cover de la banda favorita de Homero Simpson, Grand Funk Railroad; “We’re an american band”. En tiempos en los que el boom zombie ha explotado a lo largo y ancho del planeta, Roberto les da cátedra a todos de lo que es ser un verdadero heredero de George Romero.

Canción: “Behold, The pretty filthy creatures!”.

 

 

 

CARAJO - Frente a frente:

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Único disco nacional que destaco, no porque sea el único que vale la pena (de hecho el álbum de covers Rock podrido de Mastifal es impresionante), sino debido a que confirmó que es la mejor agrupación de metal argentino. Ellos sí que entienden por dónde va el asunto sin dejar de responder a sus fans, a sus gustos y a sus orígenes, un heavy alternativo que interactúa muchísimo con sus voces, que se apoya en los coros y en los estribillos, plagado de arreglos y con una producción exhaustiva. Lo de Teri y Andrés Vilanova ya no tiene palabras para ser calificado; el guitarrista es una catarata de ganchos, el mejor alumno de Dimebag Darrell que tiene estas tierras, por su parte, el baterista no tiene nada que envidiarle a ninguno de los cracks internacionales (a decir verdad, la banda en sí no tiene nada que envidiarle a cualquier grupo metalcore alterno de afuera) y su mayor virtud está en no hacer ni una de más. Corvata comanda el barco y parece que no envejece nunca, grita como loco en “Shock”, mientras Teri hace de las suyas en “Infección“. ¿La única crítica? La que ya han hecho casi todos, la parte 1 está mucho mejor que la parte 2 aunque “El dedo en la llaga” y “Para vos” encuentra al Corvalán más verborrágico y poético.

Canción: “Trágico mundo caído”.

 

KoЯn - The paradigm shift:

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Uno de los pocos conjuntos que pudo sobrevivir a la primavera Nu Metal. Gran punto de madurez el que alcanzó Jonathan Davis y cía con temas como “Prey for me”, ”Lullaby for a sadist” o ”Mass hysteria”, hibridaciones entre ese género que revolucionó al heavy en los ’90 (para bien y para mal) y algunos toques tecno. El trabajo del productor Don Gilmore (primera vez con los chicos de California) es impecable, todas las canciones demuestran que hay un laburo profesional inmenso. El sonido y la fuerza de KoЯn en este álbum está en la potencia del cantante, se basa mucho en sus cambios de clima. Un punto flojo: Los riffs de “Love & meth”, “Paranoid and aroused” y “Punishment time”, se me hace que se parecen mucho (ups, entonces no es tan impecable el laburo de Gilmore). Recomendadísimo para entender hacia dónde va el metal alternativo.

Canción: “Never never”.

 

 

Hey! Hello! - Hey! Hello!:

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Gracias por existir, Ginger. Nada más. El creador de The Wildhearts (una de las bandas más menospreciadas del hard rock británico) nos deleita junto a la bella Victoria Liedtke, que realiza un trabajo fantástico, en un disco que no busca inventar nada nuevo, no intenta reinventar el género, ni sacudir el mercado, sólo quiere lo disfrutes, que te diviertas, que vueles con canciones como ”Feral days”, ”Swimwear” y ”How I survived the punk wars”. La excelente “I’m gonna kiss you like I’m going away” es un rockazo viajero con cortes beatles, poperos y algo punk…¿todo eso? ¡Sí! Ginger todo lo puede, si no me creen prueben escuchando a Wildhearts y entenderán lo que digo. A este sujeto le encanta mezclar géneros de manera lógica pero no sólo en un disco, ¡sino en la misma canción, también! Tal es el caso de “Everlone” de 1993, por ejemplo. De las mejores apariciones de este año, el jengibre siempre rinde examen y aprueba, no en vano lo llaman para trabajar con él grossos como Tracii Guns, Michael Monroe o Backyard Babies.

Canción: “Why can’t I be me without you”.

 

 

Beatallica - Abbey Load:

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Qué buena propuesta la de estos muchachos de Milwaukee, mezclar dos grandes bandas como Metallica y The Beatles en un proyecto. En este caso, el 6to LP está dedicado al disco de los Fab 4 cruzando la mítica calle londinense. Para los que no los conocen, se los recomiendo, desde la voz de Jaymz Lennfield (casi igual a Hetfield no sólo en el color sino en la manera de cantar) y la maquinaria musical con muchos crossovers de la M, por ejemplo “For whom the bell tolls” en ”Michelle” o “King nothing” en ”Sun king”. Algo distinto y recomendable para oir.

Canción: “I saw her standing here”.

 

 

Ghost - Infestissumam:

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Los suecos volvieron a la carga luego de 3 años sin producciones discográficas. En este caso, siguiendo la línea de su debut Opus Eponymous, con un heavy metal con mucho doom, oscuridad y bien al estilo setentoso. Si uno se deja llevar por la imagen, se imagina que va a escuchar algo parecido a Behemoth o Gorgoroth, pero por lo contrario, su música es muy agradable, minuciosamente interpretada y producida, como en el caso del comienzo con “Infestissumam” y ”Per aspera ad Inferi”, que fueron seleccionadas de la iglesia de Anton LaVey. Si suena tan bien no es casualidad, el productor es Nick Raskulinecz, quien trabajó con Foo Fighters, Alice in Chains y Rush, entre otros. Otro punto fuerte está en las letras, elaboradas con claros mensajes satanistas y ocultistas muchas veces en latín, dejando en claro la posición en la que están los comandados por el Papa Emeritus II. Pueden gustar o no (yo estoy del bando de los que no simpatizan con el grupo), pero hay que aceptar que la propuesta es original dentro del marketing musical que inunda la industria y algo deben tener, ya que Iron Maiden los eligió como teloneros para su gira sudamericana.

Canción: “Idolatrine”.

 

Alter Bridge - Fortress:

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Sorprendente. No es ningún mérito agradarle a un fan, la particularidad de la virtud es poder maravillar a un detractor, como yo. Alter Bridge no me gusta, me parecen excelentísimos músicos con un vocalista único pero que su música no me llega aun así haya escuchado en reiteradas ocasiones su discografía, como una vez lo escribí en una nota, una cuestión de gustos. Ahora bien, lo que hicieron en Fortress es de otro planeta. No me equivoco al decir que encontraron su mejor placa, seguramente varios coincidan conmigo. Rock alternativo, power metal, heavy, hard rock, un viaje en el que Myles Kennedy es la audioguía ideal. El cantante me sigue confirmando que ESTA es su banda, y no lo que hace con Slash que es incompatible. Aquí, su voz encaja a la perfección con la música, cada grito le va como anillo al dedo. Así sí me convencen con que es uno de los 5 mejores vocalistas del momento (aunque sigue estando lejos del mejor, Brent Smith). Todo está detalladamente trabajado, cada arreglo, cada solo, cada cambio de ritmo. “Addicted to pain” despliega un inicio similar al Stratovarius de los ’90 que se transforma en un rockazo en el que ningún miembro hace una de más. El guitarrista Mark Tremonti abre su abánico de géneros y da pruebas de su versatilidad con riffs metaleros en “Bleed it dry” o en la épica “Fortress”. Así sí, Alter Bridge. Así sí.

Canción: “Peace is broken”.

 

Skid Row - United world rebellion: Chapter one (EP):

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Basta de joder con eso de “Skid Row es Sebastian Bach”. Por favor, paren, ya hace casi 20 años que se fue de la banda. Johnny Sollinger ya lleva más años en el grupo que el mismo Bach. A decir verdad, durante la etapa con Baz, SR sólo tiene menos de un 10% de canciones de su autoría. Así que está todo muy bien con él, sin su presencia la agrupación no hubiese llegado a vender millones y millones de placas en todo el planeta, en eso estamos de acuerdo, pero decir que sin su figura hoy la banda no es nada, es muy precipitado. Este EP así lo fundamenta, hard rock del siglo XXI hecho por sleazies de fines de los ’80. Como siempre, el complemento en guitarras Sabo-Hill es exquisito y la base de Bolan, el ojo que todo lo ve, es el cráneo de la banda de New Jersey. “Let’s go”, ”Get up” y los grititos de ”Stitches” me hacen acordar a la etapa de Slave to the grind (me fui al carajo, lo sé).

Canción: “This is killing me”.

 

Carcass - Surgical steel:

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Tremendo disco de death metal. Luego de 17 años, los británicos volvieron a la carga con una impresionante dosis de poderosos riffs, excelentes cambios de ritmo, una revolución de doble bombo y la inconfundible voz de Jeff Walker, una suerte de Halford con Regan MacNeil a punto de sufrir un colapso cardíaco. Sus mejores obras se ubican a principios/mediados de los ’90, sin embargo aquí encontramos un valuarte especial que quedará en el tiempo sin lugar a dudas, “Noncompliance to ASTM F 899-12 Standard” tiene un comienzo que parece haberse escapado de Heartwork. La batería del debutante Dan Wilding va a un tiempo perfecto durante todo el álbum, oscila entre el mejor Death de Chuck y toma elementos del Black Metal al estilo Immortal o Darkthrone que se plasman en “Cadaver pouch conveyor system” y “Captive bolt pistol”. Valió la pena esperar tanto.

Canción: “The master butcher’s apron”.

 

 

Orphaned Land - All is one:

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Desde Israel llega esta excelente agrupación con su 5to disco en el cual descargan toda su furia oscilando entre la música de Medio Oriente, el death metal y el rock progresivo. ”All is one” es el preludio a una avalancha de paisajes desérticos por el cual viajamos a través de “Let the truce be known”, la gloriosa ”Brother” o la épica “Children”. Consolidados ya en Europa del este y en Asia, Orphaned Land propone unir al judaísmo y al Islam con la música mediante mensajes pacifistas, tal como se pudo escuchar en su mejor obra, Mabool (2004). Bien por ellos.

Canción: “Shama’im”.

 

Buckcherry - Confessions:

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Una desazón esperada. No sé si es a propósito o de casualidad, pero lo que la crítica destroza, a mí me encanta, y lo que halaga, a mí no me gusta. Time bomb (2001) de Buckcherry es el álbum más defenestrado por la prensa, sin embargo para mí es el mejor: rock and roll y punk en pura esencia. Confessions es retratado por el periodismo norteamericano y europeo como la mejor obra de los californianos, sin embargo, a mí me parece aburridísimo. Comprendo que es el disco más maduro desde el punto de vista de las letras, la elaboración de las canciones y la estructura del disco (un álbum conceptual que hace hincapié en los 7 pecados capitales). Supuestamente, Buckcherry alcanza su mayor punto a nivel compositivo. A ver, estos pibes conforman una de mis tres bandas favoritas, es decir que podría escribir sobre ellos desde el lugar de hincha o seguidor, poniéndome la camiseta. Pero no puedo, no puedo decirles que Confessions es un buen disco, no puedo decirles que están mejorando, no me queda otra cosa más que opinar que desde Black Butterfly lo único que me gustó es el single “Christmas is here”. Escucho viejas glorias como “Slit my wrists”, ”Brooklyn”, ”Dirty mind”, ”Baby” o ”Fall” y después me pongo a oir “7 ways to die”“Water”, ”Pride” o la anunciada como nueva “Lit up”, ”Gluttony” y la verdad es que me duermo. Rescato “Sloth”, la canción que Josh Todd le dedica a su padre, quién se suicidó y el video de “Nothing left but tears”. No pretendo que sigan cantando “I love the cocaine”, ni que se queden en el rock de los ’70, sólo que no me quieran vender una imagen que no son. Un grupo que nace para rockearla, difícilmente se readapte a hacer música más elaborada, son pocos los casos que lo logran. Tal vez tendría que ser más bueno con ellos y no tan exigente, bajar un poco el medidor. Hagan la prueba, escuchen 3 temas seguidos del Buckcherry del ’99 y luego 3 temas del 2013, más allá de que sólo haya 2 integrantes que se repitan y que una de las bandas esté buena y otra no, lo comprobarán: Son dos grupos distintos.

Canción: “Wrath”.

 

Hatebreed - The divinity of purpose:

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Así como el Tano Pasman se preguntaba “¿Estás contento, Walter Nelson?”, yo me cuestiono: ”¿Estás enojado, Jamey Jasta?”. Una nueva muestra de carácter por parte del líder de estos norteamericanos hardcore que siempre intentan levantarte el ánimo con sus letras. Yo aún no comprendo cómo hace para mantener la voz sabiendo que grita como un desaforado en absolutamente todos los temas de absolutamente todos sus discos. The divinity… va a buscar pelea desde el arranque, con “Put it to the torch” y la aclamada “Honor never dies”. Mención especial además para toda la banda que funciona como un reloj suizo, y particularmente Novinec y Lozinak que como en sus mejores épocas de Perseverance, meten 500 riffs por canción para no parar de agitar el marote ni un segundo (literalmente). Es todo piñas, todo violencia, todo destruir“Before the fight ends you”, la fantástica ”Boundless” y ”Own your world” son las evidencias. Ideal para escuchar un día en el que estamos enfadados con la vida, que nada nos sale o que simplemente queremos relajarnos. Sí, Hatebreed relaja.

Canción: “Bitter truth”.

 

Wednesday 13 - The dixie dead:

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Uno de los artistas más extravagantes de los últimos años salió a la cargada con su 5to LP de estudio con el que completa más de dos decenas de placas juntando todas sus bandas. Joseph Poole es una de esas figuras que va más allá de la música, un loco que deja herramientas del cine y la literatura, detrás de casi todas sus canciones. Aquí, nos da una dosis de lo que ya conocemos, ese horror punk metal con riffs que funcionan de motosierras como en “Get your grave on” y su voz podrida que reclama, delata, se enoja y vomita como en “Blood sucker”“The dixie dead” y “Hail ming”. El disco era muy esperado por los fanáticos, sobre todo porque de alguna manera hay que contener las ansias de lo que sería el sucesor de Women and children last, lo último de Murderdolls, la otra gran banda que Wednesday 13 comparte con Joey Jordison (ahora fuera de Slipknot).

Canción: “Curse the living”.

 

Attila - About that life:

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Buenísimo, pero tengo un problema: no sé en qué género ponerlos. Hacen un estilo tan raro que mezclan el metalcore con el rapmetal, hardcore, rapcore, deathcore y la superposición de voces sumadas a algunos tintes electros que uno se pierde en una marea de guturales, bailes robóticos y agudos desgarradores cuando los escucha. ”Middle fingers up”, ”Backtalk” y ”Shot for the boys”, con su onda Suicidal Tendencies, te llevan por 5 géneros en una sola canción.

Canción: “Callout”.

 

Megadeth - Super collider:

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Sería casi lo mismo que escribí sobre Motörhead, Mustaine y cía están acá para seguir sacando discos ideales para los amantes del género. Riffs que van al frente, estrofas simples, estribillos pegadizos y solos gancheros, cuando quiere hacer algo distinto le saltan a la yugular, como en el video de ”Super collider”, lo de ellos es hacer canciones con el esqueleto de “Kingmaker”, ”Built for war” y ”Forget to remember”. A mi entender, Megadeth sacó su mejor álbum desde The world needs a hero, una linda combinación entre de heavy metal del más crudo, con la voz del colo cada vez más podrida (en el buen sentido) y desafiante.

Canción: “Beggining of sorrow”.

 

Dregen - Dregen:

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Un genio. El guitarrista de Backyard Babies (me niego a creer que la separación de esta bestialidad de banda sea definitiva) se animó a su primer disco como solista tras un curriculum interminable. Se tomó un descanso de la gira con Michael Monroe y sacó al mercado Dregen. Nos encontramos con algo parecido a lo que hizo con los Backyard, mucho de punk, glam, hard rock y hasta algún que otro rockazo blusero sureño al estilo Aerosmith de la primera época. Los estribillos pegadizos de “Just like that” y las estrofas “Diesel and power” de ”Bad situation” generan un álbum más que recomendable para cualquier seguidor del hard rock sueco.

Canción: “Flat tyre on a muddy road”.

 

Nicke Borg HOMELAND - Ruins of a riot:

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Y ya que estamos, hablemos del otro genio de los Backyard Babies. El cantante-guitarrista sueco lanzó a mediados de 2013 su tercer álbum como Homeland, lejos del sonido de la banda que lo hizo famoso (salvo en alguna que otra balada). Una cantidad interminable de ases bajo la manga, esconde el rubio tatuado que te hace querer cantar a coro el estribillo punkie soft de la gran ”Making out with caos” o en ”This army”. No esperen encontrarse con algo del estilo ”Electric Suzy” o “Brand new hate”, más bien hay una seguidilla de canciones con tonalidades modernas que lo afirman como uno de los mejores artistas de ese país de los últimos tiempos. Un doctorado en hard rock, tiene.

Canción: “End of the rainbow”.

 

Black Label Society - Unblackened:

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Impresionante demostración en vivo del mejor guitarrista del planeta. Aquí nos encontramos con un disco con versione acústicas de clásicos de BLS, Pride & Glory y de Book of shadows como “In this river”, ”Losin’ your mind” o ”Machine gun man”, más alguna que otra cosita nueva como el cover de Bill Withers, “Ain’t no sunshine”. Una buena opción para reafirmar a Zakk en lo más alto del podio de los guitar hero. El gran vikingo que cuando quiere es virtuoso, o un metalero estereotipado pero siempre, un artista del carajo.

Canción: “Lovin’ woman”.

 

Killswitch Engage - Disarm the descent:

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El 6to disco de los estadounidenses significó el regreso del vocalista Jesse Leach en reemplazo de Howard Jones. Ahí están unos de los fundadores del post metalcore, los que comenzaron toda la movida que luego se fue propagando (y desvirtuando también) con As I Lay Dying, Bring Me The Horizon, A Day To Remember, Sleeping With Sirens y tantas otras. Si hay una característica de KE es que desde su primer hasta su último álbum, no se aprecia una diferencia temporal, pueden ser tranquilamente contemporáneos, lo que habla de una constante obra a lo largo de los años. Asimismo, hay cierta madurez musical que no tiene por qué demostrar un cambio de género. La balada “Always” sumada a los galopes de “In due time” y ”The turning point” dan muestra de lo camaleónicos que pueden ser dentro de su estilo.

Canción: “A tribute to the fallen”.

 

Alice In Chains - The devil put dinosaurs here:

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¿Cómo hacer un buen disco de rock noventoso en el 2013 sin morir en el intento? El cuarteto de Seattle nos deja la lección a través de 12 temazos que nos trasladan a la década en la que Layne Staley y Cantrell hacían desastres. Lo diré hasta el hartazgo: Alice in Chains NO es grunge y en The devil… hay una nueva prueba de mi postulado. Su música no es compatible con ese género, aquí encontramos un disco basado y sostenido en la fuerza de los bajos, como en “Low ceiling”“Hollow” o “Lab monkey”. La virtud radica en escuchar una placa que no sería desubicada hallarla entre Facelift y Dirt, con esos temas que pueden ser hitazos y los lentos que desgarran el corazón a pedazos que aquí están en “Choke”. Para aquellos escépticos, Duvall volvió a llenarse de laureles para ser un reemplazante de honor del eterno Layne (todos sabemos que su vacío más grande no lo dejó en Alice in Chains, sino en el mundo del rock). Uno de los mejores discos de 2013, sin lugar a dudas, un sacrilegio no ubicarlo entre los 5 mejores también.

Canción: “Stone”.

 

Volbeat - Outlaw gentlemen and shady ladies:

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Admito que tuve muchísimas dudas a la hora de escoger quién iba a ocupar el 5° lugar. No me decidía entre AIC, Alter Bridge, Monroe y Ginger, pero finalmente fue la fiereza de estos daneses la que me hizo inclinar la balanza. En este caso, cuentan con la magistral presencia del ex Anthrax Rob Caggiano en las guitarras que deja su impronta en canciones como “Dead but rising”. La placa es monstruosa, es el clímax al que llegan estos muchachos que mezclan el heavy metal con el hard rock y con algunos toques irish por momentos, sin embargo lo que aquí llama la atención es la intromisión de sonido salidos del lejano oeste estadounidense, ¡el problema es que son daneses! El resultado es magnífico. Un punto a pulir es que depende mucho de Michael Poulsen, un vocalista que es el producto de James Hetfield aprendiendo a cantar ópera, con todos sus yeites y sus “heyyy yeaaahh—yeeeah TAA”. La transición popera de “Cape of our hero” se destruye cuando llega King Diamond a cantar “Room 24″. Hay de todo, desde un inicio a lo “Blaze of glory” con “Let’s shake some dust” y la hermosa “Pearl hart”, hasta guitarras con cortes Murray-Smith en “Black bart”, pasando por un “Lonesome rider” que en su comienzo me hace acordar a “Sascha” de los Hosen. Volbeat, toda una mezcla de agua que termina en el mismo mar.

Canción: “My body” (cover de Young The Giant).

 

Five Finger Death Punch - The Wrong Side of Heaven and the Righteous Side of Hell Volume 1 & 2:

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¿Ven? Aquí hay un claro ejemplo de banda que puede convertirse en el estandarte del heavy metal mundial. Lo tienen todo para lograrlo, le faltaría (lo más importante) el empuje de una mega discográfica, pero tal vez de esa manera se desdibuje e infecte un poco su calidad. De todas formas, con el sello Prospect Park vienen haciendo un gran trabajo desde hace unos años, que se evidenció en esta seguidilla de álbumes. The wrong side…comienza con una canción que tiene a Rob Halford como invitado (“Lift me up”), ¿algo mejor que empezar así? Cada tema es un gancho directo al intestino, los riffs son ametralladoras, la batería de Jeremy Spencer dispara cañonazos y la voz de Ivan Moody es asesina. Lo mejor, más allá de hermosos medio tiempos como “Cold”“M.I.N.E.” o “Wrong side of heaven”, está en la calidad de invitados, con el ya mencionado Halford, Max Cavalera y el fenómeno capo mundial de Jamey Jasta con quien hace “Dot your eyes”. La parte 2 no varía mucho del primer volumen, a la mencionada ”Cold”, se le pueden sumar “Wrecking ball” y “My heart lied” como puntos altos. Heavy, melodía, talento, metalcore, sin lugar a dudas, uno de los mejores 5 discos del año.

Canción: “Let this go” (del Volumen 2).

 

 

Asking Alexandria - From death to destiny:

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Tercera placa para los británicos, en la que plasman verdaderamente sus influencias y sus gustos. Lejos del screamo – emo super metalcore de Stand up and scream y Reckless and relentless, lo nuevo de los comandados por Danny Worsnop y Ben Bruce es sencillamente magnífico. La precisión para manejar el hard rock ochentoso (donde se encuentran varias de sus raíces como en Whitesnake, Mötley o Skid Row) con el metal más pesado para hacer headbanging es espectacular. La violencia con la que empieza ”Don’t pray for me”, los gritos moderados (Worsnop no está tan gutural como las veces anteriores, tal vez por problemas en las cuerdas vocales) para comenzar “Poison”, los sacudones Tommy Lee que provoca la batería en “Run free” y la tremenda “The death of me” en la que el vocalista se desespera diciendo “¿Estoy insano? Me lo pregunto a mí mismo una y otra y otra vez”, son las huellas que dejan estos pretty boys para consolidarse como uno de los mejores grupos de heavy de la actualidad. La fusión de guitarras de Liddell y Bruce funciona como un reloj al compás de Bettley y Cassells. Un rasgo distintivo y contundente para definir el cambio radical que están experimentando es la intromisión de una power ballad como “Movin’ on”. Una muy grata sorpresa para mis oídos, sólo les recomendaría una cosa…que guarden el espacio en el cuerpo para tatuarse, si a los 24 años están así, en 10 años van a ser Spiderman.

Canción: “Creature”.

 

Hardcore Superstar - C’mon take on me:

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No los puse nº1 por respeto, pero gran parte de mí así lo siente. A diferencia de la mayoría de las bandas de hoy día (por no decir TODAS), HCSS sobresale porque se supera disco tras disco y en su 8º álbum cumpliendo 16 años de carrera, parece que los cartuchos siguen estando ahí, en el hangar de Gotemburgo, dispuestos a ser disparados en cualquier momento y cada vez con más fuerza. Cuando pensábamos que Hardcore Superstar (2005) no iba a poder ser superado, apareció Dreamin in a casket, luego Beg for it y al año siguiente Split your lip. En este caso, ya es una costumbre verlos siguiendo la matriz del hard rock pero mordiendo la banquina en varias oportunidades, yéndose al metal más crudo, volviendo, descarrilando a los estribillos poperos y volviendo, pero por sobre todas las cosas, nunca van a estar repitiéndose ni en sonido ni en esquema. La intro “Cutting the slack” te da la pauta que se viene algo grosso, oscuro y tenebroso que desaparece con la canción que le da nombre a la placa. Al toque se revienta todo con dos temas como ”One more minute” y ”Above the law” que si hubiesen sido compuestos en el ’89 hoy serían himnos. No sólo la descosen en estudio, tuve la oportunidad de verlos en Europa y suenan tal cual en vivo, “Too much business” es una obra que si te dicen que no fue incluída en Appetite for destruction, lo crees. “Won’t take the blame” y el depresivo “Long time no see” los ponen en un pedestal que, en mi opinión, hoy lo ocupan ellos solamente, el de la mejor banda de rock del planeta. No exagero.

Canción: “Because of you”.

 

 

Black Sabbath - 13:

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Un disco de 1973 en 2013. No, estos no son humanos, vienen de otro mundo, de otro universo, de otra galaxia. No respiran el mismo aire que yo, no van al baño, no hacen fila para pagar la luz y el gas (no, eso seguro que no). A mí no me joden, estos pibes usaron canciones que les quedaron afuera de Sabbath bloody Sabbath o algo así. “God is dead?”, ”End of the beggining” y “Dear Father” ya valen la pena por todo el disco entero la “Planet caravan”“Zeitgeist”, también. No existen palabras para describir lo que me produjo escuchar este álbum, hace olvidarme que no la ubique entre mis bandas favoritas, hace olvidarme que Brad Wilk reemplazó a Bill Ward en la batería. ¿A quién le voy a explicar cómo suena Sabbath con Ozzy, Iommi y Geezer Butler? Mejor dicho, ¿cómo se puede explicar? Sólo hay que escuchar a los más grandes, a los mejores, a los creadores de este precioso género como es el heavy metal. Me saco el sombrero ante ellos, me saco el sombrero ante uno de los 3 productores más grandes de la historia del rock como Rick Rubin. Señoras y señores, este es el mejor álbum del año, y uno de los mejores de los últimos tiempos.

Canción: “Loner”.