¿Qué pasa con el rock?

#MondoRock

¿Hay crisis? ¿Murió? ¿Está más fuerte que nunca? ¿Está en coma? Parece que nadie tiene la respuesta pero todos tenemos algo para decir. Además, no se ponen de acuerdo, ni siquiera, quienes realmente saben: los rockeros. Gene Simmons dijo que el rock fue asesinado y los Foo Fighters, entre otros artistas, le saltaron con los tapones de punta diciéndole “no tan rápido, Señor Dios del Trueno”. ¿Qué pasa con el rock? Yo me animo a decir que no hay ni muerte, ni crisis, ni clímax, hay mutación.

guitarra paisajeA muchos de los que leerán la nota, seguramente no le gusten las opiniones aquí vertidas, les pido que me hagan conocer las suyas de manera tal poder armar un debate. ¿A qué me refiero con mutación? A un cambio. Ya sea de paradigma o de filosofía, ha existido un giro innegable que según algunos eruditos en la materia es el final, mientras que otros esperanzados hablan de un ciclo que se revertirá.

Esto se debe a un sinfín de aristas que nos dejan pensar que ya no hay más lugar para rockeros, o cual recurso natural explotado, se extingue lentamente. Los números dan un panorama desolador, las figuras del rock and roll que antes aparecían a los 20 hoy ya tienen más de 50 años (las que viven) y su presente musical es repetitivo en casi la totalidad de los casos. No hay más estrellas del rock emergentes a nivel mundial, la moda ya no es más el rock. Nos gusten o no, existen decenas de bandas nuevas con grandísimo talento que no tienen la repercusión que antes podía tener cualquiera que la pegaba con un tema. Internet fue la ventana por excelencia para ampliar los horizontes musicales, sin embargo al mismo tiempo funcionó como verdugo de la industria pero que finalmente no ejecutó. Ayúdenme, ¿desde hace cuánto no aparece una banda de rock de estadio? Una que sacuda al mercado y reviente shows con cientos de miles de asistentes…¿se les ocurre alguna? A mí, por ejemplo, se me viene a la mente Nickelback, paradójicamente es uno de los conjuntos más resistidos por los rockeros de la vieja escuela por una exacerbación de canciones hiteras y que tampoco es tan nueva, ¿verdad? Su primer disco es de 1996 y su explosión fue diez años después. Además, en Buenos Aires ni siquiera pudo llegar a tener su show como cabeza de cartel. Eso, obviamente, no quiere decir que el rock haya muerto. No, para nada. Siguen apareciendo enormes agrupaciones en diversas variantes del rock, que han surgido en los últimos 15 años pero que no han superado la barrera de su género por lo que su impacto es considerablemente menor, comparadas con artistas de los ’60, ’70, ’80 y ’90, como The Killers, Muse, Five Finger Death Punch, Buckcherry, Shinedown, Killswitch Engage o Black Stone Cherry (para nombrarles tan sólo un puñado).

Es decir, antes la oferta era, tal vez, más acotada pero todas ellas rendidoras a nivel venta de discos y entradas: Si no se escogía por Black Sabbath, la gente tenía a Led Zeppelin, The Who, Beach Boys. The Rolling Stones o Pink Floyd, tiempo después se podía escoger entre U2, Metallica, Slayer, Depeche Mode, Aerosmith o Def Leppard y en los ’90 el abánico se ampliaba con Pearl Jam, Pantera o Red Hot Chili Peppers en lo que fue la última década que nos regaló artistas de estadio y máquinas vendedoras de álbumes.

bruce

El “jefe” Springsteen, encargado de mantener el rock en el top 10

En 2013, por ejemplo, el tour que más recaudó fue el que trajo a Bon Jovi a Vélez y en la lista de 15, los únicos artistas del género que se le suman a Bongio son Bruce Springsteen y los Stones. En nuestro país, entre los discos más vendidos del año pasado recién en la 43º ubicación aparece Guns and Roses en un ranking en el que abundan nombres como Violetta, NTVG, Abel Pintos, One Direction, Justin Bieber y Topa.

Si ponemos el foco en Argentina estamos fritos; el llamado público del palo se desgarra las vestiduras, se quiere quemar las pestañas y arrancar las venas cuando lee que Tan Biónica es rock. Ese mismo público estigmatiza a Agapornis por hacer un cover de Soda Stereo, grita como desaforado en “el pogo más grande del mundo”, canta “el que no salta es un inglé’”, baila cumbia en los boliches, despotrica contra el campo VIP pero después va, compra esas entradas para ver un grupo británico y se queja por algún que otro empujón en el estribillo del tema más conocido. A grandes rasgos así somos acá. Lo único que me queda pensar es que si a Calamaro, Fito Páez, Cordera e Iván Noble (y falta una lista ENORME) les decimos rockeros, entonces Tan Biónica es brutal death black post metalcore escandinavo. No tiene nada de bueno ni de malo serlo o no serlo, no seamos salames. El asunto es rotular al pedo y con descuido.

Nickelback, abanderados de la máquina del rock actual

Nickelback, abanderados de la máquina del rock actual

Hoy, la relación política – rock (sobre todo en Argentina) está en el ojo del huracán. Sin simpatizar por ninguna matriz ideológica, desde el punto de vista contracultural, ¿existe actitud menos rockera que tocar para en un evento gubernamental? Sobre todo es más chocante cuando estos grupos se han caracterizado por brindar un mensaje social a lo largo de sus carreras en contra de los políticos. Es decir, Twister Sister fue la banda de apoyo en la candidatura de Schwarzenegger, Bon Jovi es el trovador de Obama y tiempo atrás se lo ha visto a Elvis acompañando a presidentes de EEUU, sin embargo ninguno de ellos se había definido a través de su arte como detractor del poder, anarquista o transgresor de la política. Claramente, no quiero decir que artistas internacionales no caen en el panquequismo argento, todo lo contrario: abundan, ocurre que lo vivenciado en estas tierras es lo más próximo para apuntar. Tampoco pedimos que sean GG Allin o Ricky Espinosa, pero el mínimo de coherencia entre dichos y hechos, ¿verdad?.

Insisto, hablo de cambio y mutación, no de muerte o crisis. La música pasa por otro lado, One Direction son los Beatles de esta década, Buddy Holly era algo así como el cantautor bien parecido que generaba humedad femenina. La música ya no necesita gigantes como las leyendas del Delta & Chicago Blues, Chuck Berry o Robert Johnson. El análisis pasa por otro lado: Lo que antes se medía en millones de discos vendidos o localidades vendidas, hoy se evidencia en visitas en YouTube, seguidores en Facebook o interacciones en Twitter. De todas formas, a un fan del hard rock y metal como yo no me queda otra cosa para pensar más que ¿qué va a pasar cuándo se terminen los Metallica, Iron Maiden, Black Sabbath, Aerosmith? Cierto es que ya no aparecen más grupos así, no por talento, sino por impacto mundial, pero se me revuelve la cabeza al pensar en quién puede seguir con la posta de AC/DC…¿y en Argentina? Salvo casos excepcionales ya estamos huérfanos de rock sin Spinetta, ni Pappo, ni Civile.

Es una frase hecha que le sirvió de versículo bíblico a Neil Young pero lo cierto es que el rock & roll no morirá jamás porque el arte no morirá, porque aunque en el mundo de la música reinen otros géneros, siempre estará ese disco favorito esperando a ser colocado o ese VHS con el concierto grabado de la TV o alguna canción en el disco rígido o en un reproductor portátil. No se lo puede tomar en serio, no es serio, es entretenimiento, diversión y salvación, pero como adelantó Sex Pistols, es una gran estafa. Esa es la más linda sensación, la genuina expresión de amor….

alice cooper