Enfermedad inflamatoria intestinal

#Nutrición
Por: Dana Sobol

La enfermedad inflamatoria intestinal (EII) comprende dos tipos de enfermedades crónicas que afectan al intestino: la colitis ulcerosa (CU) y la enfermedad de Crohn (EC). Ambas cursan con brotes de actividad durante los cuales aparecen los síntomas característicos, éstos suelen durar un tiempo y aunque generalmente reaparecen a lo largo de los años, los pacientes suelen tener periodos sin síntomas en los que pueden hacer una vida normal.

En la CU se produce una inflamación en forma de úlceras más o menos profundas en función de la gravedad de la enfermedad pero sin sobrepasar las paredes del tubo digestivo, localizadas en la mucosa del intestino grueso (colon) y con mucha frecuencia también en el recto.
La EC aunque también afecta muy a menudo al intestino grueso también es frecuente que afecte el tramo final del intestino delgado (ileon) y además, puede producir inflamación de cualquier zona del tubo digestivo desde la boca hasta el ano. La inflamación empieza con unas llagas que con el tiempo pueden ulcerarse y evolucionar a estrecheces de la pared del tubo digestivo o a fístulas, que a veces pueden atravesar todas sus capas y alcanzar otras estructuras cercanas.
Aunque ambas afecciones pueden empezar en cualquier momento de la vida, las personas jóvenes entre los 25-40 años son las más propensas y, en general, suele afectar por igual a hombres y mujeres.

Causas
Las causas exactas que provocan la EII se desconocen. Sin embargo existen circunstancias o factores que están presentes con mayor frecuencia:
- Vivir en países desarrollados o en vías de desarrollo.
- Ser de raza blanca (porque de alguna manera tienen afectación de su sistema inmunitario)
- Tendencia a padecerla entre algunos miembros de la familia, pero no se conoce ningún gen específico al que pueda atribuirse una transmisión hereditaria.
- El estrés, algunos alimentos y algunos fármacos como los antiinflamatorios no esteroideos (AINES) pueden empeorar los síntomas aunque tampoco son causas de la enfermedad.

Síntomas
Los síntomas varían en relación a la gravedad de la enfermedad. Suelen comenzar poco a poco y a veces pasan meses hasta que el paciente decide consultarlos al médico.
Síntomas digestivos de la CU:
- Diarrea de heces mezcladas con sangre y en ocasiones moco, que produce dolor cuando pasa por el ano y después alivia.
- Ganas de defecar a veces se sienten con mucha necesidad (urgencia), incluso por la noche cuando los pacientes duermen, o con una fuerte sensación de tener que evacuar el intestino pero sin poder hacerlo (tenesmo).
- Son frecuentes los retortijones localizados en la parte inferior izquierda del abdomen y en ocasiones reproducen hemorragias por el ano sin deposiciones.
- Si la enfermedad se localiza en la zona del recto puede haber estreñimiento en vez de diarrea.
- Algunos pacientes presentan síntomas graves en el transcurso de la enfermedad, que obligan al ingreso en el hospital, como son la diarrea de más de 6 deposiciones al día con sangre, fiebre alta, taquicardia y dolor abdominal por la dilatación del intestino grueso.
Síntomas digestivos de la EC:
Dependerán de dónde esté localizada la enfermedad en el tubo digestivo.
- En la enfermedad del colon los síntomas suelen ser similares a los de pacientes con CU: la diarrea es el principal, aunque con menos frecuencia que en la CU de heces mezcladas con sangre o moco y con mucha menos frecuencia de hemorragias por el ano.
- Es característico el dolor abdominal con retortijones, localizado alrededor del ombligo y en la parte inferior derecha del abdomen.
- Las nauseas y los vómitos son más frecuentes que en la CU.
- Si la enfermedad se localiza en el estómago, los pacientes pueden quejarse de dolor en la parte superior del abdomen.
- También existe más predisposición a tener fisuras alrededor del ano que pueden complicarse en fístulas y colecciones de pus.
- Además, estos pacientes pueden tener con más frecuencia cálculos en el riñón o en la vesícula que provoquen cólicos.

Ambas enfermedades pueden cursar con síntomas generales como:
Cansancio, sudoración por la noche, anemia, fiebre, pérdida de peso y de las ganas de comer.
Cuando afectan al colon también pueden darse otros síntomas localizados fuera del aparato digestivo mediadas por las alteraciones del sistema inmunitario como son: dolor o inflamación de las articulaciones, inflamaciones en los ojos, llagas en las encías y en la mucosa de la boca, úlceras o protuberancias en la piel y de forma más rara y menos frecuente la inflamación en el hígado.

Diagnóstico
En los análisis de sangre se puede encontrar: anemia, elevación de la velocidad de sedimentación y de la Proteina C reactiva. La elevación de estos dos últimos parámetros se produce cuando la enfermedad está en un brote de actividad.

La prueba más importante es la colonoscopia. Permite observar las paredes del intestino y se pueden obtener las muestras necesarias (biopsias) que se analizarán para tener la confirmación del diagnóstico. Esta prueba también es muy importante en el seguimiento de la enfermedad porque puede detectar las posibles lesiones cancerígenas.

Tratamiento
Medidas generales:
- Evitar los fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINES) y el estrés porque pueden desencadenar o emperorar los síntomas.
- Cuando la enfermedad esté en un brote, si hay diarrea son preferibles las dietas de alimentos pobres en residuos (fibra), y no tomar fármacos para cortar la diarrea (antidiarreicos) sin que se los haya prescrito su médico. Además deberá consultarle cuáles son los medicamentos más adecuados para aliviarle el dolor.
- El objetivo principal del tratamiento consiste en controlar los brotes de actividad de la enfermedad en los que aparecen los síntomas, prevenir su reaparición y mantener a los pacientes el mayor tiempo posible sin síntomas.
- Tratamiento farmacológico
Pacientes con CU: en general se suelen prescribir los aminosalicilatos. En algunos casos cuando no se consiguen aliviar los síntomas con este tratamiento es necesario el empleo de corticoides orales, aunque éstos no se emplean durante los periodos sin síntomas.
Algunos pacientes con enfermedad más grave pueden requerir otros fármacos con efecto inmunosupresor y en algunos casos un grupo de fármacos más novedosos como son los anti-TNF (infliximab o adalimubab).
Pacientes con EC: Habitualmente se prescriben corticoides orales y en algunos casos también son necesarios fármacos inmunosupresores y los anti-TNF.
- Tratamiento quirúrgico: en algunos casos cuando la enfermedad no logra controlarse con fármacos puede estar indicada la cirugía. Ésta con frecuencia es más necesaria en pacientes con EC, cerca del 80% de estos pacientes precisarán tratamiento quirúrgico tras 20 años de enfermedad con el posible inconveniente de que la enfermedad puede reaparecer. Sin embargo, en los pacientes con CU la cirugía del colon (colectomía) puede ser curativa en el intestino aunque pueden persistir los síntomas localizados fuera del aparato digestivo.

Recomendaciones alimentarias
- Evitar las comidas abundantes, distribuir los alimentos diarios en 5 ó 6 tomas, procurando comer pequeñas cantidades.
- Si no se encuentra relación entre un alimento y los síntomas digestivos, no es necesario eliminarlo de la dieta. La tolerancia a los alimentos puede ser distinta según se encuentre o no en “fase de brote”.
- La dieta deber ser individualizada según la tolerancia de cada paciente.
- Cuando se introduce un alimento nuevo hacerlo con otros que ya se sabe que le sienta bien. Así podrá ir viendo cuáles son los que se toleran y cuáles son los que no se toleran.
- Cuando un alimento sienta mal las molestias suelen aparecer después de 6 horas. Si las molestias aparecen al día siguiente es poco probable que sean debidas a dicho alimento.
- Los síntomas producidos por un alimento dependen de la cantidad del mismo. Empezar con cantidades pequeñas.
- Se debe de masticar bien, comer con calma y reposar después de las comidas.
- La dieta debe de ser amplia, equilibrada y muy variada.
- Cuando se encuentra bien procurar no comer aquello que sabe que le sienta mal.
La tabla de alimentos que aparece más abajo está basada en los efectos que producen dichos alimentos en la mayoría de los pacientes y sirve como orientación, pero usted debería guiarse por las normas antes descritas.