Catupecu Machu: Una noche de madera y microchips.

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Grupo (9 of 29)

El grupo se presentó el jueves en el teatro Gran Rex, donde ofreció un show de tres horas en el que recorrió toda su trayectoria. Crónica y fotos.

Eran las 21: 20 y  el  telón rojo por fin se abrió.El público respondió con gritos y cantos,  más parecidos a lo que se puede esuchar cuando se está en una cancha que en un teatro. Arriba de escenario, aparecieron cuatro personas mirando fijo al frente, cada uno con un instrumento, arriba de una pequeña plataforma que los mantenía distanciados. Parecían esos muñecos coleccionables, que tienen espacios para ensamblarlos cuando se los tiene todos. Y es que eso es Catupecu, Un ensamble de lo clásico, el sónido más crudo y un montón de cables, lo futurista y digital.

El mejor reflejo del espíritu de la banda fue este ciclo “Madera y Microchip”, que desarrolló una dosis justa  de un formato electroacústico, que el año pasado tuvo 10 presentaciones en el Samsung Studio.”Es lo que hacemos en el estudio, jugar con las máquinas”, dijo Fernando Ruíz Díaz al referirse al espectáculo.

Luego de una introducción melódica, los primeros acordes conocidos que se hicieron escuchar esa noche, fueron los de “El Mezcal y la cobra”, el tema que le da nombre al último disco de Catupecu. Le siguió “El viaje del miedo” que se terminó mezclando con una parte de “Muestrame los dientes”. Además, en esta primer parte también se hicieron presentes ” Refugio”, “Plan B” y “Musas”.

Un aspecto clave fue la  calidad y variedad de los invitados, que sorprendió a más de uno. Los hermanos Laura y Mariano Manzella, fueron los primeros en unirse a Fernando, Macabre, Agustín Rocino y Sebastián Cáseres. Fue durante “Ví llover”, en donde Mariano sumó una guitarra flamenca poderosa, acompañado por el zapateo  de Laura.

Un poco más tarde y tras “Mil voces Finas” aparecieron Ariel Hernández y Amelita Baltar, dos íconos del tango, que interpretaron “Klimt”. En “Entero o a Pedazos”, un clásico en las presentaciones de Catupecu, el violinista Javier Weintraub, que se llevó todo los aplausos tras un increíble solo.

Ya llegando al final, uno de los momentos que alcanzó el máximo clímax de la noche. Germán Daffunchio, Gabriela Martínez y Sebastián Schachtel, integrantes de las Pelotas, se sumaron para una versión increíble de “Magia Veneno”, que quedará en el recuerdo de todos los amantes del rock nacional.

El último en aparecer, fue el maestro del charango, Jaime Torres, acompañado de su hijo y su yerno. Sentados casi al borde del escenario junto a Fernando, tocaron el primer tema que compuso el vocalista de Catupecu, “La llama”. Un momento muy emotivo, en el que recordó a su padre Rubén, que lo inició en la música.

Como si todo esto fuera poco, no faltaron ” Cuadro dentro de cuadros”, “Ritual”, “Perfectos cromosomas” y una versión a capella de “Persiana americana” en homanaje a Gustavo Cerati.

Para cerrar, “Y lo que quiero es que pises sin el suelo” y “Metrópolis nueva”. Segundos después, todos los invitados volvieron a aparecer en el escenario junto a Catupecu Machu para despedir al público, que se paró de pie y los despidió con un gran aplauso ¿Quién dijo que el rock estaba muerto?

 

Fotos: Cortesía de Nicolás Córdoba.