Franceses: ¡no se vayan!

#PorQuéParís

El “Hexágono” –como les gusta a los galos llamar a su país, en alusión a su geografía- está en crisis, no hay duda. Y las reacciones son dispares. Los argentinos lo hemos vivido. A veces, no hay más remedio que tomar el camino del exilio, lo que siempre es un desgarro. Pero otra cosa es la tentación –en la que caen algunos- de renegar del país, una forma de descompromiso con la Patria que los vio nacer.

morosité-de-la-France

La polémica estalló en Francia cuando, a comienzos de septiembre, el diario Libération publicó una tribuna incitando a los jóvenes a “tomárselas”, y enumerando los frenos que consideran estructurales para un cambio que saque a Francia del estancamiento. Poco después, un grupo de empresarios replicó con un llamado a invertir e “invertirse” por el país.

A continuación, un resumen de ambas posiciones.

“Jóvenes de Francia, su salvación está en otra parte: ¡tómenselas!”. Con ese título, Félix Marquardt, empresario, Mokless Rappeur, músico, y Mouloud Achou, periodista, firmaron un llamado público que, entre otras cosas, decía: “Los lindos discursos (de los mayores) disimulan cada vez más torpemente una verdad muy incómoda: vivimos en una gerontocracia, ultra centralizada y esclerotizada, que cada día se derrumba un poco más”.

Estos calificativos se justifican, según los autores, porque Francia es una “sociedad en la cual una elite de algunos miles, cuya media de edad oscila en los 60 años, decide sobre casi todo”, porque el sistema acepta que uno de cada cuatro jóvenes esté desocupado, y porque hay una gran reticencia a ceder responsabilidades a los de menos de 40 ó 50 años.

“Es la primera vez desde hace mucho tiempo –dicen- que una generación vivirá peor que la precedente”. Es decir, lo contrario de lo que se considera progreso.

Barrez-vous

Félix Marquardt, Mouloud Achou y Mokless Rappeur, los tres firmantes del llamado a los jóvenes a “tomárselas” de Francia

Los autores también constatan que el mundo está cambiando y que Francia –y Europa- ya no está en el centro del planeta: “Hoy es el turno de los brasileños, de los chinos, de los senegaleses y de los colombianos, cada uno con sus problemas y desafíos, (pero) unidos por esta fe en el porvenir que caracteriza a las potencias en alza”, afirman.

Y entonces, viene su propuesta: “Jóvenes de Francia, tómenselas, si no por ustedes mismos, al menos por sus hijos. Su salvación está, literalmente, en otra parte. No en la fuga, dejando un país cuyas perspectivas económicas con morosas, sino (para) reinventarse y regresar enriquecidos por nuevas experiencias, impregnados de la creatividad y del entusiasmo que florecen hoy en los cuatro rincones del planeta”.

“No lo duden, elijan un destino dónde el mundo esté en proceso de construcción (…). Tómenselas, más prosaicamente, para mejorar su nivel de vida. (…) Váyanse, vuelvan, partan nuevamente, regresen otra vez. Una virtud central de estos peregrinajes será la de por fin reconciliar a Francia (con) la realidad del mundo que nos rodea”, agregan, quejándose de cierto autismo del país frente a los grandes cambios que están teniendo lugar en el planeta.

“Jóvenes del Hexágono, no es solamente su país de nacimiento el que es suyo sino el mundo entero. Violéntense si fuese necesario pero apodérense de él. En ello les va el porvenir. Y el de Francia”.

Los firmantes de esta carta abierta han creado incluso una página web www.barrez-vo.us, lo que mostraría la voluntad de darle una continuidad a este “movimiento”.

 

Respuesta

La réplica vino también en forma de tribuna de prensa, en este caso en Le Monde y en el sitio web Rue89, el 10 de octubre, con un proverbio árabe a modo de epígrafe: “Aunque el burro vaya a la Meca, no volverá peregrino”.

“Dicho de otro modo, ¿por qué buscar afuera lo que se tiene entre las manos? Existen en Francia reservorios de crecimiento y oportunidades inmensas, a condición de tener el coraje y la voluntad de cambiar de perspectiva”, dicen los firmantes de la nota, David Brun y Grégoire Prévost, que se presentan a sí mismo como creadores de empresas.

“Hemos elegido Francia, nuestro país natal, para invertir y lanzarnos. Nuestra sociedad, Ityz, creada en 2012, propone una aplicación para smartphones que les permite a todos, gratuitamente, pedir un taxi con dos clicks”. Se inspiraron, aclaran, en un servicio similar que existe en otras capitales del mundo, como Londres, Berlín o Nueva York.

ITYZ_logo

“Nos toman por locos –dicen-, por una suerte de cándidos optimistas que no ven el mundo derrumbarse a su alrededor: cada mes, más empresas anuncian planes de despido más o menos masivos; cada semana, la prensa explica los efectos desastrosos de una crisis económica, que se está volviendo social”.

Pese a todo, dicen, ellos decidieron dar el puntapié inicial de su empresa. “La confianza no se decreta –admiten. Se vive. El crecimiento tampoco se decreta, se conquista. Si nuestra PYME crea empleos en los próximos meses, habremos contribuido a ello”.

En donde los otros ven inconvenientes, ellos ven una oportunidad. El recambio generacional es inevitable, sucederá de facto, dicen. Y aseguran que una economía declinante y un desaceleramiento económico son momentos ideales para arrancar con una empresa.

“Parece paradójico, (pero) los costos son menos elevados y más talentos están disponibles –explican. Los clientes potenciales son más susceptibles de probar un nuevo servicio que puede ayudarlos a reducir gastos o a aumentar su competitividad. Todavía queda mucho por producir en términos de ideas, de trabajo y de inversión…”

Tampoco niegan que haya oportunidades en los países emergentes. Pero también en ello ven una ventaja para el Hexágono: “Francia es ciertamente la mejor colocada para exportar, importar, intercambiar, dialogar y construir con, por ejemplo, un continente como el África en el cual el potencial de crecimiento es considerable”.

chomage1

Uno de cada cuatro jóvenes franceses está desocupado

También reivindican los talentos nacionales: “En el origen de la creación del iPhone (estuvo) un francés. Facebook, LinkedIn, Google, Apple, Amazon… en los equipos directivos de estos gigantes de la web hay franceses. Y la mayoría de ellos, formados en Francia”.

“¿Acaso el éxito es una exclusividad internacional, prohibida en Francia?, se preguntan. Nuestra empresa recluta talentos norteamericanos venidos de start-up de punta en Silicon Valley. Se sienten seducidos por la calidad de vida francesa. Y por cierto espíritu. Aquí, no preguntamos  cuánto ‘pesa’ usted antes de iniciar una conversación”.

“Francia no está muerta, aseveran. El brillo francés en lo internacional representa un potencial de crecimiento increíble. La francofonía son casi 250 millones de individuos, en todo el mundo, que comparten nuestra cultura o nuestra lengua, y que serán más de 700 millones en 2050. Son mercados a conquistar. Para una PYME como la nuestra, eso representa un océano de oportunidades, de encuentros, de intercambios y de compartir”.

chomage2

Sin embargo, aseguran que no niegan la realidad: “Hace falta coraje para invertir en Francia. Aquí, pagamos tasas de todo tipo y más impuestos que en otras partes. No obstante, los servicios públicos no tienen parangón. Ya sea en términos de salud, de educación, de cultura, de infraestructura de transporte, de energía, etc.”

“Es cierto que en Francia la administración pública es pesada y con frecuencia reticente por reflejo –admiten-, pero nos compete a nosotros hacerla evolucionar. Las resistencia heredadas de varios siglos de historia no deben hacernos olvidar la suerte que tenemos de vivir en este país”.

Y concluyen: “Por eso decimos; ‘inviértanse’ para que las cosas cambien. ‘¡Quédense!’ porque hay un potencial de crecimiento increíble en nuestro país. ‘Asuman riesgos’, porque administrar los riesgos es el fundamento de una empresa. Y, retomando las palabras de Nelson Mandela, ‘el coraje no es la ausencia de miedo, sino la capacidad de vencerlo”.