Un sabio de 18 años

#Psico+40

Esta nota es en colaboración con un sabio de 18 años. Con su autorización cito lo que publicó en Facebook como mensaje de fin de año .

Kevin con sus 18 años a cuestas, lleva 3 meses internado en una clínica de rehabilitación, tiene una enfermedad que lo viene atacando hace tiempo. En este momento está re-aprendiendo a caminar, como no oye y le cuesta hablar se maneja mucho escribiendo vía Facebook o por mensaje de Watsapp, una muestra de lo útil que puede ser la nueva tecnología de la que disponemos.

Si querés antes de leer lo que escribió Kevin en su Facebook te podés sentar y servirte algo caliente o un trago fuerte. Va:

“Iba a poner “este año fue una mierda, gracias por haber sido parte de él” pero no de forma irónica, sino de verdad, agradeciendo porque los míos me demostraron lo que son en las malísimas o en las peores. Pero viendo mi año que hizo Facebook no sé si fue tan de mierda. Si, estuve grave, van a ser 3 meses que estoy en una clínica de rehabilitación, en el XXX ( se refiere a una institución muy prestigiosa) me trataban mal y por eso aprendí lo que es pasarla mal. Pero gracias a todo eso conocí gente increíble, hice y hago cosas que jamás pensé que haría.

No voy a hacer un balance del año porque para mí termina un mes y empieza otro pero lo escribo porque creo que ayuda a ordenar ideas y lo comparto para la gente que se hace mala sangre por algo muy simple. Todos tenemos problemas, estoy más que de acuerdo, pero creo que hay que preocuparse y ocuparse lo necesario y según el problema lo requiera.

Feliz año.”

Es tan contundente que me deja casi sin palabras.

Kevin forma parte del grupo de personas jóvenes que tienen diferentes enfermedades que los tienen ocupados en su salud, a veces con sus proyectos truncados, a veces con su vida cotidiana detenida por el tratamiento.

Para mí es un sabio, porque la enfermedad te puede llevar por varios caminos: el enojo, la depresión, la impotencia…pero también te puede llevar por un camino de aprendizaje, de agradecimiento por la gente que te ayuda y por la que te acompaña con amor.

La enfermedad lo hace un sabio. Para mí la sabiduría no tiene que ver con la edad cronológica, uno puede vivir muchos años sin aprender, sin entender nada, pasar por la vida haciéndose más viejo, no por ello más sabio.

Creer que todas las personas que envejecen son sabias constituye un estereotipo positivo.

Y creer “que toda la juventud está perdida” es desconocer a la gran mayoría de jóvenes que luchan por su proyecto de vida con entusiasmo y responsabilidad.

Hay muchas definiciones de sabiduría, vamos a abreviar una de Paul Baltes, Smith y Staudinger (1993):

“El cuerpo de conocimientos asociado con la sabiduría implica una concepción profunda de los aspectos esenciales de la vida, incluyendo la finitud humana y su condicionamiento cultural. También contiene información relativa a la estructura, dinámica e importancia de las metas vitales, su probable secuencia y el significado de la vida…incorpora conocimientos acerca de sí mismo, sus fortalezas y debilidades” , así como la comprensión de “las relaciones interpersonales, su dinámica, su potencial y sus limitaciones”.

Kevin es un sabio de 18 años porque en su balance del año nos hace reflexionar sobre varias cuestiones: el agradecimiento, el aprendizaje y el valor del tiempo.

Kevin entendió que el único tiempo que existe es el hoy. A muchos nos lleva mucha energía pensar en el pasado… a otros mucha “malasangre” y ansiedad pensar en el futuro. El nos dice, sólo existe el hoy, debemos aprender a preocuparnos y a ocuparnos dimensionando lo que nos ocurre.

Nos muestra cómo acepta sus limitaciones físicas y cómo valora la ayuda profesional que recibe, como este proceso de enfermedad lo lleva a un camino de crecimiento personal.

Es un guerrero. Un guerrero sabio: comprendiendo el valor y significado de la vida, lo que puede esperar de los demás y de sí mismo, desafiándose cada día para salir adelante.

Cuando te sientas derrotado, espero que Kevin te inspire para medir la gravedad de lo que te pasa y afrontar la vida con tu propia sabiduría.

Puede ser más simple de lo que creemos.

Este año 2015 buscanos en Facebook: JJ Psicogerontología Integrada.

Los invito a sumarse con un “me gusta” y a compartirla.