Modular las emociones

#Psico+40

Hoy quiero invitarte a pensar el tema de las emociones.

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Qué capacidad especial tiene alguien que puede dominarse en un momento de furia, y en vez de explotar, agredir, escupir fuego como un dragón , puede contenerse y frenar?

Hay mucha gente que  puede hacerlo y ni siquiera registra que eso es una virtud. Eso a mí me produce especial admiración.

Regular tus emociones es aprender a calmarte o a cambiar tus estados de ánimo, utilizando recursos internos que te permite  no usar medicación.

Entender, regular y aprender a lidiar con tus emociones te ayuda a convivir con vos mismo y con los demás. A aguantarse y a aguantarlos.

En Mar del Plata  dos colegas brillantes,  María Florencia Giuliani y Claudia Arias, investigan este tema (entre otros relacionados con el ciclo vital) y en un artículo de investigación publicado dicen que:  ”Las emociones son un fenómeno multifacético… que constituyen una fuente vital de información sobre nosotros mismos, el medio y los otros y que por lo tanto resultan altamente valiosas para el comportamiento adaptativo al mundo social”.

 Por que las  emociones son un fenómeno multifacético?

 Ellas desarrollan 2 autores, Gross y Thompson que “consideran que las emociones son fenómenos multifacéticos, que involucran a todo el organismo e implican cambios en la experiencia subjetiva, en el comportamiento y a nivel fisiológico”. A su vez, los autores concuerdan con Snyder y Lopez al decir “que las emociones se despliegan a partir la evaluación de alguna situación u objeto como relevante para las metas del sujeto”.

 Traducido quiere decir: que las emociones las sentís en tu cuerpo, con signos neurofisiológicos, (te agitas, se te acelera el corazón, te transpiran las manos) y también son una respuesta de nuestra mente a una situación que estás viviendo o al encuentro con alguna persona. Y además te llevan a reaccionar con conductas diversas.

 La pregunta es: ¿ es posible “gobernar” nuestras emociones?, siempre es necesario hacerlo? O a veces debemos simplemente dejarnos llevar por ellas?

 Contenerse y frenar es cuidar al otro de uno mismo: cuidar al otro de la capacidad de agresión, de la propia furia, de la capacidad que todos tenemos de herir cuando nos enojamos por alguna razón o cuando sentimos que el otro lastima nuestro orgullo…

 Ojo! que no estoy diciendo que hay que callar y aguantarse…sino que estoy elogiando a aquellas personas que pueden controlarse en un determinado momento de enojo, para no lastimar a alguien, porque como se dice popularmente, las palabras, son más dolorosas que los golpes.

 Conozco pocas personas con esa capacidad de regular sus emociones, pero conozco una mujer en particular que puede levantarse de una mesa antes de decir algo de lo que se puede arrepentir, conozco otra que es capaz de retirarse para no discutir con el padre de sus hijos delante de ellos, son personas que tienen un gran dominio emocional. Luego, calmadas, hablan.

 Mirá que fácil… en vez de gritar, herir o insultar se levantan, se retiran, se serenan y luego dicen lo que tienen que decir con tranquilidad.

 Conocés alguien así? hay gente así , y hay otra que después de algunos años de terapia…pongámosle 20 o 30… lo logran.

 Decir lo que uno tiene que decir, con respeto, hacia el otro y hacia nuestra propia persona debe ser de los aprendizajes más complejos que tenemos que hacer en esta vida.

 Lo habitual es que si te peleaste con tu jefe… le grites a tus hijos, o que si tuviste un día muy complicado… te la agarres con tu madre, con tu empleado, que descargues tu bronca con quien no corresponde de la manera menos adecuada.

 Cuando uno va envejeciendo también van cambiando sus emociones y con suerte aprende a regularlas y a conocerlas. Digo “con suerte” porque envejecer no es sinónimo de aprender, hay personas que con el correr del tiempo adquieren arrugas, mañas, canas, kilos, kilómetros transitados pero no aprenden, no adquieren sabiduría.

 Hoy estamos hablando de lo que se llaman “emociones negativas” como el enojo y la ira. Y te cuento que no me gusta mucho que las llamen “negativas” porque vos podes entender que no deberíamos sentirlas. Y no es así.

 Simplemente sentimos estas emociones y tienen una utilidad: cuando sentís miedo te preparas para huir, cuando sentís enojo te preparas para luchar. Cuando sentimos determinadas emociones nos llevan a reaccionar y a desplegar una conducta. Después veremos si esa conducta fue o no la adecuada a ese momento.

 Parte de la Inteligencia Emocional (IE), que han estudiado distintos autores, tiene que ver con entender las propias emociones: ¿prestas atención a tu estado de ánimo y a tus emociones?, ¿podes discriminar lo que sentís? ¿entendés por que estas sintiéndote alegre, triste o furioso?

 Otra parte de la IE es poder regular esas emociones: poder lidiar con lo que sentís y modificarlo cuando te sentís triste, angustiado, enojado, irritado…Por ejemplo:

 Cuando estás triste ¿podés hacer algo para cambiar tu estado de ánimo?.

 Cuando algo te salió mal y estás enojado ¿podés no descargarte con el que tenés a mano y no tiene nada que ver?

 Cuando estás desanimado ¿podés conectarte con cosas buenas, agradables para  cambiar tu estado de ánimo?

 Estamos hablando de regular nuestras emociones cuando intentamos  incrementar emociones positivas en momentos en que lo necesitamos o disminuir las emociones positivas en un contexto donde no pueden acompañarnos.

 Regular las emociones no es reprimirlas, ni silenciarlas, es percibirlas, entenderlas, es modular tus estados afectivos para alcanzar una meta: no pelearte, sentirte mejor, estar tranquilo, disfrutar un momento a pesar de…

 Conocí a una mujer hace años que me contó que cuando sentía que no podía más con su tristeza, o con su rabia, se iba a un cuartito en su casa , se quedaba ahí sola y empezaba a recordar buenos tiempos: un viaje, un momento agradable, una fiesta, una situación que la hizo feliz, a alguien que la quiso mucho…

 A este recurso yo lo llamaba “el método de control mental de Elba”.

 Hoy, muchos años después lo llamo ” el método de regulación emocional de Elba”.

 Una genia Elba,  si no aprendía a hacer esto…quien sabe…hoy le estábamos llevando café y cigarrillos a la cárcel de mujeres de Ezeiza.

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  JJ Psicogerontología Integrada.

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Lic. Judith Jaskilevich