Madrid: La hidalga ciudad Capital.

Recuerdo de mi Viajes por España.

 

Caminaba por mí ya conocido Aeropuerto de Barajas – en Madrid – como si fuera mi barrio y mi proyecto disfrutarla en más de 6 días. Una propuesta que me entusiasmaba, lentamente avanzaba y planificaba como ocuparlos. Arrastraba mi valija, estaba muy desvencijada y la cuidaba como a un  bebe, tenía miedo de que su destrucción fuera total,  por ello no quise tomar el metro y me tome un taxi. Los 50 euros todavía me siguen doliendo, el impuesto tal y el derecho a no sé qué. Autorizaron la violación legal de mi tesoro, me pareció caro, muy caro. Me afecto de tal manera que iba descontado cuantas cañitas menos debía tomar para amortizar el gasto. En la calle Atocha, allí estaba mi hotel – muy lindo – reciclado sobre un edificio muy viejo.

1

Madrid. los Pórticos, las Arcadas, conocidos edificios ¡Esta es la Plaza Mayor!

Deje mi equipaje y rápidamente salí a conocer Madrid. Me lo quería comer, las ansias locas de recorrerlo no me podían contener. Madrid, me repetía. El encuentro de dos grandes. De fanfarrón salí sin preguntar nada, el conserje estaba ocupado… como siempre. No quería  perder tiempo ni calmar mis expectativas…con pavadas.  Salí como una tromba a la calle. ¿Tan difícil no va a ser? ¿Quién se puede perder en Madrid? De última pregunto en la calle. No tuve en cuenta que me cuesta mucho preguntar (¿?) Le hice honor a casi todos los hombres del planeta. Sí. De esos que llevan siempre el titulo orgullosamente en el bolsillo. La verdad, andar preguntando es cosa de mujeres- siempre nos repetimos-  Nos apoyamos entre nosotros…

2

Madrid. La Plaza Mayor. Su sol y sus sombras. Excelente lugar para tapear.

Insistía. Tan  difícil no puede ser. Gire algunas veces sobre mi eje y con mayor fuerza retomaba el rumbo. Aquí debo decir a mi favor: la cantidad de turistas que había en la calle no me facilitaron las cosas. Al contrario  jugaron en  mi contra. Mi norte, mi obsesión era: la “Puerta del sol” o” La Plaza Mayor,” de última “La Gran Vía”. Evidentemente no eran solamente mi objetivo, era el de todos los que me rodeaban. Esto es lo primero que hay que conocer en Madrid – me repetía a mí mismo – tratando de convencerme y haciendo de mí, un propio guía de Turismo espiritual.

3

Madrid. Plaza Mayor. como telón “La casa de la Panadería”

Continuaba con mi análisis: Son estos los tres íconos del Turismo. Debe ser muy fácil encontrarlos. Inmediatamente, me topé con la” Plaza del Ángel”, ante el primer giro. Seguí caminando. Muy pocos metros – Me dije – Que bestia giré sobre mí mismo y volví a salir a la misma Plaza -eso me desoriento – gire en la primera esquina y otra vez en la misma Plaza. En ese momento me di cuenta que eran dos distintas, esta era la de” Santa Ana”. Casi se tocan con la del “Ángel”. Malgastaron, hubiesen hecho una grande y se ahorraban unos pesos.

4

Madrid. Puerta del sol. Calle Preciadas, una de las 10 que desembocan allí.

La primera es el origen de la noche Madrileña, el lugar de encuentro para trasnochar. El kilómetro cero de la noche de Madrid. Ahora entiendo porque el confianzudo del chofer del taxi, cuando le di la dirección  del Hotel,  intento una pequeña sonrisa que casi se convierte en carcajada, cuando le pregunte dónde era la movida nocturna en esa ciudad. Haciendo una pausa, me dijo el muy pícaro. A metros del Hotel tiene una plaza muy interesante, pregúntele al conserje que le va saber indicar. Claro. La famosa “Plaza Santa Ana”.

5

Madrid. La puerta del sol. ¿Si te gusta lo dulce? La Mallorquina te espera.

Seguía caminando, el cansancio y los malos resultados de ella me estaban agobiando. Al fin, vencido, humillado. ¡Pregunte!… Sí… Que tiene de malo preguntar. Sencillo… Siga derecho. Esta ahí nomás. Era cierto y muy fácil. Viste, viste, para que preguntaste, me reprochaba sin cesar. Te humillaste, innecesariamente (¿?)

Estaba ingresando a la Plaza Mayor – un lugar que guarda tantas historias- sus grandes arcadas, los pasillos atestados de negocios y lugares para comer, de pronto te invaden los olores característicos de la cocina española. Infinidad de turistas, la recorrí rápidamente, como para dar una primer mirada general. Parecía que quería recorrerme todo Madrid en una sola tarde. Sin darme cuenta cada vez iba más ligero, pero encontraba tantas cosas interesantes en el camino, que cada vez demoraba más.

6

Madrid. ¡Que lindo encontrarse con Compatriotas!

Caminaba tan distraído y tan absorto en mis pensamientos que cuando pase al lado de una mesa con tres vagos- en el buen sentido de la palabra- los señores ocultaban sus caras con máscaras muy risueñas, sus cabezas sobresalían sobre una mesa y el cuadrado estaba bien cubierto por una tela. Ellos ocultos por ella. Sobre esta y apoyadas al descuido las tres mascaras… Inocentes. Nadie puede sospechar. Estaba sola como abandonada, nadie la cuidaba, en la inmensidad de La Plaza Mayor. Insisto… yo… muy distraído pase a su lado. En ese instante los tres a la vez ¡Me gritaron! Se levantaron al unísono, aquella que parecía una inofensiva mesa, quedo colgada de sus hombros, las tres mascaras se agitaban y hacían flamear al género protector.

7

Madrid. Plaza mayor. Los tres e inocentes vagos…Muy divertidos.

Se imaginan… esto. Se convirtió en la mejor arma letal de mi ataque de Pánico. Ellos a su vez se divertían. No solamente ellos ¡Todos! La carcajada fue general. La Plaza mayor en su totalidad se reía y la risa no solo retumbaba en mis oídos, sino que en todos los edificios que la circundan, produciendo un particular eco. El color rojo invadió mis mejillas, salí espantado del susto y de vergüenza, creo que todavía estoy corriendo.

8

Madrid. Puerta del Sol. Real Casa de Correos.

Caminaba y seguía riéndome de mí mismo y celebrando tan linda idea, a pesar de que siempre tiene que existir un tonto distraído, para que los demás se rían. Admito que alguna tarde me senté en un barcito y me divertía con los distraídos. Confieso, esa tarde. Ese tonto…fui yo.

9

Madrid. puerta del Sol. Real Casa de Correos. La noche le cambia su aspecto.

Me encontré caminado por la Calle Mayor y me dije, esta me lleva a un lugar importante, fui en el sentido que iba una gran masa de Turistas. Ya había caminado 500 o 600 metros y todavía sonreía del susto que me había pegado. Trataba de imaginarme la espantada y mi cara, me volvía a reír. Mi paso iba reducido porque parecía que íbamos en una manifestación. Todos para el mismo lado y todos con el paso apretado buscando el rumbo elegido. Intentaba esquivar turistas pero se hacía imposible – mi destino “La Puerta del sol” – tal es así que me dije: Voy bien, quizás muy lento. Aprendamos a disfrutar, muchas veces en las pausas encontramos la Felicidad y caminaba tranqui… tranqui. De pronto su olor tan rico por poco me marea, “El museo del jamón”, hubiese querido hacer un alto allí, simplemente fue una breve recorrida y ya estaba nuevamente en la calle.

10

Madrid. ¿Los conoces? Tapas en el Museo del Jamón.

Mi primera impresión fue el cielo abierto sin edificios y un importante predio, la muy buscada “Puerta del sol”, estaba allí y allí estaban todos, asistencia perfecta -un gentío – era la parada obligada de los Turistas del Mundo, para tomar aire, respirar y volver a arrancar. La fuente central con sus juegos de agua y una gran cantidad de turistas sentados  en el suelo, dándole descanso a sus piernas. Me paré muy cerca de ellos, no dejaba de admirar a los edificios que la rodean y los grupos étnicos, no faltó nadie. Turistas de los cinco continentes, diversidad de colores y de lenguajes.

11

Madrid. ¿Están en el aire?

Un grupo de “Mariachis” hacia el deleite de muchos, incluido el baile. Hindúes o quien sabe quién, hacían malabarismos con sus cuerpos, ingeniosamente demostraban que estaban suspendidos en el aire. ¿Realmente estarían en el aire? ¿Levitando? Todos nos mirábamos como preguntándonos como lo hacen. A su vez yo me preguntaba ¿Quién falta venir? ¿A quién esperamos? Cierren la Puerta. ¿Estamos completos? ¿Quizás será el Crepúsculo? Todo puede ser, cada uno viene a estos lugares a buscar cosas distintas. Ese deambular como perdidos mirando y sin mirar nada, quizás tenga una explicación. Es la de estar en un lugar largamente soñado y estábamos ahí, dispuestos a disfrutarlo.

12

Madrid. Puerta del Sol. Su mágica Fuente.

Por esa manía que tiene el Turista  de fotografiar. En cuantas fotos seré el protagonista y estaré en el primer  plano, cuantos familiares y amigos dirán: ¿Y este Pelado? ¿Quién es? seguramente estaré recorriendo el mundo y sin enterarme, donde miraba había un lente apuntándome. Sin ser ningún famoso o lindo,  simplemente por estar y ser parte de la decoración del lugar.

España. Gil García. Pueblitos llenos de amor

 

 

Recuerdos de mis Viajes por España

 

Parado… allí, en Barco de Ávila una pequeña localidad de España a 200 km de Madrid- Pronto a iniciar una nueva Aventura- Visitar el pueblito donde nació mi padre- justificado viaje- uno de los motivos de estar en España, conocer este lugar. Todas las incógnitas pasaban por mi mente, sin pedir turno ni sacar número, eran una avalancha de ideas… se sucedían  como una cámara ligera.  El sol como siempre muy entrometido caía a plomo sobre los cristianos y no tanto, a mi lado la pertrecha valija… única compañera de aventuras.

DSC09211

España. Barco de Ávila – Pueblitos custodiados por su Castillo

Miraba a mi alrededor…me preguntaba ¿Era esta la Terminal de ómnibus? Sí. Fue mi propia respuesta -Muy pequeña- un grupo de locales contaban pequeñeces sin ton ni son. Pareciera que era una charla preparada para darse corte. Toda Gente mayor -todas haciendo portación de caras-  las clásicas de un pueblo, gente de mucho trabajo, todas ellas eran un compendio de vida y sus manos… sus manos sí que no podían ocultar su tiempo y sus historias de sacrificio… allí estaba su ADN.

DSC09380

Barco de Ávila. Puentes de piedras sobre el río Tormes

Sentía que era observado, sin dudas mi equipaje me delataba y mi vestimenta también o mi cabeza rasurada. Pero sobre todo, que parecía una estatua, nadie me iba a buscar. ¿Qué hacía yo allí? Era la gran incógnita. Lo que no se dieron cuenta, es que con mi aspecto de distraído, era yo el que los observaba y escuchaba a ellos. Paso el tiempo…se hacía interminable…

DSC09374

Barco de Ávila. El río Tormes- Arriba: El Puente – Abajo: Truchas

Ellos, cansados de esperar que pase algo… se silenciaron. Quizás esperaban mi pregunta- Aproveche esa pausa- Apunte a uno de ellos, el que sabía todo lo que pasaba en el  pueblo y alrededores. Hablaba muy fuerte y parecía por su uniforme el dueño de la Terminal- Hacia el salió la bala-  Discúlpeme Sr. ¿Dónde puedo conseguir un taxi? Salto de una  pared baja donde estaba sentado y sigilosamente se puso a mi lado… sin bajar su tono de voz sino que lo aumento. Era este un volumen como para que sus parientes y los míos se enteraran. Me pregunto. ¿A dónde Va? Al Hotel “Real de Barco” respondí. Y para que quiere un taxi vaya caminando- es muy cerca- fue su respuesta.

DSC09321

Barco de Avila. Gil García – El Bar – Un gran entretenimiento

Dirigí mi vista hacia dónde apuntaba su dedo y divise el Cartel. Me pareció lejos y en subida. No… quiero un taxi- Dije caprichoso- Para no parecerlo, agregue: Lo que ocurre que luego tengo que ir a Gil García.  Reforcé así mi explicación: Es el pueblito donde nació mi padre, quiero conocerlo y buscar algún pariente… si los hay.  En ese momento los 10 o 12 que estaban sentados en la misma pared, saltaron- se pusieron a mi lado – todos juntos hablaban y preguntaban (…)

Hasta que el de la voz cantante dijo: Esta chica que viene aquí, ¿Le pregunte, a su vez? ¿Ella? Señalándola. No, no. La que maneja el micro. Refiriéndose a otra. Se nos acercó una joven muy alegre y verborragica. Me pregunto ¿El apellido de su padre? Bernabé Solis, le respondí. Hummm… no conozco a nadie con ese apellido. Poco le importo que yo fuera de su pueblo, demostrando poco interés,  giro y continúo con su tarea.

DSC09336

Barco de Ávila. Gil García – Historias contadas piedra sobre piedra-

Mientras… yo seguía haciendo una pequeña reseña de la histórica llegada de mi padre a la Argentina y ante sus preguntas me daba cuenta de la poca información que poseía. Me sentía culpable de no haberme interesado un poco más de su salida de España, de mi parientes que seguramente los hay- como fue su viaje- de cuanto extrañaba a su querida España. Solamente me remuerde mi conciencia de que  nunca pudo volver a su terruño, es por eso que yo tome la posta y me comprometí a hacerlo por él. Nuevamente participo el de la voz cantante – Sacándome de mis pensamientos- No tome taxi, me dijo- Que lo lleve el hermano de ella, ahora viene con otro micro, como si impusiera una orden. Como al pasar…  aclaro… ¡Es el intendente de Gil García!

DSC09302

Barco de Ávila. Gil García – El tiempo dejo sus huellas sobre sus casas-

El reloj marcaba las 14.30 hs. – me llamaron- estaba esperándome el taxi. Me puse en sintonía y mi corazón empezó a latir locamente. ¿Qué me esperaba? Me preguntaba constantemente. ¿Que encontraría al conocer el pueblito? ¿Encontraría su casa? ¿ Estaría muy deteriorada?, ¿Algún pariente, primo o descendiente de la familia? ¿Cómo me recibirían? ¿Me aceptarían? Muchas preguntas… Pocas respuestas.

Cargaba solamente la mochila… y en ella muy pocas cosas. Los papeles con los pocos antecedentes que había podido recolectar  de mi familia española- Solamente algunos nombres- Visitaría el que a partir de este momento sería mi pueblo. Al hacerme ciudadano español mi lugar de referencia es este pueblo.  Todo esto recorría no solamente  mi cerebro sino todo mi cuerpo.

DSC09366

Barco de Ávila – Mi chofer…Mi amigo…José Antonio Martin Colorado.

Ya estábamos en camino… Mi chofer… José Antonio Martin Colorado a partir de ahora José a secas y también… mi amigo, relación que establecimos cuando nos reunimos en su Asador” M y M San Lorenzo”, de la vecina localidad de San Lorenzo de Tormes, distante a solo 10 km de Barco de Ávila. Allí me invito a cenar y estrechamos nuestra amistad, también entendí por qué los argentinos nos hacemos tan rápido de amigotes, es la sangre que corre por nuestras venas.

DSC09283

Barco de Ávila . Gil García – La iglesia siempre presente.

En la próxima curva esta la entrada. Debemos salir de la principal y tomar un camino lateral, me dijo mi ocasional chofer- Allí está el cartel de entrada – Mi corazón se volvía a acelerar… Nos detuvimos y José me saco unas cuantas fotos. De todos los ángulos, mi apuro por llegar, mi ansiedad incontenible hizo que le pidiera que retomáramos el camino… comenzó la subida, rodeada de una frondosa arboleda.  José me acribillaba a preguntas y hablaba sin cesar haciendo de guía de turismo, hubiese querido aprovechar ese momento en silencio. Sentado en la punta del asiento y tratando de retratar con mis ojos ese paisaje, mi ilusión era que esa imagen que guardaban mis retinas no se perdiera jamás.

DSC09235

Barco de Ávila. Gil García. Solo 2 km. para cumplir mis sueños.

Los 1200 metros de altura que tuvimos que subir para llegar… se me hicieron eternos, no sé porque estaba tan ansioso ¿Que esperaba encontrar? Muchas eran mis incógnitas. Y este entorno  me sorprendía gratamente. Esta es la última curva… y la última subida, fue su respuesta a mi pregunta casi Infantil. ¿Falta mucho? Con un pequeño quejido el vehículo encaro la última subida. Esta es la parte principal del pueblo, me dijo ¿Me pregunte? Y pensé, casi sin quererlo. Si esta es la principal como será lo accesorio. Mi emoción toco su fin. Esto es un hecho, estoy pisando Gil García.

Este es uno de los momentos más esperado de mi vida. Tengo que vivirlo a pleno. Nos recibió una encrucijada de calles. Subidas, bajadas, la construcción muy variable y de todos los estilos, moderna, antigua con grandes piedras apiladas una sobre otra, con los techos caídos, el tiempo con su paso había dejado sus huellas. Confieso, ese estilo rústico me apasiona, las calles estaban asfaltadas, tendidos de cables que denuncian la presencia de electricidad… sinónimo de progreso. Ya tenía mi primer pantallazo. José, descendió y me invito a mí a hacer lo mismo…

DSC09262

Barco de Ávila. Gil García – ¿Aquí habrá jugado mi padre?

La primera subida y el ¡Vamos Raúl, de José! –alentándome-  así te ayudo a averiguar  y te dejo organizado para volverme tranquilo. Su función de taxista se había excedido y le estaré siempre agradecido.

El primer vecino, nos dijo que no conoció a ninguno de los apellidos que le íbamos cantando, pero que fuéramos a ver a fulano de tal… que era uno de los más viejos, allí fuimos… bajar y volver a subir, a nuestro llamado una voz masculina- de edad por su tono y ronqueo- nos gritó: Estoy descansando, no recuerdo a nadie con esos apellidos, vayan a ver… a fulano de tal que quizás recuerde algo. Las noticias recorrieron rápido el pueblo. Recién llegábamos y ya todos sabían…quien era… y a que iba. Era comprensible, el mundo de la telefonía celular también estaba presente

DSC09313

Barco de Ávila. Gil García – El campanario todo un mito.

Me llamo la atención la cara de contrariado de José- yo no hice ningún comentario- Me miro y dijo ¡Qué raro! Tampoco pregunte nada y  si él quería alguna respuesta en especial de mí, no se la di. Vamos a ver a una parienta mía que vive aquí- Unas vueltas-  bajadas -y nuevas subidas.  A nuestra llamado apareció la figura de una mujer con una sonrisa muy agradable… nos invitó a pasar.  Inmediatamente le pintamos un panorama de mi situación, saque de mi mochila los pocos papeles que llevaba y los apellidos que tenía se sucedían uno tras otro. Los “no” ganaron rápidamente sobre los pocos…“si”.

DSC09244

Barco de Ávila . Gil García – Simple – Rustico – Pero que aguanta el tiempo.

Latas de gaseosa heladas y bombones de primera marca fue su invitación. Todos eran símbolos de modernidad… no me dejo de sorprender. Trataba de concentrarme en la búsqueda de mis parientes y pese a todo me llamaba la atención… su forma de vida… En la próxima publicación de los viernes les cuento el desenlace en: Gil García el pueblito de tantos padres y Abuelos (…)