¿Soy un comprador compulsivo?

#SaludMental

¿Sos de las personas que no desaprovecha la oportunidad de ir a todos los outlets y ofertas de fin de temporada? ¿Miras permanentemente los descuentos de ofrecen los hipermercados, restaurantes, la tarjeta y todas las promociones de viajes y escapadas para no perderte nada? ¿Sentís la necesidad de tener el último modelo de celular o comprar ese tratamiento de depilación definitiva que tanto soñaste? En este post hablaremos del perfil del comprador compulsivo, algunas señales a tener en cuenta, los factores que influyen y cómo tratar este fenómeno tan frecuente en la sociedad actual.

 

 

Oniomania, Shopaholic ó Comprar compulsivamente

Etimológicamente Oniomanía  proviene del griego onios = “para la venta” y se refiere a la compulsión a consumir objetos sin freno, tope ni control sobre lo que se está haciendo. Algunas personas tienen rubros preferidos ej. zapatos, remeras, alhajas, libros, objetos electrónicos ó bien servicios y prácticas: cirugías estéticas, alimentos saludables, tratamientos corporales, etc.

Estos sujetos se ven empujados a poseer algo que sienten que les falta y al conseguirlo tienen una sensación de alivio que dura muy poco y pronto se desencantan. La consecuencia de esto es por supuesto el gasto económico en exceso, la tarjeta en rojo, deudas, interese, préstamos bancarios ó de familiares etc. y por otro lado si bien aquello adquirido parecía interesante y necesario al momento de la compra, esto se desmorona y el objeto queda guardad en algún placard ó es destruido ó escondido por la vergüenza que produce.

En este proceso se da cierta sensación de culpa que no llega a generar una responsabilidad por los actos y rápidamente buscan alivio al malestar poniendo un tapón a la angustia y reactivando el circuito: otra vez a comprar.

Por lo general se cree que es algo que padecen principalmente las mujeres, pero este fenómeno se presenta en ambos sexos, sólo que varía en la diversidad de los objetos elegidos en cada caso.

 

El marketing

En la sociedad actual se encuentra regida por el Capitalismo. En él la Tecnología, la Ciencia y el Mercado van de la mano en producir objetos que son consumidos masivamente y llegan a todos a través de los medios de comunicación TV, Internet, Radio, Carteles, Revistas etc.

El marketing y la publicidad producen a la medida de sus clientes estímulos engañosos en pos de conseguir la felicidad, el descanso, el placer, la belleza etc. Todo suena maravilloso y ahí están estos sujetos que por un momento dan sentido y literalmente se tragan el anzuelo.

 

 ¿Qué factores llevan a este consumo indiscriminado?

Zygmunt Bauman en su libro “Vida Líquida” habla de que en la sociedad postmoderna se da un “auge de la individualidad” una exigencia de autonomía, un imperativo al libre albedrío a ser únicos, libres, singulares, saludables, como una tarea personal y sin participación de los demás.

Sería algo así como un empuje, un “deber ser” consumista. De esta forma la práctica de comprar se legitima y se transforma en una herramienta y una respuesta que da sentido. Define a estos sujetos como “homo eligens” (hombre elector). Elegir y tener para ser felices. Este proceso de autodescubrimiento parece no tener fin y la lista de objetos de acumula en un proceso cada vez más acelerado. El resultado es que en lugar de libertad, hay cada vez mayor dependencia y vacío existencial.

 

¿Qué señales hay que tener en cuenta?

-          En la mayoría de los casos no hay registro por parte de quién lo padece de que esto sea un trastorno que conlleva malestar, con lo cual es fundamental que sea detectado por las personas del entorno (familia, amigos, etc.)

-          Surge una negación o minimización de lo sucedido, de hecho llegan a ocultarlo con mentiras, y excusas para no ser descubiertos y permanecer en este circuito de consumo.

-          Se pierde el control de los propios actos, no pueden frenar esta conducta y nada los detiene, ni siquiera las deudas o el sufrimiento de los que lo rodean.

-          Aparece una urgencia un acelere, una conducta caprichosa que quiere el objeto ya y son capaces de cualquier cosas para conseguirlo, de lo contrario se deprimen, ó se los observa irritables y ansiosos.

-          Se observa un deterioro de los lazos sociales, laborales, familiares.

 

¿Cómo tratarlo?

No soy partidaria de dar una respuesta generalizada con consejos acerca de qué hacer o tácticas para cambiar. Sería contradictorio con respecto a lo que estoy señalando: promesas de salud o la simpleza de pensar que si se hace tal o cuál cosa (como por ejemplo armar listas de prioridades para ordenarse en qué comprar y que no) se logra el éxito. Todo esto cae en saco roto porque no es tan sencillo que alguien se decida a cambiar, esto lleva tiempo y trabajo. No hay fórmulas pero sí les diría que estos trastornos son tratables en un marco psicoanalítico atendiendo a la singularidad del padecimiento.

 

Marisa Fenochio

mfenochio@yahoo.com.ar