La infancia es para explorar

#SerMadres

correr

 

Los chicos se mueven. Corren, saltan, desordenan, ensucian, bailan, ruedan y la lista podría seguir. Sí, a veces me agoto de sólo pensarlo. Es aburrido secar baños inundados y quitar pegotes del sofá. Es agobiante levantar del suelo juguetes una y otra vez, como autómata. Nos pasa a todas las que tenemos hijos aún pequeños, ¿no?

La gente suele destacar cuánta energía tiene mi hijo, cuánto se mueve. “¿No estás cansada?” -me preguntan. Y no sé bien qué responder. A veces estoy cansada pero mayormente aprendí a convivir con esa energía que me conecta a 220 sin pedir permiso. Es intenso.

Andaba cavilando sobre estos temas, pensando sobre la “hiperactividad” y otros temas espinosos, preguntándome si no se suponía que todos los niños sean así, activos, curiosos, investigadores… Y justo en ese momento me encontré con la reflexión de una mamá luchadora que tiene dos hermosos hijos, un nene y una nena, ella diagnosticada con TGD. Sin duda quiero compartir con ustedes sus palabras porque me pusieron la piel de gallina.

“Siempre leo sobre discusiones con familiares porque los nenes tocan cosas. A mí me entristece. Cuando Valen era chiquita todos me decían como si fuese algo bueno que ella jamás tocaba nada, ibas al super, a una juguetería y ni miraba. Yo intuía que no era bueno. Y el diagnóstico lo confirmó. Ella se perdió una parte importante en su desarrollo, no pudo descubrir el mundo con sus manitos, tuvo que aprenderlo todo en sus terapias. Cuando alguien les diga algo si sus nenes tocan todo, cuéntenle lo triste que es que un niño no explore. ¡La infancia es para explorar!“.

Gracias Karina por recordarme que a veces perdemos el rumbo en las pequeñas cosas y nos olvidamos de apuntar al norte. Ojalá nunca el árbol me impida ver el bosque.