#VideoEntrevista: Pum Pum mágica y misteriosa

#StreetArt

Alguna vez llamada por la BBC británica “The argentinian Banksy” (La Banksy argentina), Pum Pum se mueve por las paredes de Buenos Aires sin mostrarse. O mejor dicho la que no se muestra es Jimena, porque Pum Pum está por todos lados: Palermo, Villa Crespo, Villa Urquiza, Coghlan, Montevideo,Berlín, Londres, París. En este post una entrevista a una de las artistas porteñas más reconocidas en el mundo del street art, creadora de personajes que se reconocen con sólo un golpe de ojo y  que no da la cara.

Diseñadora gráfica, ilustradora, artista, su taller tiene más detalles que muebles y cada rincón es un lugar en el que detener la mirada. Muñecos en las repisas, calcos, diseños, bosquejos, canastos con pinceles de todos los tamaños, aerosoles, stencils, tachos, salpicaduras de colores en las baldosas, libros, papeles, casettes, cartulinas, una guitarra, un mate y lienzos a medio hacer, en medio de todo eso vive Jimena, vive Pum Pum.

“Esta nunca la terminé” comenta mirando una tela grande que tiene pegada con cinta azul arriba de su mesa de trabajo.  Pero el diseño no parece una cuenta pendiente,  en las curvas y contracurvas, en turquesa y amarillo, se advierte una versión minimalista de su “niña rubia”. Su marca registrada. Ella misma.

Si tuviera que señalar a los culpables de haber empezado a pintar en la calle, esos serían JAZ y NERF, asegura. El primero, Franco Fasoli, JAZ, hoy viviendo en Barcelona, con el segundo, NERF, artista coreano que en 1987 llegó desde Seúl a Buenos Aires, planea esta semana visitar un comedor en la villa 21 de Barracas, donde cranean un mural con los chicos.

Pum Pum - Nerf - Lelo y Pum Pum - Jaz

Izquierda: Pum Pum, Lelo y NERF // Derecha: Pum Pum y JAZ

“Los que pintan son ellos”, cuenta, y dice sorprenderse cada vez que va por cómo un mínimo detalle, una palabra, una imagen, un tip, un consejo, es el disparador para que otros conozcan el arte callejero, para que muchos se descubran a ellos mismos artistas.

“Hay gente que le conocés la cara y no sabés qué hace”, dice, y agrega: “detesto eso”. Pum Pum prefiere taparse el rostro con un cuaderno, o dejar caer un mechón rubio detrás del que resguardarse, antes que posar para una cámara.

Su cara más conocida es a fin de cuentas la de la pared, la de Pum Pum, que mira de frente al que se la cruce por cualquier rincón de Buenos Aires. Jimena  en cambio es más reservada, le gusta cuidar su mundo, escucha Misfits, no le interesa sacarse una foto al lado de una pared, le divierte ir a una muestra suya y que nadie sepa quién es.

Pum Pum Perfil

“Al otro, a Borges, es a quien le ocurren las cosas”, escribió Jorge Luis Borges en “Borges y yo”, jugando con esa doble existencia a la que le dedicó buena parte de su literatura, desdoblando su lado público, el de la tapa de los libros, las revistas y los diarios, del otro, de ese otro él mismo.

Jimena mira a Pum Pum como esa parte suya que deja ver. A la que le pasan las cosas es a la otra, a la que aparece en las remeras, en las revistas, en las páginas de arte, en  las bolsas de las marcas o en las paredes de algunos locales, la del pelo rubio o turquesa, la del ancla en un brazo, la que está rodeada de gatos, pájaros, corazones o calaveras.

PUM PUM EN LA PARED

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