¿Te gustaría ser anfitrión del té?

Si te gusta recibir invitados en casa y estás pensando en hacer una capacitación relacionada con el mundo del té, la Escuela Argentina de Té inicia el curso “Anfitrión de té online”.

En 10 lecciones que se dictarán a distancia podés aprender a presentar una mesa de té, conocer los mejores varietales y blends para cada ocasión y obtener tips de maridaje.

Está a cargo de la Consultora en Ceremonial y Etiqueta del Té, Liliana Venerucci. La duración es de 5 semanas y los cupos son limitados.

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Experiencia Library Lounge

Un ambiente de época y, al mismo tiempo, de vanguardia. Muebles imperiales, lámparas antiguas, candelabros e inmensos sillones. Todo recuerda a las tradicionales estancias argentinas. Luz tenue, casi oscuro, y de fondo, jazz.

En el Library Lounge del Faena Hotel+Universe podés disfrutar de un buen té en un contexto, al menos, diferente. El servicio incluye café o té acompañados de una selección de pastelería, finger sándwiches, un vaso de jugo de naranja natural y una copa de champagne. El costo por el servicio es de $220 por persona.

En el Mercado, otro de sus imponentes salones, el Faena también ofrece un servicio de té. Una opción incluye tostadas, medialunas, croissant, muffins, bollitos integrales de queso de cabra y jamón crudo, pancitos de manteca com tomate seco y albahaca, café, té y jugo de naranja o pomelo ($220 pesos por persona) . Opción 2: es similar a la 1 con una tabla de quesos y dos tortas a elección adicionales (costo: $260 por persona).

El servicio de te está disponible todos los días, incluidos sábado, domingo y feriados de 16hs a 19hs. Recomendamos hacer una reserva previa.

Martha Salotti 445, Ciudad de Buenos Aires. Reservas: 011 4010-9200. reservasuniverse@faenaexperience.com www.faenahotelanduniverse.com

Una tarde en Villa Ocampo

Un buen lugar para ir a tomar el té es la histórica casona de Victoria Ocampo en San Isidro. La carta de tes fue diseñada por Inés Berton; la pastelería es casera e incluye dulces como medialunas, scones, muffins, pastafrolas, tartas de ricotta y de manzana, budines, brownies y cheescakes, chipacitos y tostadas con mermeladas caseras.

Recomendamos probar el blend que lleva el nombre de la casa y hacer las visitas guiadas por cada una de las salas de la casona, construida por el ingeniero Manuel Ocampo, padre de Victoria, e inaugurada en 1891.

Esta mansión fue la casa de vacaciones de la familia. Tiempo después pasó a ser el lugar de descanso de fines de semana. Más tarde, hacia la década del 40, se convirtió en la residencia estable de Victoria Ocampo. Y a lo largo de los años supo ser lugar de reunión de los escritores, artistas e intelectuales más destacados del siglo XX. Hoy pertenece a la Unesco.

La cafetería está abierta de 15.30 a 18.30 hs. Para reservas llamar al 011 15 4163 2496.

 

Una joven inglesa en el último lugar donde se pone el sol

Una tarde de 1936, una joven inglesa de 29 años llamada Renée Dickinson paseaba por San Martin de los Andes y quedó maravillada con un lugar. Decidió que ese sería su lugar en el mundo. Pensó en construir una casa de té y hostería de montaña en aquel predio con vistas al lago Lácar y a la Cordillera de los Andes. Consiguió la aprobación de Parques Nacionales y la ayuda del arquitecto Cullen, discípulo de Alejandro Bustillo, y en 1939 hizo su sueño realidad.

Los amigos de Reneé, que la veían parecida a los arrayanes porque era alta, delgada y de pelo rojizo como la corteza de esos árboles, propusieron el nombre: Arrayán. Casualmente, arrayán significa en mapuche “lugar donde caen los últimos rayos de sol” y así sucede: donde está la casona es el último lugar de la ciudad donde se esconde el sol.

Pero tiempo después, el espíritu pionero y de aventura de Renée tropezó con la mala suerte en el amor y la salud. Al año de casarse se separó y se volvió a casar en Uruguay con un periodista inglés. Más tarde, la casona fue declarada patrimonio histórico y arquitectónico. Parecía que la suerte estaba de su lado otra vez pero a los 34 años de edad, un enfermedad terminó con su vida.

Sus cenizas fueron esparcidas sobre el lugar y su hermano Barney, piloto de la R.A.F., y su mujer, se hicieron cargo de Arrayán y lo convirtieron en un emblema de la ciudad. Años después, su hija Janet heredó el lugar y llevó a Arrayán a su esplendor. En 1998 decidió venderlo a sus actuales propietarios y se mudó a un lugar con vistas a Arrayán, desde donde mira que el sueño de Renée siga escribiendo la historia de San Martín de los Andes.

Circuito Arrayán Km. 4, Parque Nacional Lanín, San Martín de los Andes.
02972 – 425570 / 02972 – 425570
hosteriaarrayan@smandes.com.ar
www.hosteriaarrayan.com.ar

Un té revolucionario

[Por Doménico Masci] #ComunidadDelTé

El té es milenario. Hurgando en la noche de los tiempos podemos imaginar habitantes de China preparando una infusión, vertiendo agua recién hervida sobre hojas de té secas, que luego bebían con placer.

De allí llegó al Tibet y a la India de la mano de los monjes budistas, que más tarde, en el siglo IX, lo llevaron a Japón donde adquirió un rango casi sagrado, ya que tomar el té se fue transformando en una ceremonia ligada al espíritu.

Debieron pasar ocho siglos más para que los colonizadores portugueses y holandeses, que andaban por el mundo viendo qué había, lo introdujeran en Europa en el siglo XVII.

También andaban por el mundo los colonizadores ingleses, viendo en qué andaban sus colegas portugueses y holandeses, empecinados en birlarles, siempre en nombre de la Corona, cuanto negocio les pudiera resultar beneficioso.

Así es como Inglaterra, convertida mediante la East India Company en la principal potencia europea del té, lo introduce en las colonias de América del Norte, donde se difunde y arraiga rápidamente.

En 1773, tras el descontento que produjo el aumento de los impuestos de importación, la promulgación de la Ley del Té, que otorgaba privilegios monopólicos a la East India Company, fue la gota que colmó el vaso, o la taza, tratándose del té. El 16 de diciembre, el descontento generalizado de la población desencadenó una serie de protestas que culminaron con la toma de los barcos de la compañía atracados en el puerto y la destrucción de sus cargamentos de té.

Cuenta la historia que un grupo de colonos conocidos como “los hijos de la libertad”, para protestar por los altos impuestos con que gravaban al té, se disfrazaron de indios y echaron al agua un importante cargamento de té que estaba a bordo de los barcos de la Compañía Británica de las Indias Orientales, en el Puerto de Boston.

El Rey se enfureció: esos impuestos eran destinados al mantenimiento de las guarniciones militares de la colonia.

Las protestas, denominadas como Boston Tea Party, “el motín del té de Boston” o “la fiesta del té de Boston” según se prefiera, fueron la semilla de la que un par de años mas tarde germinó la Independencia de los Estados Unidos.

Especias de colección

Si Cristobal Colón hubiese dado cualquier cosa por llegar a El Gato Negro, el imperio de las especias en Buenos Aires. Ubicado en la tradicional Av. Corrientes, este antiguo negocio mantiene un estilo de refinado almacén donde se ofrecen especias de todos los rincones del mundo y múltiples mezclas de tés y cafés, que también se sirven en el lugar.

La tienda, creada en 1928 en Corrientes casi esquina Rodríguez Peña, atesora aromas y sabores y es un clásico y tradicional bar y restaurante de Buenos Aires, declarado Café Notable y Patrimonio Histórico.

La casa mantiene intacto el estilo de un almacén elegante: mostradores y vitrinas de roble y fresno Italiano, arañas holandesas de bronce, sillas Thonet, entendidos y amables vendedores.

En el interior de la tienda, invadida por un cautivante aroma, se exhiben para la venta semillas y hierbas aromáticas, condimentos, especias en frascos y especieros de porcelana, y una selección de chocolates, salsas, frutas glaceadas y pescados envasados.

En cuanto a la variedad de tés del lugar, recomendamos probar el blend Especiado que contiene canela, cardamomo, clavo de olor y otras especias perfumadas, para acompañar la torta de frutas secas.

También se destacan los cafés exóticos que son tostados artesanalmente en el local con la misma tostadora de la época de origen del almacén y pueden ser tomados en cualquiera de sus pequeña mesas de madera acompañados por la pastelería del lugar.

Todo tiene su historia, te contamos a continuación la de este lugar.

El Gato Negro es obra de apasionados que durante más de 80 años perfeccionaron su especialidad y buscaron la excelencia.

En 1927, el aventurero español Victoriano López Robredo, que había contraído matrimonio con una argentina, abrió un negocio de especias al que llamó La Martinica en la entonces angosta calle Corrientes al 1600.

Al año siguiente decidió trasladarse a un local más amplio al que llamó El Gato Negro en el nº 1669 de la misma calle, entre las calles Montevideo y Rodríguez Peña, que es donde se encuentra actualmente.

Victoriano había vivido a lo largo de cuarenta años en Ceylán, en Singapur y las Filipinas, como empleado de una empresa británica que viajaba por malasia y Manchuria, realizando aquella travesía de once días en el Transiberiano Orient Express.

En uno esos viajes se le ocurrió utilizar el símbolo del gato sentado con su moño rojo que estaba impreso en el menú del coche comedor.

En 1969, el hijo de Victoriano, Benigno Andrés López Robredo, abandonó su carrera de ingeniero industrial y dedicó gran parte de su tiempo al estudio de las especias y al desarrollo de las diferentes combinaciones y mezclas cuyas fórmulas mantienen en secreto.

Actualmente, su dueño es Jorge Crespo, nieto del mencionado fundador López Robredo, quien en 1997 decidió poner mesas para los curiosos que iban a ver cómo se molía el café.

Fue declarado patrimonio histórico por la Secretaría de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires y pertenece al selecto grupo de “Bares Notables” de Buenos Aires, por ser uno de los más representativos de la misma. Por esta razón es apoyado por programas oficiales del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

Dónde queda: Av. Corrientes 1669
Tel: 4374-1730 / 4371-6942

Twinings, un viaje al pasado

La historia de una de las más conocidas marcas de té de Londres empezó en 1706, más de 300 años atrás, cuando Thomas Twining inauguró en 216 Strand el primer “salón de té”, que sigue abierto hasta hoy.

En aquel entonces, las bebidas más populares en Inglaterra eran el café, la ginebra y la cerveza. Sin embargo, el té, que había empezado a ser importado desde China a través de la Compañía Británica de las Indias Orientales, creada por la Reina Isabel, fue haciéndose un lugar entre las familias acomodadas.

Hacia 1750, tras una drástica baja en los impuestos al té, llegó a ser la bebida más popular también entre las clases trabajadoras.

En 1787, Twinings creó su logo, uno de los más antiguos del mundo en uso continuo, y desde 1964 la empresa es propiedad de Associated British Foods y tiene sede en Andover, Hampshire, Inglaterra. Es Titular de la Real Cédula, impartida por la Reina.

Según se acepta popularmente, fue la primera compañía que elaboró el blend Earl Grey en Gran Bretaña durante el mandato de Charles Grey, II Conde de Grey, a principios del S XIX, aunque este hito fue disputado históricamente por la marca rival Jacksons of Piccadilly, ahora también propiedad de Twinings.

Otra marca de té llamada Nanbarrie también fue adquirida por Twinings, pero no tuvo la misma suerte.

Con sede en Belfast, Irlanda del Norte, estuvo en activo durante 140 años, hasta que en abril de 2008 Twinings anunció su decisión de cerrar esta planta argumentando que necesitaba consolidar sus operaciones de fabricación en el Reino Unido para afrontar el incremento de la competencia global, trasladando la producción a China y Polonia a finales de 2011.

Actualmente, Twinings comercializa sobre todo tes de gama media como el Lapsang Souchong, Lady Grey y Darjeeling. En 2005, presentó su primer té genérico bajo la marca Everyday Tea. En 2006 empezó a producir una bebida enlatada de chocolate, y en 2007 también lanzó al mercado un selección de cafés enlatados.

A lo largo de su historia, Twinings se vio envuelta en varios escándalos. A pesar de que la empresa fue miembro fundador del Ethical Tea Partnership, un grupo de marcas de té que fomenta una política de comercio justo y vela por las condiciones éticas de las plantaciones de té, estuvo relacionada a lo largo de los años con varios problemas éticos y medioambientales, incluyendo la peor clasificación ECRA por cobertura medioambiental, el uso del aceite de palma, las presiones en pro de la injusta legislación sobre el azúcar de la UE y la propiedad de subsidiarias en paraísos fiscales.

En la revista Ethical Consumer recibió una puntuación de 2 sobre 20, siendo 0–4 el rango considerado como “muy malo”.

La empresa también se vio sobrepasada por cuestiones comerciales que no supo resolver, como cuando decidió lanzar al mercado la nueva versión de su preciado blend Earl Gray y a los consumidores no les gustó. Se suponía que iba a hacer un blend “más refrescante”, pero la decisión de la empresa de alterar su mezcla enfureció a los consumidores, quienes aseguraron que las nuevas características de “un toque de limón y un toque más de bergamota” sabía “a agua sucia”.

La empresa salió a defender su nueva receta presentada como “El Earl Grey” y afirmó en su página web oficial que “incluso el propio Conde no podría imaginar lo maravilloso de probar su té favorito”.

Por desgracia para Twinings, la respuesta de lo consumidores fue un rotundo “no”. Decenas de clientes insatisfechos dejaron comentarios en las redes sociales llamando a la nueva mezcla “horrible” y “desagradable positivamente”. Algunos llegaron a compararlo con los productos de limpieza con aroma a limón y pidieron que “traigan de vuelta el original de Twinings Earl Grey”.

Entonces Claire Forster, director de marketing de Twinings, salió a defender ante la prensa la decisión de la compañía. Aseguró que las ventas habían sido “las mejores de la historia”. Pero eso no fue todo. “Todos los productos tienen que evolucionar para mantenerse al día con los paladares de las personas en desarrollo”, sostuvo y afirmó: “Lo hemos mantenido fiel al original Earl Grey, pero un poquito más refrescante. Cada vez que cambie algo no se puede complacer a todos“. El famoso lema “el cliente siempre tiene la razón” en este caso fue, al me nos, ignorado.

La reina del crimen a la hora del té

En varias de las obras de Agatha Christie los personajes están tomando el té en las primeras páginas.

En el primer párrafo de Nemesis, por ejemplo, Miss Jane Marple está bebiendo té y leyendo el diario. También en En el hotel Bertram, donde todo el mundo viene para el té de la tarde al viejo hotel y hablan del mejor Ceylán, el mejor Darjeeling o el mejor Lapsang . Y así en varias obras más.  La escritora inglesa sin dudas amaba el té.

Dame Agatha Christie (1890–1976) es el seudónimo de Agatha Mary Clarissa Miller, una de las más grandes escritoras de crimen y misterio de la literatura universal.

Si bien escribió también cuentos y obras de teatro, sus 79 novelas y decenas de historias breves fueron traducidas a casi todos los idiomas y varias de ellas adaptadas para cine y teatro.

Sus clásicos personajes Hércules Poirot y Jane Marple fueron muy populares y, según el Libro Guinness de los récords, sus cuatro millones de novelas vendidas conforman una cifra solamente equiparable con la de William Shakespeare. Entre sus obras más destacadas se encuentran Cianuro espumoso y Asesinato en el Orient Express.

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