Si la taza de té hablara…

[Por Lis Barreto] Sommelier de Té #ComunidaddelTe

Tantas cosas en la historia pasaron taza de té de por medio que si la taza de té hablara nos contaría, por ejemplo, lo que la Reina Elizabeth II realmente pensaba de Lady Di; o lo que Lady Di realmente pensaba de la Reina Elizabeth II. Aunque prefiero no ahondar en ese tipo de detalles…

Quizás nos contaría qué fue lo que llevó a Gran Bretaña a consumir más té negro que verde. Cuenta la historia que para el año 1777 era muy común la adulteración del té, que incluía ingredientes de lo mas bizarros.

Entre ellos se utilizaban productos químicos para teñir el té de color verde, como el carbonato de cobre y el cromato de plomo. En comparación con esos ingredientes tóxicos, la frecuente inclusión de estiércol de ovejas en los tés adulterados parecía relativamente inofensiva.

Entonces fue en parte para evitar la posibilidad de tomar estos tintes tóxicos que el té negro se hizo más popular que el verde a finales del siglo XVIII.

¿Y qué tal sobre cómo fue que se inventó el saquito de té? En 1903, Tomas Sullivan, un importador de Nueva York tenía que enviar muestras de té a sus clientes y como las latitas de metal eran más costosas, se las ingenió para crear unas bolsitas de gasa para dividir las hebras.

Originalmente, la intención era que las hebras fueran retiradas de sus envoltorios, pero como los clientes se sentían confundidos al ver los paquetitos, los introducían en las tazas dando nacimiento a los mundialmente famosos saquitos de té.

Ni hablar de las ironías que nos contaría sobre, por ejemplo, el Boston Tea Party, el muy conocido acto de protesta de los colonos americanos contra los impuestos que Gran Bretaña gravaba a las importaciones de té, que es considerado un precedente de la Guerra de Independencia de los Estados Unidos. Resulta que, irónicamente, dicho acto fue en gran parte responsable por la explosión del consumo de café en Estados Unidos, volviéndola una nación consumidora de café por encima de té.

En fin, la taza de té nos podría contar tantas, pero tantas cosas… Si pudieses, ¿qué le preguntarías?

HOT+TEA tunea las calles con sus colores

Un té caliente nos recuerda la casa de la abuela, abrazos, galletas, abrigo… Sin embargo para Eric Rieger, un artista callejero de Minneapolis, Hot+Tea es como se muestran las redes que existen entre las personas y su entorno a través del arte de yarnbombing, es decir, de los grafittis realizados con hilos de colores.

Hago arte urbano no destructivo, una combinación de todo lo que me interesa, instalaciones, stencil y grafiti”, explica. 

Antes de trabajar con hilos, hacía grafitis por las ciudades a las que iba, pero eso le causó problemas. Después de graduarse en la universidad y sentir el vacío que le había dejado salir a la calle a pintar, tuvo la idea de hacer sus obras con otro material. Pasó horas trabajando con su equipo en el montaje de su nueva pieza titulada “Rituals” en la senda peatonal del puente de Williamsburg en Nueva York.

“Me inspiran las posibilidades que ofrecen los lugares abandonados y trabajar con el entorno. Me gusta mucho solucionar problemas y romperme el coco para ver cómo puedo instalar algo que acompañe al lugar sin destruirlo. Siempre me ha gustado el grafiti tradicional y escritores como SLEJ o CRISPO. Pero ahora me fijo más en artistas que utilizan tecnología en sus obras, un buen ejemplo es Kit Webster y su trabajo experiencial”, explica.

A Eric Rieger le encanta viajar, conocer personas y lugares. “Suelo viajar antes de llegar a los sitios a través de Google. Desde allí investigo lugares en los que podría hacer algo, busco los materiales que necesito y me pongo manos a la obra, a veces me ayuda otra gente en algunas de las instalaciones”, comenta.

Además de cubrir parte del puente de Williamsburg en Nueva York con un arco iris de hilo, viajó a San Francisco y Oakland para montar otras exposiciones efímeras y seguir decorando las calles con sus colores. Mirá el VIDEO.