5 razones para ir a ver “No te vayas, con amor o sin él”

#TeatroUnder

Estrenada en marzo del 2011, “No te vayas, con amor o sin él” continúa en cartel tras dos temporadas en el Calibán. Ahora en La Playita, un teatro más chico, se presentan las últimas funciones.

Acá, cinco razones para ir a verla antes de que termine:

Norman Briski, autor y director de “No te vayas…”

1-La dirige Norman Briski.

Cuando la obra se estrenó, Briski anunció que podría ser su último trabajo de dirección, en principio, por un tiempo determinado: “Sí, dejo de dirigir al menos por dos años”, dijo en la presentación de 2011. Ese período ya pasó y por ahora lo único que permanece en cartel bajo sus directrices es “No te vayas…”.

2-Está escrita por Norman Briski.

Si bien su mayor interés siempre estuvo en la actuación, Briski se consagró como autor de sus propias obras y ya forma parte de la lista de más destacados dramaturgos argentinos. Incluso se animó a incursionar en la literatura y en el 2010 editó “Nagasaki de memoria”, su primera novela. “No te vayas, con amor o sin él” muestra el entramado de relaciones que Briski se propone investigar en sus obras. Una mujer lisiada y su mucama, el ejercicio del poder y la dependencia, todo en clave de humor. Esos son los principales componentes de “No te vayas…”, una pieza ejemplar del “estilo briski”.

3-Se presenta con una escenografía móvil.

La historia transcurre en dos habitaciones de la misma casa y gracias a una escenografía versátil la obra rompe la tradicional puesta de las tres paredes. Los personajes transitan las sucesivas escenas y mientras transcurre la acción, mueven la plataforma central para generar el cambio espacial. Si bien no es una idea realmente novedosa, la puesta en escena promueve mucho dinamismo visual y explota una posibilidad diferente al escenario clásico.

4-Interpretada por dos actrices en completa sintonía con sus personajes.

Carolina Molini y Eliana Wassermann despliegan humor y locura en sus papeles como mucama (Molini) y lisiada aburguesada (Wassermann). Entre las dos consiguen llevar a escena momentos de tensión, risas y absurdo, y logran, así, que lo siniestro de la historia que interpretan se diluya y aparezca sin dramatismo. Desgarbada y grotesca, Wassermann transita breves monólogos de humor y pasa en seguida al grito pelado o al llanto. Molini también va de un extremo al otro, compone dos personajes contrapuestos: una chica desenvuelta, coqueta y pobre, y su hermana, ex convicta, rígida y militar. Excéntricos y totalmente locos, los tres personajes les calzan muy bien a dos actrices jóvenes “nacidas” y “criadas” por la mano de Norman Briski.

5-Llevada a cabo en La Playita.

Ubicado en Colegiales, La Playita es un espacio teatral que abrió sus puertas hace muy poco y se autoproclama como “el único galpón que se parece a una persona. ¿A quién? A alguien lindo. Edificio teatral, cajita musical, parking cultubar, monísimo toilet”. Y es cierto, La Playita está ambientado con un estilo “palermo-retro-hippie” y funciona como espacio para presentaciones de bandas, performances, muestras de arte, obras de teatro y bar.

Carolina Molini y Eliana Wassermann